GRUPOS DE ENCUENTROS

IGLESIA EVANGELICA BAUTISTA DEL CENTRO. REG. CULTO N:672. RODRIGUEZ 1036. ROSARIO

EDIFICANDOOS LOS UNOS A LOS OTROS

VOLVAMOS A LO BASICO.

LECCION NUMERO SEIS. SEXTA SEMANA.

MIEMBROS LOS UNOS DE LOS OTROS

 

Introducción

La siguiente ilustración fue extraída de un periódico de Costa Rica. "El próximo otoño, cuando veas los gansos volando hacia el sur, para pasar el invierno, fíjate en que vuelan formando una "V". La ciencia ha descubierto cosas muy interesantes sobre el vuelo de estas aves. Las alas de los pájaros que vuelan a la vanguardia, crean una succión que hace que los que van detrás puedan volar más descansados. Al volar en este tipo de formación, la bandada aumenta su avance por lo menos en un 7l% con respecto a la distancia que podría recorrer una de estas aves individualmente.

Las personas que comparten una dirección común y tienen sentido de comunidad, alcanzan sus metas rápida y fácilmente, porque aprovechan el impulso del grupo.

Cada vez que un ganso se sale de la formación siente de inmediato el efecto de la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de volar solo, y rápidamente regresa a la formación para beneficiarse del poder del compañero que va adelante. Si tuviéramos la inteligencia de un ganso nos mantendríamos en formación con los que van en nuestra misma dirección. El ganso que vuela en el vértice de la formación realiza el mayor esfuerzo. Cuando se cansa, uno de los gansos que le sigue toma su lugar.

Es mejor realizar los trabajos difíciles por turnos. Los gansos que van en la retaguardia graznan para alentar a los que van adelante a que mantengan la velocidad. Una palabra de aliento vale mucho. Finalmente, cuando un ganso se enferma, o cae herido por un disparo, otros dos gansos salen de la formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo. Permanecen con él hasta que esta nuevamente en condiciones de volar o hasta que muere. Sólo entonces, los dos acompañantes vuelven a la bandada o se unen a otro grupo. Si tuviéramos la inteligencia de un ganso, nos apoyaríamos unos a otros en la misma forma."

Todos los autores del Nuevo Testamento reconocen de un modo claro e inequívoco que los cristianos somos "miembros los unos de los otros". Fue Pablo, entre todos ellos, el que desarrolló de modo más extenso este concepto y utilizó de modo exclusivo una ilustración única para demostrar el punto: el cuerpo humano. En sus cartas a los romanos, corintios, efesios y colosenses, escribió la palabra "cuerpo" (soma) más de 30 veces para ilustrar a una iglesia funcionando.

Ejercicio: buscar entre todos la mayor cantidad de pasajes y compartirlos. Aproximadamente la mitad de las veces que se usa esta palabra, se refiere al cuerpo humano, físico, con sus diferentes partes o miembros. En la otra mitad, aplica el término a la Iglesia, el Cuerpo de Cristo. De los pasajes mencionados por los integrantes del grupo, investigar a cual de los dos usos se refiere.

La analogía

El uso más extenso de esta analogía del cuerpo humano aparece en la carta a los corintios, sin duda a causa de su carnalidad e inmadurez, y como Pablo no querían que se equivocaran debido a la falta de habilidad para comprender la verdad (l Co. 3:l-2) decidió hacer el punto tan claro, que incluso el cristiano más inexperto pudiera entender la ilustración. Ver l Co. l2:l4-26. Compartir entre todos lo que significa para nosotros hoy este pasaje de la Biblia y ejemplos prácticos de como en la práctica se efectiviza el ser "miembros los unos de los otros". Pablo concluyo sus largos y descriptivos párrafos, añadiendo esta meridiana afirmación:

"Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular" (l Co. l2:27). Hay otros dos pasajes importantes en las cartas de Pablo que ilustran y describen el funcionamiento del Cuerpo de Cristo y son Ro. l2 y Ef. 4. Entre otras cosas estos pasajes, junto al de l Co. l2 nos enseñan que:

  1. Ningún miembro individualmente puede funcionar de modo efectivo por sí mismo. No existen ni el Llanero Solitario, ni Robinson Crusoe, ambos personajes son ficticios y novelescos. Si entra una basura en nuestro ojo, instintivamente nos frotamos el ojo con el dedo, sin tener que convencer el dedo para ayude al ojo. En poco tiempo el ojo vuelve a ser normal.
  2. Ningún miembro del Cuerpo de Cristo debe creerse más importante que otro miembro del mismo. Nadie tiene derechos exclusivos a la gracia de Dios, ni tener más alto concepto de sí que el que debe tener (Ro. 12:3).
  3. Ningún miembro ha de abstenerse de trabajar en firme para guardar la unidad en el Cuerpo de Cristo. Debe tener solicitud para hacerlo (Ef. 4:3 y 1 Co. 1:10).

Nos necesitamos los unos a los otros y el que tiene la mayor responsabilidad deberá ser el mayor servidor. Evitemos que aparezcan los malos entendidos y las divisiones.

Hasta el próximo encuentro.

 

 

 

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