Aventura del Mar. Saga Alfredonius. Aventura del mar

 

" LA AVENTURA DEL MAR . "

POR

ALFREDO FRANCISCO HUMBERTO

JUILLET FRASCARA.

1993.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

· CAPÍTULOS DE LA OBRA.

· - LA AVENTURA DEL MAR.

· - EN COSBROSS.

· - EL PLANETA NEMO

 

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PERSONAJES DE LA OBRA :

· LORENZO RIVAS

· MARBELO.

· PROFESOR: RASTREGO

· TÉCNICOS

· GUERRERO YAKSUN : DURBARBULO

· LORD TEBENQUES

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CAPITULO I.

LA AVENTURA DEL MAR.

-"Este proyecto es muy sencillo: construiré una nave para que Uds. vayan al espacio.-" Dijo Lorenzo Rivas, hombre grueso y de estatura media.

-"Déla por construida.-" Aceptó Salustio Vargas, tipo de cabellos oscuros, tez blanca y de unos cincuenta y cuatro años.

-"Y explorarán el Cosmos.-" Añadió Lorenzo Rivas, con un ampuloso gesto de sus brazos.

-"Es una labor imposible.-" Murmuró Mario Silva, Señor de unos cuarenta y ocho años, calvo y de ojos movedizos.

-"¿ Por qué dice que es imposible?-" Se agitó Lorenzo Rivas.

-" El cosmos es muy grande y nosotros muy pequeños. Demoraríamos siglos en ir de un lugar a otro. Nuestros archivos serían tan voluminosos como los manicomios de la Tierra.-" Opinó Salustio Vargas.

-" Entonces, no se hable más de este asunto.-" Solicitó Mario Silva.

-" Hablemos hasta agotar este tema! Quiero reunirlos en una gran obra. Me estoy haciendo viejo. Mis escritos se hacen muy difusos. Son como noticiarios truncados. A veces ni yo mismo sé de qué se trata.-" Exclamó Lorenzo Rivas, juntando sus manos y provocando un inicio de aplauso...

-"¿ Y nos quiere utilizar a nosotros para que pasemos aventuras que contar a Ud., a fin de que pueda publicar un libro? ¡ Nada de peligroso para Ud., supongo! Nos manda a los leones...-" Opinó Mario Silva a viva voz .

Lorenzo Rivas le quedó mirando, alelado de la insolencia de su paniaguado...

-" Viaje Ud. con nosotros, Don Lorenzo Rivas, para que le cierre la boca a este bribón!-" Pidió Salustio Vargas, tomándole de un brazo.

Lorenzo Rivas sonrió, diciendo:-" Iré con Uds., pero entonces será al fondo del mar...Siempre he querido ver las bellezas submarinas.-"

-"¡ Adonde sea!-" Celebró Salustio Vargas.-"¡ Sea un aventurero como nosotros!-"

Pasaron varios meses en la construcción del navío, que estaba siendo armado bajo la dirección del profesor Rastrego, un sabio alto y de gafas gruesas.

-"¡A mi regreso daré una conferencia de Prensa y venderemos los moluscos a los Museos !-" Prometió el Profesor Rastrego.

-" ¡Eso sí! Quiero ganar dinero, para mantenerme activo.-" Sonrió Lorenzo Rivas.

-"¿ Tiene Ud. muchos proyectos ?-" Preguntó Rastrego.

-"Sí, pero poca energía. Necesito ayudantes para ejecutar mis ideas.-" Confidenció Lorenzo Rivas.

-"Cuando se hacen cosas importantes se necesita de la ayuda de los demás, para las cosas rutinarias o de poca monta. -" Dictaminó el sabio.

Lorenzo Rivas se dirigió a a la dirección de Salustio Vargas, que vivía en una casa de madera, en una población del norte de la ciudad de Santiago.

-"Quisiera conversar unos instantes con Ud.-" Dijo Lorenzo Rivas a Salustio Vargas, cuando éste le abrió la puerta de su domicilio.

-"¡Pase Ud., Don!-" Franqueó la entrada el mencionado.

Una pequeña sala amueblada con sillones de mimbre y una mesa con un antiguo televisor quedó a la vista de Lorenzo Rivas, quien se sentó cuidadosamente, para decir:-" Bien cómoda su casa, Salustio Vargas.-"

-"¡Yo mismo la hice! Cada tabla, cada plancha de zinc la coloqué con mis propias manos.-" Se enorgulleció el hombre.

-"Mire: Yo confío en que Uds. seguirán interesados en acompañarme en la maravillosa expedición al fondo de los océanos.-"

-"Excelente. Pero, qué ganaremos nosotros con eso?-"

-"Dinero para seguir existiendo.-"

-"Es bastante lo que se necesita en estos días para sólo existir...-"

Desde el interior de la casa llegó Mario Silva, saludando a la visita, y diciendo: -" ¡Mándeme a las Bermudas! Soy especialista en la pesca con arpón!-"

-"¡ Bueno! Si no es ahora, será más adelante...-" Accedió de inmediato Lorenzo Rivas.

-"¡Hola!-" Saludó Silvestre Gatica, llegando en ese momento desde la calle.

-¡ Buenas tardes! Como quería decirles, hay algunos mecanismos con los cuales Uds. deberán comenzar a familiarizarse antes de comenzar el viaje. Les dejaré mi dirección, a fin de que se alleguen por allá el próximo lunes a las diez horas.-"

-"¡ Y ahora déjenos algo de plata!-" Pidió Salustio Vargas.

-"Para prepararnos para el viaje...ropa, y cosas así.-" Especificó Silvestre Gatica.

Lorenzo Rivas le pasó varios billetes de alta denominación a Silvestre Gatica, yéndose acto seguido.

Salustio Vargas dijo a Mario Silva:-" ¡Perfecto! Ahora podemos comer mejor y pasar una tarde en el cine.-"

-"¡ Una vez fui al cine y vi una serial sobre unos monstruos del espacio.-" Comentó Salustio Vargas.

-" No me digas! -" Bufó Silvestre Gatica.

-"Alien. Apareció la primera película como diez años antes de la tercera y última. La protagonista era una artista de nombre Sigourney Weaver.-"

-"Una gringa.-" Especificó Silvestre Gatica.

-"Exacto. A cada película que hacía, salía cada vez menos y menos femenina. En la última estaba rapada, con un ojo en tinta y vestida con un mameluco de presidiario.-"

-" ¡ Nada erótico! "

-" En esa época la gente prefería ir a ver películas eróticas. Cuando yo fui a ver -"Alien 3-" habían menos de veinte personas en esa sala.-"

-" Son las mujeres quienes van a ver películas eróticas con sus machos. -" Opinó Mario Silva.

-" En -"Alien 1-" hayan una nave con un monstruo que se parecía a una araña, en el sentido de narcotizar a la víctima, inoculándole huevos en el sistema respiratorio.-" Informó Salustio Vargas, encendiendo su pipa.

-" ¡Horrendo!-" Dijo Mario Silva, aspirando el humo que flotaba.

-"En -"Alien 2-" tratan de matar a una colonia de esos bichos, y en la Nº 3 la chica se tira al hierro fundido, para matar al último de aquellos engendros.-"- Recordó Salustio Vargas.

-" Parece pesadilla -" Opinó Mario Silva.

-" ¡Justamente! Creo que esos filmes muestran al Infierno, tal como se lo imaginan nuestros contemporáneos.-"

-" Habiendo ya tan poca gente interesada en la Religión y el Infierno, disfrazan todo esto con películas de terror macabro.-" Consideró Silvestre Gatica.

-"¡Bueno!-" Alzó la voz Salustio Vargas -" ¡Vayamos al cine ahora!-"

Salieron de la casa alegremente, pues pensaban pasar a servirse algo, en un restaurante Chino, tras la proyección...

Lorenzo Rivas urgía al Profesor Rastrego a terminar el navío, a quien ya habían dado el nombre de "La Jibia".

Estaba en el astillero propiedad de Lorenzo Rivas, quien había comprado las instalaciones a un fabricante de barcazas en bancarrota, quien había dilapidado sus ahorros en acciones de la Bolsa... y había tenido mala fortuna en sus elecciones.

-"¿Sus ayudantes vendrán pronto?"- Inquirió el profesor.

-" Los cité para cinco días más, en mi casa. Les iré a buscar en el auto."- Aclaró el potentado.

-"¡No sé de qué gran cosa le vayan a servir: no tienen estudios!"- Se alarmó el Profesor Rastrego.

-" Tienen algunos conocimientos difusos...y me molesta que Ud. los critique, caballero." - Dijo Lorenzo Rivas.

Éste se mesó la barbilla, nervioso de haber contrariado a su mecenas, y se disculpó.

Trabajaron junto al resto del personal.

Al llegar ese lunes, Lorenzo Rivas se levantó temprano para viajar a la capital y traer a sus tres ayudantes.

Encendió la radio del auto y por más que cambiaba de estaciones, siempre se escuchaban las canciones de Estados Unidos por ellas.

-"¡ Estos directores de radios de Frecuencia Modulada lo único que privilegian son las música foránea! ¡Pareciera que estuviéramos en Yanquilandia!"- Gritó, cortando la emisión de sonidos.

La carretera orillaba el mar y éste lucía gris, bajo una neblina que impedía ver hasta el horizonte. Algunas aves aleteaban en el aire, viajando por sus misteriosas rutas.

La ruta giraba y tras pasar por un pueblo, subía unos cerros y continuaba su sinuoso camino hacia la metrópolis chilena: Santiago...

Al fin, llegó a su casa, y vio que ya le estaban esperando sus asalariados.

-"¡ Suban, hombres! ¡ Nos vamos a la mar!"- Invitó Lorenzo Rivas, y éstos subieron sus bártulos a la maleta trasera del vehículo, para luego sentarse cómodamente dentro de la cabina.

Lorenzo Rivas, tras echar una somera mirada a su casa (que dejaría por un incierto número de meses) aceleró el vehículo, alejándose en ruta hacia la cercana costa.

Cuando llegaron al muelle, el profesor Rastrego había botado ya al mar el submarino, que estaba ahora anclado y flotando cerca del malecón.

-"¡ Hasta ahora, todo parece perfecto!"- Aviso Rastrego, dando la mano a los recién llegados.

Entraron al submarino, que olía a pintura fresca y petróleo. Se ubicaron en sus respectivos camarotes, y durmieron allí por primera vez, acunados por el oleaje manso de esos días.

Al amanecer bajaron a tierra, para terminar de cargar el aparato con vituallas y artefactos varios.

A media tarde ya estaban en movimiento, adelantando a tres nudos. Al atardecer se sumergieron a una profundidad de 20 brazas .

-"¡ A comer!"- Avisó Salustio Vargas, por los altavoces internos.

Nadie disfrutó mucho de las empanadas y del vino, porque el submarino rechinaba, crujía y parecía a punto de reventar.

-"¡ He gastado una fortuna en este vehículo, y ahora pareciera que se vá a partir en dos!"- Terminó quejándose Lorenzo Rivas, botando el resto de su empanada al piso.

-"¡ Ganaréis dos, al regreso!"- Lo alentó el profesor Rastrego, que confiaba en su obra...

-"¿Como cuánto tiempo permaneceremos sumergidos?"- Inquirió Salustio Vargas.

-¡Bastante! Seis horas."- Vaticinó el profesor Rastrego.

Salustio Vargas prefirió irse a dormir, por lo que se tumbó en la hamaca designada.

Seis horas después el "Jibia" emergió a la superficie, saliendo al aire libre sus ocupantes, alborozados por el éxito .

-"¡ Y no se hundió!"- Exclamaba Mario Silva, riendo.

Continuaron la marcha, esta vez en dirección a la costa y por sobre la superficie del mar. Atardecía, y el cielo semejaba ensangrentarse, bajo los reflejos cárdenos que lanzaba el Sol.

-"¡ Qué bello es el mar!"- Se maravilló Salustio Vargas, aspirando la brisa salina.

-"¡ Hermoso creerse libre!"- Bufó Lorenzo Rivas, pensando en el atado de cuentas que debía pagar, allá en su ciudad natal...

Dejaron al submarino al cuidado de la tripulación contratada por el sabio, decidiendo quedarse a bordo también el inquieto Mario Silva.

Entraron a una Hostería, en donde comieron pescados fritos con arroz, ensaladas de apio y tomate, pan, vino, quesos y un té.

Amenizaba el ambiente un rubio cantante de guitarra, que tenía en su repertorio tonadas y cuecas. Cuando se acercó a la mesa, para recibir la propina, el sabio le dió un billete de alta denominación, por lo que el cantante sonrió, diciendo:-"¡ Buena onda, caballero! Muchas gracias por el billete...lo necesitaba. ¿Anda paseando?"

-"¡Siéntese, hombre, y acépteme un vaso de vino!"- Invitó el Profesor Rastrego.

En fin, que el joven - pues no tenía más de 24 años - resultó ser Santiaguino, bueno para la conversación y además aceptó viajar con ellos en el submarino, pues declaró estar" necesitado de una buena aventura."

Su nombre era Marbelo y no dió su apellido...tampoco era necesario.

-"Nos hospedaremos en un Hotel."- Avisó Lorenzo Rivas, quien estaba preocupado por su estado de pagos en la capital , y deseaba comunicarse por teléfono para saber si se estaban pagando las deudas.

Ya instalados en el "Hotel Mirabeau", en donde cada cual disponía de una pieza de dormitorio, Marbelo pidió autorización para retirarse unas horas, a fin de traer al Hotel sus pertenencias y despedirse de la buena gente que le había estado albergando hasta entonces...

Lorenzo Rivas conversó hasta tarde por teléfono, mientras que el Profesor y Salustio Vargas salían a darse una vuelta para refrescarse con la brisa nocturna.

Al día siguiente, el profesor dijo a Lorenzo Rivas:-" Será mejor embarcar más provisiones, si es que desea Ud. viajar lejos."

-"¡ Así es! Embarquemos, entonces. Vayamos a comprar por mayor, y que ejecuten la entrega en el muelle."- Decidió el potentado.

Así lo hicieron, siendo acompañados por Salustio Vargas y Marbelo, quien dejó en el Hotel algunas bolsas con sus pertenencias.

A mediodía almorzaron en un restaurante del muelle: Sopas marineras, caldillo de congrio, fritos con ensaladas, pebre y los infaltables pan y vino...

-"¡ Brindo por el equipo humano más empeñoso que he visto!"- Dijo Marbelo, levantando su copa rebosante de vino tinto.

Acto seguido, sacó su guitarra de la funda, y cantó algunas canciones, para después recolectar algo de dinero de los agradecidos parroquianos...

Tres días después, ya en alta mar, el Profesor puso proa al estrecho de Magallanes. la nave avanzaba bajo el agua raudamente, porque deflectores iónicos creaban una coraza contra las moléculas del agua que se iba enfrentando.

Un mes después, salían al Océano Atlántico, recalando en el puerto de Buenos Aires. Allí se re avituallaron , para continuar el viaje.

-"¡ Bajemos unos días a puerto, Don Lorenzo Rivas! No seamos apáticos, harta soledad nos ha tocado ver, a bordo del submarino."- Recordó Marbelo.

-"¡Claro! Sería de locos seguir embalados hacia otras partes, sin ver la capital de los niños tímidos."- Rió Lorenzo Rivas, ya que consideraba a los Argentinos como extrovertidos.

-"¿Tímidos éstos? ¡Es lo menos que tienen!"- Exclamó Marbelo, sonriente.

Las noches bonaerenses rivalizaban con los días , en lo referente a personas en la calle viviendo y trabajando .

-"¡ Ni pariente con Chile! Allá a las doce de la noche no anda nadie por las calles...A qué decir del resto de las ciudades, allí se acuestan más temprano aún."- Comentó Marbelo.

-"Recuerde que fueron diecisiete años de gobierno autoritario, con un inicio en que había Toque de Queda y al que pillaban caminando por la calle a las once de la noche se lo llevaban detenido."- Recordó el profesor Rastrego.

Entraron a algunas Boites y salas de espectáculos, en los siete días en que departieron con los porteños sus noches de bohemia.

-"¡ No dan ni ganas de irse a la mar!"- Cantaba Marbelo con su guitarra, improvisando canciones alegres.

Pero Lorenzo Rivas quería continuar, y se hicieron a la mar al octavo día, en las horas del amanecer.

El clima en alta mar era agradable, y la comida que llevaban ahora era toda proveniente de Argentina, con muchos enlatados de otros países.

Pasaron lentamente por el mar Caribe, llegando hasta la vista de las costas de la Florida. Allí, el motor se detuvo...

-"¿Qué haremos? La corriente nos empujará lejos de la costa."- Se preocupó Rastrego.

-"Ruego a Jehová Dios nos que de esto!"- Pidió Silvestre Gatica, y a las pocas horas se desencadenó una tempestad, que les impulsó hacia la costa nuevamente.

El navío pasó por entre los arrecifes y con el impulso de la última gran ola de mar abierto, avanzó y encalló en la blanda arena de una playa solitaria...

Las olas estallaban a trescientos metros, deshaciéndose contra las altas rocas. El submarino estaba seguro allí, pues era un refugio natural.

-"¡ Salvados por un pelo!"- Sonrió Mario Silva, citando un título de una película de Abbot y Costello...

Algunos bajaron a la playa, y Silvestre Gatica dirigió su mirada hacia lo alto, diciendo:-" ¡Gracias, Dios mío, por salvarnos la vida!"

Al amanecer la galerna continuaba, y el Profesor dijo:-" Hay que tratar de averiguar cuál es la falla, pero también hay que noticiarse del lugar en que nos hallamos. Nunca está de más poder comprar algunas provisiones frescas."

