ESPLENDOR Y DECADENCIA DE LOS CARNAVALES SAMARIOS
(Parte II)

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El Carnaval paraliza los trenes de pasajeros y carga
Pero con la llegada del nuevo siglo aparecen síntomas de la modernidad en la ciudad, hecho que se evidencia con la internacionalización de la economía magdalenense a través del puerto marítimo y la construcción del ferrocarril entre Santa Marta y Fundación, hecho sucedido en enero de 1906, lo que significa que el banano, -mayor producto agrícola departamental- que se producía en la naciente "Zona Bananera del Magdalena" llegaría más rápido y en mejores condiciones al puerto. Ya el banano se exportaba desde marzo de 1891, pero con el ferrocarril las condiciones van a mejorar sustancialmente las cosas para el transporte. Esta situación determina la necesidad de nueva mano de obra, y es así como van a llegar gentes de otras partes del país y el mundo, que entran en el negocio de la fruta, generando nuevas necesidades de carácter social, entre ellas el ocio, por ello la fiesta -en general- renacerá después de la guerra de los mil días y el Carnaval en particular volverá a ser el espacio y el tiempo festivo para que los recién llegados que no lo conozcan se integren y aquellos que lo gozaban en su tierra natal se recreen.

Los recién llegados de Bolívar, Atlántico, de los pueblos del Bajo Magdalena, de Riohacha y de otras partes del país, e igualmente los extranjeros antillanos aportarán nuevos elementos que irán a configurar un Carnaval más urbano, porque además la ciudad misma así lo exige, ya no va ha ser el cantón donde todos se conocían, sino que el comercio del banano que en su totalidad se exportaba por el puerto de Santa Marta establecía nuevas relaciones sociales entre sus habitantes, como también el transporte de pasajeros y carga por la vía férrea aumentaban las posibilidades de llegada de mucha gente de la zona bananera, lo mismo sucedía por el puerto, por donde cada vez arrimaban más personas en busca del "oro verde".

Las fiestas de Carnestolendas para la primera década del siglo continúan con esa fuerza sociocultural enraizada en la vida espiritual del samario, tanto que en 1913 se presentó cierta discusión por que el "Domingo de Carnaval" era el día que habían escogido en Bogotá para las elecciones, coincidencialmente el 2 de febrero que además era fiesta de los riohacheros residentes en la ciudad. Este hecho fue noticia nacional y el diario capitalino "El Tiempo" lo expresa en su edición del 18 de enero de ese año: "Como el día de las próximas elecciones (2 de febrero) es el destinado por el pueblo de Santa Marta para celebrar la fiesta de Carnaval y en él se entrega a toda clase de regocijos y expresiones, se temen que puedan ocurrir serios disturbios por estas coincidencias de sucesos... Se ha pretendido que se transfiera el día de elecciones, pero lo más legal será transferir el Carnaval"17. De esta noticia de prensa se pueden inferir varias apreciaciones -infortunadamente no conocemos cual fue el final del insuceso-: Primero, que las autoridades electorales en Bogotá, no entendían el hecho sociocultural del pueblo samario en general, hoy es imposible realizar unas elecciones un domingo de carnaval, cuando ello ocurra se presentará la misma situación; Segundo, es importante hacer notar que con el episodio narrado, se muestra el arraigo popular y colectivo que las celebraciones del dios Baco han tenido y tienen en Santa Marta.

Al siguiente año las fiestas tienen tanta incidencia en la vida social y cultural que comienza a afectar el factor económico, es decir, la producción y comercialización del banano porque se paralizaba durante el lunes y martes de Carnestolendas, puede afirmarse que no había "corte" de la fruta, lo que obviamente tenía sus consecuencias de pérdidas económicas por esos días como efecto de ello el gerente de "The Santa Marta Railway Company Limited Of Administrative", R. H. Marshal, a través de un oficio, fechado el 19 de febrero de 1914, le comunicaba al gobernador del departamento lo siguiente: "Tengo el honor de participar a usted que, con motivo del Carnaval, han sido suspendidos por los días 23 y 24 del presente los trenes de pasajeros como el de carga"18. El oficio era con copias al Prefecto, al Alcalde y al Comandante de Policía. Si la fiesta convoca a tomar una decisión tan importante como esa, porque si no hay "corte", ni transporte tampoco habrá embarque, es decir, no llegará por algunos días la fruta al paladar de los gringos, ahora imaginémonos los otros sectores menores de la economía samaria y a las mismas oficinas públicas.

