SIMBOLISMO DEL CARNAVAL (2ª parte) |
M ª ANGELES DIAZ |
Zaldiko, simbolismo de un caballo pura sangre en Lantz Miel Otxin tiene, sin embargo, un gran enemigo, el caballo Zaldiko, que lo embiste cada vez que tiene oportunidad. Este animal, símbolo de fecundidad para todos los pueblos del Pirineo, es perseguido a su vez por los herreros, quienes intentan una y otra vez ponerle las herraduras sin conseguirlo, pues Zaldiko es un caballo salvaje, una furia de la Naturaleza, y no se deja doblegar. El final de esta representación festiva y carnavalera es ver a Miel Otxin (el gigante malvado) convertido en pasto de las llamas mientras que todos bailan a su alrededor celebrando su muerte. Es decir, se trata de escenificar la purificación por intermedio del fuego, que está presente una vez más en este Carnaval del norte de España.
La relación de las Lupercales con el rito a Dionisos, Pan, Fauno…, nos lleva a una asociación, curiosa, con la fiesta de los Borracheiros de Madeira, Portugal, que venían de las partes más recónditas de la isla, caminando en fila india y sorteando difíciles y escarpados caminos con sendos pellejos u odres, llamados borrachos, que llevaban llenos a cuestas. Se da la circunstancia que estos borrachos están hechos con la piel de la cabra, y que para que el vino se mantenga en óptimas condiciones y sin alteraciones, los cortes que se hacían en la piel del animal al ser sacrificado eran determinantes, por lo que era necesario tener un conocimiento cabal y conocer muy bien los secretos de ese oficio. Durante el trayecto consumían vino magro (mezclado con agua) para mitigar la sed, pero previniendo que los cargadores se embriagaran. Tocaban silbatos de conchas marinas y entonaban cánticos de trabajo relacionados con la vida diaria, la fe, y el proceso de elaboración del vino como tal y de la elaboración de los propios borrachos. En cuanto al culto a Pan, asociado directamente con estos ritos, se origina en tierra de pastores como es Arcadia, donde se reverenciaba a esta deidad con atributos de Fauno, una deidad mitad cabra y mitad hombre. También se veneraba en Grecia y Asia Menor, donde llegó luego con las primeras legiones romanas. Hay sin embargo una pregunta que muchos se han hecho y nos seguimos haciendo ¿qué pasó en la mente de Occidente para que quedara fascinada por el mito de Cristo, y no el de Mitra, o el de Isis y Osiris?12 Proclo, en su himno al sol señala:
El año cristiano está insertado en el ciclo solar, pues el propio astro, tanto en su curso diario como anual, realiza el misterio de la muerte y resurrección de Cristo, y ambos nacimientos, el del Sol y el de Jesús, se producen a medianoche. Su comienzo es en el solsticio de invierno, justo cuatro días antes de la Navidad, cuando el Sol (en el hemisferio norte) está en lo más bajo de su meridiano e inicia el ascenso a la cúpula celeste. Si tomamos el ciclo diario del Sol, el alba se corresponde con la Pascua, la fiesta más importante del cristianismo, la que conmemora la resurrección de Cristo, y que tiene que ver con los Misterios Gloriosos. Mientras que la Semana Santa se corresponde con los Dolorosos y la Navidad con los Gozosos. Sin embargo, como decíamos al principio, el Carnaval que conocemos actualmente se condensa en los tres días anteriores al Miércoles de Ceniza, fecha que en realidad cierra el Carnaval y abre la Cuaresma, el tiempo de ayuno que la Iglesia instauró para expiar los pecados. De esa doblez que tiene el Miércoles de Ceniza da testimonio también el conocido: “Día de la Sardina", o “Entierro de la Sardina”, una fiesta disparatada de fin de Carnaval que se extendió desde Madrid hasta otras ciudades, como Barcelona, donde la acogieron enseguida con entusiasmo. Personificación del Carnaval: Carnestolendas, Carnestoltes, Don Carnal o Antruejo
Otro nombre con el que con frecuencia se alude al Carnaval en la literatura, es Antruejo, Intronio, Entronio, Astruydo, que significa Carnisprivium (anterior a la Cuaresma).15 En realidad Don Carnal fue una personificación de la idea de Carnaval, directamente opuesto a la Cuaresma, que pone por primera vez en la palestra el Arcipreste de Hita, en su “Libro de Buen Amor”. En él, repartido en 992 versos, nos presenta ese periodo de libertad y alegría con que se viven los excesos de la carne, el vino y el buen vivir, enfrentándose a las duras pruebas del ayuno que impone, a reglón seguido, el extremo rigor de la Cuaresma, es decir, la estirada, rigurosa y seca Doña Cuaresma.
