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El
número especial de Connaissance des Religions sobre Frithjof
Schuon contiene, además de estudios y testimonios un tanto convencionales,
inevitables en este tipo de publicaciones, una "aproximación biográfica"
debida a la pluma del Sr. Jean-Baptiste Aymard, que ocupa más de
una cuarta parte de las trescientas páginas de que consta el volumen.
Su importancia está subrayada por el hecho de que su título,
"Frithjof Schuon 1907-1998, Conocimiento y Vía de Interioridad",
ha sido retomado para el conjunto del número. Esto está justificado,
dado que el interés de este texto es considerable, ya que contiene
un gran número de nuevas indicaciones y de documentos inéditos.
Antes de examinar su contenido, debemos agradecer al Director de este Dossier
especial el haber aceptado incluir un estudio que habíamos redactado
para esta ocasión, a pesar de las críticas y reservas que
formulábamos acerca de cuestiones esenciales. Añadimos nuestro
agradecimiento al Sr. Jean Canteins por las amables declaraciones que nos
ha dirigido públicamente a propósito de este trabajo.
El estudio del Sr. Aymard es destacable por las precisiones que aporta sobre la carrera iniciática de Frithjof Schuon, que comprende cuatro grandes momentos: su iniciación por el Sheikh al-Alawi en Mostaganem en 1933; la actualización en sí del Nombre "Allah" el mismo día de la muerte del Sheikh en 1934; su designación como moqqadem por el Sheikh Adda, sucesor del Sheikh al-Alawi, en 1935; y finalmente, el siguiente año, "la certeza fulgurante e intrínseca de que él está investido de la función de Sheikh". La regularidad de estas investiduras sucesivas, a menudo tan injustamente cuestionadas, es sacada a la luz, y uno no puede más que estar agradecido al autor. Resulta sorprendente la atención más que benevolente con la que René Guénon sigue este proceso y lo dirige de una forma visible y a la vez secreta. El vínculo que en ese momento existe entre la función de Frithjof Schuon y la de René Guénon es evidente, apareciendo la figura del primero como complementaria de la del segundo1. Ciertas coincidencias son verdaderamente asombrosas: en 1932, René Guénon envía a Frithjof Schuon una carta donde le aconseja "ir a Mostaganem a ver al Sheikh Amed ben Aliua, a quien usted podrá presentarse de mi parte2"; pero al mismo tiempo, antes de recibir esta carta, Frithjof Schuon decide hacer lo que en ésta se le sugería, después de acontecimientos imprevisibles que suceden en Marsella, en un momento en el que él "soñaba todos los días en partir hacia la India". Más tarde, René Guénon dirá que esta "coincidencia" no es más que algo muy normal, pero es necesario entender que es "muy normal a los ojos de alguien que ejerce una función eminente en el orden del Taçawwuf o 'gobierno esotérico de los asuntos del mundo'". He aquí un excelente ejemplo de lo que este tipo de funciones, con frecuencia desconocidas por ignorancia o por propio interés, implica en realidad. Es importante subrayar que estas funciones comportan también una Bendición (Baraka) que les es propia; su presencia nos parece muy palpable en este caso. Más tarde, cuando Frithjof Schuon se separa de René Guénon, esta Baraka le es retirada. Para nosotros, es el carácter inédito de las indicaciones referentes a este dominio lo que confiere a este número especial todo su valor. Destaquemos las principales: ? en referencia a René Guénon: "En cuanto a indicar a cualquiera una vía de 'realización', eso es algo que debo prohibirme rigurosamente; no puedo aceptar 'dirigir' a nadie, ni siquiera darle simples consejos particulares, pues ello está fuera del rol al cual debo ceñirme3".4 La función de René Guénon, no se repetirá nunca lo bastante, no es del mismo orden que la de Frithjof Schuon. Toda comparación entre las dos obras que no tenga en cuenta este elemento esencial, reposa sobre un malentendido. Dicho esto, cabría preguntarse: ¿cuál será el porvenir de eso que algunos llaman el "mensaje"20 schuoniano? En el estudio que publicamos en ese número, declarábamos especialmente21: "Sobre el plano doctrinal, se nota, en la obra schuoniana, una ausencia total de referencia al Rey del Mundo y a la enseñanza relativa al Centro Supremo, así como una ocultación de la doctrina del Califato mohamediano que es su equivalente islámico. Cualesquiera que sean las razones, resulta de ellas una enseñanza truncada y unilateral, en detrimento del interés que presentaba por otro lado". A partir de ahí, vemos dibujarse hoy en día lo que hay que denominar "schuonismo", término que se aplica, no a la obra de Frithjof Schuon, sino a la manera en que es comprendida por sus partidarios. La característica más visible de esta tendencia es que tiene necesidad, para subsistir, de referirse constantemente a René Guénon. Esto constituye una verdadera obsesión22, ligada a la necesidad ineludible de determinarse con respecto a su enseñanza, mientras que lo contrario no es cierto: quienes aceptan seguir a este último son, por ello mismo, vueltos "hacia la Tradición", es decir hacia el Depósito inmutable de ciencia y de normas sagradas confiado al hombre, sin necesidad de otra referencia. El schuonismo aparece así como una doctrina derivada, y en consecuencia efímera. Otro rasgo característico, ya señalado más arriba, es que las divergencias de principio son sistemáticamente reducidas a consideraciones individuales y a diferencias de temperamento, lo que apunta a descartar toda