GRUPOS DE ENCUENTROS
IGLESIA EVANGELICA BAUTISTA DEL CENTRO. REG. CULTO N:672. RODRIGUEZ 1036. ROSARIO
EDIFICANDOOS LOS UNOS A LOS OTROS
VOLVAMOS A LO BASICO.
LECCION NUMERO TRES. TERCER SEMANA.
Introducción
Hace muchos años atrás, nuestros abuelos y en especial aquellos que venían del campo acostumbraban a invertir tiempo en tener una quinta (si es que tenían en sus casas suficiente terreno). Los tomates eran una verdura apetecible para cosechar, ya sea por los tamaños o los colores. Era todo un arte preparar los plantines de tomates. Utilizaban generalmente un cajón de pequeñas dimensiones para sembrarlo con semillitas del mejor tomate. Luego de germinados eran transplantados al lugar de la quinta donde estaba la mejor tierra. Las otras plantitas eran las que sobraban y quedaban en el almácigo y "amontonadas" y quitándose espacio vital para desarrollarse. Las plantas que seguían viviendo, solo subsistían, se iban "en vicio", es decir asfixiaban a las otras plantas.
La segunda conducta a analizar es la de los religiosos
Todo lo mío es mío y no lo voy a compartir.
Es parecernos a la historia de las plantitas de tomates que no llegan a nada, nos "vamos en vicio" y terminamos viviendo para nosotros mismos (contrario a lo que dice Rom .l4:7-9).
El sacerdote y el levita de la parábola de Lc. l0:25-37 representan la conducta enferma del religioso que vive para sí mismo. Usted puede impresionar de lejos, pero sólo puede impactar de cerca. Esta era la gran diferencia entre los hipócritas fariseos y rabinos, y Jesús (ver Mt. 7:29). Para ambos religiosos, el hecho de detenerse era una posibilidad de quedar inmundos porque la persona en el camino podría estar muerta, o podría ser una pérdida de tiempo teniendo otras cosas que hacer. Por eso ambos hicieron la "vista gorda".
El éxito atrae a los parientes y nos crea "nuevos parientes". El fracaso y las pruebas duras ahuyentan a otros parientes y amigos.
El levita y el sacerdote de la historia mencionada, eran quienes profesaban santidad y tenían oficios que les "obligaban" a tener compasión, ternura y enseñar a otros a hacer lo mismo.
Este mal comportamiento, es un llamado a no ser insensibles en nuestra relación "con los otros". Debemos dedicar tiempo a conocer y preocuparnos por "los otros". ¿Cuántas veces decimos? no tuve tiempo para visitarte o para llamarte por teléfono. ¿No habrá llegado el tiempo de dejar de dedicarnos tanto a nosotros mismos y pensar en las necesidades de otros? Dialogar entre todos.
En un seminario sobre cómo escuchar, el profesor dijo que cada uno se evaluara del l al l0 su propia capacidad de escuchar. El promedio fue de 7,5. Luego dijo: ahora evalúen la capacidad de vuestro vecino de curso en cuanto a la misma habilidad. El resultado fue inesperado: 4,l. Todos creían que el problema en escuchar era del "otro", pero nunca de sí mismo.
¿Por qué los religiosos de la parábola no pararon? Muy posiblemente fue porque:
Preguntas para pensar
:
¿Con quién pasó 30' esta semana?
¿De quién fue la iniciativa, suya o del "otro"?
¿A quién llamó por teléfono para saber como estaba?
¿Con qué propósito lo vio: relación, consejo, comunicación o desarrollo?
¿Ambos ganaron o fue para su propio beneficio?
En nuestro próximo encuentro analizaremos las otras conductas.