Y de esta terrible señora, antítesis de Don Carnal, sigue diciendo la estrofa:
Las penurias por las que debían atravesar los fieles para cumplir con los preceptos señalados por aquella Iglesia rígida y dura que había perdido de vista el mensaje liberador de Cristo e imponía la represión como arma al desenfreno del pueblo, hizo nacer la figura de Don Carnal, un personaje lujurioso y glotón, que personifica la crítica, en tono irónico, a la prohibición de comer carne. En el siglo XIX la Cuaresma aparece dentro de un periodo de escasez de alimentos, durante el cual la gente vivía en un estado de tristeza y desolación, muy parecidos a los que se padecen en los momentos de sequía de la tierra. Por ello se veía el tiempo de Carnaval como un momento de resarcimiento, tomado de antemano. Esa es la razón por la que crearon a Don Carnal, para no privarlo y engordaron a Don Carnal, al que no se cansaban de agasajar.
Siete crudas semanas, decimos, en que la gente no podía comer bien. Por ejemplo, los mataderos sólo preparaban carne para alimentar a los enfermos y a las personas delicadas. La carne sólo se vendía por prescripción médica y mediante receta en las poquísimas carnicerías que había, las cuales funcionaban por turnos como las farmacias en días festivos. De la necesidad que la gente tenía por acortar ese periodo,17 que coincidía también con la escasez propia de la estación invernal, surge una nueva fiesta carnavalesca e irónica, que se extiende por todo el territorio peninsular. Y como ejemplo tomamos de nuevo a Sa Avia Corema, la Abuela Corema, esta vez en Mallorca, transformada en la Iaya Serrada, de donde surgen expresiones como “serra la vella”, corta a la vieja, se hacen normales en toda España. Así, en Madrid y Andalucía, la gente cantaba: “Aserrar la vieja, la pícara pelleja”. La imagen de Doña Cuaresma se transformó en un calendario, donde la figura recortada de esta señora aparecía con siete piernas. Un calendario que se extendió por toda España y que en parte distribuían las pescaderías que promovían así el consumo de pescado, hasta entonces tan poco extendido entre la población, de modo que fue esa circunstancia de restringir la carne para inducir al ayuno, la que introdujo definitivamente en nuestra dieta habitual el consumo de pescado. De la pelea que hay entre estos dos personajes (Carnaval y Cuaresma) nos cuenta el Arcipreste:
Carnaval de Barcelona En la novela El Lazarillo del Manzanares, de Juan Cortés de Tolosa (Madrid 1590 - íd., después de 1640), escritor español del Siglo de Oro, encontramos, en boca de uno de los personajes, un fragmento que nos sirve para ilustrar lo que llegó a ser el Carnaval en Barcelona, aunque la recopilación de dibujos y anotaciones de Joan Amades al respecto es imprescindible para comprender a qué se está refiriendo con exactitud el personaje de esta novela, cuando dice:
El caso es que en la Ciudad Condal, durante el Carnaval, se vivía una representación teatral gigantesca, donde el personaje, Don Carnal o Carnestoltes, era recibido en su carruaje, con toda la parafernalia imaginable, a la entrada de la ciudad, para ser luego conducido en comitiva hasta un palacio, por la zona del Borne, donde se le agasajaba con manjares, durante los dos días anteriores a su muerte. Muerte sobrevenida por exceso, por gula.
