1. LA TENTACION ESTA SIEMPRE "A LA VUELTA DE LA ESQUINA"

(a) La Biblia dice "el que piensa estar firme, mire que no caiga" . (1 Corintios 10:12). La tentación está cerca de cualquier creyente, de todo creyente y aún del creyente más consagrado. ¡Hasta el propio Jesús fue tentado!... Por eso esta lección es muy importante para resistir victoriosamente toda tentación.

(b) La tentación es un deseo que nos propone caer en el pecado, según Santiago 1:12-15, donde se expresa que tal deseo viene de nuestras propias flaquezas (concupiscencias). Por ejemplo:

* del afán de lucirnos y llamar la atención

* de la excitación física y del deseo sexual impuro

* de tolerar insinuaciones inmorales que nos afectan

* de nuestra tendencia a "jugar" con alguna tentación

* de nuestra complacencia con la mundanalidad

* de la intención de sobresalir a toda costa

* etcétera (ver 1 Juan 2:15-17).

2. LA TENTACION PROCURA DESTRUIR NUESTRA PAZ INTERIOR

(a) El Diablo nos ataca en dos frentes: 1) a través del ataque directo por medio de las circunstancias adversas, incluyendo la agresión verbal que nos hagan otras personas; y 2) a través de la seducción, halagando nuestro "yo" con tentaciones carnales como la excitación inmoral y las actividades sexuales impuras, interrumpiendo nuestra comunión con Dios. A la luz de las Escrituras podemos observar que en el primer caso, el Diablo actúa como león; y en el segundo caso, procede como una serpiente (ver 2 Corintios 11:3, y 1 Pedro 5:8-9).

El pecado es una combinación nefasta de tres cosas: debilidad sin detectar, vida desprotegida y oportunidad inesperada. Está siempre latente entre nosotros, la carne no mejora, ni mejorará jamás, ya que su remedio es único, la cruz de Cristo, debe allí morir. La carne es siempre carne. Por eso el ruego "no nos dejes caer en tentación".

(b) En Mateo 26:41, leemos estas palabras del Señor Jesucristo:

"Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil" (comparar con Marcos 14:38).

Este consejo de nuestro Señor es mucho más que una simple recomendación: fundamentalmente es un mandamiento. Si caemos en la tentación, no tendremos paz interior y viviremos afligidos, con un gran desajuste emocional. Ya en el Antiguo Testamento se advertía: "No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos" (Isaías 57:21).

3. PARA ALCANZAR Y CONSERVAR LA PAZ INTERIOR, ¡NO BAJEMOS LA GUARDIA JAMAS!

(a) Todo cristiano, sin excepción, se ve continuamente en circunstancias en que a sabiendas debe elegir entre el bien y el mal. El Diablo estimula en cada creyente, la tendencia natural a elegir el mal, proponiéndole cosas "inocentes" (en apariencia) o cosas resueltamente perversas. Desde luego, son más los que "muerden el anzuelo" de las tentaciones "menores" o "inocentes", que -en realidad- son una obra siniestra de Satanás (por ejemplo, Mateo 16:21-23).

No sabemos si todos han tenido la oportunidad de ver una brújula, pero funciona de tal manera que la aguja que forma parte de ella, se ve afectada por la atracción magnética, de la misma manera el cristiano se siente atraído por el pecado. Otra ilustración bíblica, la representa Israel, quien en el tiempo antiguo al peregrinar por el desierto, tenía deseos de volver a Egipto para comer "cebollas y ajos" (Números 11:5), hortalizas que en el desierto no había. Otro ejemplo lo tenemos en el joven Demas, que era un colaborador muy cercano al apóstol Pablo, del cual dijo: "porque Demas me ha desamparado, amando este mundo..." (2 Timoteo 4:10). Pablo describe al cristiano como un ser compuesto de dos naturalezas: la vieja y la nueva, que compiten constantemente entre sí para ganar el control de nuestra vida. Por supuesto, gana la batalla, la naturaleza que más "alimentamos".

El cristiano debe entender esto, y aprender a enfrentarse a esta "atracción magnética" de su propia naturaleza pecaminosa y las atracciones de Satanás.

(b) ¡No confiemos en nuestras propias fuerzas (1 Corintios 10:12), sino en el poder victorioso de Cristo (Romanos 8:35-39)! Entonces tendremos verdadera PAZ, conforme a la promesa de nuestro Señor (Juan 14:27). Billy Graham dijo: "El pecado se produce cuando cedemos a la tentación. Ninguno de nosotros debe colocarse deliberadamente en una posición en la que pueda ser tentado. Satanás siempre atacará nuestros puntos más vulnerables. Ver Santiago 1:14-15. Cuando un pensamiento malo entra en nuestra mente, y nosotros lo acariciamos, germina y crece hasta convertirse en un acto de maldad".

Hasta el próximo encuentro.