En este mes, en el que el mundo cristiano celebra la "Semana Santa", vienen a la memoria imágenes de la Historia, que nos muestran que lo pasado y lo actual tienen poca diferencia ante el accionar del dogma, porque los llamados "humanos" continúan siendo tan absurdos, huecos, vacíos, a la espera de que todo eso cambie a través de algún "control mágico" de una muy estudiada oración con que el oro del templo se ilumine, ante los "geniales conceptos" emanados de la mente de algún jerarca instituído por una de las tantas religiones perdidas en el tiempo. Salir de cualquier templo, más vacío que cuando se entró, es la sensación permanente del que piensa. Sólo que puede llegar a descubrir que entró de pie, y ahora se mueve de rodillas. Es que, al ponerse en un esfuerzo, de pie, siente que no pudo aquietar su mente, y ella continúa torturándolo porque el sabor del fruto del saber no puede aquietarlo o apagarlo de su tan expresiva boca. Por eso es que ahora, él, vociferando, se reserva el derecho de utilizar...

    Esas mallas invisibles del desenvolvimiento del mundo primario, a nosotros, humanos, nos interesó siempre poquísimo. Pero ahora, empieza a descubrir que en la investigación de todo el mundo primario, está el futuro de la humanidad, y que está interligado a él; y que el ser humano es una consecuencia evolutiva artificial o natural de especies que aún deambulan por la superficie del planeta.
 

    Esto es como una bola, lanzada en el medio de un espacio, que sobrevive en las más adversas condiciones, juzgándose las actitudes de todos, en la proporción de la conciencia observadora, o sea, a medida que la conciencia crece, se determina entre lo cierto, lo errado, lo adecuado, lo oportuno, lo necesario, lo virtuoso. Lo errado en el sentido criminal, lo censurable, lo aprobable, el gesto de amor, el de capricho, y así la conciencia va complicándose al punto tal de crear estructuras muy complejas, donde da participación o creación de las diferentes tendencias filosóficas, de investigación, como la psiquiatría, la sociología, todas las planificaciones que después establece el humano contemporáneo para poder explicar por qué le duele un granito en la barriga o por qué éste surgió allí.

    Pero la verdad es la soledad, la ausencia de una conciencia mayor equilibrada. La motivación y la razón para ser incluído todo esto que surgió aquí, en un plano universal, nada de esto es real.

    Esto de aquí, sucede como ha sucedido en cualquier lugar donde se dan ciertas características, combinaciones de gases, milenios para pasar, sin grandes perturbaciones estelares.

    Y las especies surgen y a través de una evolución genética, una evolución climatológica, características que van definiendo de acuerdo con las alimentaciones, las áreas geográficas en que les toca expresarse por primera vez, va dando una firmeza, un predominio sobre los otros.

    Cuando una estupidez mayor prima sobre la anterior, le quita el lugar y persiste en sobrevivencia, y se une a la estupidez de los líderes. Cada uno, después, considera que al ser líder es el dueño, entonces surgen los emperadores, los reyes, y así va yendo hasta que el populacho, el común, adquiere, por diferentes caminos, una cultura generalizada o la posibilidad de poder mantenerla, y comienza a derrumbar a aquéllos que antes eran inalcanzables, dioses, reyes o monarcas, cuyas palabras eran veneradas y nadie las discutía.

    Pero asímismo, todas esas modificaciones y crecer de conciencia, no dejan de ser limitados.

    ¿Por qué limitados? Porque descubrimos, cuando ya el hombre va a la luna, cuando puede ir o ya fue a Marte, pero el común del pueblo lo ignora, porque es secreto de guerra, siempre igual; genera una imposibilidad colectiva de progreso. Hoy se sabe que la química, la física, la matemática, son fallidas, y que todos esos sistemas que son de enseñanza común hasta la universidad, ya están superados. Sábese que todos los sistemas educacionales están superados, y sin embargo se persiste para evitar un caos mundial. Hoy en día se sabe que la diferencia de las lenguas genera todavía una división entre las razas que a veces es hasta intransponible. Se lucha por un Esperanto o un idioma común que nadie quiere aceptar, por intereses. Porque aceptar un nuevo idioma sobre el básico, debilitaría las raíces de la ciudadanía o el concepto de patria. Todavía se vive tras banderas, tras marchas, himnos. Soldaditos de plomo. Sacerdotes enrropados en diferentes estructuras, porque están tan divididos... Ya perdieron el mando único, entonces ahora tienen que dividirse para poder seguir gobernando. Lo importante es subyugar a los débiles que quedan, que siempre se tienen que apoyar en los más expertos y vivos. Con los políticos es igual. Tienen que llevarse bien con un dogma, porque no pueden llevarse bien con todos. Ven para dónde es la tendencia de un pueblo y deciden cual será el dogma oficial.