Salustio Vargas se dirigió tierra adentro, con tres tripulantes del submarino, llevando dinero que les entregó Lorenzo Rivas.

Los que no ayudaban en las reparaciones al atareado profesor Rastrego, se dedicaron a caminar por la playa, en busca de crustáceos y mariscos apegados a las rocas.

En una pequeña caleta hallaron a tres ateridos hombres, uno de los cuales ardía de fiebre, con sus ropas empapadas.

-"¿Qué les ha pasado?"- Inquirió Lorenzo Rivas, cuando le fueron traídos a su presencia, dentro del submarino encallado.

-"Somos Louie, Martin y Jerry, canadienses. Anoche encalló nuestra lancha, en el costado oriente de esta playa, y desde ese mismo minuto que estamos tratando de llegar a algún poblado, pues nuestro amigo Louie se dió un golpe en el pecho, al volcar la embarcación."

-" Acá les darán mantas y ropa seca. ¡ Que les sirvan una sopa caliente!"- Pidió el Armador a uno de los tripulantes.

Silvestre Gatica se preocupó de ellos personalmente: les sirvió sopa de caracoles y galletas. Después, pusieron al enfermo del pulmón en una litera.

La escotilla se dejó abierta, para procurar que el aire fuera lo más fresco posible...

Regresaron Salustio Vargas y sus acompañantes al anochecer, diciendo:-"¡ No dimos con nadie! Se nos hizo de noche, y temí perdernos en la oscuridad...olvidé llevar linternas."

-"¡Pasen y sírvanse alimento caliente!"- Urgió Lorenzo Rivas, quien estaba de guardia en la torre.

El Profesor mantenía al mínimo el voltaje para las luces y artefactos, pues temía descargar las baterías...

Al día siguiente salieron todos a mariscar, para poder comer. A mediodía hicieron una fogata lejos del submarino, y sobre ella pusieron un caldero de la cocina del navío, hirviendo allí los mariscos que se pudieron recoger. Con la humareda aparecieron nueve personas más: Lord Tebenques, tres marineros de su hundido yate "Lord Byron", y cinco marineros chilenos provenientes de un hundido barco ballenero .

Lord Tebenques saludó al Profesor Rastrego, diciéndole:-" ¡Gracias a Dios que Ud. conservó su navío! Yo lo perdí, al estrellarse contra los roqueríos costeros!"

-"¡ Vaya a la cocina a servirse sopa, Lord Tebenques! Debe tener Ud, mucha hambre."- Invitó el sabio.

-"¡ Un Lord nunca tiene hambre! A lo más, puede tener algo de apetito."- Bufó el Lord, y le fue entregado un plato con aquella sopa de mariscos, junto con los demás recién llegados.

A media tarde el profesor se apersonó ante Lorenzo Rivas, diciéndole:-" Di con la falla; estamos sonados; hay que hacer la pieza, y es voluminosa. Podría hacerse al torno, aunque la original era fundida."

-"Entones es imperativo hallar una ciudad ."- Comentó Lorenzo Rivas, rascándose su cabeza.

Marbelo, que estaba escuchando, pidió ser el quien fuera a buscar ayuda, y le fueron entregados dos hombres, aperados de linternas. Lorenzo Rivas se adhirió a la expedición, llevando sus tarjetas de crédito...

A medianoche regresaron Marbelo y sus expedicionarios, acompañados por ocho personas. El profesor Rastrego quedó pasmado: se trataba de ocho mujeres.....

-"¡ Hola, Prof.! Malas noticias: estamos en una isla. ¡Y mire con quiénes nos topamos!"- Exclamó Marbelo.

-"¿ Y estas Señoritas de adónde salieron?"

-"¡ Son ocho turistas brasileñas! Sus nombres son Teresa, María, Rosa, Helena, Juana, Carla, Mireya y Eleonor."- Enumeró el cantante, riendo de contento.

Eleonor tomó la palabra, diciendo en un castellano comprensible:-" Nosotras íbamos invitadas por Lord Tebenques en su yate, y ¡mire! empezó el mar a hincharse, el viento a soplar, la noche a ser más noche, y ¡ zambomba! , que el yate bonito se fue contra las rocas y se hizo añicos. Éramos mujeres y tres hombres, más el Lord. ¡No hemos hallado rastros de ellos!"

-"Pasen dentro del submarino, para que se sirvan algo caliente."- Invitó el profesor, encogiéndose de hombros...

-"¡ Se acabó el agua potable!"- Se quejó el cocinero, de nombre Pablo Honorato.-" Les di de la sopa, porque no hay agua ni para una taza de café."

Esa noche Lorenzo Rivas cerró las escotillas, para paliar el frío, pero dentro del aparato el aire se hizo casi irrespirable, por lo cual debió volver a abrirlas...

-"¡ Mucha gente para tan poco espacio, Don Lorenzo Rivas!"- Comentó Salustio Vargas, pasando por su lado, y yéndose a respirar aire puro a la torreta de observación.

Pronto bajó corriendo, avisando de que había visto una sombra pasear por la playa.

Marbelo tomó una linterna, y saltó a la arena, tratando de averiguar quién podría ser.

Pero no hallaron a nadie...

Al día siguiente tuvieron una reunión, para repartirse el trabajo a seguir: se establecieron grupos que se encargarían del aseo y cocción de alimentos ( las brasileñas), de recolectar mariscos ( los marineros del hundido barco ballenero ), de ir a oriente y occidente, para encontrar un lugar alto en que avizorar a los barcos que pasaran, sin el peligro de los escollos que presentaba el lugar en que estaba varado el submarino...

Pasaron tres días en esto; la comida era poca, la recolección de mariscos era lenta, ya que éstos eran escasos ...

Sentados frente al mar, de noche, Salustio Vargas pregunto al Profesor Rastrego:-" ¿Cree Ud. que nos rescatarán pronto?"

-"¡ Indudable! Estamos en el país más rico de la Tierra; de seguro tiene un tráfico enorme de naves...Hay que tener paciencia."- Comentó el sabio, tiritando de frío.

-"Hay poca comida..."- Recordó Salustio Vargas, echando una rama a la pequeña fogata.

-"¡ Paciencia! Aquí estamos, preocupados por un plato de comida, cuando la energía nuclear, la tecnología de armamentos, la exploración espacial, la ingeniería genética, la intervención bioquímica en el comportamiento humano, la informática, los nuevos medios de comunicación son todas ellas, técnicas ambivalentes. Pueden ser destructivas o productivas, hacer posible una mayor autonomía o recaer en dependencias."- Discurseó el sabio, para distraerse de la situación por la que estaba atravesando...

-"O sea, para qué vivimos y no cómo vivimos."- Simplificó Salustio Vargas.

-" Vivimos para elevarnos en el conocimiento del Supremo. Cómo vivimos, generalmente no depende de nosotros."- Bufó el Profesor.

-"La música ayuda a pasar los malos ratos: a mí me gustan los temas de Michael Jackson."

-"A mí me agradan los temas que compusieron Beethoven, Mozart, Haydn, Chopin, Lizt, Brahms, Glûck, Edward Elgar, Wagner, Tschaikovsky."- Enumeró el Profesor, usando sus dedos para graficar la lista dada.

-"¡Claro, la música clásica! ¿Pero quién puede oír una hora de esa música, con el ajetreo y la tensión que hay en las ciudades?"- Inquirió Salustio Vargas.

Vieron una luz salir del mar, y una nave se elevó raudamente hacia el horizonte.

-"¿Qué será eso?"- Se inquietó Salustio Vargas, poniéndose de pie de un salto.

-"Puede que sea una nave espacial de los EE.UU., o un OVNI."- Sonrió el Profesor, echando más leña al fuego, para que la fogata se hiciera visible aún desde lejos...

-"¿No me vá a decir que Ud. cree en los OVNIS? - Se maravilló Salustio Vargas, quien no creía en ellos.

-"Los platívolos o esferas luminosas tienen por ocupantes a hombres de 6 pies de alto, 175 libras de peso y en los navíos viajan personas de 30 a 40 años de edad."- Informó Rastrego, con un bostezo provocado por su nerviosismo.

-"¿Cree que sean terrestres?"

-"Aliens."- Repuso el Profesor, trotando alrededor del fuego, para entrar en calor.

-"¿Qué quiere decir con Aliens?"

-"Es un término en idioma inglés, que ahora significa "ser de otro planeta". Como esa gente no soporta la atmósfera de nuestro planeta, simplemente no establecen relaciones con los terráqueos. Su menor estatura, además, les haría fácil presa de nuestra belicosa raza."- Acotó el Profesor.

-"Pero es bien raro que desde su aparición en 1947 no se hallan mostrado, pues no hay una nave ni un marciano de muestra."- Objetó Salustio Vargas.

-"En 1995 mostraron por Internet y la T.V. comercial una película que supuestamente se tomó por el Ejército de EE. UU., en que se le estaba haciendo una autopsia a un E.T."- Recordó el Profesor, agregando:-" Por lo demás. se dice que los aviones de EE.UU. ya tienen integrados los adelantos que se le hallaron al OVNI que cayó en Roxwell..."

Pasaron veinte días. La rutina continuaba impertérrita: las comisiones funcionaban patrullando, haciendo señales nocturnas con fuego y de día con humo; procurando el alimento y haciendo el aseo...

Silvestre Gatica pasaba todo el día en las playas, y de talante muy alegre. El Profesor le preguntó el por qué de su alegría, cuando el resto andaba tan preocupado.

-"¡ Vivo cada día ! Y he estado observando a los animales de la costa."- Sonrió Silvestre Gatica.

-"¡Cuéntame de ello!"- Pidió el Profesor, interesándose.

-"Los animales de las playas abiertas son pequeños y siempre ágiles. Es un modo extraño de vida. Cada ola quebrándose en la playa es a la vez su amigo y su enemigo; aunque le brinde comida, lo amenaza con llevarlo hacia el mar en su resaca. Sólo por ser asombrosamente eficiente en cavar rápido y constantemente puede un animal explotar la marea turbulenta y las arenas cambiantes trocarlas por abundante cantidad de comida, traída por las ondas."

-"Sigue, es muy aguda tu percepción."

-"Uno de los exitosos exploradores es la pulga de mar , un pescador de mareas, que usa redes tan eficientes que caza aún microorganismos a la deriva en el agua. Ciudades enteras de pulgas de mar viven en donde las olas están reventando, siguiendo la marea creciente hacia la playa y retrocediendo hacia el mar con la bajamar.

"Varias veces durante el aumento de las mareas, toda una cama de ellas cambiará su posición , cavando otra vez playa arriba en lo que es una mejor profundidad para alimentarse, haciendo burbujear el agua con sus patas cavando para enterrarse antes de que llegue la resaca..."

Llegó ante ellos el Lord y dijo al Profesor:-" ¿Ya dió su brazo a torcer? Veo que no intenta ya arreglar su máquina."

-"Tendría que tener un torno."- Replicó éste.

-"¿Me permite a mí ver si puedo arreglarlo? Mis hombres son mecánicos natos."

-"¡Adelante!"- Dió su aquiescencia el sabio, con un ampuloso gesto de su brazo.

-"¿Sigo con mi charla, Prof.?"- Preguntó Silvestre Gatica.

-"¡Adelante tú también!"- Aceptó el sabio, mirando una nube rosada que pasaba lentamente.

-"Las pulgas de mar se alimentan cuando la ola regresa al mar; cogen con sus antenas la comida. Pasa las antenas por la boca, y ya está."

-"¡ Veo que te entretienes! Vayamos a ver esas criaturas."- Rió el Rastrego, y ambos pasaron esa tarde de rodillas en el agua, admirando a las pulgas y también cazándolas, ya que servían para la sopa...

Dos días después, Lord Tebenques se apersonó ante Lorenzo Rivas, quien estaba atisbando el horizonte, y le anunció:-" Yo he arreglado el submarino, con mis hombres."

-"¡ Imposible!"- Dió un paso atrás Lorenzo Rivas.

-"Cierto. He hallado restos de mi yate y con mis ayudantes buscamos la pieza inutilizada que Ud. tiene en el mesón de reparaciones. La hemos modificado, usando lima y sierra. Reclamamos el derecho de salir de aquí en su navío."

-"Avisaré a los demás."

Reunieron a toda la gente, y habló el profesor:-" El Lord ha arreglado el submarino. No puedo llevarlos a todos; dejaré provisiones hasta que vuelva con ayuda. Confiad en mí."

Esa misma noche zarparon, usando la maquinaria en reversa y la marea alta...

Esquivaron los arrecifes usando los focos delanteros y la pantalla de radar. Los peces del arrecife se acercaban, atraídas por las luces, que traían el día a la oscuridad marina.

La isla fue quedando atrás, a medida que las hélices impulsaban al submarino hacia el norte.

El agua era fantásticamente clara y a unos treinta metros por encima de sus cabezas podían ver el trazo luminoso de la Luna sobre el mar, a través de los visores.

Vieron la gran sombra de un tiburón dejando una estela fosforescente sobre la superficie, al rasgarla con su aleta dorsal.

-"¡ Contacto de sonar!"

-"¡Ballenas!"

-"¡Emerger!"- Ordenó el sabio, mientras todos se afirmaban para la maniobra, que se ejecutó prontamente. Salieron algunos hacia la torre, desde donde podían mirar con binoculares aquellas criaturas.

Las ballenas nadaban hacia el Norte y ellos pronto estaban entre ellas. A su alrededor tenían una armada viviente, que surcaba la superficie sin esfuerzo. Los grandes cuerpos oscuros brotaban humeando del agua y se hundían luego casi sin ruido en el mar. Una de aquellas enormes bestias salió a la superficie a unos doce metros de distancia. Hubo un sonoro silbido de aire cuando el animal vació sus pulmones, pero su aire fétido se lo llevó la brisa.

Un ojo ridículamente pequeño se fijó en los que le miraban, un ojo que parecía perdido en la monstruosa e informe cabeza del ser.

Pronto, sin embargo, les dejaron atrás.

Navegaron por cuatro días y llegaron al puerto de Jacksonville, en EE. UU. El capitán fue a la guardia costera y relató lo sucedido con su submarino y el yate del Lord. Pidió que se enviara a la isla la ayuda adecuada.

-"Iremos en helicóptero. ¿Podría alguien de Uds. acompañarnos?"- Preguntó Tom. Goodwin , el oficial encargado.

-"Iré yo."- Decidió instantáneamente Rastrego.

En el helicóptero llegaron en cuatro horas. Los náufragos fueron embarcados; estaban alegres, palmeaban en la espalda al Profesor en señal de agradecimiento...

-"¡ Cumplió como un hombre!"- Le espetó un chileno.

Al volver, el submarino estaba con una multa de tres mil dólares, por no estar inscrito en parte alguna, además de un cobro de 87 dólares diarios por uso de un lugar en el muelle.

El Profesor reunió a su gente, diciéndoles :-" ¡ El Lord Tebenques ofreció darme una buena ayuda monetaria, pero voló a su país sin recordarlo."

-" ¡Trabajemos en lo que sea, para reunir el dinero y pagar las cuentas!"- Opinó Salustio Vargas.

En dos meses reunieron lo suficiente. Equiparon la nave con otra radio de mayor alcance que la original, y aditamentos para potenciar el Sonar.

-"¿Adónde iremos ahora?"- Preguntó Rastrego a Lorenzo Rivas.

-" Continuaremos hacia el norte."

Echaron a andar las vetustas hélices y el submarino puso proa al norte, paralelo al gran continente americano. A las ocho de la maña dejaban atrás la ciudad de Chincoteague. Aquí, una gran barrera defendía las tierras y aguas del interior, cual un largo dique: era la isla Assateague. Tras ella, la costa del continente, con Snow Hill, se veía bien adentro de la línea de la playa.

-"¡Una ciudad en el mar!"- Se asombró Mario Silva

-"Es Ocean City: pueblo de pescadores"- Especificó el sabio, mirando una carta náutica.

Más allá, Georgetown, la playa de Rehoboth Beach y la gran bahía Delaware, con los cabos Henlopen al sur, y May al norte. Dentro de la bahía, la ciudad de Dover...

Se veían numerosos barcos y algunos marineros de éstos les saludaban, intrigados por su presencia.

Continuaron bordeando la costa: Widwood, Stone Harbor, Cape Mary Court House, Sea Isle City, Woabine, Ocean City, Margate City, Atlantic City, Pleasantville, Harbor City y luego otra barrera larga, tras la cual un brazo de mar defendía las verdaderas costas americanas. Cruzaron el paralelo 40 º , hallando numerosas ciudades portuarias, éstas ya mayores: Neptuno, Asbury Park, Long Branch, Red Bank, Perth Amboy y New York.

-"¡Capitán: todos quieren bajar a puerto!"

-"¡ Nueva York es maravillosa; bajaremos!"- Rió el Profesor Rastrego, ya que la vista de la madre de las ciudades , con sus 100 millones de habitantes, sus inmensos rascacielos y sus luces los fascinaban enormemente........

Se hospedaron en el hotel Mirabeau, siendo de los baratos - Estaba en el Bronx y de noche debían correr para llegar indemnes a sus piezas: los negros formaban pandillas de cogote adores y actuaban en forma concertada, a cualquier hora del día.

Visitaron los espléndidos museos de arte; fueron a Bibliotecas y admiraron libros antiguos o muy raros.

En las tiendas de empeño compraron objetos de uso cotidiano, y a mitad de precio. El profesor y Lorenzo Rivas compraron muchos libros de bolsillo y por ello sus piezas del Hotel Mirabeau olían a rancio...

