Karma: ¿qué es?
La palabra karma viene del sánscrito "acción". Es un concepto
fundamental del hinduismo, el budismo y el jainismo, Wicca y otras
religiones y filosofías base de la doctrina de la trasmigración de
las almas. De las acciones conscientes o torpes depende la próxima
reencarnación y de las acciones conscientes o torpes de vidas
anteriores depende nuestra vida actual y sus condicionamientos. Cada
acción es a la vez efecto de una causa y causa de un efecto.
El proceso tiene lugar en un ciclo (Samsara),
al que esta sometido todo lo existente y, según la visión budista,
también los dioses. Este ciclo no tiene fin, ya que todo esta
sometido al deseo de vivir, es decir, de actuar, con lo que siempre
se crea un nuevo karma. La consecuencia del ciclo es el sufrimiento.
Su liberación (Moksha) solo es posible si se renuncia a la acción y
no se generan actos que provoquen una nueva reencarnación. En el
hinduismo y el budismo, esa liberación se consigue mediante el
conocimiento de la verdadera naturaleza de las cosas y su
encadenamiento por el karma. El jainismo considera en cambio que el
karma, que hace impura al alma, solo puede ser superado mediante el
ascetismo.
El karma individual esta implícito en el
momento de la concepción y del nacimiento. Todos los pensamientos y
sentimientos de los padres y de su entorno, incluso varios años
antes del nacimiento nos van a condicionar y también van a estar
presentes los problemas humanos que hemos de vivir como individuos,
y que debemos resolver y transformar durante todo nuestra vida.
Una carta astral se convierte en la
estructura tiempo-espacial que revela el cómo y a que ritmo en ese
momento de nacimiento el potencial individual creado se puede
desarrollar y volverse una realidad espacial. De la misma manera que
la biología y la fisiología revelan modelos cíclicos en el
funcionamiento de los órganos y sistemas del cuerpo humano,
descubriéndose en su investigación crisis especificas tanto físicas
como biológicas en determinadas edades, los ciclos planetarios
marcan esos mismos cambios desde otra perspectiva.
A través de los ciclos astrológicos
comprendemos nuestros ciclos de evolución y la madurez que cada
crisis nos exige, lo que nos conduce a una buena situación
espiritual.
Entendemos nuestra posición presente a
través de nuestras experiencias con el pasado. Los ciclos
planetarios nos ayudan a ver los momentos de reacción de nuestras
acciones pasadas y nos ayudan a entender cierta repetición en
determinadas crisis o diferentes facetas de una misma crisis,
comprensión que nos ayudara a madurar. Por eso algunas personas
piensan que la astrología utilizada como predicción solo nos
presenta un momento en el futuro, sin ayudarnos a comprender el
porque de las crisis y como enfrentarnos a ellas o sus posibles
salidas.
Además la astrología karmica nos ayuda a
sintonizar con nuestra propia misión en la dimensión del espacio
(reflejada por los Nodos Lunares) y a sincronizarnos con el tiempo
en que la debemos realizar.
SEGUNDO
RUIZ

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