Como hemos visto, ésta no es la única representación en que un personaje bobón y tragón, un pelele hecho de trapo o paja, es al principio agasajado o incluso convertido en el rey de los festejos, para acabar condenado a muerte, y llevado a la horca o a la hoguera entre el duelo fingido y burlesco de los asistentes. Realmente una auténtica parodia de la vida. Una fiesta folklórica y grotesca, pero con ramificaciones profundas, que una vez despiertan nuestra memoria cobran significado.
Desde el punto de vista simbólico, Cataluña no puede olvidarse de sus raíces teatrales y de aquellos amigos de Baco, seguidores por tanto del teatro. No está de más recordar aquí que el culto a Baco, los famosos ditirambos a Dionisos, introdujeron el teatro en Grecia. Estos adeptos al dios, o “los amigos de Baco”, se reunían por Sants, concretamente en La Bordeta, y comenzaron a organizar estos Carnavales multitudinarios que se distinguieron por la ironía, la crítica y por la puesta en escena. Este grupo catalán logró también crear una literatura en torno al tema. Es curioso saber que dos espardanyers18, separados en el tiempo y sin relación familiar, fueron los que siguieron manteniendo esta tradición carnavalera. Entre los que sin duda se hallaban aquellos que crearon a Sant Divertit, el santo de los divertidos, al que seguro habría tenido advocación François Rabelais (circa 1534), de cuya energía estaba impregnado cuando escribió su utopía Gargantua y Pantagruel, dos gigantes, un padre (Gargantúa) y su hijo (Pantagruel) cuyas aventuras estructuran una de las más relevantes novelas de la filosofía occidental. Humor inteligente e inspirado, con un gran fondo de crítica satírica a la ley, el poder y la autoridad, cuyo paradigma podríamos establecerlo en esa obra de Rabelais, a quien alguno tachó de bufón y borrachín, pero que en realidad fue un genio que expresó en tono satírico las preocupaciones políticas y supersticiosas de sus contemporáneos.19 Por eso en la utopía creada por este autor hermetista, la "Abadía de Thelema" aparece como una comunidad ideal, contrapuesta a la corrupción existente en los ámbitos monásticos y rígidos de aquel tiempo, cuyo lema era precisamente: "Haz lo que quieras".
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NOTAS | |
12 | Ver lo que dice Alan Watts en uno de sus libros más interesantes: “Mito y Ritual en el Cristianismo”. |
13 | Ver Alan Watts, obra citada. |
14 | A propósito del gallo, y ya que nos encontramos en tierras catalanas, decir que la voz galejador, procede de gallo. Se trata de un vocablo que ha quedado resguardado dentro una fiesta popular conocida como festa del pi, en la localidad de Centelles. En dicha celebración, un pino elegido entre los mejores es cortado y transportado hasta la iglesia, donde se cuelga con la copa y frutos hacia abajo. Mientras es transportado, estos hombres, armados de trabucos, disparan aparatosamente y sucesivamente al aire con la intención de provocar la aparición del nuevo ciclo solar, tal como hace el gallo con su canto antes del alba. |
15 | Cobarruvias, en su diccionario, dice que Antruejo es una palabra que usan en Salamanca y que vale lo mismo que Carnestolendas. Antruejo se refiere a un periodo de Carnaval restringido; se trata únicamente de ciertos días anteriores a la Cuaresma, que son como días propios, ya que en algunas partes lo empiezan a solemnizar desde los primeros días de Enero, y en otras por San Antón (17 de Enero): “Por San Antón Carnestolendas son”. |
16 | Estrofa 1607 de El Libro de Buen Amor. |
17 | En nuestros refranero popular aún sigue siendo costumbre decir de una mujer muy alta que es más larga que un día de cuaresma. Otro refrán alusivo a este tiempo de escasez, y sin duda tipo consuelo, es aquel que dice: Amb el menjar de l’hort la cuaresma no hipot (con la comida de la huerta la cuaresma no puede). |
18 | Los que hacían zapatillas con suela de esparto. |
19 | Ver en Las Utopías Renacentistas de Federico González el sentido esotérico de esta obra. |
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