Pasaron en Nueva York tres semanas. Debieron trabajar para ello; las labores menores allí siempre tenían vacantes.

Se embarcaron y continuaron su viaje al norte, arribando a Canadá. Allí la costra de hielo hacía resbalosa la cubierta del submarino y los motores tenían dificultad para funcionar a tan baja temperatura.

Por ello, poco vieron de Canadá, y se dirigieron hacia la verde Europa.

Lorenzo Rivas conversaba con el sabio Rastrego cada vez que había una oportunidad:

-"En primer lugar, la duplicación innecesaria de las cosas. Aristóteles muestra que ese mundo de las ideas , que Platón construye metafísicamente con el objeto de dar razón de las cosas sensibles, es una duplicación del mundo de las cosas que resulta totalmente innecesario. Esta objeción que hace aquí Aristóteles a Platón es de una importancia incalculable en el proceso del pensamiento filosófico griego, porque es la primera vez que la teoría de los 2 mundos (el mundo sensible y el mundo inteligible) establecida por Parménides dos siglos antes, la duplicidad de mundos, es insostenible. No hay un mundo inteligible de ideas contrapuesto y distinto del mundo sensible. Esto le parece una duplicación que no resuelve nada, porque sobre las ideas se plantearían exactamente los mismos problemas que se plantean sobre las cosas."

-"¿El segundo grupo?"- Preguntó Lorenzo Rivas.

-"El segundo grupo de objeciones que Aristóteles hace a Platón es el de que el número de las ideas tiene que ser infinito , porque (dice Aristóteles) si dos cosas particulares, semejantes, son semejantes porque ambas participan de una misma idea ("participación" es la "metaxis" de Platón), entonces, para advertir la semejanza entre una cosa y su idea hará falta una tercera idea; y para advertir la semejanza entre esta 3ª idea y la cosa, una 4ª idea; y así infinitamente. De modo que la interposición de una idea para explicar la semejanza que existe entre dos cosas supone ya, implica ya, un número infinito de ideas."

-"¿El tercer argumento?"- Inquirió Lorenzo Rivas.

-"El tercer argumento grave que Aristóteles formula contra Platón es el siguiente: que si hay ideas de cada cosa, tendrá que haber también ideas de las relaciones, puesto que las relaciones las percibimos intuitivamente entre las cosas.

"A este argumento añade otro: que si hay ideas de lo positivo , de las cosas que son, tendrá que haber ideas de lo negativo, de las que no son, de las cosas que dejan de ser. Por ejemplo: si hay idea de la belleza, tendrá que haber idea de la fealdad; si hay idea del tamaño grande, tendrá que haber idea del tamaño pequeño, y en general, de cada tamaño. "

-"Pero los tamaños son infinitos: esto multiplicaría también innecesariamente el número de ideas."- Dijo Lorenzo Rivas.

-"La quinta objeción que Aristóteles formula es que la doctrina de las ideas no explica la producción, la génesis de las cosas. Las ideas en Platón son conceptos, definiciones hipostasiadas; pero esas definiciones hipostasiadas a lo más que pudieron llegar, si fuese inteligible la teoría de la participación, es a dar razón de lo que las cosas son, pero en ningún momento a explicar cómo las cosas adviene a ser."

-"¡Conforme! Pienso que Jehová Dios es el formador de cada cosa, estando en su mente cada variante que aquella cosa pueda tener, y sus mezclas. Una mente infinita, que se refleje en su creación finita."- Arguyó Lorenzo Rivas.

El navío subió a la superficie, para llenar tanques con aire limpio. El mar estaba en calma y el cielo nublado. De pronto, sopló el viento, se encresparon las olas, brotó la espuma, y cada ola era una montaña azul oscura. En el cielo brotó un relámpago , un largo trueno y la lluvia cayó con ímpetu.

-"¡Sumergerse!"- Ordenó el Profesor, y el navío bajó quince metros, evitando así la tempestad.

En el rostro de todos brotaron las sonrisas. Era el haber escapado al peligro, la zozobra y el malestar físico.

Avanzaban hacia el norte aún, bordeando la isla de Groenlandia.

Comieron aquella noche parcamente, y Marbelo se acercó hasta Lorenzo Rivas, diciendo:-" Me aburro en esta batea. Antes tenía mujeres, bailes y tiempo libre; ahora sólo sueño con ellas."

-"¡Ah, no hay como tener vida interior! Yo la tengo, y leo. Después analizo los libros en mi cabeza...Te repetiré unos párrafos de un libro, a ver si lo recuerdas."

-"¡Listo!"- Rió Marbelo, sentándose en el piso.

-"Las palabras son cosas vagas. Mi condición no me priva de hablar. Se me aparece grandemente al extremo de ser él quien, habiendo dormitado largo y profundamente, quedándose sin movimiento y totalmente postrado en un mediodía de pleno verano, comienza lentamente a despertar, a través de la mera suficiencia de su sueño, y sin ser despertado por una perturbación externa."

-"¡Esto pasa por estar tanto tiempo metido en esta batea!"- Refunfuñó Marbelo.

-"Durante todo un nublado, oscuro, silencioso día en el otoño del año, cuando las nubes colgaban opresivamente bajas en los cielos, y al final me hallé yo mismo, a medida de que los tonos de la tarde caían, a la vista de la melancólica casa de Usher."

-"¡Poe, sin duda! ¿Correcto?"- Palmeó Marbelo.

-"Devoré libros, que luego se me semi olvidaban. Y sin embargo eso, más leía. Pienso que me iré al otro mundo con el recuerdo escrito indeleblemente en mi espíritu, o quizás alma, a fin de poder entretenerme do quiera que el Señor Jehová Dios de los Ejércitos desee mandarme."

-"¡Interesante conjetura! Espero, entonces, que seamos más que los picorocos y sabandijas: espero que seamos inmortales en la mente de Jehová, inmortales en su memoria y vivientes eternos."- Declaró Marbelo.

-"Así lo quiera."

-"¡ Cierto! Si después de ese ilogismo de la vida resta algo fuera del ciego germinar de nuestro organismo disgregado: si hay un ribazo más allá de las rompientes de la existencia; si cuando la materia se desploma inerte queda aún una conciencia luminosa, que emigra a los enigmas del más allá, poco debe importar a eso que sobrevive las tristes flores de la tierra."- Declamó Marbelo.

-"Yo vivo, más que de nada, de la enorme provisión de montaña que hice en mi país de los 20 a los 26 años sobre todo; llevo el alma vestida de hayas, robles, castañas y nogales y tapizada de argoma, helecho y brezo."- Habló Lorenzo Rivas.

-"¡Un verdadero campesino! Yo no recuerdo con gusto, sin embargo, mi infancia en la ciudad. Había mucho odio."- Dijo Marbelo.

Entró a la sala Salustio Vargas, y mirando por las pantallas, exclamó:-" ¡ Es maravilloso observar el mar en su profundidad. Estamos en las Islas Salvajes, entre Madera y las Azores."

El fondo se veía a treinta metros de profundidad. No parecía existir el agua. No se veían peces, plantas ni vegetales hasta el fondo, ni hacia lo lejos. Parecía agua destilada, no el líquido con grumos de materia que los marinos llaman agua limpia. Acá se veía mucho más de lo que se acostumbra, siendo un panorama luminoso.

Pocos metros más allá, llevados por los 30 nudos del submarino, pasaron cerca de un grupo de barracudas, las cuales no se inmutaron por su paso. Luego, grandes bolas de color pardo, lisas, producto de volcanes submarinos.

Luego, una manta raya, que hizo sombra al sol por unos segundos ; parecía volar. Las extremidades de sus alas semejaban aquellas de las aves. Su estómago era como un albo enlozado, mientras que la parte de la espalda era negra.

-"Hay dos clases de mantas: la venenosa con aguijón y ésta que vemos que no lo posee."- Aclaró el Profesor, quien también había llegado allí, buscando a Lorenzo Rivas...

-¿ Y qué come?-" Preguntó Marbelo.

-"¡Ahá! Tiene un sistema de bombas de agua que impulsan el líquido a través de sus agallas, filtrando mucha cantidad de agua , gracias a un elaborado sistema de filtración, capturando así el plancton marino."

Oscurecía y sin embargo el submarino flotaba en medio de una capa fosforescente que, en la penumbra, resultaba deslumbradora. La fosforescencia era producida por millones de animaluchos luminosos, cuyo centelleo se avivaba al deslizarse por el casco de acero del navío. Entre aquellas sábanas de luz, destellos semejantes a regueros de plomo derretido , o de masas metálicas fundidas al rojo blanco, de tal suerte que , por oposición, ciertas zonas incandescentes oscurecían aquel medio ígneos, del que parecía desterrada toda sombra; era una aglomeración infinita de infusorios pelágicos, de noctilucos miliares, verdaderos glóbulos de gelatina diáfana, provistos de un tentáculo filiforme y de los que se han contado hasta veinticinco mil en treinta centímetros cúbicos de agua. Su brillo se intensificaba todavía con los fulgores peculiares de las medusas, arterias, aurelias, foladas y otros zoófitos fosforescentes, impregnados de los residuos grasientos de las materias orgánicas descompuestas por el mar, y tal vez de las mucosidades segregadas por los peces.

Durante varias horas, el submarino flotó en aquellas resplandecientes profundidades . Marbelo quedó de guardia, yéndose todos a dormir.

Al rato pasó por la cabina de mando Mario Silva, quién le preguntó:-¿ Y no canta para entretenerse?"

-"¡ Claro que no! Yo respeto el sueño de los demás."- Replicó Marbelo, con una sonrisa.

- Claro. ¿ Y no aprovecha los conocimientos de la computadora?"

-¡Nunca he tenido la oportunidad de usar una!"- Reveló Marbelo.

-"¡Es muy fácil! Es como manejar un tocadiscos, ¿se fija
?"- Y Mario Silva sacó un disco compacto y lo introdujo en la ranura correspondiente, quedando los dos absortos en la pantalla de la computadora central.

Se iluminó, y a medida de que se desarrollaban los filmes, se escuchaba una voz, que decía lo siguiente:-" Los hindúes comienzan la creación como una mera época astronómica, cuando todos los planetas estaban en Aries, o cerca de dos mil millones de años atrás, y luego, yendo en la dirección de los nodos y ápsides, se extienden ellos a 4.320 millones, que ellos llaman una CALPA, o día del falso dios Brama. La YUG es un período que lleva al sol y a la Luna sólo en la misma situación en el primero de Aries, o en cada 4.320 años, una entera CALPA siendo 1.000 Yugs. Luego 100 calpas son considerados por el sacerdote como la vida de Brama, 50 de los cuales ya han expirado. Una MANWATERA ó 306.720.000 de años son 71 Yugs de 4.320.000 años cada uno, y el mundo ahora está en la 28ª de la Satya YUG, y la 7ª MANWATERA de 14."

-"¿ Ve que es entretenido?"- Sonrió Mario Silva, pero Marbelo no le respondió, porque estaba muy interesado...

" Una VICALA de tiempo son 6 respiraciones, o 18 segundos, y 60 vicalas son una DANDA, o 18 minutos. Un año sideral es un día de los dioses que ellos creen que existen."

-"¿Y cómo pueden saberlo ellos?"- Preguntó Marbelo, mientras Mario Silva sacaba el d.c.

-"Contando las respiraciones."

-"No, me refiero a las calpas, Yugs, MANWATERA"

- No lo sé....Pero dime, amigo, si no son estas cantidades de años más parecidas a la realidad que lo que se dice por los judíos..."

-"Mira: si los arqueólogos miden y hablan de millones de años, entonces ellos y los antiguos hindúes se dan la mano en esto.......Pero la Biblia habla de días en el Génesis, y acá los hindúes hablan de que un día de nuestro Señor Jehová son 4.320.000 de años.....Por ello,, no veo problemas en creer que ellos anden cerca del cómputo real."- Elucubró Marbelo.

- También hablan de la muerte de Brama."

-"Me imagino que un dios no muere, aunque se le ponga otro nombre que Jehová; yo creo que el ser humano ha puesto miles de nombres al Único, desde siempre.

Un modo de hacerlo propio.

Me imagino que creen que Brama muere, en el sentido de dormir. La verdad, no he tenido tiempo de pensar bastante en ello, para dar una opinión"- Declaró Marbelo.

-"¡Hazlo y me respondes!"- Pidió Mario Silva.

-" ¡Trataré de satisfacer tu curiosidad!"- Prometió Marbelo.

Mario Silva se fue a dormir, cansado de aquel no acostumbrado intercambio de ideas...

Marbelo se quedó dormido un rato, y al despertar sobresaltado, miró por las pantallas, a ver si algún peligro les acechaba. ¡Cuál no sería su sorpresa al ver, a la distancia y bajo el mar, una serie de luces entrecruzadas, que titilaban cual si se tratara de una ciudad vista desde un aeroplano , de noche...!

Despertó a todos, haciendo sonar la alarma. El Profesor Rastrego llegó el primero, y quedó extático viendo aquello, una vez se informó de lo que se trataba...

Mientras se aproximaban podían ver gobios afisos, , o lochas marinas, pagros medio fosforescentes, especies de esparos; queilinos de tres decímetros de largo, peces huesosos con escamas transparentes cuyo color lívido alterna con manchas rojas, lo cual les da un sabor exquisito, Estos queilinos eran comidos ya en la antigua Roma.

Estaban cerca de Creta...

Vieron que la ciudad consistía en muchos edificios tubulares, rodeados de una cápsula de cristal o algo similarmente transparente.

Las cápsulas medían de 20 metros a 80 metros de alto, y habían más de mil...

Bajaron hasta llegar al costado del primero de ellos, conforme se acercaron. De inmediato percibieron timbres de alarma y de algún lado salieron más de quince pequeños navíos, que les enfocaron con sus luces.

-"¿Querrán indicarnos algo?"- Preguntó Mario Silva.

Varios buzos salieron de aquellas naves, e hicieron señales para que les fueran siguiendo. La "Jibia" obedeció, guiada por el propio Rastrego.

Llegaron hasta un rectángulo delimitado por rejas metálicas, y allí posaron el submarino, que fue atado con cadenas a unas argollas empotradas en el suelo de cemento, para que no se tumbara de lado.

-"Saldremos por la esclusa"- Confirmó el sabio.-"¿ Quién quiere quedarse a bordo, para cuidar de la nave?"

-"Yo me quedo."- Pidió Lorenzo Rivas, sonriendo. Se entretendría con las computadoras de a bordo...

Salieron del navío, y fueron llevados ante una de las burbujas, entrando a ella por un túnel que hacía las veces de esclusa.

Dentro, bien iluminado por fluorescentes, vieron nítidamente a quienes forjaran aquella ciudad submarina.

-"¡ Wellcome to Nereida!"- Avisó uno de aquellos personajes, sacándose la mascarilla que usara para nadar.

Eran altos, la mayoría rubios, con cara de " gringos"...

El Profesor respondió en inglés, dando a entender que sus compañeros hablaban castellano.

El grupo que les había acompañado terminó de pasar a la sección seca, y eran altos y sonrientes.

-"¡ Bien! Son hispano - hablantines . Hablaré en castellano." - Decidió el jefe de ellos.

-"Somos de Chile"- Informó Mario Silva.

-"¡Ah, Chile! Maravilloso país, en verdad. Pero, ¿No son Uds. militares ?"

-"Somos pacíficos exploradores privados. No tenemos contacto con organismo fiscal alguno."- Aclaró el Profesor, no sin un dejo de orgullo.

-"¿Y quién costeó su submarino?"

-"Don Lorenzo Rivas, quien es el que se quedó en el aparato de guardia. Usó su riqueza para explorar el mar; poco hemos visto, ya que empezamos hace pocas semanas nuestros viajes. "- Declaró el sabio.

-"Bien. Han de comprender que han descubierto nuestra pequeña ciudad y por ello les rogamos, desde ahora, y para nuestra propia seguridad, de que no divulguen nuestra permanencia acá , en el Mediterráneo."

-"Y por qué motivo Uds. no viven en la superficie de la tierra?¿ No es muy peligroso permanecer acá, en un medio acuoso, impropio del ser humano?". - Inquirió el Profesor Rastrego.

- Efectivamente...¿Cuál es su nombre?"

- Marson Welles, inglés."- Sonrió el nereidano.

-"¿Por qué se ocultan?

- Preferimos vivir a nuestra propia manera, ejecutando trabajos distintos a los que la sociedad europea está dedicada".- Respondió Marson.

-"¿Y no temen morir ahogados, acá abajo?"- Preguntó Mario Silva.

-"¡No! Tenemos un muy buen margen de seguridad...Pero, sean nuestros huéspedes. Acompáñeme."

Fueron alojados en una cabinas lujosas, alfombradas, temperadas, con licores y comidas a la hora.

-"¡ Mejor que en el Hotel Verano!"- Decía Mario Silva, envuelto en espumas dentro de una tina enlozada de baño.

Por la tarde se reunieron en un casino, con vista al mar, que quedaba suspendido sobre sus cabezas, y visible a través de los gruesos cristales.

Fueron diez días de permanencia allí, y hasta el profesor Rastrego se veía gordo y sonriente. Esa misma tarde, 28 de noviembre de 1992, fueron llamados ante el Director de Nereida...

-"Sentáos, caballeros!"- Les dijo éste, al hacerlos pasar a su pantagruélica oficina submarina.-"¿ Por si no lo saben ya, mi nombre es Winston Fine! ¿Les han tratado bien?"

