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SYMBOLOS
Revista internacional de
Arte - Cultura - Gnosis
 

SOBRE LA TRADUCCION:
MîYî, DEVA, TAPAS*

ANANDA K. COOMARASWAMY

2ª Parte

TAPAS

La práctica de tapas es principalmente un proceso intelectual por el que se fortifican y se enfocan los poderes creativos de un ser; con un equivalente empírico en la práctica de diversas austeridades ya sea por los yogu´s o por otros. Son ejemplos el tapas que practica la Deidad (Dios como Creador con respecto a un ciclo temporal dado) preparatorio a la creación de un universo, y el pa–c‰gni tapas de UmŒ practicado con miras a la recuperación de la parcialidad específica de êiva. Tapas es una pasión que se emprende voluntariamente, y que tiene en vista un fin conocido. Podría describirse bien como una elevación del potencial espiritual hasta el punto del chispazo: la "llamarada", la "flama", o el "encendido" de Boehme, o el zimzum hebreo. La traducción habitual de tapas es "penitencia"; pero aunque las nociones de pena, esfuerzo, sudación y fusión están presentes simbólicamente, "penitencia" es enteramente inapropiado, en la medida en que no hay ninguna idea de expiación con referencia al pasado, sino sólo de una tensión hacia un fin futuro. êaºkar‰cŒrya1 explica tapas como "k¨cchra, etc." un nombre de la raíz k¨·, juntar, obtener, dominar, y que implica esfuerzo, retención, etc. Ahora bien, tenemos a nuestra disposición las siguientes palabras, a saber, intensi—n, que se define como "tensión, ejercicio enérgico (como de la mente), aumento de poder o energía"; intenso, "que muestra su atributo característico en un grado muy alto, impelido a una actividad muy alta"; e intensificar (intransitivo), "devenir intenso o más intenso; actuar con poder o energía creciente". De lo cual es suficientemente evidente que tapas debe traducirse generalmente por "intensión", y el verbo tap, generalmente, por "intensificar".

Para concluir, concebimos que el fin propio de la "Religión Comparada", considerada como una disciplina, debe ser la demostración de la identidad de la tradición metafísica común que constituye el fondo de todas las extensiones religiosas, identidad que cuando se establezca (lo cual sólo puede hacerse intelectualmente, y no con miras inmediatas a la edificación, puesto que el intelecto se define como "el hábito de los principios") permitirá que las religiones en plural existan lado a lado como variaciones necesitadas por la infinitud del tema y por la variedad del carácter humano, puesto que la cosa está siempre en el conocedor según el modo del conocedor. Lo que Europa ha comprendido por "tolerancia religiosa" es meramente una concepción negativa, alcanzada por la vía del escepticismo y de la conveniencia política. El principio básico de la tolerancia es positivo; en las palabras de YŒska, "Nosotros vemos efectivamente que debido a la grandeza de Dios, al único principio de la vida se le alaba de diversas maneras"; en las palabras de Ruysbroeck, "Debido a su incomprensible nobleza y sublimidad, que no podemos nombrar acertadamente ni expresar integralmente, nosotros Le damos todos estos nombres"2. Cf. JalŒluÕd d´n Rèm´, "Yo he otorgado a cada uno un modo particular de adorar-Me. Yo he dado a cada uno una forma de expresión peculiar"; Ibn al-ÔArab´, "Dios, el omnipresente y omnipotente, no está limitado por ningún credo, pues Él dice (QurÕŒn II.109) 'A dondequiera que os volváis, allí está la faz de AllŒh…' Si uno comprendiera el dicho de Junayd 'El agua toma su color del vaso que la contiene', no interferiría en las creencias de otros hombres, sino que percibiría a Dios en cada forma de creencia", y "Yo sigo la religión del Amor, cualquiera que sea el camino que tomen sus camellos"; ÞŒfiz, "Donde el anacoreta con turbante canta AllŒh día y noche, las campanas de la iglesia llaman a la oración y la cruz de Cristo está allí"; Bhagavad G´tŒ IV.11, "la senda que los hombres toman, desde cualquier lado que sea, es Mía". Ciertamente, como dice A§oka, "el que ama desacreditar las sectas de otros, con la intención de aumentar el esplendor de la suya, con tal conducta en realidad inflige a la suya el más severo daño"3. Aquellos que aceptan, que comprenden y que viven por la tradición védica no pueden admitir que ella representa un politeísmo4, un panteísmo5, o una negación de la existencia, y ofrecen pruebas válidas en refutación de cualquier terminología de este tipo, tal como la emplean generalmente los eruditos. Por otra parte, no puede concebirse tampoco un acercamiento inicial entre Europa y Asia sobre ninguna otra base que una base intelectual como se ha definido arriba, ni tampoco debe olvidarse que desde los puntos de vista oriental y escolástico (que es ciertamente europeo) el "arte" es una parte del intelecto.

