GRUPOS DE ENCUENTRO
IGLESIA EVANGELICA BAUTISTA DEL CENTRO. REG. CULTO No 672. RODRIGUEZ 542. ROSARIO
Aurora de una nueva vida- La paz interior
LECCION NUMERO VEINTIDOS
Reconocer nuestros errores - VIII
23. En algunas cosas, Freud tenía razón
Ver Efesios 4:24-25.
"Y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros".
El "padre de toda mentira" es quien hace creer a cristianos nominales y cristianos tibios que se puede pertenecer a una iglesia y vivir "como se les da la gana".
Este es el arte de hacer ver a la mentira vestida de verdad. Hay en "Don Segundo Sombra" una ilustración más o menos así:
Cierta vez la Verdad y la Mentira estaban fatigadas por el trajín de recorrer el mundo. A regañadientes la Mentira aceptó la invitación a darse un baño. Cuando vio a la Verdad despojarse de sus blancas y resplandecientes vestiduras tuvo la gran idea. Cuando la Verdad se zambulló, la Mentira se quitó prestamente su fétido ropaje y luego de vestirse con las ropas de la Verdad huyó perdiéndose en la noche. Desde entonces la Verdad anda desnuda por el mundo.
Así, la mentira pudo introducirse en lugares antes vedados: instituciones religiosas, políticas, educacionales, etc, y cumplir con sus designio de falsificar las verdades.
Sigmund Freud, el famoso siquiatra, decía que: "uno de los pecados más comunes y estúpidos es engañarse a sí mismo". Engañándonos a nosotros con falsas verdades o verdades aparentes, también engañamos a los demás. En su libro "Honestidad", publicado en 1.938, el Dr Richard C. Cabot dijo: "La mentira es la reina de los vicios, y casi todas las desgracias del hombre son instrumentados por el engaño". Y también escribió: "La honestidad es la reina de las virtudes". El que es deshonesto en la apreciación de su propia vida espiritual está expuesto a toda clase de errores porque se engaña a si mismo y -por otra parte- engaña a los demás.
¡Ser escrupulosamente honesto en todo, es el fundamento ideal para construir un sólido carácter cristiano!
24. La sabiduría humana tiene sus bemoles
Ver Mateo 16:21-23.
"Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres".
El consejo de Pedro fue humanamente sabio, pero su fundamento era de este mundo. Por supuesto, nadie duda que Pedro amaba mucho a Jesús, y que él no podía aceptar que su Maestro padeciese en la cruz. Para él habría sido mejor que Jesús viviese por largos años, enseñando cosas buenas al pueblo. Las ideas de Pedro eran "las de los hombres" (ver final del v. 23) es decir, las que todo ser humano tendría que evitar que su mejor amigo sufra. En otras palabras, Pedro no entendía la razón de ser de la cruz, sus motivos eran buenos pero su discernimiento escaso. Lo comprendió algún tiempo después, cuando descubrió que Jesús "llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia" (1º Epístola de Pedro 2:24). ¿Qué piensas tú?......
25. Shakespeare y el "Mercader de Venecia"
Ver Romanos 7:19
"Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago".
Shakespeare, autor del "Mercader de Venecia", pone en labios de uno de sus personajes las siguientes palabras: "¡Para mí es mucho más fácil enseñar a veinte qué es lo bueno que deben hacer, que ser uno de esos veinte obedeciendo mi propia enseñanza!".
De tal modo, Portia, protagonista del relato, reflexionaba sobre su propia flaqueza. En los capítulos 7 y 8 de su epístola a los Romanos, Pablo se refiere a ese conflicto humano. El apóstol da a entender que mejor que poseer un absoluto conocimiento de lo que es recto, importa recibir del Espíritu Santo el poder de hacer lo que es bueno y agradable a los ojos de Dios. En realidad, toda persona que ha aceptado a Jesucristo como Señor, ya tiene el Espíritu Santo y, por lo tanto, ha recibido el poder para una vida victoriosa. Lo que pasa es que fracasará si quiere hacer las cosas buenas en el poder de su buena voluntad. Hay una gran diferencia. La buena voluntad es sólo poder de la carne (de la naturaleza humana). ¡Pero el poder del Espíritu procede de Dios!.
Hasta el próximo encuentro.