GRUPOS DE ENCUENTRO

IGLESIA EVANGELICA BAUTISTA DEL CENTRO. REG. CULTO No 672. RODRIGUEZ 542. ROSARIO

Aurora de una nueva vida- La paz interior

 

LECCION NUMERO DOCE

 

Las ambiciones y rivalidades

 

Hay una paz humana y una paz divina

Ver Lucas 11:21 y Juan 14:27.

Nadie ignora que mucha gente, muchas familias, muchas personas, tienen paz y sus vidas transcurren serenamente, pese a que no han arreglado sus cosas con Dios. A veces nos enteramos de fakires, yogas, etc., que afirman y demuestran que poseen una profunda paz interior. Tal es el caso, por ejemplo, del famoso Dalai Lama, o de otros grandes maestros de religiones asiáticas, que no reconocen a Jesucristo como único y verdadero Dios. Además, hay muchos que, sin estar vinculados a movimientos espirituales, también sienten paz en su interior y en sus hogares, en todo tipo de circunstancias. ¿Cómo se explica esto?.... La respuesta es algo complicada. La Biblia dice que todo el mundo está bajo el gobierno del Maligno (1 Juan 5:19). Esta declaración de Juan aconteció casi al final del primer siglo de la era cristiana, cuando el avance de la fe estaba en su apogeo. Pero debemos tener muy en cuenta, que el Diablo no siempre se presenta como un cruel enemigo, o como un grotesco verdugo. Muchas veces toma la actitud de "ángel de luz" (2 Corintios 11:14). Cuando asume ese papel, distribuye generosamente una vivencia de paz, muy humana pero muy real. Refiriéndose al Diablo, la Biblia dice: "Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee" (Lucas 11:21). Sin embargo, esa paz es artificial y no tiene profundidad ni eternidad. La verdadera PAZ es la que Jesús promete en Juan 14:27. Allí el Señor admite que hay una paz que da este mundo, pero señala que El nos da una Paz diferente, que surge de su perdón y de nuestra reconciliación con Dios. ¿Paz humana o paz divina?

 

Filipenses 4:7 dice: "Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Cuando Pablo dice que sobrepasa todo entendimiento, no tiene el sentido de que el cristiano no la pueda comprender, sino en el de que supera todos los esfuerzos, cálculos y preocupaciones que el entendimiento (mente) pueda imaginar e intentar poner en práctica para poner en paz el corazón. y el propio pensamiento.

Un ejemplo práctico de lo que estamos considerando ocurre en la experiencia de un antiguo creyente llamado Asaf, quien es el autor humano del Salmo 73. Allí encontramos detalles autobiográficos de este notable creyente, en un momento de confusión. Allí se describe como la mente trata de protegerse y guardarse a si misma. Las preguntas que surgieron en su interior eran: ¿Por qué permite Dios que yo sufra así? ¿Por qué permite El que el impío florezca y prospere?.

En los versículos 73:16 y 22, el salmista confiesa la incapacidad de su propia mente para protegerle en contra de los asaltos de tales pensamientos. Veamos:

73:16 dice: "Cuando pensé para saber esto, fue duro trabajo para mí".(en Paráfrasis: "Pero que difícil es explicar eso: la prosperidad de los que odian al Señor")

73:22 dice: "Tan torpe era yo, que no entendía; era como una bestia delante de ti".("Me vi cuan necio e ignorante era; a ti, oh Dios, debo de parecerte una bestia")

Pero en los versículos 73:23-24, hace que la paz de Dios sea su refugio, donde todos sus pensamientos atormentadores son contestados y apaciguados. Veamos estos dos versículos en Paráfrasis:

"Pero con todo, me amas. ¡Tú sostienes mi mano derecha! Seguirás guiándome toda mi vida con tu sabiduría y consejo; y después me recibirás en las glorias del cielo". ¿Deseas la paz humana o la divina?.

 

Filipenses 4:8 dice: "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad" (lit. tened en cuenta estas cosas).

De la misma manera que la salud física depende, en buena parte, de la dieta alimentaria que sigue una persona, así también la salud mental y espiritual, con su consiguiente paz interior, depende en mayor proporción todavía que la corporal, de lo que nutre a nuestra mente.

Las 6 cosas que Pablo enumera en Fil 4:8, y en las que exhorta a tener puesto el pensamiento son las siguientes:

a) "Todo lo que es verdadero", es lo real, lo que tiene sustancia, lo que no es producto de la fantasía, ni suena a ficción e hipocresía.

b) "Todo lo honesto", es lo respetable, todo lo noble, lo decoroso, serio y recomendable.

c) "Todo lo justo", lo que puede ser aprobado por Dios, por ser cumplimiento fiel de las obligaciones que tenemos hacia El, hacia el prójimo y hacia nosotros mismos.

d) "Todo lo puro", lo moralmente limpio en todo sentido, no solo en el de la castidad ( 2 Cor 6:6,7:11, 11:2; Tito 2:5).

e) "Todo lo amable", es todo lo verdadero y bueno en cuanto atrae los afectos puros, no corrompidos por el vicio.

e) "Todo lo que es de buen nombre", es lo que merece buena fama, que se hable bien de ello. ¿Tenés la paz de Dios?

 

Filipenses 4:9 dice: "Lo que aprendisteis y recibisteis y oisteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros". Y así como la dieta es insuficiente sin el ejercicio, también eso que el apóstol recomienda se necesita ponerlo por obra. Los dos primeros verbos, tienen que ver con lo que Pablo les enseñó ("aprendisteis y recibisteis"), y los dos últimos tienen que ver con lo que Pablo mismo practicaba de palabra ("oísteis") y de obra ("visteis").

En el versículo 7, había mencionado la paz de Dios; ahora menciona en el 9b al Dios de paz. Con esto último, parece poner de relieve el apóstol, esa paz que pone fin a todas las ansiedades porque procede de Dios, tiene una realidad sólida, tan objetiva como Dios mismo lo es. ¿Disfrutás de la paz de Dios?

Hasta el próximo encuentro.

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