Soy
una manzana. Lentamente voy adquiriendo aquel rojo de madurez. Al comienzo era
solo una idea, una posibilidad. Pero el viento y las estaciones procuraron
mi ser; una
pequeña semilla en el infinito. Crecí bajo la sombra de mi familia y mis prójimos,
dependiendo de ellos.
nada
en todo
Pronto
mi cuerpo albirrojo se desprenderá y tendré que tocar tierra. Así
dependeré solamente del mundo, quien me recogerá. ¿Me acogerá? ¿Me devorará?
No lo sé. Ahí están los cuchillos que me hieren pero que me dan vida, como
todas las cosas, de carácter ambiguo. Son los cuchillos del conocimiento y
depende de cómo lo usas, de cómo te hieres para nutrirte, como los árboles
que se podan.
Muchos
solo ven mi superficie roja
y pocos saborean mi blancura, pero todos desechan lo más importante, aquello
donde
los cuchillos quieren
llegar pero no logran encontrar. En mi interior soy. El resto
no
nos deja ver qué hay ahí (dentro), es oscuro y misterioso. Para llegar ahí es
necesario
despojarnos de todo, incluso de la ramita que es rastro del árbol de donde
venimos.
Hay infinitas maneras de llegar a aquel punto, innumerables cuchillos. Es
eso lo
interesante: no hay límites ni reglas, son ilimitables las formas de comer una
manzana
los límites nos imponemos nosotros.
La
misma curiosidad que nos come,
la misma curiosidad, de carácter insaciable, que nos hiere, se cuestiona: ¿Qué
sucede al
llegar a ese punto? ¿Qué pasa después de comer la manzana? Belleza pura.
Aquello que
tardamos en encontrar se asienta, toca nuevamente la tierra, pero crece y apunta
al cielo. Se
ramifica. Para llegar más alto se poda. Así entonces, el viento y las
estaciones procuran nuevos frutos. Ninguno sabe igual.
Pero yo$oy solamente una manzana y todo eso me es extraño. No sabía que los árboles también mueren y tampoco que el sol se extinguirá. Muchos dirán que soy la manzana podrida del montón, quizá tengan razón. Mientras tanto jugaré con los cuchillos. Hay quienes juegan sólo con un cuchillo. Como buen acróbata disfrutaré de los riesgos y jugaré con muchos (y de doble filo) a la vez.
“El que busca la verdad tiene el riesgo de encontrarla”