A partir de este momento el arrabal como tal desaparece y en la zona sólo existe ya un hábitat disperso, constituido por casas aisladas dedicadas a la producción agrícola y abastecimiento a la inmediata ciudad. La última ocupación de tales características, según el estado actual del conocimiento, se produciría en el s. XII, como parece deducirse de una serie de vertidos de esta fecha localizados en un sector concreto del yacimiento y de los resultados de las últimas investigaciones de campo.
Con posterioridad, tenemos constancia de la presencia aquí
de la Huerta de Cercadilla, de la que se tomó el topónimo
para designar la antigua estación de ferrocarril y que en la actualidad
da nombre a la Zona Arqueológica, y de la Huerta de Los Aguijones,
que abarcaba también parte del terreno por el que se extiende el
yacimiento.