GRUPOS DE ENCUENTROS

IGLESIA EVANGELICA BAUTISTA DEL CENTRO. REG. CULTO N:672. RODRIGUEZ 1036. ROSARIO

EDIFICANDOOS LOS UNOS A LOS OTROS

VOLVAMOS A LO BASICO

LECCION NUMERO TREINTA Y SEIS.

ANIMAOS LOS UNOS A LOS OTROS

Introducción

Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros. 1 Tesalonicenses 5:11. El apóstol Pablo tenía otra preocupación importante en que pensaba constantemente, una tarea a la cual se había entregado de todo corazón: hacer todo lo que podía, y siempre que podía para edificar el cuerpo de Cristo. Y sabiendo que lo que podía hacer era limitado, siendo uno solo, su estrategia era pasar su preocupación a otros: animar a otros cristianos a desarrollar el mismo interés por todos los otros cristianos (Colosenses 2:2;4:8). El interés de Pablo, naturalmente, informa el propósito básico de estos estudios: proveer a los cristianos de directrices prácticas y bíblicas para desarrollar una iglesia en plena actividad. En resumen, ayudar a los cristianos a edificarse unos a otros. ¿Compartimos el mismo espíritu de Pablo en cuanto a preocuparnos por los otros? ¿Es fácil animar a otros cuando existen tantas fuentes de desaliento entre nosotros? Contar testimonios de cuando alguno de los presentes fue animado y eficado por otro creyente/s.

Como Pablo en el primer siglo, ningún cristiano en el siglo XX puede edificar a todos los demás cristianos en una iglesia local. El designio y plan de Dios es que cada cristiano funcione como parte del cuerpo de Cristo; que cada cristiano contribuya al proceso. "El cuerpo entero" - dice Pablo - debe estar " bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente". Y al desarrollar fuerza y dirección por parte de la cabeza, Jesucristo, entonces "recibe su crecimiento para ir edificándose en amor según la actividad propia de cada miembro" (Efesios 4:15-16).

El mandato de Pablo a los cristianos de Tesalónica, casi al final de su primera carta a esta dinámica iglesia del Nuevo Testamento, es una exhortación apropiada con la cual concluir nuestros estudios: "Por tanto animaos unos a otros, y edificaos unos a otros" y luego añade "así como hacéis" (1 Tesalonicenses 5:11).

Aquí había una iglesia en "plena actividad". Aunque se les presentaban serias pruebas y persecuciones (1 Tes 1:6)., y aunque estaban a punto de hacer frente al trauma de un disturbio doctrinal (2 Tes 2:1-4). Pablo les alaba por su amor y preocupación el uno por el otro. Habían aprendido la importancia del aliento, exhortación y confortación mutua .Pablo les recomendó que continuaran.

La palabra básica "parakaleo",usada en 1 Tes 5:11, aparece en varias formas en el Nuevo Testamento. A veces esta palabra está traducida como "exhortar, amonestar, enseñar", a veces como "pedir, suplicar, rogar".Está también traducida como: "consolar, estimular, confortar".

Pero la palabra básica se usa siempre para un propósito primario: describir las funciones que ayudan a los cristianos a edificarse en Cristo, a ayudarse unos a otros en Cristo. Es este significado que inspira estos estudios finales sobre este tema del pastoreo mutuo ("los unos a los otros"). Y es el sentido en que piensa Pablo cuando exhorta a los cristianos de Tesalónica a "animarse unos a otros y edificarse".

 

Los medios primarios para animarse unos a otros.

Pablo hizo evidente de un modo especial lo que constituía el medio primario para este aliento mutuo: la verdad de Dios. Es por eso que escribió a los cristianos de Efeso, animándolos a que "siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo"(Efesios 4:15).

Hay muchos ejemplos bíblicos que demuestran que el medio primario para animar a otros creyentes está enfocado en al verdad de Dios.Por ejemplo, Pablo al indicar las cualidades propias para los ancianos, en la carta de Tito, hace énfasis que el líder pastoral debe ser "retenedor de la palabra fiel tal como has sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen"(Tito 1:9).

Cuando escribió a Timoteo, le encargó al joven pastor: "Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina" (2 Tim 4:2). Además, cuando Pablo, Silas y Timoteo enseñaron y adoctrinaron a los nuevos cristianos de Tesalónica, trataron con cada uno de ellos como "el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros, y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó de su reino y gloria" 1 Tesalonicenses 2:11-12

Hasta el próximo encuentro.

 

 

Índice - Página principal

1