GRUPOS DE ENCUENTROS
IGLESIA EVANGELICA BAUTISTA DEL CENTRO. REG. CULTO N:672. RODRIGUEZ 1036. ROSARIO
EDIFICANDOOS LOS UNOS A LOS OTROS
VOLVAMOS A LO BASICO.
LECCION NUMERO CATORCE. DECIMOCUARTA SEMANA.
SED DEL MISMO SENTIR UNOS Y OTROS
Introducción
Los grandes logros alcanzados en el reino de Dios, no siempre han sido debidos a la superioridad de algunos, sino al resultado de la colaboración de muchos. Es por medio de oraciones anónimas, el sacrificio de los desconocidos y la cooperación de los humildes, que no pretenden estar en primera fila, que se han alcanzado grandes objetivos. Hillary y Tensing fueron los que llegaron por primera vez a la cumbre del Everest. Realizaron esta conquista debido a todo un equipo que los respaldaba, y en especial a dos alpinistas que dos días antes habían llegado ya a corta distancia de la cumbre y no alcanzaron la cima por la escasa luz del día que quedaba, dejando el tubo de oxígeno que les quedaba y se volvieron atrás. Renunciaron a la gloria que podría haber sido suya, desplegando un magnífico espíritu de cooperación. Si Hillary y Tensing no hubieran podido recoger este oxígeno extra a su regreso de la cima dos días después, sin duda no hubieran sobrevivido para anunciar su victoria. Aunque estos dos escaladores son los que recibieron los máximos honores por su hazaña, los otros que trabajaron y sufrieron para ayudarles a hacer posible el hecho son acreedores de los mismos honores. (Del libro la Conquista del Everest). Así es también en muchas hazañas espirituales, necesitamos cooperación y espíritu de unidad para alcanzar los objetivos propuestos.
"Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús" (Ro. l5:5).
Hemos visto ya que el principal interés de Jesús acerca de la Iglesia (la unidad) era también el interés principal del apóstol Pablo. La oración de Jesús (Juan l7) era también la plegaria de Pablo (Ro. l5:5-6). Recordar además Ro. l2:l6, l4:l9, Ef. 4:3 y Fil. l:27. Una iglesia que funciona debe ser una iglesia unida. La unidad favorece la función efectiva del cuerpo, y a su vez la función efectiva del cuerpo crea más unidad. Donde hay unidad, habrá un testimonio dinámico de Jesucristo: Jesucristo es verdaderamente Dios-Hombre y Jesucristo es uno con el Padre.
Pasos prácticos para desarrollar la unidad en la iglesia
- Comprenda primero que la unidad es posible. Hay naturalmente una unidad espiritual que une a todos los creyentes en la Iglesia universal (integrada por los creyentes auténticos de todas las naciones que han confiado en Jesucristo), incluso con aquellos a quienes no conocemos (y que no conoceremos hasta que estemos en el cielo) siendo todos uno en Cristo. Pero la unidad por la que oraban Jesús y Pablo es la unidad concreta, visible y práctica que puede existir entre los creyentes que están unidos en una localidad geográfica particular (por ejemplo nuestra ciudad). Es una unidad día tras día, y a prueba de encontronazos. Implica gente de carne y hueso que se relaciona con nosotros. Aunque haya diferentes personalidades en cualquier familia local de creyentes, están atraídos para formar un corazón y un alma. Este es un gran misterio, pero es posible en Jesucristo. Esta era la dinámica espiritual de las iglesias del Nuevo Testamento (y lo era en iglesias en que había esclavos y amos sentados como hermanos en Cristo), también puede serlo en las iglesias de fin del siglo XX, que sean "solícitas en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz" (Ef. 4:3).
- Esta unidad no es automática. Exige esfuerzo. ¿Estamos dispuestos a trabajar para procurarla? Es verdad que hay una unidad de posición: porque todos estamos "en Cristo". Recordar entre todos pasajes que nos refresquen esta verdad. Pero la unidad visible y práctica, aparece cuando cada creyente hace su parte. ¿Estoy dispuesto a hacer "mi parte"? ¿Qué hubiera pasado en la iglesia de Jerusalén si los apóstoles no hubieran hecho frente al problema de las viudas olvidadas? O ¿qué hubiera ocurrido si los líderes de Antioquía no hubieran hecho frente al problema de los judaizantes (Hch. l5)? El Concilio de Jerusalén solucionó este último problema que hubiera traído confusión y división, así la unidad fue restaurada.
Mantener la unidad tiene dos "dimensiones":
- Cristo oró (y esta rogando) por nosotros. Tenemos ayuda sobrenatural para derrotar a Satanás.
- Hemos de hacer "todo esfuerzo" para ver de impedir que los factores humanos creen malentendidos y fricciones que nos dividan. El enemigo se deleita en usar cosas menores para destruir la unidad de los cristianos.
- Hay que comprender que la clave de la unidad es la madurez cristiana, reflejada en el amor. Esto está bien ilustrado en la iglesia de Corinto. Estos miembros eran terriblemente inmaduros y desprovistos de amor en sus actitudes y acciones. Parecen ser la iglesia más dividida y carente de unidad en todo el mundo del Nuevo Testamento.
- Debemos aceptarnos los unos a los otros (Ro. l5:7).

Hasta el próximo encuentro.
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