"Esta vez la canción del colombiano bebedor de cerveza, fumador de cigarillo rompepechos, inveterano manejador de bicicletas por las recalentadas calles de Barranquilla, suena hueca, dolorosa. Franco ya no inspira ironía, ni sarcasmo, ni burla. Es un anciano que se acerca a su última morada, menos arrogante que cuando entró con sus legiones moriscas por la calles de Alcalá; o pasó por la Puerta del Sol; o llenó de sombras a las civeles con las capas flamiantes de los Hijos del desierto; o cuando secretamente, se entrevistó con Hitler para poner precio a la democracia que ambos pensaban asesinar, a nombre de una mentira compartida... y, Franco está transpasando, con pasos lentos e inseguros, el umbral que separa la vida de la nada".
Ante el anuncio definitivo de abandonar el poder el General Francisco Franco en España, un periodista de este país resaltaba la importancia que la canción de un colombiano, conocida popularmente como "Se va el Caimán", se había convertido en la sentencia que recorrió la paloleta de Madrid, Barcelona, Valencia y demás sitios y lugares de la Península Ibérica, burlandose el pueblo español de los falsos anuncios de retiro del General Franco. En el mes de abril de este año llegaron a la residencia de este barranquillero, periodistas españoles investigando acerca de la historia y los diversos vericuetos que le sirvieron para componer esta pieza que tanta historia hizo en la vieja España.
Suponían entre otras cosas que este saurio representaba a los obsoletos personajes que por alguna razón recóndita, querían retener y perpetuarse en el tiempo.
Esta composición se internacionalizó a través de la película mexicana "Pasiones Tormentosas", pero antes de eso efectuó un recorrido por los diversos estuarios que comunican a nuestro continente, de Barranquilla pasó a Venezuela, de Venezuela a Argentina, de la Argentina fue envasada en un ropaje orquestal por Eduardo Armani la cual recibió el título de "El Hombre Caimán".
Antes de llegar a ser utilizada por los españoles para satirizar a su General. El caimán fue dedicado en marzo de 1946 a otro Presidente, se trataba de Enrique Jimenez, mandatario en ese momento de la República de Panamá. La radio Panamericana de ese país transmitió en directo este programa. Eran los tiempos en que Peñaranda andaba con su cuarteto integrado por Mario Narvaez, Justo Reales, Luis María Rueda y el mismo Peñaranda con un formato instrumental que pasaba por el tiple, la guitarra, la guacharaca y la dulzaina.
El miércoles 10 de junio de 1998 a las 7:00 p.m., el Centro de Documentación Musical del Rio Magadalena y del Caribe Colombiano, convenio entre Comfamiliar del Atlántico y la Universidad del Atlántico, realizó una de sus acostumbradas tertulias, invitando a este curioso y carismático músico del Caribe colombiano.