Así pues, no puede exagerarse la importancia de traducir "los libros sagrados paganos", no meramente con exactitud gramatical, sino en lo que concierne a los términos específicos de su contexto, con un conocimiento preciso de su significado real, y por medio de los equivalentes exactos o más próximos posibles. Esto es de una necesidad tan inmediata que no debemos vacilar en rehacer todas las traducciones existentes que no son enteramente competentes desde este punto de vista, recordando que las traducciones no se hacen como fines en sí mismas, sino para ser leídas, marcadas, aprendidas, y digeridas interiormente. Es cierto que esto implicará una revisión drástica de casi todas las versiones de los textos védicos existentes, y mucho más que esto; pero la tarea es un trabajo que la generación presente no debe eludir. El erudito está en deuda sujeto por los términos mismos de su vocación.

APENDICE

En apéndice se dan, como ejemplo, una versión de B¨hadŒraöyaka Upani·ad I.2.1 y 2, donde se rastrea el Génesis desde el nirguöa Brahman todavía no determinado como el Uno; otra de B¨hadŒraöyaka Upani·ad I.4.17, donde se rastrea el Génesis desde el saguöa Brahman, ya como el Uno Autodeterminado; y otra de Pa–cavi×§a BrŒhmaöa VIII.8.1, donde se describe la creación casi en los términos del Génesis hebreo. Donde las palabras sánscritas se traducen por más de una palabra, esto se indica a veces con un guión. Las mayúsculas denotan lo universal, las minúsculas lo general y lo particular. Las palabras sánscritas están entre paréntesis y se han agregado algunas notas en justificación de mis traducciones; pero la traducción tiene la intención de ser enteramente inteligible al lector sin sánscrito. Mi pretensión es que éstas traducciones sean a la vez versiones literales y versiones literarias, y lo suficientemente transparentes como para que las comprenda fácilmente cualquiera que esté familiarizado con cualquier otro aspecto de la misma tradición, es decir, en primer lugar, cualquier lector que esté familiarizado con el Antiguo Testamento.

B¨hadŒraöyaka Upani·ad I.2.1 y 2

En el comienzo nada de todo esto estaba aquí. Este todo (idam) estaba velado por la Muerte (m¨tyu), por la Privación (a§anŒyŒ ); pues la Privación es la Muerte6. Eso (tad ) asumió (akaruta) el intelecto (manas), "Que yo sea dotado de Sí mismo" (Œtmanv´ syŒm)7. Él (saú, el Sí mismo) emitió luz (arcan acarat ). De Él, cuando Él brillaba (arcataú) nacieron (jŒyanta) las Aguas (Œpaú)8. "Ciertamente, mientras Yo brillaba, había Delectación" (kam), dijo (iti )9. Esto es ciertamente el Brillo (arkatva) del Brillo (arka). Ciertamente, hay afirmación para el que conoce así el brillo del brillo.

Ciertamente, las Aguas eran un (contra-) brillo. Lo que era la espuma de las Aguas, eso se solidificó, eso devino la única (vya§avat ) Tierra (p¨thiv´ ). En eso Él se esforzó (a§rŒmayat ). A lo cual (tasy‰nta) la Energía Ígnea (tejas) y la Tintura (rasa) de Su esfuerzo (§rŒntŒ ) e intensión (tŒpta) brotaron como (niravartat ) el Fuego (agni )10.

