GRUPOS DE ENCUENTROS

IGLESIA EVANGELICA BAUTISTA DEL CENTRO. REG. CULTO N:672. RODRIGUEZ 1036. ROSARIO

EDIFICANDOOS LOS UNOS A LOS OTROS

VOLVAMOS A LO BASICO.

LECCION NUMERO CINCO. QUINTA SEMANA.

 

Introducción

Hace muchísimos años una fiel cristiana estaba preparando un paquete con materiales de ayuda para la India. En ese momento se acerca un niño de la familia que quería colaborar con una pequeña ofrenda de un centavo. ¿Qué haré con esto? dijo la mujer. Fue y compró un folleto que explicaba el evangelio y lo incorporó a su envío. Ese folleto llegó a manos de un jefe tribal de Birmania, quien se convirtió. Este hombre experimentó grandes cambios en su vida, y así testificó a sus amigos más cercanos quienes también conocieron a Jesús. Más tarde se organizó una iglesia y pidieron un misionero que los guiara, de esta manera se convirtieron más de 15.000 personas. Todo comenzó con una pequeña semillita de alguien que quiso dar a otros.

Hemos llegado hasta aquí, observando la conducta que los seres humanos manifestamos a nuestros semejantes. Siguiendo la parábola del buen samaritano, nos queda la:

 

Filosofía de vida del samaritano

Todo lo mío puede ser tuyo.

Cuando en la zona de Jerusalén sobrevino una gran necesidad, otros creyentes de la región de Macedonia (Grecia) reaccionaron adecuadamente y decidieron enviar ayuda hacia los pobres. Leer 2 Co. 8:l-7 y veamos la disposición a dar:

  1. Durante gran prueba y sufrimiento (verso 2).
  2. En condición de extrema pobreza (verso 2).
  3. Con agrado (verso 3).
  4. Aun más allá de sus posibilidades (verso 3).
  5. Rogando ser tenidos en cuenta para ofrendar (verso 4).
  6. Considerando el hecho un privilegio y servicio (verso 4).
  7. Sin olvidar de darse primero ellos al Señor.

 

El trabajo es una bendición de Dios para nuestras vidas y tiene varios propósitos, entre ellos:

 

  1. Para proporcionarnos sustento y abrigo (1 Ti. 6:8).
  2. Para darle a los otros (Ef. 4:28).
  3. Para dar testimonio a otros (1 Ti. 6:1).

 

Preguntas para debatir entre todos:

 

 

En Hch. 20:35 se nos dice que "Más bienaventurado es dar que recibir", pero también recordemos que no es valioso tan solo la cantidad que yo pueda dar, sino la disposición de entrega de mi corazón. El dar ayuda a crucificar la avaricia de mi corazón.

Leer Lc. 3:l0-ll e intercambiar opiniones sobre lo que Juan el Bautista dijo a sus oyentes.

Leer Lc. 6:38,40 y pensar en las aplicaciones prácticas de este mandamiento de dar a otros en este tiempo presente.

La naturaleza nos brinda un ejemplo consistente: cuando la gallina pone un huevo los otros se enteran, porque ella es encarga de anunciarlo, pero cuando el salmón deshova, lo hace en cantidad y a una profundidad tal que no nos permite enterarnos y como este pez tampoco lo anuncia no llegamos a enterarnos. Cuando demos a otros tratemos de imitar al salmón, pero nunca a la gallina.

Recordemos lo que dice el libro de Ro. l4:7-9: "Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así, pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven."

Según 2 Co. 8:9, hemos sido enriquecidos por la riqueza que Cristo nos entregó en prueba de su abundante gracia para con nosotros. Ya que hemos recibido tanto: ¿no deberíamos tener una actitud parecida para con los otros?

 

¿Qué estaremos dispuestos a dar en obediencia a nuestro Señor?

 

Dialogar entre todos y hasta nuestro próximo encuentro.

 

 

 

Índice - Página principal

1