Hugo A. Míguez
Programa de epidemiología psiquiátrica.
Conicet.
Trabajo presentado en el 3° Congreso Internacional sobre Adicciones de Programa Cambio. Córdoba 2001
Analizar
los fundamentos sobre los que se ha apoyado la prevención en los últimos quince
años, tanto en el país como en muchos lugares de la región, puede ser una tarea
ingrata.
En
particular si lo relacionamos con el avance de la tolerancia a usos y
costumbres que implican a la sustancias adictivas .
Una rápida
mirada sobre la promoción del consumo tiende a apoyar esta idea.
Buscando
los denominadores comunes de las acciones preventivas, con algunas
excepciones los mensajes estuvieron fuertemente centrados en el campo de las advertencias sobre las
consecuencias negativas de la adicción o bien en exaltaciones algo ideales sobre la vida, la familia o el
futuro.
En un marco
que considere a la subjetividad individual dentro del entramado grupal y
social, es muy difícil hallar material
que trate aspectos que incluyan el análisis de cómo un imaginario sobre el
uso de sustancias adictivas, por ejemplo, influye en la subjetividad individual
y en las prácticas que esto determina.
Significativamente
este no fue el caso de los esfuerzos de quienes promocionaron el consumo en
estos años .
En este
sentido, la situación entre la prevención y el consumo indica que mientras
la promoción del consumo (publicidad por ejem) se concentró sobre
el sistema de representaciones sociales
como objeto de trabajo, la prevención insistió sobre las prácticas de
consumo que debían evitarse, y los trastornos de las mismas.
Tarea
preventiva
Sociedad Grupo Yo
(Sistema de
representaciones) ( Imaginario) ( fantasía) Prácticas y Consecuencias
Éxito
Afiliación Identidad
Trastornos
Un ejemplo desde lo legal puede ser útil:
Cuando la forma de ampliar el mercado del tabaco fue incorporar
masivamente a la mujer, los que tuvieron a cargo esta tarea tomaron muy en
cuenta un Sistema de Representaciones que los llevó a promover el tabaco como
icono representante de la independencia y la modernidad. Hoy, cumplido ampliamente ese
objetivo, las tasas de cáncer de pulmón en la mujer se duplican e incluso
superan las de cáncer de mama. Sin embargo no existe aún un mensaje de
prevención que tome la diferencia por género. Es decir, lo que el mercado usó
para agigantar la venta, la prevención aún no lo registra siquiera como
población prioritaria.
Estos
análisis aún están por hacerse en la mayor parte de los temas, pero creo que
hay algo en lo que ya se puede acordar. La experiencia nos señala que en
el mercado de las sustancias nadie salió a vender nada si antes no tenía una cartografía
completa de donde estaban los intereses y valores de la cultura actual. En
la vereda opuesta, es decir en el campo de la tarea preventiva, esto sin
embargo ha tenido características más de excepción que de regla.
Basta
considerar el imaginario grupal actual donde un repertorio de música popular
cubre, por ejemplo, en un CD a casi la mitad de los temas centrados en una
sustancia ilícita.
Solo a
título ilustrativo de los sistemas de representaciones y no con una idea de
demonización de la música popular (creer que ésta determina por si misma el
problema) me pareció oportuno señalar alguna de las letras que guardan
relación con el tema del uso de cocaína.
A mi amigo el tano, le
gusta la pasta
Le sirven, le sirven nunca dice basta
Consume ravioles toda la semana
La pasta lo enloquece de noche y de mañana
Como él no la prepara
Ninguno en la villa
Por eso la vagancia
Para en su casilla
El tano prepara la pasta
con amor
El nunca la corta, porque pierde el sabor
Te sirve y te sirve, con vino y cerveza
El tano con la pasta, queda de la cabeza
La jarra loca
Estaba en baile,
tomando fernet con coca,
sin darme cuenta una
chica,
le metió una pastilla
color rosa
La jarra seguía pasando,
de boca en boca.
Mareados seguimos
tomando,
de esta jarra loca.
Empezamos a ver,
dibujitos animados.
Descontrolados
Salten todos de la
cabeza.
Salten todos, pintó el
descontrol.
Salten todos, y no sean
caretas.
Que esta noche no tiene
bajón.
Salten todos con flor de
piedra.
Si pinta el Rocky, pinta
el descontrol.
En
síntesis, frente a una situación de esta desproporción en lo que hace a riqueza
y penetración cultural, entre el mensaje preventivo y el consumista, los fundamentos para una tarea preventiva
seguramente debieran partir por revisar los temas más básicos que la definen,
como son su objeto y su método.
En relación
al objeto de la prevención la comunidad general e incluso parte de la
profesional considera como objeto de la prevención lo que de manera genérica se
define en la Argentina como “las adicciones”. Haciendo con esto una referencia a veces al conjunto de problemas
asociados al uso de las sustancias adictivas y otras veces solo a un aspecto
del problema que es el que está definido por el síndrome de dependencia.
En este
caso me voy a centrar en el primero de los significados, el referido al
conjunto de problemas, por entender que
la segunda interpretación restringe el tema sobre la adicción y determina una lectura
sesgada del problema introduciendo fuertes omisiones tanto en el manejo
preventivo como asistencial.
Mayor Registro
|
Históricamente
la concentración de la alarma social siempre se ha realizado sobre los casos
con dependencia que son los que normalmente conmueven a la comunidad. Sin desmerecer
la importancia de este conjunto un examen más completo señala la problemática del uso de sustancias
adictivas como un continuo de problemas diferentes que implican la existencia de daño en cada uno de los segmentos.
