La vida es mejor bajo el asiento (Lifevest is under your seat) | |
por el tonto Simón | ![]() |
REWIND (LA
REVANCHA DEL TANGO)
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Había perdido la cuenta de cuántas veces regresó la canción. Esa parte que decía “para salvarte sólo supe hacerme odiar“ le suavizaba un poco el dolor, que no llanto –hasta en eso falló, pues quería llorar-. Pero la idea de volver era absurda, ni siquiera formaba parte de sus planes. El mejor de los casos, no existía, el regreso era imposible y él mismo se había sentenciado. Pese a que le quitaba el dolor, la voz aguardientosa de la canción lo hacía pedazos. No quería escuchar la parte que le dolía, prefería mantener su dignidad intacta. Hoy, después de un año atroz, te vi pas...(RRWW)…nto que a mi rodar, para salvarte sólo supe hacerme odiar. Hoy después de un año atroz, te vi pasar… (RRWW)… upieras bien qué generoso fue que pagase así tu buen amor... Después de todo él había decidido poner ese caset, ése sabía que iba a poner desde la mañana de ese día. Y claro, fingir un viaje de trabajo para verla era un acto de amor que ella no debía saber, que no debió haber sabido. Qué diferente es saberse odiado que odiar, qué diferente era la situación el día después de ponerse digno, …hoy me odiás y yo feliz, me arrincono a llorarte…, le gustaba ser el malo de la película, del cuento, de la canción, y en mi caída tuve que dejarte a un lado. Qué bueno que era el sabor de boca del día después, qué poético era pensar en que romper con esa relación era por el bien de ella. Hoy, después de ese año atroz, escuchaba una y otra vez la canción para volver a sentir lo de antes pero esta vez, solitario, se desgarraba bajo las estrofas de la voz que le justificó, en su momento, esas ganas por quedar libre y probarse otra vez solitario que no tenían mayor justificación. Un capricho que, con el tiempo, lo hundió en una soledad decadente. Hoy después de un año atroz, t… (RRWW)… ol de mi vida, fui un fracasado y en mi caída busqué dejarte a un lado, porque te quise tanto… Si tuviera a ese Enrique Santos Discépolo enfrente, le rompería la boca. Claro, seguro que él tendría una canción después de los golpes para hacerlo arrepentir; después de todo el tanguero le podría haber confesado, también, que la canción la hizo bajo el llanto. Él se resistía a oir la parte que le haría enfermarse, después de haberla buscado en la gran ciudad donde alguna vez se enamoró, de encontrarla y de verla al lado de otro, tan radiante, tan contentos los dos, pero él, hundido en su decadencia, desde lejos y fingiendo indiferencia ante lo visto, sólo un grito y un “adiós”… me mordí pa no llamarte, ibas linda como un sol…(RRWW)…eras bien qué generoso fue que pagase así tu buen amor. Ya para entonces sólo le quedaba un audífono, en la otra pequeña bocina retumbaba la ronquera del tanguero y, por la ventana de repente árboles que se iban vertiginosamente. Igual que lo que se veía por la ventana dejó correr la cinta y una gota salada por ahí …y yo no sé si el que te tiene así se lo merece, sólo sé que la miseria cruel que te ofrecí, me justifica el verte echa una reina, pues vivirás mejor… lejos de mí. “Bienvenidos señores”, se escuchó la voz del chofer que pedía que descendieran del autobús. Por la ventana pudo ver el taxi que lo llevaría de regreso a su solitaria casa, ya por masoquismo sólo quería volverlo a oir una vez más… (RRWW) Fue a conciencia pura que perdí tu amor, nada más que por salvarte, hoy me odiás… (STOP).
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