Se sentaron los chilenos, mientras respondía el Profesor, con una amplia sonrisa:-"¡ De primera clase! Y nada hemos contribuido para que así fuera."

-"¿Y han conocido algo de la ciudad Nereida?"

-"Hemos visitado los tres kilómetros de Nereida City, hemos visto sus granjas Hidropónicos, los ranchos de calamares, pulpos, esturiones...Hemos visto sus naves individuales acuáticas. ¡Algo soñado hecho realidad!"- Se entusiasmó relatando el Profesor Rastrego.

-"¡Me alegro que les haya gustado! Pero ahora, amigos, quisiera proponerles un trueque."- Dijo el Director de Nereida.

-"¿Trueque?"- Se inquietó el sabio.

- Ver, a pesar de todos los adelantos de que hemos obtenido con muchos esfuerzos, no disponemos de un submarino. Queremos ese submarino para ir a Cuba y solucionar el problema llamado Fidel Castro...¡Ese hombre debe pagar por sus crímenes de los paredones!"- Aseveró Fine.

-¿Cree Ud. necesario matarlo?"

-"Que sea juzgado por sus crímenes, por el hambre que ha causado con sus teorías marxistas leninistas, por matar africanos con sus tropas al servicio de otros regímenes marxistas, por las muertes de aquellos balseros que escapan todos los días de la isla de Cuba... Tiene mucho que responder a la justicia. Por ello es que no quiere dejar entrar la libertad a la isla. Y es preciso sacarlo de allí, para que pueda entrar la luz de la libertad a esa bella isla."- Dijo energéticamente el inglés.

-"¿Y qué nos quiere dar?"- Pregunto Mario Silva.

- Tenemos una nave aérea, que encontramos en el fondo del mar...Lo que Uds. llamarían un OVNI. Sabemos los fundamentos para hacer operativo su funcionamiento; el llegar a sacar le el máximo de su capacidad sería cosa de Uds., si es que practican lo suficiente. "- Informó el Director.

Rastrego envió a buscar a Lorenzo Rivas, y juntos fueron a ver el aparato, que era del mismo tamaño que el "Jibia", aunque no se podía comparar lo hecho por ellos a la técnica extraterrestre, que dejaba maravillados a los terrestres, cada vez que podían desentrañar el uso de alguno de sus elementos ...

Durante un mes se les explico su funcionamiento, y luego se despidieron del Director, entregándole el submarino.

Se elevaron raudamente por las aguas, y salieron en tromba al aire, acelerando así el aparato fulminantemente, hallándose en el espacio exterior antes de que sus ojos se acostumbraran a la luz del Sol...

-"¡ La Tierra se empequeñece! "- Se asustó Mario Silva, al mirar por uno de los muchos visores circulares de que disponían los tableros de mandos.

-"¡Esta nave sí que es rápida!"- Se asustó Salustio Vargas, aferrándose a su asiento...

Un gas comenzó a salir desde el sistema de enfriamiento y aunque no mató a los tripulantes, sí los narcotizó, impidiéndoles todo movimiento . Un meteorito atravesó la nave, provocando el auto sellado y una baja brutal de la temperatura........

Como si todo hubiera sido planificado meticulosamente, la concatenación de estos hechos provocó la hibernación casi ideal del profesor Rastrego y sus compañeros...

Viajaron por más de mil años . La nave , que en el momento de estos accidentes no había fijado curso alguno todavía, mantuvo una invariable ruta y al final vino a topar con un planeta que orbitaba una gigante roja...

La nave accionó el sistema automático de descenso planetario, y se detuvo sobre el suelo de una llanura pedregosa.

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CAPITULO II.

" EN COSBROSS".

La tripulación del Disco Volador comenzó a reavivarse, acariciados sus cuerpos por las brisas cálidas que brotaban de los Reactivadores orgánicos de que estaba provista la nave.

Estuvieron tres días en eso, teniendo una debilidad extrema. Sufrían de hambre y sed, y Lorenzo Rivas activó la apertura de la esclusa, dejando entrar la calidez diurna de aquel planeta, pero no tuvo fuerzas para salir por sus propios pies...

DURBARBULO, un joven guerrero Yaksun, acertó a descubrir una zanja que había dejado la nave al posarse, y siguiendo la huella, halló a la nave, entró por la abierta esclusa, y reanimó a los yacientes terrestres, que apenas si podían mantenerse despiertos. Dos días estuvo cuidándoles y dándoles de su propia provisión de agua y alimentos. Al tercero ya todos pudieron levantarse, caminar y salir de aquella nave cósmica...

-"¡ Un sol rojo! Lindo cielo, color sangre."- Opinó Mario Silva.

- Gracias a este soldado podemos decir que estamos vivos."- Comentó el Profesor Rastrego.

-"Gracias a Jehová Dios."- Aseveró Lorenzo Rivas.

El guerrero les avisó de que iría a buscar ayuda, y se retiró. Su idioma era totalmente desconocido para los terrestres...

Esa noche pasaron hambre, y por los alrededores nada comestible existía.

-"¡ Puchas qué hambre tengo! Me comería un buey entero."- Dijo Mario Silva.

-"Yo me conformaría con un helado de fresa."- Rió Lorenzo Rivas.

Al día siguiente, Mario Silva salió temprano de la nave en que habían estado durmiendo, y lentamente se dió a la tarea de buscar alimentos.

Como a las dos horas regresó al lugar en que yacían los demás, tomando el sol rojo.

-"¡ Hallé huevos, amigos! Son inmensos."

-"¿Y trajiste alguno?"- Inquirió Marbelo, pasándose su lengua hinchada por sobre sus resecos labios.

-"¡Me comí dos! "- Se alegró Mario Silva.

-"¡Vayamos a por ellos, antes de que este gordo se los coma todos!"- Avisó Salustio Vargas, y siguieron al gárrulo Mario Silva, que hablaba sin cesar...

El nido estaba dentro de un agujero profundo en el suelo, siendo seis. Los sacaron y los llevaron a la nave, en donde los frieron usando la cocinilla de la nave.

-"¡ Comida, al fin! "- Se refocilaba Salustio Vargas, comiendo glotonamente, ya que el sabor era agradable al paladar.

Al atardecer vieron revolotear pájaros hacia el lugar en que reposaran los ya comidos huevos, y los chillidos de aquellas aves eran audibles a pesar de la distancia.

-"¡Muchachos! Los pájaros vienen hacia acá!"- Avisó Mario Silva.

-"¡ Los vemos, los vemos! Que no cunda el pánico; entramos a la nave y se acaba el problema!"- Ordenó el sabio, y así lo hicieron, cerrando la puerta.

Vieron a los pájaros revolotear por los alrededores de la nave, picoteando la cubierta metálica y escarbando el suelo, enfurecidos, al ver las cáscaras de los huevos esparcidos en el terreno.

Al hacerse de noche, las aves se fueron, chillando airadas.

-"¡Son enormes! Más de dos metros...¡Pobre de nosotros si no hubiéramos tenido adónde guarecernos!"- Farfulló el sabio.

-"¡ Un asado de pájaro gigante! Si son como los huevos...¡qué festín nos daríamos!"- Comentó Mario Silva, quien ya tenía hambre de nuevo.

-"¡Fusiles! O armas...¿han visto alguna en la nave?"- Inquirió Lorenzo Rivas, poniéndose de pie.

-" ¡ Busquemos!"- Insinuó Marbelo, y por dos horas abrieron todos los cajones, cubículos y cajas que existían a abordo.

-"¡Nada!"- Se lamentó Mario Silva, dejándose caer en su butaca preferida

El Profesor trató de elevar a la nave, pero no tenía energía ya: al parecer, la última reserva se había usado en la parrilla que asara los huevos...

-"Estamos varados. Este aparato debe haber funcionado con una carga atómica; ya se agotó."- Comentó el sabio, mientras miraban las pantallas pestañear y quedar a oscuras.

Salieron fuera, y no lograron cerrar la esclusa.

-¿Y qué pasaría con el amigo que nos trajera alimentos?"

- Parece que tuvo problemas, o ésa era toda la ayuda que nos iba a dar."

-"Mejor empezamos a caminar para algún lado, o acá nos vamos a morir de hambre."

Divisaron unos cerros, tras una hora de camino, y hacia allá se dirigieron.

Mientras tanto, Durbarbulo había llegado ya a la ciudad en que habitaban la mayoría de los humanos del planeta Bross...

Se dirigió a su domicilio y se despojó de sus atuendos de guerrero: coraza, yelmo, espada, y se dirigió a los cuartos de baño, situados en el primer piso........

Allí se hallaba Debo Delbión, el que le dijo:-" Hallé un libro interesante."

-¿De historia?"

-" Se trata de uno que habla de tomar decisiones echando los dados."

-"¿ Qué son dados?"

-"Un dado es un cubo. En cada uno de sus lados hay un número: del 1 al 6, como es evidente. Para complicar las cosas se usan dos; sus caras hacia arriba se suman; así tenemos del 2 al 12."

-"Extraño. Nunca se usó en el reino, antes."

-"Se está usando. Los oficiales como nosotros se supone que no lo sabemos, pero la tropa juega hasta la espada a los dados."

-¿Cómo?

- Yo tiro los dados; saco un cuatro en los dos dados. Luego, te toca a ti, te salen un uno y un seis, total, siete: has ganado lo que apostamos antes de lanzarlos..."

-"Sencillo.".

-"¡Pero mortalmente efectivo! Puedes jugar bagatelas o un castillo entero. No hay tope para las apuestas..."

-"¡Inaudito!"

-"También se usa para tomar decisiones, el propósito es destruir la personalidad. En su lugar , crear una personalidad múltiple: un individuo incoherente, indigno de confianza y progresivamente esquizoide."

-"Cuál es la teoría?"

-"La teoría es que todos tenemos impulsos minoritarios que son sofocados por la personalidad normal y raramente se ponen en acción. El deseo de pegar a la esposa está prohibido por los conceptos de dignidad, femineidad y la ambición de no tener la vajilla rota. El deseo de ser religioso es reprimido por el conocimiento de que uno es ateo. Tu deseo de gritar ¡ Termine Con Esa Estupidez! es detenido por tu sentido de que eres un hombre cortés y racional."

-" Así es la teoría."

-"Los impulsos minoritarios son segregados de la personalidad. No han disfrutado de la libertad desde que se estableció la personalidad. Se han convertido en los hombres invisibles . Rehusamos reconocer que un impulso minoritario es un hombre completo en potencia y que hasta que se le dé la misma oportunidad de desarrollo que a los Yo Convencionales Principales, la personalidad en la que vive estará dividida , sujeta a tensiones que llevan a explosiones y revueltas periódicas."

-"O sea, los segregados deben mantenerse en su lugar."

- Cada personalidad es la suma total de las supresiones de las minorías acumuladas. Si un hombre no desarrolla una pauta coherente de control del impulso no tendrá una personalidad definida; será impredecible y anárquico, hasta podría decirse, libre."

-"¡ Veo que te memorizaste todo el libro."

-"Sí. En las sociedades coherentes, estables, unificadas, la personalidad limitada tiene valor ; los hombres pueden realizarse con un sólo yo. En una sociedad multivalente , la personalidad múltiple es la única que se puede realizar. Cada uno de nosotros tiene cien yo potenciales que nunca nos dejan olvidar que, sin que importe cuán poderosamente podamos avanzar por el angosto y único camino de nuestra personalidad , nuestro deseo más profundo de ser múltiple ; desempeñar muchos roles."

-"¡ Pero es ridículo! Cuando hago cualquiera de esas cosas, desempeño cualquiera de estos roles, los otros ya ni están satisfechos. Tienen que ayudarme a satisfacer un yo de modo que los otros sientan que también son considerados de algún modo. - Hacerlos callar. Tienen que ayudarme a unificarme y dejar de desparramarse por todo el maldito universo sin hacer realmente nada."

-"¡Mira! Nuestra psicología trata de solucionar el problema instando al individuo a formar una personalidad única integrada, suprimir su multiplicidad natural y construir un solo yo dominante para controlar a los demás .

"Esta solución totalitaria significa que debe mantenerse un gran ejército permanente de energía para derrotar los esfuerzos de los otros yo minoritarios para tomar el poder. La personalidad normal existe en estado de continua insurrección!"- Acotó Debo Delbión.

-"Enorme."

-" En nuestra metáfora, que tiene el mismo grado admirable de precisión científica y rigor que la famosa parábola sobre el Super ego, el ego y el id, en nuestra metáfora, la personalidad anárquica, guiada por el azar es regida en realidad por un déspota benevolente: el dado."

-" Es idiota."

-" Tienes razón. Y muy peligroso."

El piloto Durbarbulo se dirigió a las duchas y se bañó concienzudamente, para luego irse a dormir..

Al día siguiente fue llamado por el Comandante Degomigón a la Sala de Planificaciones.

- Buenos días, piloto. ¿Durmió bien?

- Perfectamente, Comandante."

-"¡Mejor así! Quiero que vuelva a la meseta del cuadrante 22, a ver si los priekes patrullan esa región. Al regresar, deseo ser informado verbalmente de su misión."

-"Permaneceré allí hasta poco antes de que el sol se oculte."

-"Perfecto. No quiero que vuele a oscuras, aunque la visión de los flamencos es buena."- Ordenó Degomigón.

El piloto Durbarbulo se fue a los corrales, en donde el encargado le pasó un flamenco, tras recibir el documento que lo autorizaba a volar ese día.

-"Comido y descansado. Trátelo bien."

-"Lo haré."- Sonrió Durbarbulo.

Poco después, sentado a horcajadas sobre el gran pájaro, dejaba atrás la ciudad, adentrándose en territorio deshabitado.

Horas después, al resguardo del sol tras unas rocas, observaba el paisaje. El ave estaba sujeta con un cable a un gancho afianzado entre una fisura en una roca.

No vio trazas de los Priekes, y remontó vuelo, tratando de hallar la destrozada nave de los humanos que ayudara...y la halló a los pocos minutos. Descendió con el ave, que ató al tren de aterrizaje, pero no vio trazas de los que ayudara horas antes.

Juntó en una bolsa artículos del vehículo, y emprendió el regreso cuando el Kas iba a ocultarse.

Presentó las pruebas al Djak.

-"¿Decís vos que los tripulantes de ese avión eran humanos y no priekes?

- Afirmativo, Djak.

-¿Y que se fueron del lugar sin esperar vuestro regreso?

- "Así es."

-¡Mm.! Mañana irá guiando a una escuadrilla de melanios a esa región. Puede retirarse.

Durbarbulo salió de la oficina de su superior, con el casco aún en su mano, prueba de su premura por contar lo sucedido...Aunque si hubiera contado de su encuentro de inmediato, de seguro los terrestres habrían sido rescatados de inmediato.

Al aclarar el día siguiente, 24 melanios ( o flamencos gigantes) se elevaron con gran aletear de alas, llevando en sus lomos veinticuatro jinetes yaksunes ... entre los cuales iba Durbarbulo, por supuesto.

Al llegar a la nave solitaria, el Cuapas Lumbridon ordenó desplegarse y comenzar a buscar en una espiral que, a las 6 de esa tarde, hizo que Johot, jinete yaksun, viera a los terrestres tratando de subir una montaña. De inmediato lanzó tres descargas láser al cenit,, que avisaron a sus desperdigados compañeros de que la misión de búsqueda había tenido resultados positivos...

Tres melanios arribaron al punto en pocos instantes, posando las patas cerca de los sorprendidos humanos. Uno de los yaksunes se aproximó a ellos y por gestos les invitó a subirse a lomos de melanios, cosa que hicieron, no sin antes titubeos previos...

A las ocho de esa noche llegaban el profesor Rastrego y sus acompañantes a la ciudad de Cosbross.

Les recibió oficialmente el Djak Teden, quien les dijo: -"Yo soy el Djak Teden. Tenemos acá un Desfasador dimensional, que nos traslada instantáneamente a la Tierra."

-"Increíble! Nosotros viajamos más de mil años para llegar acá, si le damos crédito caso a los relojes de abordo."- Dijo Lorenzo Rivas, pasándose una mano por los cabellos despeinados por el viaje.

- Tenemos espías situados en vuestro planeta, que nos informan de todo. De Vosotros nada hemos oído ni leído, en los libros de Historia."

- Piense Ud. que hemos partido desde una Tierra de hace mil años atrás. Uds. están en el futuro nuestro, ¡ y nos dice que viajan instantáneamente! "- Bufó el Profesor Rastrego, sin creer lo que le decía aquel Djak.

-"Puede que se trate de una Tierra paralela, ésa a la cual Uds. viajan. Nosotros provenimos de la Tierra de este mismo Universo que les cobija a Uds."- Aclaró Lorenzo Rivas.

-"Es lo único viable."- Dijo el atribulado Djak Teden.

-"¿Podremos usar vuestro Desfasador, a fin de ver la Tierra Dos? Piense que sólo nosotros , gente de este Universo, conocemos bien la verdadera Tierra, ya que Uds. no han llegado hasta ella."- Sonrió Rastrego.

-"¡No sé! Tengo que discutirlo con mis superiores. Por mientras, os alojaréis en el Palacio Ritze."- Les comunicó el Djak.

Esa noche, alojados entre científicos, bien alimentados , pudieron compartir con gente educada que sabía muy bien de lo que se hablaba al referirse a los mundos paralelos.

También les mostraron el aparato Desfasador, una única máquina, montada en el subterráneo del palacio, junto a su inventor el sabio Brobdingag. Éste era un anciano de corta estatura, mal humorado, calvo, envuelto en una bata azul, muy preocupado de tensiones eléctricas y tendidos. Vivía retando a sus subordinados y ayudantes...

