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Hijos pródigos

Pese a todo, hay placer. Hacer esto de nuevo llena un poco de ilusión y adolescencia nuestras vidas tan clásicas y corrientes, tanto así que esta vez no hubo mucha necesidad de apurar a los colaboradores como en aquellas épocas, en las que sólo éramos cinco. Es como volver, vomitar o caminar hacia atrás… pero en reversa.

Qué tan maciza será la crisis de los 26(7), de necesitar volver a hacer algo bien, que hasta los más exigentes, quisieron entrar en esto. No faltaron los quejidos lógicos “qué estupidez”, “ni que fuera una gran cosa”, “parecen niños ridículos”, pero al final todos se unieron al convoy con ganas de poner algo. No deja de ser rarísimo que profesionistas, ingenieros y hasta expertos del área tuvieran tiempo para hacer algo de esto, pudiendo participar en eventos serios. Es de agradecer, pues Misantropía no ha invertido un sólo centavo en ellos ni les ha dado constancia de participación.

Intentamos ser más temáticos que antes y tomamos el tema de "El Regreso", por obvias y renovadas razones.

 

A ver, expliquemos un poco en qué consistió la renovación. Con relación a lo que hacíamos antes: a la hora de la producción, ya dejamos atrás las épocas del Netscape Communicator para entrar al mundo de Macromedia (esperamos que sea notorio); ya no está “El Chupa”, no por decisión nuestra sino porque dejó de dar señales filosóficas y taqueras para entregarse al amor; ya no hay “ánime”, era pésime, ahora hay un cartonista; ya no hay Gattarazzi, muy local y muy cruel, esta vez hay algo parecido a “arte fotográfico”. Hay humor y dolor, hay más filosofía cada vez más barata, hay algunos hombres buenos y pocas mujeres solas.

Las citas que desperdigábamos por el gigantesco menú del Misantropía anterior, ahora las condensamos en cuatro botones que tienen música. Ya, con esto, evitaremos el clásico comentario molesto de “¿quién demonios es ese tal Makaroff que dice la frase?” y, otro peor en e-mail, “¿conoces a Makaroff? ¿es de Puebla?”. También nos quisimos poner el saco de la moda del "Blog" y convertimos un falso libro de visitas en una página especial donde vertiremos nuestros comentarios para que ustedes pongan los suyos también. El club de don Toby está mucho más denso y fuerte que antes, sigue siendo para hombres y para adultos, pero ahora sirve además como la guía del morboso internauta.

No sólo eso. Tenemos gente en Londres que escribe para nosotros, otros que nos leen desde Japón, en Estados Unidos y Chile también verán esto de alguna manera; pronto habrá algún espacio desde Bélgica. ¡Qué tan cabrones nos vemos!

Son los beneficios que tuvo “el hijo pródigo” al regresar a su casa. Seguro se veía más hecho pedazos que antes de irse, pero era un as de las mañas y todos los hermanos le tuvieron envidia.


 

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