"Leyendas y Tradiciones de Hualqui"

"El agua del Obispo"


A escasa distancia de Hualqui y a orillas del camino que conduce a la vecina localidad de Chiguayante, se encuentra un lugar que recibe este singular nombre. Es además estación ferroviaria. El viajero que venía en tren por primera vez a Concepción, contemplando extasiado la plácida majestad del río, se sorprendía cuando de pronto el conductor avisaba: "¡El agua del Obispo!".

¿De donde viene este nombre tan curioso?

Monseñor Reinaldo Muñoz Olave en su libro "Rasgos biográficos de Eclesiásticos de Concepción, 1552 - 1818", al hacer la biografía del Obispo de la Concepción, don Francisco José de Marán, que gobernó desde 1780 hasta 1795, recuerda un episodio que ocurrió cuando el prelado diocesano volvía a la diócesis. Dice el historiador: "Después de una ardiente jornada de verano, hizo alto con su comitiva en un paraje poco distante del pueblo de Hualqui, para tomar un corto descanso bajo el ramaje de algunos corpulentos robles que ofrecían amigable sombra. A la vista de los viajeros se extendía un hermoso panorama: el Biobío en una de esas rápidas y caprichosas vueltas que le obligan a dar los cerros entre los cuales corre aprisionado..."

"Junto casi a la comitiva brotaba una fuente de agua cristalina y pura que de sólo mirarla se hacía apetecible y tanto más cuanto que, con el suave murmullo que la corriente producía entre las piedras, se ofrecía espontánemente llamando la atención de los viajeros, fatigados por la marcha y el calor.

Acercóse el Obispo a beber de aquella agua, con tal fruición que exclamó: ¡Bendito sea Dios, que en su sabiduría supo dar tal majestad y belleza a estos encantadores paisajes y bendito sea porque en su bondad le dio a la tierra tanta fecundidad para producir de sus entrañas este purísimo manantial... y levantando su diestra en alto y con voz grave y reposada: ¡Bendiga el cielo, dijo, esta fuente, así como la bendigo yo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del espíritu santo!"

Esta es la historia que supieron los vecinos y la contaron a su saber y entender. Esta es la historia de El agua del Obispo, relatada por otro Obispo. Y quien desee buscar el orígen de aquel manantial cristalino sólo debe mirar hacia el cielo: Allí nace.

Fuente: Reinaldo Muñoz Olave, ob. cit. pp. 281-283.Tradición oral.


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Ultima actualización...21/5/98

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