SUCEDIDOS
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Es una pena, no poder mencionar a los protagonistas de ciertos sucedidos, ya que muchas veces el sucedido en sí, es más sucedido, si se conoce al actor en cuestión, pero no queremos que nadie se sienta ofendido al ser su padre, abuelo o antepasado al que tengamos que referirnos. Solo pretendemos que no se pierdan algunas historias, que aunque en el recuerdo de nuestros padres, se encuentran casi olvidadas, pues forman parte de la forma de vida de nuestro pueblo.
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LA AMOTO
Sucedió sobre los años cuarenta, que vivía un guarnicionero, de nombre Camilo, del que contaremos algunos sucedidos, ya que fué una persona divertidisima, y del cual nos han contado multitud de anécdotas geniales, en este caso si mencionamos el nombre, pues sabemos que su familia, se siente orgullosa de él, y no es para menos.
Hubo hace no muchos años, un procurador ,que vivía muy cerca de donde Camilo tenía el taller, en la calle Rafael López de Haro, este hombre tenía una moto con sidecar, de la cual se sentía poco menos que orgulloso y que cuidaba como la niña de sus ojos, limpiandola y manteniendola como una patena a diario, pero la interfecta amoto, solo tenía un problema, y era, que se negaba a arrancar dándole al manubrio, que por aquel entonces las fábricas se obstinaban en colocar a los lados de las motos, mal llamándole pedal de arranque, y que en teoría servía más como instrumento decorativo, que para dar vida a los motores; dicho esto, como es de suponer y siendo una moto con sidecar, su mujer tenía que empujar la misma a diario, no sin antes haber tenido que soportar unas voces malintencionadas, que provenían del taller, que contaban las intentonas en voz alta, de las veces que su marido había intentado arrancar la moto. Desesperada ya un día de oir las cuentas de Camilo, cuando rondaba la cifra de cincuenta, se plantó ante su marido muy digna y así le dijo: "Mixx´x, la moto o yo!". Cuentan que Mixx´x, paseó con su moto muchos años, empujandola el solo y sintiendose muy feliz.
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VAN
Estaba Camilo con su mujer en la cama, cuando al oir que llamaban , su mujer voceó,"ya van", se volvió Camilo hacía ella, y le preguntó "vas a ir tú?", ella le dijo que no, entonces voceando más aún gritó "no van".
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Dª. HUESOS
Vivía en la misma calle de Camilo, una señora de nombre Axxxx, que brillaba por su delgadez extrema y tenía que pasar imperiosamente a diario por la puerta del taller, teniendo que aguantar las voces que salían llamandola Dª. Huesos, de los empleados de Camilo, que la traían frita. Un buen día, cansada ya de tanto pitorreo, pasó al taller y se quejó a Camilo, quién volviendose a los muchachos les dijo, que no debían de llamarla así. Uno de ellos le preguntó, cómo deberían llamarla, a lo que él les contestó, la llamareís Dª. Moyas, con lo cual la interfecta salió aún más indignada de lo que había entrado.
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FEISMA
Es sabido, que aquí siempre ha habido mujeres muy guapas y cómo contrapartida alguna feisma del tó, generalmente y para desagrávio de las mismas, estas tenían muchas perras, caso que nos ocupa; pues resulta, que vino uno de tantos de los pueblos colindantes para buscar una de ellas para casarse y sacarle de paso los cuartos. En su busca estaba, cuando llegó el momento de las presentaciones, llegado el momento de conocerse, se quedó mirandola, y le dijo, "yo nunca olvido una cara, pero haré una excepción en su caso".
Pese a todo, esta mujer contrajo matrimonio con el forastero de turno, y él fué muy féliz con los dineros de ella, en este caso no citaré ningún nombre.
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SERENO
Pasaba el sereno como todas las noches, gritando a voz baja su soniquete "Las dos y sereno", cuando de pronto de casa de un afamado vecino, creyó escuchar unos resoplidos tremendos, cómo si se hubieran escapado alguna o algunas caballerías, y consideró oportuno avisar al propietario, llamando a la puerta asustado. Le abrió él mismo, con su camisón medio arrugado, y el pobre hombre, le expuso sus sospechares, a lo que el hombre indignado, le dijo "Es que no puede uno, matrimonear en paz ?".
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LA LEZNA
 
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