LECCION NUMERO OCHO. OCTAVA SEMANA.

¿Se acuerda Ud. cuál era el lema de los famosos personajes novelescos llamados Los Tres Mosqueteros?

Si Ud. no se acuerda, se lo refrescamos: TODOS PARA UNO Y UNO PARA TODOS. Ellos tenían un trabajo en común, eran los mosqueteros del Rey, pero eran diferentes en todo: familias, gustos, formas de ser, etc. De todas maneras llegaron a un punto muy importante en sus vidas: prometieron ayudarse el uno al otro, fuese cual fuese la situación que debían de enfrentar mientras realizaban su trabajo de proteger el Rey. Pasaron circunstancias de todo tipo, pero se mantuvieron fieles a su compromiso. Atos, Portos y Aramis son personajes ficticios, pero nos sirven para ilustrar un principio por demás importante: los cristianos necesitamos comprometernos con otras personas para afrontar los diferentes retos que la vida nos presenta.

El valor de las relaciones humanas radica en esto: cuán honestos somos con lo que hemos dicho a otros que haríamos. El hecho de compartir decisiones que tomamos a nivel espiritual con otros provoca en nosotros responsabilidad. Así avanzamos en un estilo de vida que ha de reflejar nuestra amistad con Dios.

El proyecto siguiente está diseñado para ayudarle a ser más efectivo funcionando como miembro del Cuerpo de Cristo y para ayudar a otros cristianos a hacer lo mismo.

1. Note que la mayoría de las referencias bíblicas respecto a la función del Cuerpo de Cristo son enfocadas sobre iglesias locales.

Aunque soy parte del Cuerpo universal de Cristo, no puedo sentir "pena" o "gozo" por alguien que no sé que existe. Si hay alguien sufriendo en China o Africa, no tengo manera de compadecerme de él de modo directo o personal. La única manera en que la función del cuerpo puede ser efectiva, significativa y dinámica es en el contexto de las familias de creyentes locales, que se conocen bien uno a otro y pueden, en base de este conocimiento, ministrarse el uno al otro. En estas familias "locales" tiene lugar la verdadera función del cuerpo.

Repasar los textos bíblicos básicos de lecciones anteriores sobre el Cuerpo de Cristo y sus diferentes miembros e intercambiar ideas sobre este paso inicial.

2. Este cuerpo local de creyentes no funciona automáticamente, necesita imperiosamente de madurez espiritual. Esto es lo que Pablo trató con tanto empeño en la carta a los corintios. En las cartas a los efesios y a los colosenses habló directamente del Cuerpo de Cristo funcionando, asumiendo comprensión, penetración y percepción. Esto no nos sorprende, teniendo en cuenta el nivel de maduración de los grupos. Parece ser que los efesios y los colosenses estaban mucho más adelantados en su madurez. Notemos las referencias directas de Pablo al funcionamiento del Cuerpo de Cristo en estas cartas: Ef. l:22-23; 2:l5-l6; 4:4; 4:ll-l2,l6; 5:23,30; Col. l:l8,24 y 2:l9. Leer todos los pasajes y compartir las enseñanzas.
3. Sea como líder cristiano o como miembro regular del Cuerpo de Cristo, ¿está Ud. haciendo énfasis en "buscar dones espirituales" o "madurar espiritualmente"? El hacer énfasis sobre los dones espirituales conduce a la confusión, la racionalización y la autodecepción. El énfasis sobre madurar espiritualmente conduce al cuidado, humildad, paciencia, sensibilidad, libertad y unidad. Estas son expresiones verdaderas del amor.
4. ¿Que hace Ud. para ayudar a otros cristianos a ser miembros participantes del Cuerpo de Cristo? Pruébese Ud. mismo y márquelo.

• Hago todo lo que puedo para ayudar a otros miembros a madurar en Cristo, midiéndolo según las cualidades de l Ti. 3 y Tit. l.
• Busco oportunidades para animar a otros cristianos maduros a participar en la enseñanza de las Escrituras, orar, ayudar, aconsejar, etc.
• Creo que Dios puede usar a otros miembros del Cuerpo de Cristo, aunque ellos no tengan la misma preparación que yo.
• Tengo un sentido sutil de orgullo que me dice que soy el único capaz de ministrar de modo efectivo a los otros.
• Tengo dificultades para confiar en los otros miembros del Cuerpo de Cristo, y me siento amenazado por el hecho de que ellos pueden hacer las cosas mejor que yo.

Separe sus puntos fuertes y flacos, y luego acentúe los fuertes y trabaje para eliminar los flacos.

Tarea: piense en cosas concretas que incluyan contacto con otros miembros de la familia de Dios y empiece esta semana a llevarlas a cabo. Empiece ya seleccionando a una persona a quien va a ayudar a funcionar mejor como miembro del cuerpo de Cristo.

Hasta el próximo encuentro.

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