La manda más de la fiesta
La prensa nacional continúa destacando las fiestas de carnestolendas samarias, es así como de nuevo "El Tiempo", da cuenta de la elección de la reina del Carnaval para ese año, era la época de escogencia de la soberana por el voto de los miembros del "Centro Social", -más tarde Club Santa Marta-. La pequeña noticia dice textualmente: "El Carnaval se ha iniciado brillante. Fue elegida reina la señorita Alicia Infante, distinguida y gentil dama de esta sociedad"19. Por su -parte, "El Espectador" de febrero del año siguiente, registró el regocijo samario con un titular: "EL CARNAVAL" y a renglón seguido comenta: "Las fiestas del Carnaval se han iniciado con gran pompa y alegría. La reina María Teresa I y sus damas de honor están preparando suntuosos bailes de máscaras, los que darán en el Centro Social"20. Como puede verse el Carnaval samario es importante., tanto que merece noticias reiteradas en la prensa nacional, regional y, desde luego, local.

El Carnaval samario año tras año va a tener mayor organización y en ello juega un papel importante el "Centro Social", y que conocemos a través del periódico local "El Estado", sobretodo a partir de 1925 cuando la informaci&oacte;n que se encuentra sobre los carnavales samarios es más expresiva y permanente. Justamente en ese año la fiesta tenía mucha resonancia local por los hechos que rodearon la escogencia de la reina acto que sólo es permisible en medio de las Carnestolendas. Lo cierto es que la elección de la reina, era por votación y constituía un acto de mucha seriedad para el samario, sobre todo para los sectores aristocráticos de la sociedad. El ejercicio del derecho de votar para seleccionar la soberana era un acontecimiento que revestía trascendencia, por ello el "Centro Social" de la ciudad publicaba avisos en el periódico regional "El Estado", por medio del cual se convocaba a reuniones para proponer las candidatas y luego nueva convocatoria para que se acercaran los socios a ejercer el derecho de elegir. El 12 de enero aparece el primer aviso y dura hasta el 15 del mismo, y su mensaje está dirigido a los socios. El aviso en mención decía: "La Junta Directiva del "Centro Social" cita a todos sus miembros a una reunión que tendrá lugar el jueves 15 de los corrientes a las 10 de la mañana con el fin de acordar candidatas para Reina del Carnaval y todo lo demás en relación con este festival. ‘La Junta Directiva agradecerá la puntual asistencia de los socios’. Santa Marta, enero 12 de 1925. El presidente, José M. Campo. El secretario, R.F. Cotes"21.

El día 14 se encuentra otra nota informando el entusiasmo por la elección de las candidatas: "Reina grande entusiasmo en los círculos sociales con motivo de la elección de Reina del Carnaval, la cual se hará mañana en los salones del "Centro Social", Varias distinguidísimas damas han sido postuladas como candidatas, todas las cuales prometen una espléndida temporada carnestoléndica"22. Dos días más tarde -viernes 16- el periódico publica una noticia que da cuenta que "en la reunión habida ayer en el "Centro Social" fueron acordadas como candidatas para reina del Carnaval, las distinguidísimas y gentiles damas de nuestra sociedad señorita Enriqueta Dávila, Eloísa De Andreis y Paulina DíazGranados. La votación se abrió desde ayer mismo y quedará cerrada el martes próximo a las doce del día. El escrutinio se practicará por la noche, en el baile que ofrecerá el Centro para inaugurar la temporada de Carnaval. Reina con este motivo el más vivo entusiasmo en los círculos sociales"23. En tal sentido en el mismo diario el "Centro Social" publica desde ese día y hasta -el 20 del mismo mes una aviso donde invita a los miembros del "Centro" a votar por las jóvenes anotadas arriba de donde debe salir la reina del Carnaval de ese año.

