Sesión 19: Kant
Quiz!
1) ¿Cuál es la diferencia entre el imperativo categórico y el imperativo hipotético?
El imperativo categórico es un mandato incondicional, absoluto, como "debes cumplir tus promesas", mientras que el imperativo hipotético hace referencia a un deseo, como "si quieres ser honrado, cumple con tus promesas".
2) ¿Qué quiere decir que para Kant la ética es autónoma?
Que no recibe su justificación de ninguna fuente externa (metafísica, Dios, la costumbre, la utilidad), sino que es un campo aparte.
3) ¿Cuál es el único bien sin restricciones para Kant?
La buena voluntad.
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Resumen de "Duty and Reason", cap. 11 de Denise, Peterfreund y White, Great Traditions in Ethics.
1. Como un preámbulo a la construcción de una filosofía moral pura, Kant hace un análisis crítico de las cosas comúnmente consideradas "bienes", como la salud, la riqueza y la amistad. Al preguntarse bajo qué condiciones estas cosas pueden ser consideradas "bienes", concluye que no son bienes bajo cualquier circunstancia, sino sólo en tanto y en cuanto estén unidos a algo que es el único bien sin reservas: la buena voluntad. Para Kant, la buena voluntad representa el esfuerzo de los seres racionales por hacer lo que tienen que hacer, en lugar de actuar por inclinación o por interés propio.
2. La buena voluntad no es buena porque alcance buenos resultados. Aun cuando no fuera capaz de alcanzar los fines que persigue, sería un bien en sí misma, y tendría un valor más alto que las cosas superficiales alcanzadas por medio de acciones inmorales. (Nótese que "inmoral" no quiere decir aquí malo, sino hecho por otro motivo distinto al deber.)
3. La experiencia muestra que la razón no es el mejor instrumento para conseguir la felicidad. Si la naturaleza hubiera pretendido que los seres humanos fuéramos felices, nos habría proveído con un instinto para este fin. Lo que observamos es que entre más cultiva la gente la razón, menos posibilidades tienen de alcanzar la felicidad. Kant concluye que la razón no está prevista para producir felicidad, sino para producir buena voluntad.
4. Kant procede luego a explicar la relación entre la buena voluntad y el deber: buena voluntad es aquella que en todo busca cumplir con el deber. De hecho, las acciones humanas tienen valor propio solamente si se hacen por deber. Las acciones que resultan de la inclinación (sentimiento) o interés propio, pueden ser dignas de alabanza si sucede que, por cualquier razón, concuerdan con el deber, pero no tienen valor moral en sí. Por ejemplo, una mujer que logra mantenerse en una rutina de vida que se conforma con el deber, estaría actuando por una inclinación que va de acuerdo con su deber, pero que no procede del deber. Por otra parte, preservar la vida que que ha convertido en una carga, solamente porque el deber así lo manda, es moralmente correcto.
Kant no quiere decir que cumplir con el deber es siempre, o casi siempre, desagradable. Sin embargo, cuando nuestros deseos nos conducen a acciones que de hecho se conforman con el deber, no podemos estar seguros de que la conciencia del deber, más que la inclinación, fue nuestro motivo. Podemos discernir mejor el componente "deber" de nuestras motivaciones, cuando lo aislamos de otras motivaciones. Por eso es que Kant escoge ejemplos que son más bien fríos y poco agradables.
Kant advierte que aquellos que no alcanzan a comprender adecuadamente el concepto de deber pueden estar tentados a actuar por motivos que no van de acuerdo con el deber o que pueden ser contrarios a él. Pero cada acción hecha en conformidad con el deber no es suficiente; sólo el respeto por el deber da a una acción valor moral intrínseco.
5. Por medio de una ilustración, Kant diferencia el comportamiento meramente encomiable de la acción moral. Las acciones altruistas que resultan de los sentimientos de sociabilidad merecen alabanza y estímulo, pero no puede decirse de ellas que posean valor moral en sentido estricto.
6. La primera proposición ética de Kant, entonces, es que un acto debe ser hecho por el deber, si quiere tener valor moral. Su segunda proposición es un desarrollo de la primera: un acto hecho por deber obtiene su valor moral, no por los resultados que produce, sino por el principio por el cual está determinado.
7. Las primeras dos proposiciones llevan a Kant a dar una definición de deber. La acción moralmente buena es aquella que es hecha sólo por reverencia a la ley, y su único e incondicionado valor deriva de esta fuente.
8. El principio supremo o ley de la moralidad que la persona buena debe seguir es el imperativo categórico. Los seres racionales, en cuanto actúan racionalmente, serán guiados siempre por principios éticos o máximas que pueden ser adoptados por cualquier otro sin generar contradicción.
9. Kant distingue entre el imperativo categórico y el imperativo hipotético. El primero, un mandato incondicional, prescribe las acciones que deben hacerse por el valor moral de la máxima, y no por las consecuencias que pueden resultar. En contraste, el imperativo hipotético es un mandato condicional que recomienda lo que debe hacerse si se quiere alcanzar un determinado resultado. Por ejemplo, "Uno debe decir la verdad porque es un principio moral" es un imperativo categórico, mientras "Si quieres evitar el castigo, debes decir la verdad" es un imperativo hipotético.
10. Su primera formulación explícita del imperativo categórico requiere que un individuo obedezca una máxima que, sin caer en contradicción, puede desearse que se convierta en regla general. Esto significa que la esencia de la moralidad se encuentra en actuar sobre la base de un principio impersonal válido para todos, incluyendo a uno mismo.
11. Kant concibe el imperativo categórico como un test doble. Primero, requiere que las máximas de la acción moral puedan universalizarse sin caer en contradicción, y segundo, que sean mandamientos universales que no requieran que uno desee una cosa para uno y otra cosa para los demás.
Ejemplo de violación del primer test: no puede universalizarse la máxima "cuando tengo necesidad de dinero, puedo pedirlo prestado y prometer pagarlo, aun cuando sé que no podré hacerlo". Universalizar este principio equivale a universalizar la máxima "no debes cumplir tus promesas", lo cual destruye el sentido mismo del acto "prometer".
Ejemplo de violación del segundo test: alguien que goza de una situación próspera, y ve a los demás sufrir todo tipo de carencias, y piensa: ¿y a mí que me importa? Que cada quien sea tan feliz como pueda, yo no le quitaré nada a nadie, ni envidiaré a nadie, lo único es que no deseo contribuir al bienestar de los demás, ni asistirlos en su necesidad. Es imposible desear que esta forma de pensar se convierta en norma universal, porque puede suceder que uno llegue a tener necesidad del amor y la simpatía de los demás. Con otras palabras: la insolidaridad no es un valor.
12. En una de las formulaciones del imperativo categórico, vemos más claramente sus implicaciones sociales. Éste requiere que tratemos a todos los seres humanos como fines en sí mismos y nunca como medios para un fin. Brevemente, debemos respetar a todos los seres humanos, y evitar explotar a nadie. Fines que son fines sólo porque son deseados nos da imperativos hipotéticos. Pero si existe un fin en sí mismo el imperativo a buscar es independiente del deseo y es, por consiguiente, un imperativo categórico.
13. Kant muestra la identidad básica de la primera y segunda formulaciones del imperativo categórico. Aquellas acciones que en la primera formulación no puedan universalizarse sin caer en contradicción --por ejemplo, cometer suicidio o negarse a ayudar al necesitado-- se verá en la segunda formulación que son inconsistentes con la idea de tratar a la humanidad como un fin en sí misma.