    Ya está designado en lo que ellos estipulan como constitución, Carta Magna, elemento básico y principal, que nadie lo toque, y que nadie respeta ni cumple. Aquí y en cualquier otro país del mundo.

    El hombre sigue buscando y evolucionando. Y normalmente, cuando se nace hoy, se vive en este mundo, no se hacen esas preguntas, nadie se hace esas preguntas. Piensan que el mundo siempre fue como está ahora, que siempre estuvo así, y que va a seguir igual, tal vez mejore un poco, pero continuará en las mismas condiciones. Que presidentes va a haber siempre, que políticos va a haber siempre, que el peso, el dólar o la libra existirán siempre, que los monumentos que están ahí, de la antigüedad, pertenecen a aquel tiempo remoto, han persistido a través del clima y la barbarie ... Pasan, se sacan una foto junto a ellos para mostrarles a los amigos que él estuvo en el pie del monumento, pero ni sabe qué significa, ni cuándo fue hecho, ni qué civilizaciones pasaron por ahí.

    Eso me hace recordar a una persona que conocí, viviendo yo en San Pablo, que llegó a visitar la ciudad a las 8.00 de la mañana, de Río de Janeiro, y se fue a las 7 de la noche. Cuando se iba, le mostré mi sorpresa por lo breve de su visita, y él me respondió que ya había visto todo. Él había estado en una capital como San Pablo, 6 ó 7 horas, había perdido 2 o 3 cuando comía, y consideraba que había visto todo. Quiere decir que él había visto lo que había pasado en 400 años en aquel lugar, en mil años, en millones de años de la vegetación, de la naturaleza. Él había visto todo. Yo hacía años que vivía allí, y no sabía nada de lo que allí había pasado, y no era porque no buscase o no investigase; es que había tantas cosas para ver... En cada esquina, en cada curva, en cada manifestación de una sierra, un morro, lo que fuese; tenía algo completamente diferente.

    Pero las conciencias convencionales, las normales, "ya habían visto todo"... ¿Para qué se iba a quedar? Era más importante el mate que extrañaba (porque era argentino), que descubrir una nueva comida, nuevo sabor o una nueva forma de diversión, ya que era tan superficial.

    La especie humana, el 98 % se compone de individuos como ése. Y no es ningún gil, ningún estúpido. Era un tipo que tenía negocios, comercio, siempre lo había tenido; la familia continúa con esos negocios y comercios, viven bien, han tenido dinero para viajar, pero continúan así: vacíos, huecos. Son los componentes del mundo, aquéllos que conforman el grupo; el que canta en una ópera en el grupo; aquél que está en una obra de teatro, de una expresión pública, en el grupo. Aquél que aparece en un documental de millares de personas corriendo, en un grupo, y que nunca se destaca. Es el grupo lo que pesa. Es el momento que genera la violencia de mil conciencias accionando, la fuerza de mil conciencias, ése es el impacto social.

    Por eso el popular dice "un verano no se hace con una golondrina" .

    Lo mismo eso: Toda expresión social, todo movimiento de la conciencia, es grupal. Desde lo primario, que ya quedó demostrado con lo dicho: cuando se agrupa, crece, y va formando su colonia, hasta en los tiempos actuales.

    Por eso es que si quiere un pedazo de tierra, tiene que estar unido, dividido, loteado, para que cada uno, de acuerdo con lo que sienta, se va a vivir a una parte geográfica del país sin salir de él. Y se le da un número y un rótulo: "Ciudadano de Tal lugar". Vaya a donde vaya, él no es un ciudadano del mundo. Él es ciudadano de "Tal lugar". Sus orígenes ... "Chulchúm" ... un país cualquiera. Y siempre se le mira por sus orígenes.

    Pero siempre fue así: No existió evolución sin fuerza. No existió evolución sin agresividad. No existió evolución sin destrucción.

    Hoy en día existen los que se adaptan en ramificaciones dogmáticas que no llegan a serlas, porque los grupos que arrastran son pequeños, pero son sectarios. Entonces están los ultra nacionalistas, los nacionalistas, los de derecha, los de izquierda, los del centro, los del centro social, los del centro de arriba, los del centro de abajo ... son todos estúpidos que vagan en un desespero de conciencia porque no se quieren ubicar de que siempre, el ser humano, estuvo solo, está solo, y no debe esperar absolutamente ninguna ayuda Energética.

