Seguimos analizando en esta lección la enseñanza fundamental del nuevo nacimiento. El mensaje de Jesús nos dice que el hombre es pecador y que le "es necesario nacer de nuevo" (ver Rom 3:23 y Jn 3:7).

Nacer de nuevo respecto de nuestro espíritu, ya que no podemos nacer físicamente de nuevo. Significa un comienzo totalmente nuevo; una nueva creación espiritual efectuada por Dios a través de su Espíritu (2 Corintios 5:17).

Desarrollo: este nuevo nacimiento es más que una reforma. Algunas personas hacen resoluciones de Año Nuevo ("año nuevo, vida nueva") respecto de cambios en su vida, pero no tienen el poder para poder realizarlos. Para que cambios verdaderamente milagrosos puedan realizarse, el hombre y la mujer deben ser transformados.

Hace mucho tiempo, un grupo de barberos-peluqueros, en su convención anual decidió exhibir el valor de su arte. Hallaron un vagabundo en un barrio marginal, le cortaron el cabello, lo afeitaron, le dieron un buen baño y lo vistieron con un traje nuevo de lo mejor en plaza. Estos barberos, demostraron que en su oficio eran verdaderos artistas, pero tres días después el hombre estaba todo sucio y tirado de nuevo en un arroyo. Es que este hombre había sido cambiado exteriormente y presentaba un aspecto de hombre respetable, pero los impulsos y urgencias de su ser íntimo no habían cambiado. No hubo una verdadera transformación. Había sido "empolvado y perfumado" pero no radicalmente transformado. Un prominente hombre del siglo XX dijo: "Nadie puede salir del pantano tirando de las correas de su propia sandalia".

La Biblia enseña que mediante el nuevo nacimiento, el hombre entra en un nuevo mundo. La vida adquiere una nueva dimensión espiritual. ¿Podría alguno de los presentes relatar brevemente lo que Dios hizo en sus vidas a través del nuevo nacimiento? Existe la posibilidad de un verdadero cambio, y esto pudo ser experimentado por millones de personas a través de los veinte siglos de cristianismo. En el pasaje de 2 Corintios 5:17 (ya leído), se habla de cambios maravillosos entre las "cosas viejas" que pasan y "las cosas nuevas" que trae consigo el "estar con Cristo" y su poder transformador.

Si te atrevés a realizar este cambio "en Cristo", notarás varios contrastes: lujuria por santidad, tinieblas por luz, muerte espiritual por resurrección, ser un extranjero en el Reino de Dios por ser un ciudadano del mismo, y sobre todo pasando a ser un miembro de la familia de Dios (1 Pedro 2:9-10).

Con el nuevo nacimiento, el hombre cambia su voluntad, el propósito para su vida, su disposición para hacer lo bueno, sus afectos, y tiene un nuevo sentido para su vida. Se convierte en "una nueva criatura", o sea una nueva creación de Dios a través del Espíritu Santo. En Génesis 1:2 dice que: "la tierra estaba desordenada y vacía y las tinieblas ....y el Espíritu de Dios se movía..." en ese momento, para poner orden en donde había un caos.

En el terreno espiritual, un hombre y una mujer sin Dios y sin Cristo tienen también una vida desordenada y vacía y están (aunque no lo sepan) en profundas tinieblas y en ese estado espiritual, el Espíritu Santo, al igual que lo hizo durante la Creación del mundo, y con el mismo poder ordenar tu vida dándole nuevos propósitos, dando contenido a una vida vacía y arrojando luz para que puedas comenzar a ver lo que Dios puede hacer en tu vida. La Biblia nos da innumerables ejemplos de hombres que fueron transformados. ¿Podrían ustedes recordar algunos de estos casos notables? El tiempo ha pasado desde que las Sagradas Escrituras nos han sido reveladas, pero Dios sigue transformando vidas hoy mismo, ¿podría alguno de ustedes contar algún aspecto de sus vidas en que hay evidencia del nuevo nacimiento, como por ejemplo en el carácter, actitudes, sentimientos, hábitos, propósito, etc?

Durante el ministerio terreno del Señor Jesús, hubo un endemoniado en Gadara (región vecina a la tierra santa), al cual las cadenas no podían sujetar contra la fuerza de sus ataques demoníacos, pero cuando se encontró con Jesucristo, el hombre fue totalmente transformado, y poco más tarde lo encontramos en su hogar (antes vivía entre los sepulcros) "vestido y en su sano juicio" (Lucas 8:35).

Zaqueo era un recaudador de impuestos, los cuales iban a parar a Roma, capital del imperio que dominaba Palestina, y en esa función defraudaba a la gente cobrando más de lo que correspondía. Cuando se encontró con Jesús, todo cambió en su vida. Procedió a hacer "restitución": "la mitad de mis bienes doy a los pobres y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado" Lucas 19:8.

Un joven llamado Saulo, iba camino a Damasco en persecución de los cristianos, cuando tuvo un encuentro con Cristo bajo el ardiente sol de Siria. Al mediodía una luz del cielo más potente que la del sol, lo cegó, paradójicamente le dio la visión espiritual para comprender la voz del Cristo resucitado, a confiar totalmente en El, y a convertirse en un eminente apóstol. Toda persona que esté dispuesta a confiar en Jesús, puede recibir aquí y ahora el nuevo nacimiento. 2 Corintios 6:2 dice: "He aquí el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de a salvación. Dios te ofrece vida eterna como regalo, ¿no quieres aceptarla?.....

Hasta el próximo encuentro.

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