Rastrego pudo conversar con uno de los muchos ayudantes del sabio Brobdingag, un hombre fino, alto, de pálidas y largas manos, llamado Grildrig.

-"La verdad es que la máquina desfasadora dimensional es superior al cohete."- Afirmó el Profesor.

-"Es obvio. Su rapidez es instantánea, mientras que la nave demora siglos en ir de una estrella a otra."- Se pavoneó Grildrig.

-"Entonces, ¿Se imagina Ud. por qué siguen los terrestres armando naves y motores para viajar por el ancho espacio?"

-"Por la carga. Los Desfasadores dejan pasar la materia viva, y muy poca de la materia muerta. ¿Y de qué sirve llegar sin casi nada de regreso? Es por eso que los Yaksunes no avanzamos como se quisiera. El movimiento de las naves terrestres crea trabajos, explotación minera, grandes usinas, intercambio comercial. Las Desfasadoras pueden transportar sólo gente y animales ; lo demás queda en el planeta de origen."- Opinó Grildrig.

-"¿ Por qué motivo han llegado a Bross los humanos?

-"Los hemos traído en nuestros Desfasadores, para que conozcan nuestro mundo, tal como nosotros viajamos al de ellos."

-"Fascinante!"- Bostezó el profesor, y se despidió, para ir a dormir, que harto lo estaba necesitando.

Mario Silva y Lorenzo Rivas, insomnes, conversaban sentados en el sofá de la antecámara de sus respectivos dormitorios.

Decía Lorenzo Rivas:-" Por un lado, estar aquí aquieta mi ánimo. Allá en Santiago, más lo que pensaba en recuperar las cosas que dejara mi padre al morir: bodegas subterráneas, local ocupado por gente mal dispuesta a dejar una mina de oro , casas en litigio, auto..."

-"¿Y no tomaba abogados?"

- El primero, un viejo judío, me dijo, al final , que me tomara al asalto las bodegas, Después, tomé otro que nunca estaba en su oficina y que siempre mandaba a responder que la próxima semana , que en 20 días más, que el jueves hay comparendo, que se pospuso..."

-" Envejeció Ud."

-"Yo creo que esas cosas son las que a uno lo ponen viejo y le queman las células cerebrales, idiotizándolo, de tanto darle vueltas al asunto. ¡Decía que había un solo Juez para muchísimos casos! ¿Y qué hacer yo? ¡Esperar y esperar! "

-"¡Pero es chistoso lo que le pasó: pensaba viajar por los fondos de los mares...y terminó llegando a otro planeta!". Hizo notar Mario Silva.

Lorenzo Rivas salió a dar una vuelta y halló, en uno de los pasillos, a Salustio Vargas, acompañado de un oficial yaksun.

-"¡ Don Lorenzo Rivas! Este oficial, que es el yaksun Orkun, me dice que es posible comunicarse con terrestres, actualmente."

-"¡ Muy bien! Tratemos de verles mañana."- Expresó Lorenzo Rivas, y conversaron de las probabilidades de obtener ese permiso, para luego irse a dormir.

Al día siguiente, se entrevistaron con el Djak Teden, en su despacho. -"Hemos sabido que hay congéneres nuestros en Bross."

-"No tanto, porque son de la Tierra Dos."- Sonrió el Djak.

-"¡ Igualmente productivo sería hablar con ellos! "- Afirmó el sabio Rastrego.

-"Por ahora, no vá a ser posible. Deberemos esperar a que regresen de una expedición en la que andan los invitados al planeta."- Decidió Teden.

-"¡ Como sea! La cosa es conectarnos, o que nos autoricen a viajar a la Tierra."- Pidió el sabio.

-"¡ Calmado, Señor! Vosotros estáis recién llegados acá. Tenemos que conocerles mejor. ¡Disfruten de su estadía, paseen! Y no piensen tanto."- Pidió el Djak Teden, dando por finalizada la entrevista.

Salieron de allí, optimistas, y usaron ese día en recorrer la ciudad, mientras la población les miraba asombrada, ya que sus cabellos no eran plateados y sus ojos no relucían como el acero...

Habían grandes torres, y algunas mansiones con sus muros que impedían ver los interiores de sus patios.

De pronto, uno de los yaksunes les interpeló, diciendo:-" Mi ama la Condesa Palaflor les ruega aceptéis la hospitalidad de su casa, por algunos momentos, ya que tiene importantes cosas que deciros."

Entraron a esa mansión. Sus corredores poseían estatuas en metal a cada dos pasos, y el piso y muros estaban embaldosados de diferentes colores...

En el jardín se levantaba un pabellón. Hasta allí , embriagados por el olor a flores, llegaron los terrestres. Una dama alta y esbelta les saludó , caminando hacia ellos.

-"Bienvenidos a mi morada! Supe que andábais paseando por la ciudad, y os quise conocer."

Tenía unos veinte años y era mujer alta, blanca y hermosa.

Se sentaron en taburetes alrededor de una fuente de aguas cristalinas. Durante la conversación les fueron servidas golosinas y bebidas.

-" A través de mi familia he seguido el curso que van tomando los sucesos producidos por el invento llamado el Desfasador de Dimensiones. Tengo entendido que el vuestro, la Tierra, es el primer planeta hallado conteniendo seres inteligentes."

- Lo que a mi me sorprende, Señorita, es que sean Uds. perfectamente humanos, si es que obviamos el iris plateado."

- Una diferencia mínima."

-"Como calcos, a pesar de estar tan alejados unos de otros."

- Vuestra civilización es más antigua que la nuestra. Habéis dominado en vuestro planeta sin contrapeso . Habéis construido y destruido Imperios. Acá tenemos a nuestros enemigos en pie de guerra...Avanzar por el camino de la Civilización y el Progreso ha sido difícil."

-"Ahora ya no están solos."- Acotó Rastrego.

-"¡ Menos mal! A propósito: vuestros perfumes me han cautivado. He gastado una fortuna obteniéndolos."- Rió la dama.

Después de conversar, se despidieron y regresaron al Palacio Ritze.

Rastrego iba diciendo:-" No nos dejan abandonar estas tierras."

-"¿Y respondieron nuestra petición ya?"- Inquirió Salustio Vargas.

-"¡ Aún no! Pero tengo un mal presentimiento."- Declaró Rastrego.

...............................

A esa misma hora, Su Majestad Audibon 32 revisaba en su escritorio la petición de los terrestres, que era del siguiente tenor:

"De = Djak Teden.

A = S.M. Audibon 32,

Referencia = Terrestres desean usar Desfasador vía Tierra,

Comentario = Salustio Vargas, Mario Silva, Silvestre Gatica, Lorenzo Rivas, Marbelo, Rastrego son los hombres rescatados entre las Montañas desde un navío aéreo estrellado .

Se les ha dado asistencia y están alojados en la torre Rienzi, en calidad de cortesanos. Supieron de terrestres en el reino y han pedido verlos, y además usar el Desfasador para verificar si la Tierra del Desfasador es una Tierra de un Universo Paralelo , y a que el aparato no actúa en este Universo, como estará enterado S.M.

Pido la venia de Su Majestad para autorizar un viaje a estos terrestres a la Tierra y así tener la certeza de lo antes dicho."

Audibon 32 dejó la nota en la superficie pulida de su escritorio y pensó en el asunto, sobándose la barbilla.

Tenía cuarenta y ocho años, delgado, usaba lentes ópticos. Tiró de una cuerda, sonó una campanilla en una habitación adyacente y entró Durdignag 21, su secretario particular. Era bajo, calvo, obsequioso y muy sagaz.

- Ordene, Emperador."- Dijo el untuoso secretario.

-"Haga una carta , respondiendo ese Memorando. Ponga allí que no prestaré mi Desfasador a esos terrestres. ¡Pueden hasta ser espías!"

Durdignag sonrió, saliendo al punto, llevándose la nota.

Ya en su despacho, escribió, usando papel y pluma, la respuesta imperial y la mandó con un estafeta al Djak Teden.

Éste la leyó, enarcando las cejas. Llamó al Bundolo Pungido y le dijo:-" Vaya a ver a los terrestres Salustio Vargas , Mario Silva y los demás. Dígales que el Emperador no quiere prestarles su Desfasador."

-"A la orden, Comandante."

Recibido el mensaje por los terrestres, éstos fueron presa de un verdadero desánimo.

-"¡Puchas que somos quemados! Obligados a morirnos en este horno microondas !- Bufó Mario Silva.

-¿Qué le costará prestar la máquina al Emperador? Se pasó." - Dijo Salustio Vargas.

- Podríamos arreglar el cohete."- Opinó Lorenzo Rivas.

Salustio Vargas le miró, asustado.

-"¡ Claro! Sólo necesitamos una grúa, un camión de varios miles de toneladas de aguante , una carretera para llevarlo a taller, soldadores, piezas de recambio..."- Bufó el Profesor Rastrego.

-¿Ud. cree que habrá?

- No los hay.."-

- Viven en la Edad Media; no hay camiones, autos, motos, nada. Cambellos y carruajes, carretas de madera con remaches metálicos. NO PODEMOS ARREGLAR EL COHETE CON ESTA GENTE."- Opinó Salustio Vargas.

- Propongo un viaje exploratorio al cohete. Ver lo que haya que hacer, anotarlo, ver si se puede conseguir arreglarlo..."- Propuso Lorenzo Rivas.

-"Yo voy."- Se ofreció Mario Silva.

-"Perfecto. Mañana parto."- Se activó Lorenzo Rivas, con una sonrisa.

Al día siguiente salieron en cambellos arrendados, usando una brújula y un mapa.

Por tres semanas cambellaron, hasta llegar al lugar en que estaba el averiado cohete.

El navío tenía rota una ala, doblado el fuselaje y deshecho el tren de aterrizaje.

-"No necesitamos soldar. Bastará con remacharlo todo. En Cosbross hay buenos remachadores: ¿no ha visto las corazas y escudos yaksunes repujados?"- Preguntó Lorenzo Rivas.

-"Claro."- Opinó Marbelo.

-"¡ Podríamos levantar el fuselaje con troncos y cables y rehacer el tren de aterrizaje.!

- Formar una pequeña barraca con herreros..."

-"¡ Mejor que esperar a la Muerte en este planeta!"-

-" Recuerde Ud. los siglos de viaje de regreso, Don Lorenzo Rivas."- Mencionó Mario Silva.

-"Eso es un problema."

Regresaron a Cosbross un mes después, y comentaron lo visto con los demás terrestres.

-"Si trabajáramos en el cohete y nos fuéramos de Bross , no valdría la pena de regresar a la Tierra. No llegaríamos con vida; no hay hibernadora en la nave, ya que nos hibernamos por casualidad la vez anterior...esta vez sería suicidio."- Comentó Rastrego.

- Si viajamos a otro planeta de este sistema sería más útil . También podríamos calcular distancias a soles cercanos."- Opinó Lorenzo Rivas .

- Consultaré con los astrónomos yaksunes." - Afirmó Rastrego.

El profesor consultó con Fredoile, sabio que era el jefe del Observatorio Imperial. En una de las torres de observación habían emplazado grandes telescopios mirando hacia lo alto..

Tres telescopios de larga data... pero aún de respeto.

- Quisiera saber si Ud. posee mediciones de distancias con respecto a otros astros."- Preguntó el sabio.

Fredoile, un astrónomo viejo, vestido con tradicional túnica azul, recamada de soles y estrellas, se acarició su larga barba blanca y repuso:-" Tenemos escalas de soles y sus distancias aproximadas. Pase Ud."- Y lo llevó a una sala llena de reproducciones de astros , bolas pintadas sobre trípodes, mapas en los muros, con largas listas de astros y sus distancias .

Por varios días estudió allí el profesor Rastrego y luego reunió a los terrestres y les endilgó el siguiente discurso:-" Tenemos tres soles cercanos , llamados por estas gentes como Alba, Dulce y Azul. Las distancias son enormes, pero creo que están a un año de viaje, usando toda la velocidad que podría desarrollar nuestro navío."

Decidieron afirmativamente. En dos semanas contrataron a veinte herreros, ayudantes y cocineros. En diez carretas tiradas por cambellos se pusieron en marcha, con el permiso del Djak Teden, quien dudaba mucho de que tuvieran éxito en sus arreglos, pero así lograba le dejaran en paz, ya que constantemente los terrestres se quejaban de la negativa del Emperador Audibon 32 de no prestarles su Desfasador Dimensional, para ese eventual viaje a la Tierra Dos.

Demoraron un mes y una semana en llegar a la nave. Los maestros levantaron el fuselaje con cabrias, cables, poleas y armazones varias, y se dieron a la doble tarea de enderezar y colocar nuevas planchas metálicas en donde faltaran, remachándolas luego y pintándolas con una mezcla metálica -- cerámica, para evitar la herrumbre y el calor del hipotético despegue...

Otro mes de trabajos, y la nave se veía lisa y repintada, aunque ahora los maestros afinaban los detalles por su interior...vigas maestras y tendidos.

- Me temo que a éstos obreros vá a ser difícil de dejar contentos con la paga."- Opinó Mario Silva.-" Ahora dicen que nosotros debemos cancelarles las horas de servicio."

- ¿Es que hay que pagarles? Creí que venían pagados por la Corona." - Dijo Salustio Vargas.

- Hay que pagarles..."- Afirmó Marbelo.

-"¡ Nosotros no disponemos de dinero! Somos unos invitados del Emperador."- Recordó Salustio Vargas.

-"Acá se usa mucho el trueque...creo que deberemos darles cosas del mismo navío; muebles, utensilios."

Marbelo se dirigió hacia Cosbross, y conversó del asunto con el Djak Teden.

-" Llevamos esos trabajadores a reparar la nave, creyendo que Uds. iban a correr con los gastos, total, la nave puede servirles para muchas cosas."

-"¿Y no tienen Uds. nada que darles? Con cosas de la misma nave..."- Insinuó el Djak.

-"¡ Que de seguro necesitaremos! ¿Y no puede Ud. darme algo del Ejército Yaksun, para ellos? Monturas viejas, cosas en desuso?"

-" ¡Así pagamos muchas veces la comida! Me temo que van a tener que pagarles con la nave..."- Rió el Djak, pensando en que la habían reparado sólo para tener que volverla a desmantelar...

Cabizbajo, Marbelo tomó una recua de cambellos arrendada y regresó al sitio en que se encontraba la nave aérea y los maestros reparadores.

-"No hay ayuda posible."- Dijo Marbelo, al desmontar frente a sus compañeros.

-"Deberemos pagarles pronto, y deshacernos de ellos."- Opinó Lorenzo Rivas.

-"¡ Hay que esperar aún! Faltan varios metros de remachado y tendidos. "-Informó Mario Silva.

-"Habría que darles algunos pequeños objetos, por ahora. Insinuar que llegarán objetos para ellos, comida, ropa."- Dijo Rastrego.

-" Las ropas de cama de la nave están hechas polvo."- Gruñó Mario Silva.

-"El alimento traído de Cosbross es poco."- Informó Marbelo.

-" Vendimos todo lo vendible."

-" Somos unos pobres."- Dijo Silvestre Gatica.

-"Mañana quedará listo el fuselaje por dentro."- Comentó Marbelo, tras ir a ver el estado de los trabajos.

Al día siguiente, repartieron los camarotes metálicos de la nave a los herreros. Lorenzo Rivas les dijo:-" No tenemos más que darles. Nos falta reparar el tren de aterrizaje . Si Uds. nos otorgan crédito, lo arreglaremos y volaremos hasta Cosbross, a dejarles."

Conferenciaron, airados, entre ellos. Trejos, el jefe de obras, se paró delante de ellos y espetó:-"- ¿Qué creen Uds. que somos tontos? ¡ Nos tienen que pagar todas estas semanas y nos dan unos catres viejos! ¡ Herrumbrosos! ¡No les trabajaremos más ! ¡Y nos quedaremos con los cambellos y las carretas, en parte de pago!"

Esa misma tarde se fueron, dejando sólo seis cambellos...

-"¡ Bellacos! Pero, se llevarán una sorpresa en Cosbross! Porque esas carretas y esos animales están arrendados a Ombor Tudon, primo del Emperador, y se las van a quitar apenas los vean cruzar la puerta de la ciudad!"- Informó Marbelo, con una risotada.

- ¿Crees que vuelvan a cobrarnos? - Se alarmó Lorenzo Rivas.

- ¿Estás loco? ¿Quién vá a viajar tres semanas sólo para llegar acá , si saben que lo único que hay es este viejo cohete nuestro?- Retrucó Marbelo...

Anocheció , por lo que entraron en la nave , a pasar la noche protegidos del frío.

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-"Somos los Priekes. Nuestro nido es sagrado para nosotros; lo defenderemos de la humanidad."

-"Vosotros sois crueles; aún entre vosotros mismos."

-"¿Y vosotros no batalláis entre hermanos? ¿No lucháis bravamente por la posesión del dinero?"

-"A veces."-

El hombre se montó en el ave, que corrió hacia el borde del abismo, saltando y después de caer algunas decenas de metros, se estabilizó en un vuelo elegante, ganando altura, merced a los poderosos aleteos que iba dando el flamenco ciclópeo.

El sol rojo arrancó reflejos metálicos a sus alas, mientras el guerrero prieke subía a su vehículo metálico, el cual pronto arrojaba fuego por sus toberas. Con un rodar de ruedas sobre el pasto seco, el aeroplano tomó gran velocidad y también se elevó sobre el abismo, enfilando rumbo hacia su lejana base.