El 20 a las doce del día se cerraron las votaciones y por la noche en pleno baile en el "Centro Social" se realizó el escrutinio según estaba previsto por la Junta Directiva del mismo. Pero sucedió algo inesperado durante el baile, ya que ninguna de las candidatas salió electa y, por el contrario, se escogió a Doña Elvira Elena Falquez de Lemus, mujer muy bella y alegre, quien gozaba de mucha simpatía por su forma de ser. En una sección del periódico samario denominada "Vida Social" se reseñan los hechos en los siguientes términos: "En medio de un enorme entusiasmo se celebró el baile que ofreció anoche "El Centro Social" para abrir la presente temporada de carnavales. Fue elegida reina la distinguidísima dama Doña Elvira Elena Falquez de Lemus, quien reúne a su belleza y exquisita cultura las más vivas simpatías y una delicada espiritualidad. Doña Elvira I procedió inmediatamente a ocuparse en las faenas iniciales del reino agatoniano, (hace referencia a San Agatón) y al efecto designó Premier de la Monarquía al doctor Alberto A. Zúñiga, quien quedó investido de facultades omnímodas y dictatoriales para la constitución del gobierno, y secretario de la Real Audiencia al doctor José Ignacio Echeverría. Llenos de devota unción nos inclinamos reverentes a los pies de S. M. Doña Elvira I, a cuyas órdenes nos ponemos en cuerpo y alma para todo lo que juzgue conveniente su Real Voluntad, cual corresponde a súbditos sumisos y obedientes"24.

Por ser este reinado tan sonado y recordado en la ciudad seguiremos mirando aspectos sobresalientes del mismo. Por ejemplo, fue tan serio el papel de soberana de doña Elvira I que el mismo 20 elaboró un "decreto real" nombrando ministros y funcionarios, y como era de esperarse "El Estado" lo publicó completo, al leerlo se puede entender que significa el "mundo al revés" del carnaval para los samarios. Porque esa es la esencia de la fiesta baconiana y no otro, sólo así se puede aceptar que una competencia organizada con reglas y con tanta solemnidad termine en una "burla", hecho sociocultural que sólo es válido durante la realización de este tipo de festines populares. La nota completa aparecida en la página segunda del periódico en mención dice: "Como, es sabido, en la noche del 20 de enero fue aclamada Reina del Carnaval de 1925, con carácter de Dictadora omnimoda y dueña de vidas y haciendas en medio del más desbordante entusiasmo, la distinguida y gentilísima dama de nuestra sociedad señora doña ELVIRA ELENA DE LEMUS, quien dictó inmediatamente las primeras providencias de su gobierno" y se publica el primer decreto de la revolucionaria doña Elvira, iniciaba: "Organízase el gobierno del Soviet en esta capital..." y finaliza: "La Dictadora se reserva el derecho de hacer otros nombramientos en próxima ocasión; El baile del próximo sábado se verificará por cuenta de los señores, Alberto Dávila, Francisco Luis Olarte, Carlos Arango Vélez, Alfonso Campo y Simón Solano, como pena de rigor por la inasistencia de dichos señores a la gran fiesta de la noche de San Sebastián. El domingo habrá un helado bailable por cuenta del gobierno del Soviet, el cual comenzará a las cinco p.m. El baile del sábado será de riguroso disfraz, so pena de multas severas. ELVIRA ELENA. Dictadora"25.

Leyendo todo el "decreto real" nos muestra como la soberana de risa y mofa del festín carnavalero recibe poderes de sus súbditos y hace nombramientos de los disímiles cargos que sólo se conciben en un reino de burlas, que es una característica del carnaval universal. En el decreto se pueden apreciar cargos de una Monarquía, de una República y de una Dictadura de los Soviet, que como se recuerda por esos años está ya en su florecimiento político el Gobierno de los Soviet en la URSS, iniciado por Vladimir I. Lenin. Sólo en un Carnaval es válido encontrar esos cargos, es un decreto sarcástico cuando les expresa a las candidatas perdedoras que las nombra como "princesas destronadas, con derecho a la corona".

