GRUPOS DE ENCUENTRO
IGLESIA EVANGELICA BAUTISTA DEL CENTRO. REG. CULTO No 672.
RODRIGUEZ 542. ROSARIO
Aurora de una nueva vida- La paz interior
LECCIÓN NÚMERO TREINTA Y SIETE
Soledad propia y soledad
ajena - 2
Introducción: el material que estamos utilizando, es de gran ayuda para todos los que necesitan paz interior. Los apuntes del presente ciclo, se refieren al tema de la soledad, propia y ajena, a la luz de la Palabra de Dios. Cada apunte ha sido elegido y traducido cuidadosamente, siguiendo un proceso de adaptación y actualización. Proponemos conservar este material, porque es de valor permanente. Asista a un núcleo en crecimiento.
1. ¿Por qué sentirte en soledad, cuando tienes
un verdadero Amigo?
Ver Proverbios 17:22
“El corazón alegre constituye buen remedio; Mas el espíritu triste seca los huesos”.
Para todo cristiano la felicidad tendría que ser una cosa natural. Los enamorados se sienten felices cuando están juntos (¿verdad?), y un cristiano es una persona que ama y se siente unida a Dios y a su pueblo, en los vínculos de un amor permanente y sobrenatural. Ese creyente, al saberse amado por el Señor, tiene el remedio para la tristeza. No está solo, porque tiene un Amigo que está a su lado en todas las horas. No teme el mañana, porque sabe que su futuro está en las manos del Padre Celestial. No tiene dudas ante la eternidad, porque sus pecados han sido perdonados por haber aceptado a Jesucristo como Señor y Salvador. No se siente una persona inútil, porque está al servicio del Evangelio, la empresa más grande del mundo. ¿Tienes este Amigo?
2. Compadecerte de ti mismo es
también una herejía
Ver Hebreos 4:15
Este pasaje bíblico dice que “no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado (= ó probado) en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” Una de las peores herejías es compadecernos de nosotros mismos, pensando que el Señor no se compadece de nosotros. Pero Dios nunca nos olvida, ni siquiera por un instante. Si él pudiera olvidarse de nuestra soledad o de nuestras pruebas, no sería Dios. El Señor comparte todos los momentos de nuestra vida. No hay latido de nuestro corazón que él ignore; no hay suspiro que El desconozca; no hay dolor que El descuide; no hay queja que a El le pase inadvertida. No te compadezcas de ti mismo, si de veras sigues a Jesús. ¿Estás compadeciéndote de ti mismo? ¿Crees que Dios te está ignorando en este momento?
Acércate a Jesús y recibirás misericordia, gracia y oportuno socorro.
3. La bondadosa mano de Dios
está en todas partes
Ver Isaías 40:12-14
“¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados? ¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole? ¿A quién pidió consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó ciencia, o le mostró la senda de la prudencia?”.
El pensador cristiano Samuel Jones acostumbraba decir: “Las montañas son los pensamientos de Dios apilados. Los mares son los pensamientos de Dios esparcidos. Los pimpollos son los pensamientos de Dios que florecen. Las gotas de rocío son los pensamientos de Dios en perlas preciosas”. El famoso evangelista Dwight L. Moody decía que, después de su conversión, todas las cosas del Universo le parecían más hermosas, porque eran creación de su Padre Celestial. No podemos descubrir toda la belleza de la vida y del vasto Universo, hasta que vemos en todas partes la mano creadora de nuestro Dios. Nosotros somos su obra y sabemos que El nunca nos abandonará. Su Espíritu sabe qué tiene que hacer con nosotros y no necesita nuestro consejo. El no nos dejará solos (Juan 14:15-18). ¿Has descubierto a Dios próximo a tu vida?........
¡Dios
nunca nos abandonará en la soledad!
4. Nuestro Señor es siempre fiel a sus
promesas.
Ver Mateo 10:29-31
Un poeta dijo que “el planeta es un avaro, porque atesora con infinito cuidado los pétalos de las rosas, la luz de las estrellas, el aroma de las flores, las pequeñas hojas del césped y las gotas de la lluvia”. Son maravillas que nos rodean entre otras muchas, que aunque a veces pasan desapercibidas nos demuestran el amor y el cuidado que Dios dedica a todo lo que El ha creado. Por ello sabemos que El cumplirá sus promesas y velará por nosotros en todas las circunstancias, si nos ponemos bajo sus alas. En este párrafo bíblico Jesús nos recuerda que ni un débil pajarillo, ni un simple cabello pueden caer a tierra sin el conocimiento de nuestro Padre Celestial. “Así que no temáis”, agregó nuestro Señor, más valéis vosotros que muchos pajarillos”.
Hasta el próximo encuentro