GRUPOS DE ENCUENTROS
IGLESIA EVANGELICA BAUTISTA DEL CENTRO. REG. CULTO N:672. RODRIGUEZ 542. ROSARIO
EDIFICANDOOS LOS UNOS A LOS OTROS
VOLVAMOS A LO BASICO
LECCION NUMERO CUARENTA Y DOS.
SALUDAOS LOS UNOS A LOS OTROS
Introducción
Veamos seguidamente los correspondientes pasos prácticos que debemos tomar para saludarnos unos a otros de una manera bíblica.
Paso 1: No se puede saludar a otros sinceramente si no se tiene interés en ellos, o si hay algo entre usted y el otro hermano o hermana en Cristo. El primer paso para volver a la voluntad de Dios es corregir el problema. Si es contra usted que alguien ha pecado, vaya a esta persona y comparta con ella sus sentimientos. Por otra parte, si es usted que ha pecado contra alguien, tome la iniciativa inmediatamente y pida perdón.
Nota.- Esté preparado para descubrir que usted puede estar en terreno tan falso como la otra persona, aunque usted crea que la culpa es de la otra. Existen sentimientos hostiles entre los cristianos a causa de malentendidos y ruptura de la comunicación. Cada uno cree sinceramente que el otro está equivocado. ¡El caso es que los dos pueden estarlo!
Paso 2: Haga un esfuerzo serio en desarrollar interés en los otros. Si no lo hace, nunca se sentirá cómodo al saludarlos. Usted estará siempre "huyendo", con frecuencia echando la culpa a las otras personas por no tener interés en usted.
Nota.- Si tiene dificultades para expresar sincero afecto y amor a otros cristianos, su problema puede tener raíces en dos puntos. O bien usted es una persona egocéntrica, porque piensa primero en usted y se ha construido un mundo alrededor; o quizá se siente incómodo con la gente porque es tímido o temeroso; quizá tenga sentimientos profundos de inferioridad. Solo hay un solución básica a estos dos problemas, sea cual sea su causa. Debe olvidarse de sí mismo. Tiene que allegarse a los otros. Y aunque sea doloroso, especialmente si su problema es sicológico, debe empezar a recibir los beneficios del cristianismo relacional. Además, si no lo hace, no crecerá espiritualmente como debería. Y además, no funcionará por completo como parte del Cuerpo, ayudando a otros a crecer.
Paso 3: Considere los aspectos de la expresión física del afecto al saludar a otros cristianos. No hay duda que los cristianos del primer siglo se saludaban unos a otros con algo más que palabras. Podemos estar seguros de esto. Un beso -se hiciera como se hiciera- implicaba contacto físico con la otra persona. Es posible que se hiciera también entre personas de diferentes sexos. ¿Es posible que los cristianos del siglo XX hayamos ido al otro extremo al considerar los "peligros" de tocar a otra persona del sexo opuesto? Pero ¡No hay que entusiasmarse!
Nota.- Hay peligros cuando los cristianos muestran su afecto de modo físico a otros, como es natural, más aún cuando se trata del sexo opuesto. Por otra parte si las personas son vulnerables hacia conducta sensual , el incurrir en pensamientos e imágenes inapropiadas no tiene por qué ser limitado cuando se saluda de estas forma. Se puede incurrir en ellos dando simplemente la mano o conversando. Hombres y mujeres entre los que no haya lazos de parentesco deben ser siempre discretos al manifestar afecto físicamente.
El afecto entre personas solteras sólo raramente debe expresarse físicamente en situaciones privadas. Los que consideran seriamente entrar en el matrimonio deberían guardarse con mucho cuidado. Los pastores y consejeros profesionales deben ser especialmente precavidos en mostrar afecto, pues frente a una persona enferma espiritualmente, se puede dar lugar al chisme, que destruye la reputación de una persona.
Los cristianos no casados nunca deben mostrar afecto físico en tal forma que estimulen la naturaleza sensual de la otra persona, dando con ello lugar a pensamientos y acciones impropias.
Algunas personas que son más vulnerables al pecado, deben ser más prudentes que otros al mostrar afecto físicamente a personas del sexo opuesto.
Una palabra final: Los cristianos maduros pueden y deben mostrarse afecto físico. En nuestra sociedad, son sin duda apropiados un apretón de manos, un beso en la mejilla, un abrazo delicado. La mayoría de los cristianos expresan esta clase de afecto. Pero este afecto debe siempre basarse en motivos puros, discreción y sobre todo, verdadero amor cristiano. Cuando se exprese de esta manera, puede contribuir a la unidad y aún a la curación sicológica y espiritual. Pero cuando es expresado de modo inadecuado, reflejando motivos impuros, indiscreción y actos egoístas, puede conducir a heridas, amarguras, e incluso inmoralidad. Pero ¿no es esto así con cada ingrediente de las relaciones entre cristianos?
Hasta el próximo encuentro.