[B¨hadŒraöyaka Upani·ad I.2.3, Él (el Sí mismo) deviene un Principio de Vida triple; y se describe como el cuerpo-espacio-elemental (ŒkŒ§a-§ar´ra, Taittir´ya Sa×hitŒ I.6), el adentro-donde han de realizarse todas las posibilidades del ser. B¨hadŒraöyaka Upani·ad I.2.4, como también en B¨hadŒraöyaka Upani·ad I.4.17 traducida abajo, donde el Sí mismo manifestado, entrando en unión con su propia Naturaleza, cuyo nacimiento como Madre es la respuesta a su consciencia como Padre, engendra en Ella el Año, es decir, el Tiempo como todas las Cosas.]

B¨hadŒraöyaka Upani·ad I.4.17

En el comienzo Este-Todo (etad ) era solo el Sí mismo (Œtman), Uno (eka). Él (saú) quiso (akŒmayat ): "Sea (syŒd, "fiat") de Mí mismo (me) un nacimiento-como-esposa (jŒyŒ ) para que (atha) yo engendre (prajŒyeya). Sean de Mí mismo los Aparejos (vitta), para que yo haga Obras (karma kurv´ya)"11. Tan grande, ciertamente, es la Voluntad (kŒma)12. Ni aunque uno quiera, puede nadie tener (naÉ vindate) más que eso. Por lo cual sigue siendo válido (tasmŒd ) que, incluso aquí y ahora (adya), cuando uno es solo uno (ekŒk´ ), quiere "Sea de mí mismo una esposa (jŒyŒ ), para que yo engendre. Sean de mí mismo aparejos (vitta), para que yo haga obras (karma kurv´ya)". Y en la medida en que uno es indigente (ekŒika) de éstos, ciertamente piensa "Yo no estoy entero (k¨tsna)".

Ahora bien, Su (tasya) Entereidad (k¨tsnatŒ )13 es así: Su Intelecto (manas) es Él mismo, Su Palabra (vŒc) es Su nacimiento-como-esposa (jŒyŒ ); Su Espíritu es Su Engendrado (prajŒ ); Su Ojo (cak·u) es su Aparejo (vitta) Racional (mŒnasa), pues, ciertamente, es por la Visión (cak·u·Œ ) como Él entra-en-posesión (tad-vindate); Su Oído (§rotra) es Su Aparejo Angélico (dŒiva), pues, ciertamente, es oyendo (§rotrena) como Él escucha eso (tacch¨noti )14; Él mismo (Œtman) es, ciertamente, Sus Obras (karma), pues es por medio de Sí mismo (ŒtmanŒ ) como Él hace las Obras.

El sacrificio (yaj–a) es quíntuple. El animal ofrecido (pa§u) es quíntuple. La Persona (puru·a) es quíntuple. Todo esto, haya lo que haya, es quíntuple. El que conoce Esto, gana (apnoti ) Todo15.

Pa–cavi×§a BrŒhmaöa VII.8.1

A las Aguas (Œpaú) les llegó su Sazón (¨ta)16. El Viento-del-Espíritu (VŒyu) movió (Œrcchat ) su Espalda [de las Aguas] (p¨·Êha)17. De ello sobrevino (samabhavat ) una Bella-Cosa (vŒma)18. Mitra-Varuöa se contravieron a sí mismos (paryyapa§yat ) y dijeron "Verdaderamente, una Bella-Cosa ha venido a ser aquí entre los Ángeles" (deve·u)19. De aquí el canto Bello-Angélico (VŒmadevya).

Traducción: Pedro Rodea

 

NOTAS
*
Publicado por primera vez en Isis, (Cambridge, Mass.), XIX, Nº 55, 1933.
1
Comentario sobre Taittir´ya Upani·ad I.9.
2
YŒska, Nirukta VII.5, cf. B¨hŒd DevatŒ I.70 y 98. Ruysbroeck, Adornment of the Spiritual Marriage, cap. XXV.
3 A§oka, Edicto de la Roca XII.
4

B¨hŒd DevatŒ I.70 y 98: "Debido a su Gran-Sí-mismidad (mah‰t-mya) a los Ángeles se les da una diversidad de nombres… (pero) la Divinidad (devatva) de cada Ángel es de-su-ser-de-una-esfera (sŒlokyatvŒt ) y de uno-y-el-mismo-nacimiento (ekajŒtatvŒt) y debido-a-la-inmanencia (vyŒptimatvŒt ) de la Energía-Ígnea (tejas) en ellos, aunque se ve que se les adora individualmente (stutaú)".

