III
DISCURSO DE HERMES: DISCURSO SAGRADO
1 Gloria de todas las cosas es Dios y lo divino, y la Naturaleza divina. Principio de todos los seres es Dios, –y el intelecto y la naturaleza y la materia,– puesto que es sabiduría para la revelación de todas las cosas. Principio es lo divino, y es naturaleza,35 y energía, y necesidad, y fin, y renovación.  

Ahora bien, había una oscuridad sin límites en el abismo, y agua, y un sutil aliento inteligente, existiendo todo ello en el caos por la potencia divina. Pero entonces se alzó una luz santa y, separándose de la sustancia acuosa, se condensaron los elementos + ... +, y todos los dioses dividen las partes de naturaleza germinal.36 2 En efecto, cuando las cosas eran indefinidas y no formadas, los elementos ligeros se separaron de los otros, yendo hacia lo alto, y los elementos pesados reposaron sobre el fundamento de la arena húmeda; todo el universo estaba dividido en sus partes por la acción del fuego y mantenido en suspenso para ser vehiculado por el aliento. Y se vio aparecer el cielo en siete círculos, y los dioses se manifestaron a la mirada bajo forma de astros con todas sus constelaciones, y la naturaleza de arriba fue ajustada según sus articulaciones con los dioses que ella misma contenía en sí. Y el círculo envolvente giró en el aire llevado en su curso circular por el aliento divino.  

3 Y cada dios, por su propio poder, producía lo que le había sido asignado, y así nacieron los animales cuadrúpedos, y los que reptan, y los que viven en el agua, y los que vuelan, y toda semilla o germen, y la hierba y los tiernos brotes de todas las flores; teniendo en ellos mismos la simiente de la reproducción. Y + .... + [engendraron] las generaciones de los hombres –para conocer las obras divinas y testimoniarlas activamente y reproducirlas en la naturaleza,37 para acrecentar el número de los hombres, para dominar sobre todo lo que existe bajo el cielo y reconocer las cosas buenas,38 para crecer en acrecentamiento y multiplicar en multitud– y toda alma en la carne, mediante la carrera de los dioses cíclicos, para la contemplación del cielo y del curso de los dioses celestes, y de las obras divinas, y de la actividad de la naturaleza, para conocer la potencia divina, para conocer las partes respectivas de las cosas buenas y malas, y descubrir todo el arte de fabricar buenas cosas.  

4 Desde ese momento comienza para ellos el hecho de llevar la vida humana y de adquirir la sabiduría según la suerte que les asigna el curso de los dioses cíclicos. Y la disolución en que quedarán después de haber dejado sobre la tierra grandes monumentos de sus industrias. Y todo aquello que decrece será regenerado por la necesidad y por la renovación de los dioses y por el curso del círculo de la naturaleza, que el número regula.  

Pues lo divino es la entera combinación cósmica transformada por la naturaleza: porque es en lo divino donde la naturaleza, también ella, tiene su asiento. 

 
 
NOTAS 
35  Queremos aclarar nuevamente que la Naturaleza no es el mundo, tal cual hoy solemos asociar los términos; tampoco es la visión restringida de las ciencias naturales, o el mundo natural, especialmente el vegetal. Ver nota  3. "La naturaleza más perfecta y divina se compone de tres principios: la inteligencia, la materia, y el producto de su unión, el cosmos organizado, como lo llaman los griegos" (Plutarco: Isis y Osiris, 56. Ed. Glosa, Barcelona 1976). "Que la llamada 'Naturaleza', como es un Alma que es hija de un Alma anterior de vida más pujante…" (Plotino, Enéada III 8, 16-17). Las citas corresponden a la Natura naturans.
36 Aquí hemos seguido la traducción de Copenhaver. El mismo Festugière ponía un interrogante a la suya; aún así el texto no es del todo claro. 
37 Ver nota  92.
38 Sobre esta aparente contradicción entre las cosas que no pueden ser buenas y las que lo son, ver más adelante  VI, 2 y 3. 
 
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