    Fue manipulado, sigue siendo manipulado y usado para beneficio del desenvolvimiento de la estupidez de aquéllos que están en las programaciones de los destinos. Pero son tan retardados, tan estúpidos, tan inestables como cualquier primate humano.

    Ninguno de los que está en la fuente de comando planetario tiene capacidad para liderar; ninguno de ellos tiene la dignidad para poder solucionar los problemas que ellos mismos engendraron a través de milenios y milenios de años. Pero como al ser humano no le gusta creer que existen discos voladores, que existen extraterrestres... Ah! No. Son tan idiotas, tan imbéciles que creen en un dios que nunca vieron, en un Cristo que nada tiene que ver con un dios, porque lo endiosaron. Y si se hubiese portado diferente hasta Rasputín era endiosado y no lo hubieran matado como lo mataron, pero como era más que humano, entonces lo hicieron pedazos por los intereses políticos y sociales de su época.

    Cada uno se movió por los intereses de su época, y cada uno fue a buscar al idiota que se sacrificó por un ideal bastardo temporario, para colocarlo en un pedestal que lo pudiera proyectar a través de los tiempos y fortificase los intereses que estaban surgiendo, que después se tornarían un dogma.

    La imbecilidad humana va llegando a su fin. Él descubre día a día que todo esto es verdad y que todo lo que le habían presentado era mentira.

    ¿Cuál será el destino de una colectividad mundial al saber que todas las tierras santas (Bosnia, el mundo musulmán, el mundo cristiano, el mundo judaico...) son una mentira?. Cuando los llamados "humanos" tengan el coraje de vivir frente a frente consigo mismo y con todas las bestialidades que su conciencia guarda, ¿cuál será el destino del mundo?

    Esas enfermedades existentes hoy, que han existido siempre, desde los primordios de las especies en su evolución, corren el riesgo de contaminar el Universo a medida que viajen o se proyecten por las estrellas.

    No olvidarse de que eso ya ha sucedido millones de años atrás, en otros sistemas solares donde se han proyectado hacia las estrellas criaturas que después pasaron a dominar sistemas solares (entre ellos el nuestro); crearon ingeniería genética. Seleccionaron grupos beneficiados o perjudicados, crearon la guerra de los dioses, surgieron las diferentes mitologías, que no son más que el recuerdo del accionar de esos dioses errantes y enfermos. Hasta que llega un momento en que se deben ausentar de su presencia, porque ella perturba más que su ausencia, y dejan que las estupideces se propaguen.

    Hoy en día, esto no pasa de un cotolengo, de una enfermedad colectiva subdividida por ellos mismos, en laberintos de conciencia que no se consiguen encontrar. Pero desde los meandros de las propias razas ya estipuladas, hasta las diagonales de los propios dogmas (que dividen más que las propias razas), conforman una enfermedad terrible en la conciencia.

    La justificación de las guerras en las matanzas; las lógicas ridículas de por qué un país tiene que desaparecer o continuar; o por qué un país tiene que ser destruido o atacado; por qué un líder que ellos quieren sustentar pone en peligro la paz social del resto del mundo.

    Son guerras religiosas, guerras estúpidas donde el hombre, a la edad en que llegó de conciencia, no debería más permitirse ese lujo. Son guerras de intereses mezquinos, donde los verdaderos líderes nunca aparecen. Son criaturas despreciables desmedidas, inhumanas, canallas; son los que mueven los grandes capitales de la humanidad, de izquierda, de derecha, del centro, de donde sean. Los capitales son los capitales, y sin ellos las sociedades no se mueven. Entonces ahora existen los tres patrones que mueven al mundo. El poder de la materia, con el líder: el hombre carismático, el que es votado y surge como esperanza. El dogma: que garante que el líder no se desvíe moralmente de los caminos que la propia conciencia espiritual establece. Y después, el capital, que es el que comanda todo y gobierna todo, sórdidamente, por detrás apoya a un líder, dándole economías estables o inestables, y apoya a un dogma, porque el dogma encubre, ante beneficios económicos, el movimiento oscuro de los líderes financieros.

    Entonces, ¿dónde queda la conciencia individual del hombre sano? En ningún lugar. Lo mismo que en las épocas primarias; el fuerte predominaba sobre el débil.