Tras hora y media de vuelo, el yaksun Lambió Soter vio las largas torres de la ciudad de Larvatio, y el astro rojo se ponía ya en el horizonte montañoso.

Las montañas eran las Hypogeum , famosas por sus piedras tronadoras, llamadas así pues se resquebrajaban y reventaban al darles el calor tórrido de mediodía , o el frío penetrante del amanecer.

Bajó del flamenco y lo llevó a su corral , dejándolo en manos de los cuidadores de la parvada de la ciudad.

Se presentó ante el comandante de la torre Siete.

- Piloto Lambió Soter reportándose, Comandante."

- - Hable Ud."

- Sobrevolando la meseta del cuadrante 22, me hallé con un prieke y su avión posado cerca del barranco . Descendí y lo interrogué. No dió ninguna información provechosa para nosotros."

-¿Observó detenidamente el vehículo?

-"Era uno del tipo usual, más bien viejo y reparado. Sentí las toberas expeliendo aire, al alejarme en el ave. No tenía insignias en su fuselaje."

-"Un explorador."

-"Eso creo, Comandante."

-"Bien, haga el informe escrito y envíemelo pronto."

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Diez días más tarde, Lorenzo Rivas dijo:-" El navío está calafateado. Los terminales indican continuidad de impulsos eléctricos. Ya nada más debiera estar impidiéndonos probar el motor."

- Fue una suerte encontrar uranio en estado virgen; esperemos que los motores funcionen, aunque sea a mínima potencia."- Comentó Rastrego, pulsando los controles.

El motor rugió, como despertando de su largo sueño. Las sonrisas renacieron en los rostros. Les dió una frescura en el corazón, unas ganas de vivir. Hasta ellos llegó el optimismo...

Tras media hora, apagaron los motores. Se reunieron fuera, a la vista del cohete.

-"Sin tren de aterrizaje no podemos darle la velocidad de vuelo. Además, hay que girarlo, a fin de que no se estrelle contra las rocas."- Dijo Marbelo.

Al día siguiente montaron en sus cambellos y comenzaron el tedioso regreso a Cosbross.

Tres semanas después, cruzaban los muros y fueron llevados ante el Djak Teden, quien les indicó:-" Uds. hicieron trabajar a personal del Gremio de Herreros, quienes fueron cancelados con carretas y cambellos de propiedad de Ombor Tudon, quien las recuperó apenas ingresaron a Cosbross.

" Dicho personal de herreros elevó una queja ante el Juzgado del Emperador. Y éste dictaminó en Ausencia: deberán pagarles la deuda, más una multa de un tercio del total de la deuda, a más tardar en 20 días de su aparición en Cosbross.

"¿Tienen algo que alegar en su defensa?"

El Profesor Rastrego replicó :- No es verdad que le hayamos pagado voluntariamente con esos corceles y carretas: ellos mismos se pagaron con ellos."

- El caso es el mismo.- Gruñó el Djak.

- No tenemos con qué pagar. - Se quejó Mario Silva.

- Ante vuestra conducta deshonrosa , el Emperador les ha quitado ya su protección: ya no son huéspedes del reino; y no serán recibidos más en el palacio Ritze."

- ¡Oh!- Dijo Mario Silva.

- Y si no cancelan la deuda , que equivale a 50 sacos de cereales serán vendidos como esclavos ,al menos por dos o tres años."- Vaticinó el Djak, taciturno.

Salieron de ante su presencia los terrestres , con el ánimo muy decaído.

- No le veo solución a esto.- Murmuró Curler, pateando una piedra.

- Vayamos adonde esa Señora Palaflor. Parecía ser de dinero."

Fueron a ver a la dama, pero les dijeron que estaba fuera de la ciudad, ignorándose la duración que tendría su ausencia, visto lo cual se retiraron.

-"Anochece. No tenemos adónde dormir."- Dijo Marbelo.

-"¡ Esto es lo máximo! Ni techo, ni dinero, ni comida!"- Se quejó el Profesor Rastrego.

Mario Silva dijo :-" Somos seis terrestres varados en el planeta de los priekes. Nuestra nave no tiene ruedas. Nos acusan de estafa ; no tenemos dinero. Es más: son cosas las que necesitamos, para pagar la deuda. Tenemos un plazo para cancelar y de lo contrario seremos vendidos como esclavos ". - Gruñó Salustio Vargas.

- Es un cuadro triste."- Dijo Lorenzo Rivas.

- Así es. Que Dios nos ayude."- Deseó Salustio Vargas.

Caminaban ya cerca de la puerta de la ciudad, cuando un mensajero se les aproximó, corriendo, y les avisó: - ¡ Ha ocurrido algo! ¡ El Djak Teden les llama en forma urgente!

Llegaron, poco después, al despacho del Djak. Éste se hallaba con Lobibor Kerembien, Mariscal del Aire.

- Les he mandado llamar , Señores, pues se ha presentado un problema , que creo que Uds. pueden resolver."

-¡Ah. no! Ud. nos quitó nuestras granjería y nos dió un plazo para cancelar una injusta cuenta."- Se quejó Marbelo.

- Se trata del planeta Tierra. Aparentemente Uds. provienen de la Tierra de esta Universo, en que existe Bross, y la Tierra con la cual nosotros estamos en contacto , es una Tierra alternativa. Pero, eso no es el punto."- Afirmó Lobibor Kerembien, carraspeando.

- El punto es que Uds. nos pagan esa deuda que tenemos , nos devuelvan nuestro antiguo estado y entonces cooperemos."- Dijo Mario Silva, cruzándose de brazos.

- ¡ Sea! - Aceptó el Mariscal.

. Pongámoslo por escrito.- Exigió Salustio Vargas y así fue hecho. El Djak Teden parecía muy disgustado, pero el Mariscal no le permitió exponer sus personales opiniones, diciendo:- Estamos viendo que la antigua U.R.S.S. se está desmembrando en sus muchos países constituyentes, mientras Europa se está uniendo gradualmente , adaptando acuerdos económicos crecientes, unidad única de monedas, actitudes de importaciones iguales y regidas por acuerdos..., en fin, que la Tierra dividida en dos bloques está quedando como una cosa del pasado."

- ¿Y?- Preguntó belicosamente Salustio Vargas.

- Queremos saber si en vuestra Tierra se produjo tal cosa. Y queremos saber hacia adónde apuntará esta nuevo tipo de cosas -- Terminó diciendo el Mariscal del Aire.

Lorenzo Rivas replicó, nerviosamente:- Cuando nosotros iniciamos nuestro viaje, la Tierra estaba dividida en la U.R.S.S. y China comunista, en contraposición al mundo capitalista y de libre empresa, con EE.UU. y los países europeos como sus competidores. Nada de esto que Ud. dice se estaba dando."

-¡Ah! Me quita un peso de encima.!- Afirmó el Mariscal.

- Pero, aguarde un momento: nosotros dejamos la tierra hace unos mil años atrás. ¡ Piense en lo mucho que han cambiado las cosas desde entonces! La Tierra 2, la que Uds. tienen a la mano, puede ser un mundo más atrasado que el nuestro, debido a que mil años después aún se halla en un estado de desarrollo socio - económico básico."- Aclaró Rastrego.

-"¡Puede ser! Igualmente pueden cooperar con nosotros ! Vuestras respuestas pueden aclararnos muchas dudas. Un equipo de estudiosos les interrogarán, para sacar nuevas conclusiones ante lo que está pasando...Les daremos un pago adecuado."- Prometió el Mariscal del Aire.

-" ¡ Trato hecho!"- Aceptó Salustio Vargas, con un involuntario suspiro de alivio.

Por seis meses estuvieron yendo, dos veces por semana, a las oficinas del ministerio del Aire, a entrevistarse con un equipo de sociólogos yaksunes. Contaron allí todo lo que recordaban del estado social de su planeta de origen, y lo que no sabían, lo inventaban, provocando con ello confusión entre los entrevistadores, lo cual les convenía, ya que así proseguían recibiendo suculentos sueldos por su cooperación...

Al terminar el lapso de seis meses, fueron despedidos . Ese día Salustio Vargas , quien era el tesorero del grupo, les dijo:-" Hemos reunido ochenta Buchels de cereales, más que suficientes para reparar el tren de aterrizaje de la nave. Propongo comenzar a hacer los preparativos mañana mismo, con el fin de contratar herreros y llevarlos al sitio en que se encuentra la nave, junto con metales para hacer un nuevo y firme tren de aterrizaje."

Llevaron al personal en carretas, arrendadas al primo del Emperador, Ombor Tudon, el que les dijo:- Tengan cuidado de ser Uds. mismos quienes me traigan ese material. No quiero problemas esta vez."

- Descuide, yaksun: esta vez lo traeremos nosotros." - Prometió Mario Silva.

Viajaron tres semanas y llegaron al navío, que estaba polvoriento, gracias a los vientos otoñales del desierto, Tras limpiarlo, los maestros se dieron a la tarea de reparar, usando los materiales de que disponían, el tren de aterrizaje.

Este era del tipo triciclo, dos grupos de ruedas en cada ala y uno a proa.

Bronce y hierro, algo de acero, para la armazón, todo remachado y ruedas de metal, reforzadas.

Dos semanas, y quedó listo. Pagaron a los herreros y regresaron todos a Cosbross.

Lorenzo Rivas habló con el Djak Teden.

- Tenemos la nave lista, Djak; puede llegar a otros planetas."

- Me alegro por Uds., caballeros."

- Yo quiero agradecer a Ud. y al Emperador la fineza de habernos tenido tan bien alojados, en un comienzo, y al Mariscal del Aire Lobibor Kerembien, después."

- Se lo merecen."

Se despidieron, y salieron a la calle.

- ¿Y ahora? - Inquirió Lorenzo Rivas.

- Gastaremos en comestibles. Llevaremos frutas secas, agua, comida."- Opinó Marbelo.

Así lo hicieron. Contrataron carretas , que llevaron todo a la nave, almacenando todo en las vacías bodegas. Con esa ayuda de gentes, dieron vuelta al navío , despejaron de piedras el camino a seguir y en la madrugada del día siguiente , el profesor Rastrego pulsó los controles.

Una llamarada impulsó a la nave , que comenzó a rodar por sobre la superficie de Bross.

- Necesitaremos acelerarlo mucho más."

- Calma, calma.!"

El navío trepidaba fuertemente, deslizándose hacia adelante. Pronto, el morro se elevó y toda la armazón se levantó en el aire, dejando tras de sí una gran nube de polvo ardiente.

La nave giró en el aire y a poco planeaba por sobre la ciudad de Cosbross, que brillaba al sol rojizo de Bross, mientras todos sus habitantes salían, asustados de que fuera una nueva nave aérea de los priekes..

Planearon por ocho veces , antes de elevarse rumbo al este.

El Djak Teden sonreía, mirando la nave terrestre desde una ventana de la Torre 24. Dijo a sus subalternos, que le acompañaban :- " Prodigioso es el poder de la inteligencia sobre la materia, con la ayuda de la ciencia y la tecnología. Ojalá podamos nosotros también, algún día, armar naves semejantes..."

- No seremos nosotros, sino que nuestros nietos.- Murmuró el Bundolo Tiropides, que le acompañaba.

Dentro de la nave , todos guardaban silencio. El rugir de los motores atómicos era ensordecedor: todo sistema de insonorización parecía haberse perdido tras el choque.

Alcanzaron la velocidad escape; cortaron las ataduras del planeta y su gravedad y comenzaron a flotar en el espacio.

Prontamente el gran planeta se achicó, viéndose entonces como una enorme sandía.

-¡ Adiós, Bross! - Se despidió Mario Silva.

El profesor dió rumbo hacia Azul, la estrella más cercana a Bross...

- ¡Demoraremos un año!- Opinó.-¡ Ojalá lleguemos con vida!"-

Durante ese año procuraron dormir lo más posible, a fin de minimizar los gastos energéticos de sus cuerpos, y a la vez dejando en paz al cerebro, tratando de no agobiarlo innecesariamente.

Al fin, se fueron aproximando al astro. Era inmenso, un gigante del Cosmos. Orbitan a su alrededor dieciocho planetas, algunos en estado gaseoso, otros meros pedruscos disecados, trizados, torturados por las presiones que las gravedades de sus vecinos causan en sus moles pétreas...

Y como un oasis en medio del desierto, un único planeta habitable, con un solo continente, largo, que sobresale sobre un omnipresente océano, el que comprende no sólo los polos -- que poseen grandes zonas de nieves eternas -- (terrazas de hielos de kilómetros de grosor), sino que el resto del planeta.

- Según nuestros instrumentos, este planeta posee aire respirable, siendo esas aguas H2 O y no algún ácido corrosivo, y la proporción es de 2/8 de hielos en los polos, siendo el resto mar."- Dijo el Profesor Rastrego.

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CAPÍTULO Nº 3.

" EL PLANETA NEMO. "

 

Descendieron cerca de la línea costera, en la zona tropical. Grandes árboles sobresalían de la jungla espesa.

El navío trazó una línea recta, quemando las plantas en su trayecto. Un gran estrépito fue su descenso; casi pareció desarmarse, debido a lo rústico de sus ruedas metálicas.

Al fin, quedó detenido, en medio de una nube de polvo.

Esperaron una hora, antes de aventurarse en el exterior. Mario Silva dijo:- El indicador de gravedad señala una gravedad del 0.8 %; atmósfera respirable; temperatura 19 º C ; humedad relativa del aire 83 %; viento del Sud oeste a 5 nudos. Son las 08:30 horas en este sector del planeta."

- En este lugar es otoño. - Comentó Lorenzo Rivas, tras dar un vistazo a los instrumentos pertinentes.

- ¡ Allá vamos!- Avisó Salustio Vargas, y abrió la esclusa. Entraron todos, menos Lorenzo Rivas, quien quedó en la nave de guardia.

- ¡Aire puro !- Se refociló Mario Silva, aspirando el aire ruidosamente.

- Bombee aire del planeta a los tanques del navío, don Lorenzo Rivas!.- Ordenó el Profesor , usando la radio emisora de su traje.

Lorenzo Rivas, desde la cabina , les veía merced al circuito de T.V., una de cuyas cámaras estaba montada en un trípode, sobre la salida de la esclusa.

Todos se movían con ligereza, ya que ese algo menos de gravedad les daba un porcentaje extra de fuerza.

El profesor Rastrego les dijo:- Caballeros, les ruego tengan Uds. la amabilidad de recoger especímenes vegetales y animales , a fin de estudiarlos en el laboratorio de a bordo."

- ¡ Plantitas, plantitas!- Cantó Mario Silva, y comenzó a arrancar matojos.

Varias veces entraron a la nave, llevando hojas y frutos, que quedaron en la mesa del laboratorio, para ser estudiadas por el profesor, único botánico del grupo.

Los insectos, escasos, los almacenaron en envases de vidrio.

Muestras del suelo también fueron tomadas y ordenadas en bandejas.

Al atardecer, entraron a la nave, y el profesor, con la ayuda de Salustio Vargas, se dedicó a estudiar los ejemplares de ese planeta.

Salustio Vargas se fue a acostar a las 23:00 hrs., no así el profesor, quien estuvo hasta las 3:20 hrs., tomando muestras y escribiendo los resultados obtenidos. Por fin, se fue a dormir, agotado de aquel primer día en la superficie planetaria.

En la tarde del siguiente día arrojaron la maleza y la tierra fuera de la nave, y el Profesor, estando todos reunidos tomando once, les dijo: - Señores, cúmpleme con informarles que tanto los vegetales como los insectos son funcionalmente iguales a los terrestres, aunque sus formas sean diferentes."

- ¿Y qué esperaba Ud. encontrar ?- Preguntó Lorenzo Rivas

- Agua. La nave está bien, pero de pensar en que la que bebemos es reciclada de nuestros orines...- Opinó el científico.

- Tendríamos que organizar una patrulla . Somos seis, y uno debe quedar a cuidar la nave."- Dijo Salustio Vargas.

- Yo.- Se ofreció Lorenzo Rivas.

- Y tenemos que llevar una mochila, compás, cuchillos, hornillo, agua en cantimploras, saco de dormir, cuerdas, fósforos."- Enumeró Mario Silva.

- Perfecto. Mañana partimos; juntemos lo necesario ahora." . Comandó Salustio Vargas.

Al día siguiente salieron de la nave con linternas, mochila, sacos de dormir, etc., y se adentraron entre los árboles y matorrales , caminando a buen paso, en dirección oeste.

Lorenzo Rivas les escuchó irse, hablando y riéndose. Luego, el silencio le envolvió, como una gran capa, rota a intervalos por pequeños ruidos que hacían las máquinas de la nave...la recicladora, la bomba de aire, el sistema de climatización, etc.

Caminó, deleitándose en la lujosa soledad. Le placía mucho estar en esa nave llena de posibilidades y maquinarias interesantes. Las cámaras de T.V. , que en sus pantallas ofrecían vistas del exterior en colores; los completísimos cuartos de baño, las mullidas camas.

Se dirigió al salón y tomó un disquete al azar, siendo de poemas. Leyó los siguientes, en medio de la quietud cibernética.

Duelos.

Se vá para siempre

septiembre de 1992.

Se vá con los ecos de la Parada

las rechiflas de la gente,

los escándalos, la persecución,

el viaje del Presidente...

Se vá para siempre

con sus días de lluvia y nubes,

con sus vientos que fueron fríos,

y en mi vida, aire traicionero.

Ya queda menos de media hora,

¡ Y eran tantas horas

comprimidas en treinta días!

Que parecían una eternidad.

Ya no volverán estos días

de nubes y neblinas,

de asaltos y melancolía,

de patos, peces y tortuga.