Así, el
examen del daño inicial ha sido subregistrado no sólo como estadística
sino en su percepción social. Por ejemplo en la promoción, en niños y
adolescentes, de modelos culturales ligados
a un sistema de representaciones donde lo que prima es la inmediatez de la
satisfacción, la vigencia del “todo, ahora”, antes, incluso, de que haya
llegado ninguna droga todavía.
Las
estrategias sociales para resolver las demandas sociales por la vía de las
sustancias culminan con frecuencia en el descontrol y señalan que no es
necesario llegar al uso intravenoso de drogas ilícitas para participar de
una situación que hace imposible el
cuidado de sí mismo o de otro frente al Sida u otros problemas.
El ejemplo
conocido del adolescente que aprende a resolver sus problemas tomando alguna
bebida alcohólica para neutralizar sus temores, fue con frecuencia banalizada
como problema y puesta en el límite de una transgresión esperable, para
encontrar hoy, sin embargo, que esto ya
no se limita solo a las sustancias legales.
Segmentos del continuo del uso indebido
de sustancias
psicoactivas y alcance preventivo.
1:Agente (disponibilidad)
2.Individuo
(propensión individual)
3. Medio: toleracia social
Este
continuo mirado desde una perspectiva epidemiológica asume la forma de una pirámide donde la magnitud
poblacional de cada segmento decrece en relación a la gravedad de los
trastornos.
-Recordando
la frase de Rose acerca de que un gran número de personas de bajo
riesgo puede originar más casos de una enfermedad que el reducido número que
tiene riesgo elevado. (En su criterio, esta situación limitaba la utilidad
que tenía para la prevención el enfoque de “alto riesgo”)-
Por lo general la alarma social se dirige a la cúspide mientras que el resto de la estructura tiende a ser ignorado como “problema compartido por muchos” y , en consecuencia, naturalizado o normalizado. La banalización de los niveles “no-adictivos” se sostiene en patrones de Tolerancia social que implican la indulgencia hacia hábitos de abuso en el entendido que constituyen una forma general de ser y no justifican por tanto una actitud de censura severa o significativa.
Situación paradojal
si se quiere, en la medida que la población expuesta y con daño inicial
deberá alcanzar los niveles más avanzados del problema para recibir entonces
servicios específicos.
En síntesis la revisión de los fundamentos del objeto de la prevención implica a dos nudos críticos de problemas que a su vez definen a otros:
1. El carácter de continuo del daño en los problemas por sustancias psicoactivas.
2. La revisión de representaciones que sustentan la tolerancia social para el diseño de la tarea preventiva.
El punto
a considerar ahora hace a la definición de método en la prevención
Pienso que
tratar un método de prevención implica hacerlo en el marco de una situación
regional y nacional. Nuestra situación de salud en el contexto de América
latina ha sido definido por la coexistencia de problemas de salud
asociados al subdesarrollo con los problemas más comunes de los países
desarrollados y generalmente envejecidos.
Lo cierto
es que nuestra realidad contiene en el mismo hospital al adolescente con
sobredosis y al niño desnutrido, al Sida y al cólera, al accidente de tránsito
y a la inhalación de pegamentos .
Esta realidad
desborda el recurso tradicional destinado a prevención y asistencia y lleva a
definir quién es el que conduce la acción.
Nuestra
opción en el proyecto que venimos impulsando
entiende que son las propias comunidades las que tienen a cargo
la acción y nuestra tarea se inscribe
dentro de las líneas de la OMS trazadas en los últimos años.
“significó abandonar el papel tradicional de experto que entrega instrucciones y recomendaciones, reemplazándolo por el de un cooperante que aporta información, conocimientos y herramientas a los otros sectores y a las comunidades para realizar las tareas en forma conjunta”.
Sobre esta
base comenzamos a trabajar en centroamérica en los ochenta con Costa
Rica. Este trabajo fue continuado en Argentina en los noventa a través del Conicet y continua en la
actualidad en la Provincia de Buenos Aires. Hoy tiene el formato de lo
que llamamos los Centros de Estudios Locales y las ventanas epidemiológicas. El
punto de partida es la capacitación de los propios miembros de las comunidades
para el monitoreo de los problemas por uso de sustancias adictivas y ,
también, para la planificación participativa de las acciones locales en
prevención.
En estos
últimos años la participación de la comunidad afectada, tanto en la toma
de decisiones como en los programas
para darles respuesta, tuvo un fuerte respaldo en la declaración de Jakarta de
1997.
Esto
significó pensar un método para ser utilizado a nivel de base, en proyectos
muy específicos, altamente descentralizados y con gran protagonismo
de sectores comunitarios (organizaciones sociales, vecinales, etc.)
.
Es decir hablamos de un método basado en:
la descentralización, la participación social y
la intersectorialidad.
Etapas de trabajo en la comunidad.
1.
Identificación de necesidades y acción comunitaria. Grupos
involucrados en prevención o asistencia: educadores, personal de la salud,
deportistas, religiosos, estudiantes, otros 2. Delimitación de área programática, definición
de ventana epidemiológica y organización de aplicaciones Definición de área programática y ventana
educativa, sanitaria, comunitaria Orientaciones para el trabajo de campo
3. Definición e instalación de instrumentos y
capacitación para el proceso de la información local Operación informática de la base de datos, carga
y proceso. 4. Diagnóstico epidemiológico comunitario y plan de acción local Talleres de análisis con los grupos de la comunidad general y
sistematización de resultados. Comunicación de conclusiones.