LECCION NUMERO VEINTISIETE.

Gálatas 6:2 afirma: "Sobrellevad los unos las cargas de los otros y cumplid así la ley de Cristo". La tarea de tratar con el pecado en la vida de otros creyentes es una de las más difíciles de las que nos encomienda Dios. Como consecuencia, muchas congregaciones pasan por alto esta responsabilidad completamente. Otras lo hacen por "arribita". Otros se enfrentan con el problema del pecado más que con los individuos afectados. Si queremos permanecer en la voluntad de Dios tenemos que llevar adelante la restauración de los caídos.

La razón, es que hay creyentes que manifiestan en su carácter mucho más los truenos del Sinaí, que el amor compasivo del Calvario. Repasemos: hay dos clases de personas, los cristianos y los no cristianos. Hay dos clases de cristianos, los espirituales que obedecen el gobierno del Espíritu y manifiestan su fruto y los carnales o niños en Cristo, que obedecen el gobierno de la naturaleza pecaminosa y manifiestan los frutos de la carne (Gal 5).

Los cristianos de Corinto pertenecían a esta última categoría (1 Cor 3:1-3). La descripción, que Pablo hace de ellos (con sus disensiones y rencillas), está relacionada, naturalmente, con lo que describe en su carta a los Gálatas como "obras de la carne".

Pablo en la carta a los Gálatas, recomienda cuando alguien fuere sorprendido en alguna falta, que los cristianos espirituales lo restauren con espíritu de mansedumbre. Restaurar es una palabra que en el griego tiene que ver con la medicina y su significado es "arreglar los huesos quebrados, enderezar lo torcido". Cuando un médico arregla un hueso quebrado, no lo puede hacer a la distancia, tiene que poner sus manos en el miembro del cuerpo herido y lo tiene que hacer con mucha delicadeza y sabiduría. Igual debe acontecer con los heridos por el pecado. Cuando la Biblia dice que alguien es sorprendido en alguna falta, no es que otros le vigilan y están con una cámara oculta para recoger pruebas, o para sacarle fotos como evidencia de la falta cometida. Lo que ocurrió es que el hermano descuidó sus defensas, tuvo la "guardia baja" y el pecado le propinó un " golpe bajo".

Al ser golpeados necesitamos asistencia, y no es cosa fácil socorrer en esta situación a otros. Solos los que andan en la voluntad de Dios han de ayudar a los que tienen dificultades con el pecado. Recordemos la sabia directiva de nuestro Maestro: "¿acaso puede un ciego guiar a otro ciego ?¿ No caerán ambos en el hoyo ?....¿ Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo ?".....

Esto trae mucha responsabilidad en los pastores y en los ancianos de la iglesia, donde cada uno de ellos, debe reflejar a Jesús en su propia vida. Una niña fue con su tía a una iglesia que tenía vitró en sus ventanas, y la jovencita como no los había visto antes, preguntó: ¿ Qué es esa gente dibujada en las ventanas ? " Son los santos" contestó la tía, quien al salir le preguntó a la pequeña niña, si entendía lo que eran los santos. "Si tía, son las personas por las cuales pasa la luz de Dios ." Por eso si nuestra vida es oscura, la luz de Dios no va a pasar por nuestras vidas. Por eso Santiago advirtió: "No os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación" (Sg 3:1).

Una responsabilidad también a tener en cuenta, es que no debemos ser causa de que otros pequen. Ver Rom 15:1-2 y 1 Cor 8: 9).

Gálatas 6: 1, contiene una exhortación usando la palabra "vosotros". En Mateo 18:15-17, Jesús de un modo específico explica el procedimiento para tratar el pecado en la vida de uno que ha pecado contra otro cristiano, con carácter personal. En estos casos, la corrección tiene que ser a base de uno a uno, también. No va a hablar a otros, sino a la persona que le ha faltado. Sin embargo, si éste no quiere escuchar, hay que tomar a otros y hablar otra vez a esta persona con ellos. Hay pecados que son contra toda la familia cristiana, y es en estos casos que Pablo indica que los cristianos carnales deben ser amonestados inmediatamente por los cristianos espirituales. En algunos casos, es peligroso emprender este problema. Intercambiar opiniones entre todos, y ....

Hasta el próximo encuentro.

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