"Se solicitan albañiles protestantes"

Don Mario de Gasperín, obispo de Querétaro, comenzó su homilía diciendo: "Se solicitan albañiles protestantes".
Dijo que había visto esta frase en un letrero colocado afuera de un edificio en construcción. Se acercó a la obra y preguntó:
- ¿Por qué los albañiles tienen que ser protestantes?
- Porque los protestantes no se emborrachan. Los católicos, en cambio, se emborrachan el fin de semana y no vienen a trabajar los lunes. Dicen que hacen "San Lunes".
El obispo no preguntó más.

Desgraciadamente esta apreciación es verdadera. En muchos casos los católicos, y no sólo los albañiles, somos incoherentes. Qué pena que seamos excluidos por no vivir auténticamente como discípulos de Jesús.
Como católicos, nuestro primer compromiso consiste en "ser lo que somos": vivir con verdad los compromisos de nuestro bautismo. Si somos hijos de Dios, vivamos como hijos de Dios. Si somos hermanos y servidores de todos, amemos y entreguemos nuestra vida.

Al ser interrogados sobre su religión, muchas personas responden: "Soy cristiano, pero no practicante". Esta manera de hablar revela una concepción equivocada de la vida cristiana.
Si yo no vivo como cristiano, no soy cristiano; aunque tenga acta de bautismo, aunque traiga una cruz al pecho, aunque pertenezca a una asociación católica, aunque sea sacerdote. Ya lo decía Jesús: "En esto conocerán todos que ustedes son discípulos míos, en que se tienen amor los unos a los otros" (Jn 13, 35).
Ser cristiano no es un título que se adquiere de una vez por todas, como ser mexicano o ser ingeniero. Más bien es algo dinámico: soy concertista, soy deportista, soy una persona sana... Si un jugador de fútbol quedara paralítico debería decir: "Yo era futbolista". Si un bautizado dejara de vivir como cristiano, debería decir: "Yo era cristiano".
Soy cristiano en la medida en que vivo como cristiano.

Si los católicos seguimos siendo incoherentes, el caso de los albañiles se podría extender a otros:
- Se solicitan gobernantes no-católicos, que no sean corruptos ni busquen su enriquecimiento personal.
- Se solicitan abogados no-católicos, que cumplan las leyes y trabajen por la verdad y la justicia.
- Se solicitan médicos no-católicos, que no realicen abortos.
- Se solicitan maestros no-católicos, que preparen sus clases y se interesen por sus alumnos.
- Se solicitan obreros no-católicos, que hagan bien su trabajo y luchen por superarse.
- Se solicitan empresarios no-católicos, que no exploten a sus obreros.
- Se solicitan comerciantes no-católicos, que no engañen a sus clientes.
- Se solicitan esposos no-católicos, que se amen, se respeten y sean fieles.
- Se solicitan padres de familia no-católicos, que eduquen a sus hijos y les infundan los valores cristianos.
- Se solicitan jóvenes no-católicos, que amen la vida, no consuman drogas y anhelen entregarse a los demás.
- Se solicitan laicos no-católicos, que lean la Biblia y sean fermento del Reino en el mundo.
- Se solicitan religiosos no-católicos, que vivan la fraternidad, el trabajo y la oración (he ahí la comunidad de Taizé).
- Se solicitan sacerdotes no-católicos, que prediquen la Palabra de Dios, que celebren con fe y entusiasmo las acciones litúrgicas y que sirvan a la comunidad.
- Se solicitan cristianos no-católicos, que vivan como verdaderos discípulos de Jesús.

De nosotros, católicos, depende que el adjetivo "católico" no llegue a ser sinónimo de incoherencia, hipocresía y falsedad.
De nosotros depende que ser católico no sea motivo suficiente para ser excluido.

Fernando Torre Medina Mora, msps.

1