Vendrán septiembre nuevos,

quizás, algún día,

pero este septiembre del 92

ya se murió, y se muere de pena.

Adiós, gran mole de días,

leviatán del calendario,

mes ensangrentado desde siempre,

mes triste, con tantos duelos.

&&&&&

Cae.

Cae la noche con el frío;

arriba titilan las pálidas estrellas,

bajo las cuales los navíos nubosos

nos miran con cautela.

Pasa la noche con sus horas tristes,

con el frío y el piar de los patos.

Pasa la noche como trapo mojado

por las espaldas de la humanidad.

En algún recodo de la noche

quedará nuestro último latido;

en alguna hora del día

podrá estar nuestro último respiro.

Cae la noche con el frío

induciéndonos al sueño,

triste muerte chica que nos obliga

a dejar para mañana nuestro vivir.

Mañana y mañana y mañana

cual cuentas de un collar,

que ha de cortar su hilo

cualquier día en su juntar.

&&&&&

Sonriendo está Dios Jehová.

Padre...

que ya sé que se ha muerto,

que ya sé que no está...

quisiera reencontrarme con Ud.

en una parcela de Isla de Maipo

celestial.

Allá corretear por el fundo

del poderoso tío Pancho

junto a mi hermano ,entre las acelgas...

Sentir correr el agua cristalina,

palpar entre los dedos su velo,

reír sin que nadie nos oiga,

bailar sin que nadie nos vea.

Allá , entre árboles perfumados,

bajo el cielo tan azul,

oír zumbar los moscardones,

mientras en la arena yace la vianda.

Y madre

con Usted reír de todo,

y ver sus ojos como cielos,

libres de pecado,

reír tomado de su linda mano,

reír con mi hermano y mi padre

mientras en lo alto

sonriendo está Dios.

&&&&&&

Le interrumpió un ruido en el exterior. Salió de su ensimismamiento poético y atisbó en las pantallas de televisión.

Fuera, una bandada de simios gritaban, arrojando ramas al cohete. Encendió los focos de descenso. Los simios lanzaron gritos de pavor y huyeron por entre las ramas.

Les había filmado, y repitió las escenas una docena de veces. Eran como los orangutanes.

Cayó la noche y se fue a dormir.

Mientras tanto, a treinta kilómetros de allí, en dirección oeste, el resto de la tripulación se metía en sus sacos de dormir, bajo unos árboles añosos.

Al día siguiente, Lorenzo Rivas salió al exterior, sentándose bajo un árbol, descansando. Miraba la vieja nave que les llevara allí, maravillándose de que aún estuviera operacional tras once siglos.

Al tercer día comenzó a escribir un Diario de Vida, que es el siguiente, para solaz del lector.

DIARIO DE VIDA EN EL COSMOS.

NUMERO UNO.

Día 1, año 1.

Me han dejado tranquilo, se han ido a explorar.

Día 2, Año 1.

Salí al exterior; el aire llega en ráfagas, a veces casi irrespirable, como si fuera un gas raro, pero la computadora sigue insistiendo en que es respirable.

Día 3, año 1.

He decidido acortar los días, levantándome tarde , efectuando rutinas, duchándome, durmiendo siestas.

A veces salgo al exterior, aspiro aire puro, busco insectos entre los árboles.

Día 4, año 1.

Los simios vuelven de noche, y forman algarabía.. Hoy salí a ahuyentarlos, disparando tres tiros al aire, lo que produjo una desbandada, no quedando ni uno en el sector...

Día 5, año 1.

Hoy recuerdo mi vida pasada, tanto lío para tener mujer, y después uno no halla cómo vivir solo...

Hoy salí a dar unas vueltas por los alrededores, para cansarme y no seguir rememorando los terribles líos en que me vi envuelto en años anteriores a este viaje, por culpa de las mujeres...tomé un somnífero para dormir sin sueños...

Día 6, año 1.

Hoy apareció un unicornio. Un animal grande, hermoso, de ojos luminiscentes.

Traté de cazarlo, pero huyó con un relincho que aún vibra en mis oídos.

Día 7, año 1.

Logré cazarlo, usando alimentos de la nave. Cabalgué en él hasta la puesta de sol, hallando a mis compañeros acampando a unos cincuenta kilómetros de la base.

Les saludé, y estuvieron de acuerdo en que siguiera con ellos, sobre todo cuando les dije que si seguía solo en la nave capaz que me trastornara la soledad.

( Fin del Diario).

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- Espero que nadie se robe la nave, ahora que nadie la está cuidando."- Rezongó Rastrego.

Se hizo de noche, y asaron un animal semejante a un castor, que tenía la carne deliciosa.

Se acostaron alrededor de la fogata que prendieran, y durmieron tranquilos, bajo el resguardo de las guardias estatuidas con antelación.

Al día siguiente, Rastrego dijo:- " Recomencemos la marcha, y atentos a la búsqueda de alimentos."

A media mañana vieron, en la selva, un animal carnívoro, acechando sobre la rama de un árbol.

- ¡ Un tigre! - Se alarmó Mario Silva.

El felino saltó sobre Salustio Vargas, quien le dió un escopetazo, matándolo en el acto, aunque no pudo impedir que el cuerpo del animal no le cayera encima.

Cayó al suelo aplastado por los 800 kilos que pesaba el bruto.

Mario Silva le ayudó a quitarse de encima al asesino rayado, y Salustio Vargas, poniéndose en pie, dijo, con voz temblorosa:- ¡ Menudo susto he pasado!"

Más tarde hallaron un nido de pájaros, con huevos similares a los de las codornices.

- ¡ Qué buena suerte! Hay como treinta huevitos."- Opinó Mario Silva.

- Les llevaremos envueltos en mi camisa."- Ideó Salustio Vargas..

Desandaron el camino y llegaron al campamento, y mostraron a Rastrego el hallazgo, quien estaba ocupado asando al tigre.

- ¡Muy bien! Los cocinaremos , calentándolos en el rescoldo de la fogata."

Poco después, comían carne y huevos nativos.

- La provisión de balas ha bajado bastante, y si hay animales tan peligrosos como esta tigre, mejor nos vamos haciendo arcos y flechas, para cazar...dejando las balas para los casos de peligro."- Opinó Rastrego.

- Yo, cuando era niño, jugaba a los indios con los descendientes de indios del barrio Recoleta."- Informó Lorenzo Rivas.

- ¿Y usaban plumas?- Rió Mario Silva.

- Poco nos faltaba. Si hubiera preguntado alguien si tenían sangre india en las venas, le hubieran dado un golpe . Y eran malos: de continuo decían palabras soeces, se golpeaban por nada, se robaban los juguetes si podían, y te rompían el arco y las flechas . Apedreaban a perros y niños. Aún los mayores eran malignos: nos mojaban , nos empujaban para que cayéramos al suelo."- Recordó Lorenzo Rivas.

- Mal barrio eligió su padre para sus hijos."- Opinó Rastrego.

- A él le quedaba cerca del trabajo."- Aclaró Lorenzo Rivas.

- ¿Que andaba en micro?- Preguntó, riendo, Marbelo.

- En motocicleta, una vieja moto Matchless de 350 CCC., inglesa."

Se oyó un rugido fiero entre el boscaje. Todos se miraron entre sí, muy preocupados.

- Alimentemos el fuego.- Opinó Rastrego.

Una gran hoguera, que ahuyentó a las posibles bestias, pero que no les dejó dormir, fue su tarea de aquella noche.

Por ello fue que conversaron hasta el amanecer.

- Recuerdos como el de mi infancia me atenazan la mente, de continuo."- Confidenció Lorenzo Rivas a Mario Silva.

- Mala cosa.

- Recuerdo una vez en que mi segunda mujer puso una televisión en el corredor, y la hija de ella la encendió, y estuvo funcionando como dos horas con un programa de teleserie, en que las voces sonaban como ping pong, y por ello yo la desconecté, y esas hija me acusó, y la mujer comenzó a tirar los huevos crudos al suelo.

- ¿ Y qué hizo Ud.?

- Dije que mejor me iba al local, y ella me tiró a mi hijo, en su cochecito de guagua, a la calle, diciendo:- ¡Aquí no hay niñeras! - Me lo llevé al local."

- A veces es difícil convivir.

- Pienso en Dios Jehová.- Dijo Lorenzo Rivas.-¿ Para qué nos mandará al mundo?

- A vivir la vida.- Informó Mario Silva.

- Hay tanta gente que muere de repente!

- Son casos fortuitos. Como hacer chips. Se hacen miles para quedarse con cientos. Esos cientos valen millones."- Opinó Rastrego.

- Ninguno es perfecto. "- Acotó Mario Silva, bostezando.

- La vida se vá desarrollando con pasiones y dolores. Hay que saber andar en buena compañía para ser feliz.- Comentó Rastrego.

- Como cuando se podía escuchar emisiones de radio comerciales...Se oían noticias catastróficas, o música suave. Una era la realidad, la otra la idealización de la existencia."- Dijo Lorenzo Rivas.

- Hay muchos matices en esto. Lo mejor es no probarlos. Porque es muy doloroso todo el proceso. -- Habló Mario Silva.

- La vida exige ser probada, y no hay modo de no caer en el juego estatuido. "

- No se puede vivir a medias, no se puede vivir sin definirse y actuar según lo definido. Hay que ejecutoriar las decisiones, no se puede quedar el hombre con la solución entre manos, hay que vivir, no hay que tener pavor de existir."- Declaró el sabio.

- Quisiera hacer algo útil -- Deseó Lorenzo Rivas.

- Debemos explorar, para volver a la Tierra diciendo que hemos hallado un buen planeta para vivir."

- Eso sería bueno."

Al amanecer, siguieron caminando en línea recta por ocho días más. Al noveno, se hallaron a los pies de una montaña de trescientos metros de altura.

Al llegar arriba, pudieron ver el océano, a lo lejos, hacia el oeste.

- ¡El mar! Cuna de la vida animal.- Recordó el sabio.

Bajaron apresuradamente del cerro y caminaron por el bosque que crecía a sus pies. Luego, llegaron a la playa.

Esta era de arena gruesa, muy blanca. El mar reventaba sus olas contra sí mismo, deslizando atrás y adelante su inmensa mole.

Se dividieron en dos grupos, para explorar rápidamente los alrededores.

Al anochecer se reunieron en la playa, diciendo el profesor: - " No hemos hallado agua, aunque sí huevos, carne de las codornices y frutas. Proseguiremos el avance unidos, mañana."

Cerca del bosque hicieron una fogata, y en derredor durmieron aquella noche con sabor a sal.

Con la primera luz del alba levantaron el campamento y marcharon por horas, rodeando los matorrales demasiado densos. Vieron gigantes de la selva, arboles de treinta metros de diámetro y más de cien metros de altura, con ramas tan gruesas como árboles terrestres. Millones de hojas se veían crecer hacia lo alto.

- Parece Leyte .- Comentó Rastrego.

- Leyte? ¿Qué es Leyte? - Inquirió Mario Silva.

- Una isla, en la cual los japoneses vejaron a las enfermeras de Estados Unidos.- Informó Marbelo, quien se había visto todos aquellos viejos noticiarios ...

- Bah! Esos japoneses antiguos...Un montón de ateos.-

- Fueron un hueso duro de roer. Si no hubiera sido por el par de bombas atómicas que les volaron dos ciudades , habrían pasado quién sabe cuántos meses más para el término de aquella fatídica guerra."

- ¡¡¡GROARR!!!

Un felino gigante saltó desde una gruesa rama y se plantó frente a ellos. Lorenzo Rivas sacó su revólver de la cintura y disparó tres tiros. El tigre rugió y corrió hacia ellos. Rastrego alcanzo a disparar un solo tiro, pero el tigre dió con él en tierra, le mordió la cabeza y expiró pataleando.

Todos se quedaron estáticos mirando la pavorosa escena. Luego, debieron acuchillarle las quijadas al muerto felino, para desenterrar sus colmillos del cráneo ensangrentado de Rastrego.

Éste, muy mal herido, alcanzo a vivir hasta el alba siguiente, momento en el cual, con un suspiro, entregó su alma a Dios.

Al caer la tarde, terminaron de enterrarlo, poniendo un túmulo de piedras sobre su tumba.

- Encendamos la fogata.-

Con nerviosismo, pues caía la noche muy rápido bajo el bosque, encendieron tres fogatas, quedando ellos al centro.

- Tenemos tres pistolas, y sesenta balas. Propongo regresar a la nave.- Dijo Lorenzo Rivas.

- Es peligroso seguir esta exploración.- Aceptó Mario Silva.

Durmieron sobresaltados, y al alba echaron a andar retrocediendo en su camino, basados en las brújulas.

Cinco días después, y aún dentro del bosque, Salustio Vargas dijo:- Parece que nos perdimos."

De pronto, tras los árboles , el rastro quemado dejado por la nave al bajar. Y más allá , ésta, brillando al sol ajeno.

- ¡Aleluya, la hallamos!- Gritó Mario Silva.

Entraron sin dificultades. Dentro, todo zumbaba regularmente. Mientras Lorenzo Rivas se daba una ducha, Mario Silva revisaba los circuitos.

Volvió del baño Lorenzo Rivas y Mario Silva le dijo:- Todo normal. Nos elevaremos al tiro: son las doce."

Se elevaron con dificultades y planearon por sobre la playa. A los quince minutos, divisaron a Marbelo, Salustio Vargas y Silvestre Gatica, haciéndoles señales. Descendieron cerca de ellos, talando algunos árboles a su paso.

- " La hallaron...¡ bendito sea Jehova Dios! " - Expresó Salustio Vargas.

Se asearon y cenaron con vino, una delicia, tras tantos días sin probar a la hija de la vid... nativa.

Esa noche durmieron en sus colchones mullidos, seguros, con el aire acondicionado mandando una suave brisa por los metálicos conductos.

Al día siguiente hubo una tormenta. El viento rugía, llevándose arboles enteros. Las olas de la vecina playa fueron in crescendo, hasta llegar al fuselaje de la nave.

- Mejor nos vamos. Cada vez luce peor. Las olas pueden llegar acá y destrozar el navío.- Opinó Lorenzo Rivas.

Pusieron en funcionamiento los motores y 20 minutos después se elevaban dificultosamente, navegando a bandazos, debido a la tempestad y sus fuertes ráfagas de viento.

Llevaban rumbo norte y de pronto quedaron otra vez con el mar bajo ellos.

- ¿ Una isla? ¿Estábamos en una isla?- Inquirió Mario Silva.

- "No . Mira el radar: el continente acaba acá. Frente a nosotros sólo hay mar."

Fue en esa momento que los motores fallaron , la nave cayó y furor tragados por ese mar tan oscuro.

La nave resistió el golpe y fue cayendo hacia el fondo, y por fin llegó a éste.

- "30 brazas."- Informó Lorenzo Rivas.

- "Imposible salir. Sufriríamos de anorexia.- Dijo Mario Silva.

- "¡ Entonces, moriremos! - Se aterró Salustio Vargas.

- "Revisaré los motores. Por algo fallaron.- Decidió Mario Silva.

- "¡ Qué sabes tú de motores!- Alegó Salustio Vargas.

Pero fue el único que abandonó la sala de mandos y se adentró en la sala de máquinas. Los motores eran muy complicados, muchos cables y aparatos , cajas con maquinaria enmarañada.

Buscó algo fuera de lugar, pero no había visto nada raro al momento en que los demás integrantes de la expedición se hicieran presentes allí.

- "¿Y ves algo raro?- Preguntó Lorenzo Rivas.

- "Nada. No entiendo mucho, ya que era el Profesor quien llevaba todos estos circuitos en la cabeza."- Explicó Mario Silva.

- "Son motores muy avanzados para alguien sin conocimientos."- Opinó Silvestre Gatica.

-" ¡Bah! En las películas los héroes siempre hallan el medio de salvarse."- Recordó Mario Silva, moviendo algunos cables.

- "Me voy a acostar.- Dijo Silvestre Gatica.- Me avisan si hallan la falla."

Poco después se iban a acostar, mientras 30 brazas pendían de sus cabezas

Al día siguiente, Lorenzo Rivas les reunió en la sala de mandos . Ni un sonido les llegaba del exterior.

-" Debemos tener coraje y fortaleza. Esta es una ocasión especial en nuestras vidas. he decidido caminar hasta la orilla del mar; salir de acá con la ayuda del sonar ; él nos indicará hacia qué punto debe estar la orilla. Luego, con trajes espaciales, que son iguales a los de buceo, dado el caso, caminaremos hasta la orilla , mirando nuestras brújulas. ¿Qué me tienen que decir Uds.?"

- "Que balicemos el camino, por si algún día debemos regresar.- Apuntó Salustio Vargas.

- "Perfecto. Llevamos globos y los anclamos al fondo. ¿Hay alguna otra sugerencia? "

- "¿ Cuándo partimos? ¿ Qué llevamos?- Preguntó Silvestre Gatica.

- "Pienso que hay que llevarse lo más posible que nos sea dable portar sin problemas. Armas, víveres."- Murmuró Lorenzo Rivas.

Tres días más tarde, tras haber juntado todo lo necesario, el grupo salió del navío , el cual quedó con sus sistemas apagados.

Fueron laboriosamente caminando, por el fondo del mar. A quince kilómetros les esperaba la orilla . La oscuridad era grande, disipada por sus lámparas, en un espacio de seis metros. El agua no era muy clara.

Algunos dejaron caer algunos paquetes, debido a que el cansancio les fue ganando, reflejándose en sus respiraciones agitadas, que empañaban los visores frontales.