Puede dudarse el hecho de que la designación de "politeísta" pueda aplicarse propiamente a ninguna religión conocida. Para el panteón sumerio-acadio, desde este punto de vista, ver Langdon, Semitic mythology, p. 89.

5 Cf. ôg Veda Sa×hitŒ X.90.3, "Un cuarto de Él es todas las existencias, tres cuartos inmortal"; Bhagavad G´tŒ VII.12, "no Yo en ellos, sino ellos en Mí".
6 "La Sin-vide-idad es… falta de una forma intrínseca". Santo Tomás, Summa Theologica II.Q.6, A.2.
7 Cf. Taittir´ya Upani·ad II.7, svayam akurut.
8 Es decir, la Luz hace visibles las Posibilidades del Ser.
9 Cf. B¨hadŒraöyaka Upani·ad VI.4.6. Iti es aquí el alemán also.
10 La concepción de la "Palabra interior", es decir, Su conocimiento de Sí mismo.
11 Traducido a menudo como "obras sacrificiales"; pero aunque esto no está excluido en modo alguno del contexto, el sentido es aquí más amplio. El punto de vista védico es que todas las obras que se hacen con conocimiento son rituales o sacrificiales (yaj–a), cf. la aplicación de esta doctrina a la unión carnal, B¨hadŒraöyaka Upani·ad VIII.4.3.
12 KŒma, como Voluntad, es uno de los nombres esenciales del Sí mismo; por consiguiente es susceptible de una disposición dual como Voluntad (KŒmadeva) y como Deseo (Rati), y de una disposición triple como Voluntad (kŒma), Delectación (Œnanda), y Deseo (t¨·na). De hecho, la palabra kŒma tiene todas estas implicaciones. La concepción budista de KŒmadeva, sólo como un aspecto contraído (tŒmasika) del Deseo, ha causado mucha confusión. Sin duda era inevitable que en un sistema donde la doctrina del Sí mismo no se comprendía, la Voluntad sólo pudiera considerarse como un estado de Sed (taöha); de hecho, sólo con gran dificultad el budismo llegó a concebir una Voluntad "Verdadera" (satya kŒma, ChŒndogya Upani·ad VIII.3.1; dharm‰viruddhaÉ kŒma, Bhagavad G´tŒ VII.2) no motivada por una necesidad, aunque ésta había estado presente en las nociones de "KŒma" saµkalpa y de "KŒma" va§a desde los tiempos védicos. Y desde el punto de vista específicamente budista, la identificación de KŒmadeva con la Muerte (MŒra) y con Satán (PŒpman) era correcta. Pero Eros, como primum mobile, es un Poder sumamente poderoso, y no puede desecharse fácilmente. De la misma manera, el budismo concebía a la Muerte sólo en su aspecto tŒmasika como mal. Mientras que (como hemos visto arriba, B¨hadŒraöyaka Upani·ad I.2.1) Muerte (M¨tyu) e Indigencia (A§anŒyŒ ) no son menos nombres esenciales de la Identidad Suprema que Vida y Abundancia, Identidad Suprema cuya naturaleza-esencia es el pulso simultáneo de la Manifestación y la No-Manifestación (vyakta,  avyakta), de la Existencia y la No-existencia (sat, asat ).
13 Cf. el "Pleroma" gnóstico.
14 El Ojo, como eso por lo que se siente la forma sustancial (rèpa), y el Oído como por lo que se escucha el nombre (nŒma) son símbolos respectivamente de los mundos sensible e inteligible, particular y general; por otra parte, el conocimiento trascendental, que no requiere ningún símbolo orgánico, ya se ha mencionado arriba, "Su intelecto (manas) es Él mismo", donde manas = praj–Œ.