posibilidad de enfoque doctrinal: René Guénon es "desconfiado y fácilmente crítico con respecto a terceros" (p. 38); Michel Vâlsan tiene "una naturaleza voluntarista" (p. 31). Solamente Frithjof Schuon escapa a estas observaciones inútiles y profundamente desagradables. Mencionemos para terminar que la enseñanza de René Guénon está presentada de una manera a veces inexacta, y que el nivel intelectual así como la calidad literaria de algunos textos deja francamente, mucho que desear. ¿Cómo se pueden publicar "perlas" de este género?: "Schuon, metafísico teutónico como el Maestro Eckhardt" (p. 91); "El Schuon esencial está todavía vivo" (p. 172); "Schuon, al borde de la realización espiritual, sufriendo profundamente de un amor desdichado, lucha con la riqueza de su alma lastimada" (p. 232); "Schuon ha sido, con toda probabilidad, el primer Sheikh de una Tarîqa islámica adoptada por los Pieles-Rojas y por ello ligado al último eslabón de una tradición primordial " (p. 51). ¡"Con toda probabilidad", este será también el último! Se puede ver con todo esto que el interés de este número especial de Connaissance des Religions reside no solamente en los documentos inéditos que publica, sino también en las indicaciones que nos aporta sobre la mentalidad actual de los que se reivindican del "genio" desaparecido. Traducción:
Patricia Serdá
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NOTAS | |
1 | La concordancia de los acontecimientos que marcan en este momento sus vidas merece también ser tenida en cuenta, pues desde 1930, René Guénon se instala en tierras del Islam, adopta las formas de vida prescritas por la Ley islámica y comienza a publicar sus textos sobre la iniciación. Cf. lo que nosotros hemos escrito sobre este asunto en nuestra Introduction à l’enseignement et au mystère de René Guénon, pp. 56-57. |
2 | El subrayado es nuestro. |
3 | Cf. p. 174. El subrayado es nuestro. |
4 | Carta inédita de René Guénon al Sr. Florin Mihaescu. Cf. p. 195. |
5 | Cf. p. 174. El subrayado es nuestro. |
6 | Se trata de Frithjof Schuon. |
7 | Cf. p. 251. |
8 | Cf. pp. 140 a 171. |
9 | Cf. p. 258. El Sr. Dard, nos dice, ha publicado un artículo titulado: Frithjof Schuon ou l'unité de l'essence-ciel. ¡Aparentemente estamos en la hora del retruécano tradicional! |
10 | En su Avant-Propos, el Sr. Canteins escribe: "Frithjof Schuon no tuvo ninguna consideración en ser oportuno; habiendo fallecido René Guénon, entrega su texto tal cual, sin preocupación por las reacciones previsibles". Para el Sr. Aymard (cf. p. 63): "La cuestión de la conveniencia de esta publicación no se plantea: Schuon no quería que se le atribuyeran... sistemáticamente...ciertas ideas de René Guénon en las cuales no se reconocía". Estas declaraciones son pasmosas, pues la "cuestión de la conveniencia" es un elemento esencial de las publicaciones que tratan temas tradicionales, y todo autor escrupuloso tiene el deber de tenerlas en cuenta. |
11 | En la página 33, a propósito del famoso texto sobre los "Mystères christiques" aparecido en Etudes Traditionnelles en 1948, el Sr. Aymard escribe lo siguiente: "Schuon, que ha adquirido la experiencia y una incuestionable madurez espiritual e intelectual, ya no considera que todas las tesis guenonianas son para aceptarlas totalmente o rechazarlas en su globalidad". El Sr. Aymard no parece comprender la inconveniencia de esta declaración. Hace quince años que Frithjof Schuon escribe; diez años que ejerce su función de Maestro espiritual... ¡pero sólo adquiere su madurez a partir del momento en que se distancia de René Guénon! Sr. Aymard, ¿por quién se ha tomado? |
12 | Estos explican la falta de claridad de sus biógrafos sobre aspectos poco brillantes de lo que Frithjof Schuon llama su "envergadura humana". (?) |
13 | En primer puesto figura Henri Laoust, su sucesor en el Colegio de Francia, que dirigía la edición final de La Passion d'al-Hallâj de Gallimard. |
14 | Cf. Etudes Traditionnelles, 1968, p. 334 y 1971, p. 59. |
15 | Esta ciencia es patrimonio de los más grandes. Fuera de Michel Vâlsan, sólo René Guénon e Ibn Arabî se han referido a ella. |
16 | Cf. p. 40. |
17 | Cf. p. 41. |
18 | El subrayado es nuestro. |
19 | Falso porque disimula; sospechoso porque ciertos pasajes de su texto ?que, a diferencia de lo que acabamos de citar, pueden ser fácilmente verificados? son aproximativos, o lo que es lo mismo inexactos: escribir que Michel Vâlsan falleció en diciembre de 1974 (cf. p. 41) es una aproximación, pues él murió en noviembre; escribir en dos ocasiones (cf. p. 40) que el Dossier H sobre René Guénon fue publicado en 1986 es una inexactitud, pues apareció en 1984. |
20 | Este término es constantemente utilizado por los autores que no pertenecen al Islam. Los autores musulmanes son lo suficientemente conscientes de la ambigüedad que éste implica para evitar su empleo; cf. W.N. Perry, p. 94, J. Cutsinger, p. 149, A. Moore, p. 173, P. Laude, p. 21, M. Perry, p. 218. |
21 | Cf. p. 254. |
22 | Veamos algunos ejemplos: "reprochamos (a René Guénon) una presentación demasiado unilateral, esquemática y rígida de las verdades espirituales que no tiene suficientemente en cuenta el elemento humano" (W.N. Perry, p. 98); "En la exposición rigurosa e intransigente de la sabiduría perenne, hacía falta un lado más humano" (Viret, p. 209); "La obra de Schuon prosigue, a la vez que profundiza considerablemente, la de René Guénon" (O. Dard, p. 258). |
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