Burgun

El Sobreviviente de Venarium

    Burgun fue un soldado aquilonio, natural de Gunderland, que fue destacado al Fuerte de Venarium, cuando el Rey de Aquilonia tenía la intención de invadir las tierras de Cimmeria. Estuvo presente en la famosa matanza causada por el asalto de los cimmerios, y defendió valientemente el fuerte. Durante la incursión, vio a un imnpetuoso joven cimmerio de unos quince años de edad, que destacaba entre los atacantes por su ferocidad. Trató de abrirse paso para luchar contra él y defender el puesto aquilonio, abriéndose paso entre los cuerpos muertos de sus hombres, pero antes de que pudiera alcanzar al bárbaro, Venarium se rindió.
 
    Después de la fatídica batalla, Burgun dejó el ejército aquilonio y se dirigió al este, atravesando Nemedia y llegando al reino de Corinthia, donde se enroló en el ejército y llegó a tener el grado de Capitán. Dos años después de la Batalla de Venarium, a él y a media docena de hombres a sus órdenes les fue encomendada la misión de capturar a un fugitivo cimmerio procedente de Nemedia, acusado de robo y asesinato. Ambos reinos habían firmado un tratado que los obligaba a protegerse mutuamente. Iban persiguiendo al fugitivo por un acantilado, cuando éste provocó un derrumbe que sepultó a los hombres de Burgun. Él se salvó por su preparación, ya que era un soldado de carrera mientras que sus hombres eran simples mercenarios.

    El cimmerio bajó por el risco para contemplar a los hombres que había matado, y por detrás escuchó una amenaza. Era Burgun que lo apuntaba con su espada. Al volverse el norteño, el soldado lo reconoció como el jovenzuelo cimmerio de Venarium, y entablaron un duelo de espadas que acabó cuando el Cimmerio, Conan, lo atravesó con su espada para luego seguir su camino.

 
    Conan caminó hasta encontrar una ciudad perdida, llamada Lanjau, que no aparecía en los mapas. Al entrar notío que estaba deshabitada, y en las cercanías de un templo fue atacado por un enorme dragón, del cual logró escapar trepando por los muros de una alta torre; el lagarto lo persiguió, y el cimmerio le arrojó una enorme piedra en la boca, tras lo cual la criatura cayó de espaldas, cosa que Conan aprovechó para clavarle su espada en la panza, que era la única parte de su cuerpo desprotegida por escamas.

    El cimmerio llegó a las puertas de un templo, mientras trataba de abrir la puerta, escuchó la voz de Burgun tras de sí. El gunderman no había muerto atravesado por su espada, sino que se había salvado gracias a su armadura. Viendo que el templo contenía riquezas suficientes para ambos, decidieron ingresar a él como amigos y repartirse el botín, en lugar de luchar a muerte por él.

 
    Al entrar al templo, encontraron una impresionante cantidad de monedas de oro y joyas de toda clase. Ambos ladrones se sintieron atraídos por una serpiente de jade, y en un juego de dados decidieron que Conan se quedaría con ella mientras que Burgun se llevaría todo lo que quisiera y pudiera transportar. Pero apenas el cimmerio recogió la serpiente, las seis momias que custodiaban el templo volvieron a la vida para atacarlos. Conan y Burgun se defendieron muy fieramente, pero al final se vieron forzados a huir del templo, perseguidos por las momias. Al salir, los esperaba la luz del sol, y apenas las momias fueron bañadas por ellos se derrumbaron y convirtieron en polvo. Seguidamente, se desató un fuerte terremoto que hizo caer la mayor parte de los edificios de Lanjau.

    Burgun logró escapar, pero no pudo encontrar a su camarada cimmerio, que también había conseguido huir, creyendo muerto a Burgun. (Varios años más tarde, Conan pasó nuevamente por la ciudad de Lanjau, mientras se dirigía a Cimmeria para evitar la Segunda Venida de Shuma-Gorath.)

 
    El ex-soldado llegó hasta otra cuidad corinthia, donde se dedicó al robo y al pillaje, acompañado por un apuesto y joven aprendiz de ladrón llamado Igon. Al servicio de un gordo sacerdote que adoraba al dios Anu, Burgun y su compañero saqueaban los barrios ricos de la ciudad y le llevaban los botines a cambio de un lugar donde dormir en el templo. Su fidelidad estaba asegurada por el temor, ya que en el templo de Anu había una alta espital de plata con figuras humanas, que supuestamente llegaba hasta el cielo y servía como medio de transporte para el Toro protector del dios. El sacerdote los había amenazado con hacer que el temible minotauro se materialice. Una noche, Burgun e Igon estuvieron a punto de ser capturados por los guardias de la ciudad, pero lograron escapar gracias a la ayuda de Conan, que por pura coincidencia, había llegado a la misma ciudad acompañado por la seductora y embustera Jenna de Shadizar. Luego se reconocieron mutuamente y decidieron trabajar juntos.

    Desde esa noche se dedicaron a saquear la ciudad, mientra Igon y Jenna se divertían y se convertían en amantes. La última hazaña de los ladrones fue robar el templo del Sumo Sacerdote de la ciudad, Nabonidus, Furioso, el sacerdote-mago pidió ayuda a las autoridades para que capturaran a los profanadores, y el Capitán de la guardia sobornó al sacerdote de Anu para que traicionara a sus cómplices. Mientras que Conan escapó, Burgun fue capturado y condenado a la horca al cabo de tres días.

    Cuando Igon y Jenna se enteraron, el jovenzuelo sugirió que se olvidaran del gunderman, lo cual hizo enfurecer a Conan. Salió a caminar por las calles, y se enteró de que la ejecución de Burgun había sido adelantada para esa misma noche, e impotente, se dirigió a la plaza para presenciarla. Pero en una ventana del templo, vio al gordo sacerdote acompañado por el Capitán Aron, y presa de la furia corrió a reclamarle su traición. Al enfrentarse al obeso sacerdote, tuvo que vérselas con el Toro de Anu, que acabó por matar al mago que lo había esclavizado tantos años. Luego el cimmerio se dirigió a la plaza, mató al guardia que cuidaba el cuerpo del ahorcado, y seguidamente robó el cadáver para sepultarlo dignamente.

 
    Más tarde fue traicionado también por Jenna, pero escapó de la cárcel gracias al aristócrata Murilo.
 
 
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