    Somos creados para consumir, y si nos retenemos o nos oponemos a consumir, somos perniciosos, peligrosos y debemos ser destruidos.

    Pensar, es peligroso. Idealizar, es sólo para los estúpidos. Cumplir lo que es impuesto, es el equilibrio, porque eso, para eso, y por eso están los líderes; para que no se cree la anarquía y no se cree el caos, ellos predeterminan qué es lo que un país debe hacer. Y todos trabajar como corderos para eso, y si se niegan a cumplir lo que los intereses financieros internacionales disponen, ese país entra en crisis social, le crean todo lo que sea necesario, hasta un vuelo sórdido de un avión que se desconoce, a grandes altitudes, tirando una plaga que aparece misteriosamente, y el país se desespera para poder combatirla. Hoy en día nadie está libre de eso. País que se oponga a quien económicamente esté gobernando, que ahora ya son grupos de países, está condenado a la destrucción, al ocaso, al olvido.

    El país que trate de entrar en el juego de las economías internacionales y sea aceptado en el club de los grandes, tiene posibilidad de tener un futuro; pero así mismo, siempre tendrá que consumir lo que los grandes crean. Si no consumen lo que los grandes crean, le sabotean el mercado exterior, paralizan su desenvolvimiento, y desestabilizan la política, la sociedad. Y el dogma, que recibe el dinero necesario para perturbar, agiganta el abismo mostrando que los líderes son inoperantes, y ellos continúan siendo la fuerza segunda de poder, establecidos siempre como los señores que cuidan de la paz social y del equilibrio de los pobres y de los desamparados. Los malditos, canallas, de barriga llena que nunca supieron lo que es tener una familia porque se niegan a concebir. Para ellos es preferible (a través de un pseudo-celibato) tener familia con las mujeres de los otros, pero no tener la responsabilidad de la propia. Prontos a juzgar o prejuzgar, cualquier cosa de los otros, y creerse con el derecho y la sabiduría de saber cuáles son los caminos más correctos, cuando ellos viven errando el día entero, sentados en mesas para discutir en qué tipo de acción van a aplicar el dinero recibido; qué tipo de comercio o industria es más beneficiosa, si la de anticonceptivos o la de preservativos. Y así se mueve, mezquina, egoístamente, y los gobernantes se callan la boca porque les interesa tener a ese dogma a favor, porque apacigua a los inútiles que nada hacen, y a los que piensan ellos se encargan de tener un policiamiento suficiente para que cuando joda mucho (que no hay otra expresión más correcta) salga de circulación. Pueblos pobres, incultos, de memorias cortas y desvanecidas no importan; porque desaparecen; porque ellos están preocupados como en las épocas primarias, en sobrevivir; no les toquen el bolsillo, la barriga, porque ahí explotan.

    A través de los milenios, ¿cuál ha sido la evolución humana? Ninguna. Es una fantasía.

    Antes teníamos que ir a la selva a ver a los animales, ahora los vemos en la televisión. Antes teníamos que hacer guerras para que se conozcan y crucen los pueblos, ahora viajan de avión, tienen el turismo libre. O vienen a comprar chicos de allí o de allá, y van haciendo las cruzas de razas; y de aquí a poco saldrán todos los clones, y los laboratorios crearán la especie que se les de la gana.

    ¿Cuál es el destino de una raza humana así? Su autodestrucción.

    ¿Cuál es el destino de los dioses que ella creó? La autodestrucción. Muertos los pueblos que adoran no existen dioses, en altares vacíos no se queman holocausto.

    Los dioses se cansaron de ser dioses, el jueguito con los humanos con el despertar de la conciencia ya los aburre. Han tratado de crear líderes estúpidos que ellos mismos luego destruyen, porque eran fruto de sus propias estupideces y quedó demostrado que los pseudos dioses que comandaron este sistema solar han fracasado en su intento nuevamente.

    En los fracasos anteriores hicieron desaparecer Atlántida y otros reinos; en esta, llamada civilización adámica, ya está llegando a su fin, queda muy poco tiempo y no queda nada que se pueda rescatar, absolutamente nada (menos yo, dirá usted, querido lector)...

    Cada vez que las conciencias puedan conseguir una libertad o llegar a un entendimiento de una conciencia mayor, hay que destruirla: ningún dios ficticio, falso, puede permitir que la propia creación lo supere, porque automáticamente, si la propia creación lo supera, él, como dios, está muerto.

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