15 "Quíntuple" se refiere a los cinco espíritus vitales (pr‰öa) y a los Cinco Elementos (tanmŒtrŒ ). Pa§u puede tomarse como significando el "hombre" individualmente, cf. ’dem I.4.10: El Puru·a, la Humanidad, el Hombre Universal, Adam. En las versiones de Hume de estos pasajes, aunque son versiones cuidadas, la traducción de arcan como "alabanza", kŒma como "deseo", y vŒc como "voz" llevan a la confusión. Cf. B¨hadŒraöyaka Upani·ad IV.1.2, ChŒndogya Upani·ad VII.2.1 y Kau·itak´ Upani·ad III.5, donde el significado es en cada caso "Palabra", con B¨hadŒraöyaka Upani·ad III.2.3, donde vŒc es realmente "voz", es decir, pronunciación funcional, mero sonido (ruta): combinando estas fuentes, es evidente que el Nombre (nŒma) viene entre vŒc como "Palabra" y vŒc como "voz", como determinante próximo (parastŒt prati-vidhŒnaka) de la primera, y "sobre-aprehensor" (ati-grŒha) de la segunda.
16 Las Aguas son todas las posibilidades del ser, en sí mismas pura potencialidad, en sí mismas nada, y esta nada, por así decir, está a sus anchas en el cuerpo-de-espacio-elemental (ŒkŒ§a-§ar´ra) del Sí mismo. "Donde el tiempo no ha entrado jamás y donde no se ha visto jamás ninguna forma, en el centro, en la sumidad del alma, ahí es donde Dios está creando todo este mundo" (Maestro Eckhart I.164); pero más específicamente, las posibilidades del ser con referencia a un loka o kalpa particulares. En todo el libro del Génesis es inevitable un modo de expresión cronológico, pero no debe olvidarse que todas las posibilidades del ser son desde la eternidad simultáneamente potencialidades y actualidades, el Sí mismo Autodeterminado, el Uno, que es Siempre-Acto y Todo-Acto, tanto como Inacción. Las Aguas, sánscrito îpaú, femenino colectivo plural, son un aspecto de Prak¨ti, de VŒc, de MŒyŒ, etc., es decir, son la Potencialidad en tanto que se distingue del Poder; y de aquí la propiedad y la poesía de ¨tu, que implica "madura para la concepción", "plena de promesa".
17 A menudo se habla de la tierra y se la representa como una hoja de loto que flota sobre la "espalda" de las Aguas, e.g. êatapatha BrŒhmaöa VII.4.1.8 y X.5.2.8; la "espalda" o la "faz" de las Aguas es así un plano dado del ser, un loka. En una figura estrechamente relacionada a la tierra se la considera como espuma condensada, como en B¨hadŒraöyaka Upani·ad I.2.2, traducido arriba. Sobre esta hoja o Tierra flotante yace (uttŒnapad) el Creador (ôg Veda Sa×hitŒ X.72.3), intensificando (tapati ), hasta que, en la plenitud del tiempo, brota de su ombligo, como centro generativo, el Árbol de la Vida (ver mi Yak·as II, 1-3) que es también el Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal (dvandŒu). En lugar de una hoja de loto, encontramos muy habitualmente que la Deidad que yace sobre las Aguas está soportada por el NŒga Ananta (a saber, la Eternidad como Principio Permisivo del Tiempo) como su lecho (§ayana). En otras versiones, al Creador nascente se le representa como un niño acunado en una hoja de baniano, que flota sobre el Mar infinito, como VaÊa-patra-§ayin.
18 Es decir, la Pintura del Mundo (jagaccitra), cf. êaökar‰cŒrya, Sv‰tmanirèpaöa 95, citado arriba, nota 4; Maestro Eckhart, "las palabras 'Dios vio que era bueno'… expresan una cierta satisfacción que Dios obtiene de sus obras, como la de un artista de su arte", "al encontrar su reflejo sumamente delectable".
19 "Los Ángeles", es decir, la Trinidad del Fuego, el Sol Supernal, y el Espíritu. Como ya hemos visto, el ser de los Ángeles naturales o engendrados (ŒjŒnaja devŒú) es eterno in principio y qua nombres esenciales del Sí mismo; se les concibe como presentes ya en el movimiento de las Aguas, como arriba, o como tomando parte en el drama primordial (n¨tya) o en el Batimiento de las Aguas, samudra manthana, en cuyo tiempo se incorporan los karma-devŒú, los "ángeles por las obras".

A. K. Coomaraswamy
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