Y así seguimos encontrando notas, comentarios en una sección que se abre en el diario con el título de "Página del Carnaval", y en primera página, donde se da cuenta de todos los pormenores del festín. El sábado 31 de enero apareció la primera crónica que comentaba: "Hoy han circulado en profusión las invitaciones del "Centro Social" para el rumboso baile, festival carnavalesco, que esa agrupación ofrece a Su Majestad Elvira Helena, la graciosa Reina de las fiestas de la Risa, el Jolgorio y de las Alegr´as... Son estos los días de los primeros goces del año, mientras la rudeza del trabajo diario, vuelve a encaminarnos por el sendero de la tranquilidad juiciosa!

A Gozar!... Esa es la frase del momento que nos impone el calendario Romano"26.

Del baile al que se convocaba para el sábado 31 de enero fue todo un éxito tanto que mereció un largo comentario el lunes siguiente: "En medio del más desbordante entusiasmo se llevó a cabo en el Centro Social, en la noche del sábado un suntuoso baile de Carnaval ofrecido por los distinguidos caballeros don Rodrigo Noguera, don Emilio Sánchez, don Marceliano Arrázola y don José Gregorio Sánchez en honor de S. M. Doña Elvira Helena y de su corte de Honor. El baile se prolongó hasta las 4 de la madrugada, y fue un derroche espléndido de entusiasmo y exquisita cultura. llamaron mucho la atención de los asistentes dos comparsas originales y que fueron la nota alegre de la fiesta: La comparsa de Los Gitanos y la comparsa de Las Grinolinas, ésta última formada por la Reina Elvira, sus princesas y sus damas de honor. La reina cantó coplas picantes y de un delicioso humorismo que fueron muy aplaudidas. Los Gitanos, que integraban damas y caballeros de la más correcta sociedad tenían un disfraz quizás más alegre y entusiasta, y fueron la nota cordial y deslumbrante de la noche, que dejara en todos los espíritus un recuerdo imperecedero de gracia y buen humor. Antes de concluir el baile, el Secretario de S.M. leyó una real orden por la cual se multa para el baile del próximo sábado a los distinguidos caballeros de esta sociedad señores José M., Juan y Joaquín Campo Serrano, y para el baile del jueves de la próxima semana a los señores Rodrigo Díaz Granados, Eduardo D´vila, Aquileo Abello, José M. Díaz Granados Jr., Ricardo González y José B. Vives, miembros distinguidos de la Juventud Samaria. Decididamente, Arlequín ha plantado entre nosotros su tienda de harina y su cortejo de cascabeles. El Carnaval ha entrado en firme, pues ayer domingo..."27. Infortunadamente quedó incompleta la información, de todas maneras en la noticia se resume todo el festín de los samarios aristocráticos y socios del Centro Social. No sabemos que sucedía en los sectores populares de la ciudad sobretodo en aquellos donde la naciente clase obrera se asentaba, en los alrededores del Puerto Marítimo y la estación del Ferrocarril, parte Norte y en el Sur (lo que es hoy la calle 22 o Avenida Santa Rita).

De la información también es importante destacar cómo la "Soberana" asigna la responsabilidad de organizar los próximos bailes, a personas que reciben el nombre de "los multados", es decir, corren con los costos de cada baile. Apréciese que en medio del baile aparecen comparsas acompañadas por versiadores o cantantes de coplas que en uno de los casos es la misma Reina quien cumple esa función y que, según la nota, los versos son picantes, llenos de humor y de pronto "subidos de tono".

Sigue...


NOTAS

17 EL TIEMPO, 18 de enero de 1913, Bogotá.
18 ARCHIVO HISTORICO DEL MAGDALENA, Santa Marta.
19 EL TIEMPO, 8 de febrero de 1922, Bogotá.
20 EL ESPECTADOR, 1 de febrero de 1923, Bogotá.
21 EL ESTADO, 12 de enero de 1925, Santa Marta.
22 EL ESTADO, 14 de enero de 1925, Santa Marta.
23 EL ESTADO, 16 de enero de 1925, Santa Marta.
24 EL ESTADO, 21 de enero de 1925, Santa Marta.
25 Ibid.
26 EL ESTADO, 31 de enero de 1925, Santa Marta
27 EL ESTADO, 2 de febrero de 1925, Santa Marta.

última actualización, febrero 19/2001


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