Un gran pez se paseó cerca de ellos. Detuvieron el andar, asustados. Las armas de fuego iban en bolsas herméticas, inservibles bajo el agua. Al fin, se fue la amenaza.

El piso fue elevándose y eligiendo el terreno más llano, dieron un no pequeño rodeo, a ciertas rocas y fisuras.

Salieron a la playa y amontonaron sus pertenencias entre los matorrales, a unos quinientos metros de la agitada orilla.

Armaron un refugio para pasar la noche, ya que estaba lloviendo.

Al día siguiente, Salustio Vargas dijo:-" No creo que volvamos otra vez al navío."

- "Yo tampoco. - Agregó Mario Silva.

- "Con la nave había una posibilidad de regresar a la Tierra...- Habló Salustio Vargas.

- "Enterrados bajo toneladas de agua , en una oscuridad casi total, con probables inmensos monstruos marinos dándose vueltas por allí; la verdad no es como para regresar.- Dijo Lorenzo Rivas.

El rumor de las olas les llegaba, apagado por la distancia.

De pronto, un gran silbido atrajo su atención. Miraron hacia lo alto y vieron un navío, que planeaba a gran velocidad. Al pasar por sobre ellos iba a una altura de doscientos metros tan sólo. Continuó bajando y ya sin verlo, oyeron una serie de rasgueados, prueba de que el artefacto había tocado la superficie.

- "¡Vayamos a ver!- Invitó Silvestre Gatica.

Corrieron hacia el lugar. Desde lejos se veía el humo y el polvo levantados.

La nave aún tenía los motores funcionando

- "¡ Tiene forma de herradura y su tamaño es de trescientos metros!- Se asombró Salustio Vargas.

Vieron abrirse una compuerta y por allí bajó una criatura de unos cuatro metros, que caminaba en dos patas flectadas, con brazos robustos y de dos dedos largos; su cabeza de cuello ancho era similar a la de un elefante.

Trompeteó, como uno de ellos, y se alejó del navío, en dirección al mar. Sus trompeteos se alejaron con él.

Los amigos continuaron su aproximación al colosal navío y vieron aparecer otro ser desde su interior; esta vez era un insecto de dos metros de altura, con patas con garras negras, ojos inmersos en una oblonga cabezota, con hocico aserrado, temible de ver.

Y que les había visto. Con bruscos y rápidos movimientos ágilmente se dirigió hacia ellos, rasguñando el suelo con sus armadas patas.

- "¡ Íjole! Ese bicho viene a por nosotros!- Se atemorizó Salustio Vargas.

-"¡ Dispárenle! - Ordenó Lorenzo Rivas, sacando su revólver y disparando sin esperar las reacciones del resto.

Las balas reventaron al insecto, que cayó al suelo chillando. Como si estos chillidos hubiesen sido una señal, brotaron desde el navío varios más, los que fueron abatidos igualmente a balazos.

-" ¡ Miren! Son llevados hacia adentro por otros bichos!- Hizo notar Salustio Vargas.

Efectivamente: otros insectos , que eran de un rojo mate, tiraban de las grandes caparazones , metiéndolos otra vez al interior de la nave.

Un trompeteo les sobresaltó . El ser elefantiásico regresaba del mar; pasó sin darles importancia; sus dos ojillos, muy inquietos, les miraban a intervalos, pero no detuvo su andar hasta llegar a los caídos; a éstos los pateó fuera de la nave, presa de furia incomprensible.

Berreaba furibundamente y terminó por encerrarse en el navío .

- "¡ Qué cosas más raras!- Dictaminó Salustio Vargas, viendo que nada se movía ahora fuera del navío herraduriforme.

Se acercaron al casco. Este era de un metal muy grueso y con muchas huellas en él; tanto, que muchos pedruscos espaciales estaban embebidos en el metal, incrustados, como joyas en una vaina de sable antiguo. También raspones, melladuras, todo de un color plata; grandes planchas remachadas formaban su superficie.

Alrededor de la esclusa el metal había sido renovado ; desde el exterior se percibía un rumor de maquinaria.

- "Se nota que este buque hace mucho que navega por el cosmos.- Opinó Lorenzo Rivas.

Se abrió la esclusa y apareció el elefantiásico , arrojando al suelo los destrozados despojos de los insectos rojos. Blandía una espada, mojada hasta la empuñadura con la linfa de aquellos insectos.

También arrojó fuera varios exo - esqueletos de los insectos mayores.

Trompeteó en dirección a los humanos, y saltó a tierra , enterrando frente a ellos la ancha espada.

Lorenzo Rivas la desenterró y se la devolvió al elefantiásico, quien la recibió, envainándola, y con ademanes les hizo pasar al interior del navío.

Dentro, la oscuridad era apenas disipada por bulbos rojos, situados en los techos. Llegaron ante una serie de artefactos , uno de los cuales se encendió, al manipular el ser en él. Berreó algo, y del aparato salieron sonidos, que iluminaron sectores del techo.

Brotaron delicados chorreos de perfume, que bañaban dulcemente a los visitantes. Una brisa salió de conductos laterales, un tiesto de cristal se llenó de un agua fosforescente y el elefantiásico les dió a beber de allí ; antes lo había hecho él mismo.

-¡ Miel!- Catalogó Silvestre Gatica.

- ¡ Néctar!"- Aprobó Salustio Vargas.

Tras esto, el elefante humanoide pareció perder todo interés en ellos, y se concentró en un tablero lleno de perillas, que comenzó a manipular, observando, de tanto en tanto, una consola repleta de esferas con agujas indicadoras.

Habían varios pasillos , pero cada vez que hacían ademán de entrar en uno de ellos, la criatura gruñía en forma intranquilizadora.

- "¡Vámonos, mejor! Este ser no nos quiere acá."- Opinó Salustio Vargas.

Salieron por donde habían entrado . Poco después el elefantiásico salió a mirarles, y dando un rebufado, cerró la esclusa.

Estuvieron observando a los cadáveres de los insectos rojos. Medían un metro y tenían seis patas; morfológicamente parecían hormigas.

Un bramido metálico les informó que el navío echaba a andar sus motores. Se alejaron del lugar al trote, y desde un altozano , a quinientos metros, vieron comenzar a elevarse el vehículo.

De pronto, un agudo silbido, una serie de toses y una gran humareda..., el astronavío tembló y comenzó a caer. A los 20 metros de altura, una sorda explosión se llevó un buen trozo central; una bola de fuego perezosa y con estrépito el artefacto dió en el suelo, quedando ladeado y humeante.

- ¡Vayamos a ayudar al elefante! - Avisó Lorenzo Rivas.

Al llegar al elefantiásico, el rumor oído antes , aquel ronronear continuo, ya no existía . Entraron por el boquete , de contornos calientes y humeantes.

No había trazas de la sala del elefantiásico, pues había volado con la explosión.

- "Nada del elefante.- Avisó Mario Silva.

-" ¡ Salió volando como Dumbo!"- Hizo notar Mario Silva, con una risilla nerviosa.

La iluminación artificial se había acabado. Los bulbos eléctricos ya no recibían fluido y la nave estaba muerta, en ese aspecto.

En los días siguientes, y con antorchas, los terrestres fueron explorando cámara por cámara del inmenso artilugio , debiendo dejar las horas de la mañana para recoger frutos y alimentarse y las tardes para curiosear en la nave caída.

Tras dos semanas de esto, poseían las siguientes cosas: diez lámparas eléctricas, un centenar de herramientas diversas, todas de gran tamaño y peso; espejos, pinceles, tabletas en grandes cajas ( de uso desconocido) , esferas de vidrio de diversos tamaños; instrumental de cirugía, alambres en rollos voluminosos, tela en cilindros .

-" Ni un arma...excepto ésta."- Dijo Salustio Vargas, mostrando una caja llena de anchos puñales.

- "Era un pacifista. ¿De adónde saldrían los insectos?- Se preguntó Mario Silva.

- "Quizás los llevaba a un circo.- Replicó Salustio Vargas.

Comenzaron las lluvias Hicieron de esa nave su morada. Las frutas escasearon y Salustio Vargas dijo:-" Hay cientos de pájaros comestibles. Si lográramos cazarlos, aseguraríamos nuestro manducar invernal.". Opinó Silvestre Gatica.

Hicieron arcos y flechas. Después de muchos intentos fallidos, comenzaron a cazarlos en cantidad suficiente para su nutrimiento.

Llegó el invierno y nevó. Todo lucía blanco, helado. La nave , con sus sistemas productores de energía desaparecidos, era helada y oscura. Las ropas ya les colgaban a jirones y el calzado estaba a mal traer.

- " Estamos decayendo.- Opinó Salustio Vargas.

- " En la nave sumergida hay calor, luz y comida.- Dijo Salustio Vargas.

-" Por poco tiempo. Además, capaz que no lleguemos allá . Los trajes de buceo no han sido convenientemente guardados. Pueden fallar, en el trayecto.- Opinó Silvestre Gatica.

Fueron pasando los largos meses del invierno. Varias tormentas arrasaron el lugar; vieron árboles arrancados de cuajo venir volando a golpear los restos de la nave...

Al llegar la primavera, los árboles hicieron renacer , con sus brotes, la esperanza de un futuro mejor.

- "Varios meses aquí, y ya somos unos tipos harapientos.- Comentó Salustio Vargas.

- ¡ No veo cómo nos vamos s salvar de ser unos Roban Hood! "- Dijo Mario Silva.

- "No se ven animales , para hacer ropa de sus cueros.- Habló Lorenzo Rivas.

Los pájaros eran escasos en el plato: sus carnes eran magras. Calentaban éstas en caldos y bebían su sopa.

Ni pan ni frutas; los cuatro estaban flacos, caminaban casi descalzos por sobre la nieve, que no se quería derretir, con los soles suaves que nacían y morían entre los vientos.

De la cercana mar, ni un pez podían sacar, al no disponer de redes ni sedales...

Salustio Vargas enfermó y ya no salía de dentro de la nave, tiritando todo el tiempo.

- "Si no hallamos mejores alimentos, nuestro compañero morirá.- Opinó Mario Silva.

Pero no fue así: de alguna reserva de años anteriores, el organismo de Salustio Vargas sacó energías y sobrevivió la mala época.

Llegaron los calores, regresaron los pájaros y las frutas; sus platos rebosaron de comida; engordaron. Mario Silva dijo:- " Muchachos: si seguimos acá un año más , dudo de que lleguemos hasta la próxima primavera."

- ¿ Y qué propones ? - Inquirió Lorenzo Rivas.

- Mudarnos a un sector más al norte, a fin de que no nos lleguen las nieves. Acumular comida, frutas secas, no sé, pero acá, con el navío como congelador, terminaremos por fenecer en grupo."- Respondió Mario Silva.

- "Propongo acumular fruta y carne para luego irnos al norte, quizás al trópico.- Propuso Silvestre Gatica.

Guardaron carne ahumada en sus bolsas, y con dos brújulas hechas por ellos, una mañana dejaron atrás el navío espacial extraterrestre , que había sido su hogar por tantas noches.

Al décimo día toparon con un río de unos doscientos metros de ancho, que desembocaba en el mar. Corría suavemente y era de aguas turbias. Como a cuatrocientos metros del mar, sus lados eran de arenas finas. De allí al interior, crecían juncos y matorrales; miles de aves volaban por los aires, y otras tantas se veían posadas, a ambos costados del curso fluvial.

- "¡ Maravilloso! ¡ Muy bello!- Opinó Salustio Vargas.

Cazaban sólo para alimentarse, y sólo a las más grandes aves disponibles. Durmieron entre los matorrales , amparados por una densa fogata.

Al amanecer, la niebla del mar lo ocultaba todo.

- Hoy debemos cruzar ese río .- Opinó Salustio Vargas.

- A nado.- Dijo Mario Silva.

- Podríamos apoyarnos en un tronco seco.- Dijo Lorenzo Rivas.

- Perfecto - Accedió Silvestre Gatica.

Pero, por más que buscaron uno, no lo hallaron. Se tiraron al agua y en pocos minutos llegaron al lado contrario.

-¡Eureka!- Gritó Mario Silva.- ¡Miren : allí hay un tronco seco!- Y mostró uno cercano. Todos se rieron de esto, pues ya habían cruzado el río...

A mediodía ya habían dejado muy atrás el lugar en que cruzaran y al anochecer iban cerca de unos cerros, mientras que la orilla del mar ya no era visible. Durmieron alrededor de una fogata , pues hacía frío.

Caminaron durante cuarenta y cinco días, siempre con el río a la vista, siguiendo su curso tierra adentro.

Mientras caminaban el día cuarenta y seis, Salustio Vargas comentó:- Si camináramos a seis kilómetros por hora, durante ocho horas diarias, haríamos un total de cuarenta y ocho por día. Como llevamos cuarenta y cinco, serían dos mil ciento sesenta kilómetros."

-" ¡Dos mil ciento sesenta! Una enorme distancia!- Dijo Mario Silva, sobándose un pie.

- ¿ Y cuánto falta para llegar al ecuador?- Preguntó Silvestre Gatica.

- Eso depende de adónde estábamos, al llegar a este planeta.- Respondió Lorenzo Rivas.

- "A medio camino, creo yo . - Propuso Mario Silva.

- "Si fuera así, y si esta planeta mide más que la Tierra, serían como diez mil kilómetros. Y llevamos dos mil. Nos faltarían cuatro veces cuarenta y cinco días.- Habló Salustio Vargas, y sacó cuentas en el suelo, con una rama afilada. Luego, dijo:- Ciento ochenta días más, de camino."

Guardaron silencio. El viento sopló , levantando un poco de polvo del suelo. Salustio Vargas comentó, otra vez: - " Llevaríamos doscientos veinticinco días en total. Si este planeta es de un año con trescientos sesenta y cinco días, estaríamos en la época del invierno, al llegar."

- "Propongo caminar otros tres meses y establecernos en cualquier lugar que, a esa fecha, nos haya parecido apropiado."- Habló Lorenzo Rivas.

- "La cosa no ha terminado. ¡ Sigamos nuestro camino! - Comentó Silvestre Gatica, disparando una flecha y abatiendo un pájaro, que recogió, y mientras caminaban , desplumó y colgó en su cinto de tripas de aves, trenzado.

Por espacio de un mes, anduvieron en terreno montañoso. Luego, llegaron a una inmensa llanura, cortada en dos por el río. Desde lo alto se veían manadas de cuadrúpedos herbívoro rumiantes, pastando.

- "¡ Carne! -- Se alegró Mario Silva.

Bajaron por en medio de un bosque. En él hallaron monos , aves , cerdos, venados. Abatieron a muchos animales a flechazos, y con sus pieles se confeccionaron calzados y ropas.

Al llegar a los grandes pastos, vieron manadas de búfalos, venados y otros animales.

Los nombres dados son aproximaciones a los animales terrestres. Estos animales tenían diferencias con los terráqueos, que desaparecían disueltas por sus estómagos, previo asado al palo...

Armaron una cabaña cerca de un abrevadero , haciendo cercados y llenándolos de animales.

En una choza acumularon pasto y al llegar el invierno no necesitaron ir a cazar todos los días ; bastábales sacrificar los animales más viejos, para su nutrición.

De las aves no quedó ni una; no pusieron huevos durante su cautiverio , razón por la cual desaparecieron todas paulatinamente, camino al asador.

El invierno allí no produjo la temible nieve: sólo lluvia, aunque en ocasiones muy densa , anegando el lugar, debiendo dormir en la trabazón del techo.

- Miremos ahora por dónde se hallan los lugares no anegados, y construiremos otra cabaña en ese lugar.- Propuso Salustio Vargas.

Dieron vueltas bajo la lluvia, hasta hallar el terreno apto para el nuevo emplazamiento; distaba tres kilómetros, no había por allí manantial alguno, pero un par de arroyos cruzaban el lugar.

En los días de sin lluvia fueron cortando los troncos y alisándolos; al final de dos meses de trabajos esporádicos , dispusieron de un nuevo hogar, al que trasladaron sus pocas pertenencias: cuatro camas de gruesas ramas , pieles semi curtidas y dos ollas metálicas, recuerdos del navío sumergido.

Los animales fueron recluidos en cercados, de las aves ya no había en cautiverio, pero sí en sus platos, ya que éstas no faltaban en el lugar, y eran abatidas certeramente por sus flechas emplumadas.

Llegó la primavera ; el ganado aumentó con las nuevas crías, los árboles se poblaron de hojas verdes y nuevas. Llegaron nuevas especies de pájaros.

- ¡ Aquí nos quedamos! - Comentó Mario Silva, contento.

El verano fue un período de ampliación de lo construido; hicieron un granero y almacenaron allí tubérculos similares a la batata, que se daban en forma silvestre.

-¡ Próxima temporada, las plantaremos!- Avisó Mario Silva.

Durante tres años todo fue bonanza. Crecieron los rebaños en sus cercados; araron la tierra , ayudados por búfalos; cosecharon la batata.

Al cuarto año, durante una noche, vieron extrañas luces cruzar el firmamento .A los pocos días después una de esas luces nocturnas se posó sobre los corrales, emitiendo un zumbido de máquinas.

- ¡ Un platillo volador! - Se asustó Mario Silva.

- "¡ Vayamos y les hacemos saber de que estamos aquí ! - Pidió Mario Silva.

- No. Esa gente es dañina y nos harían mal. Dejémoslos; se irán solos."- Opinó Lorenzo Rivas.

Por espacio de varias noches más, los OVNIS merodearon por el lugar, a veces de a `pares, a veces de a uno solo, pero al cabo, terminaron desapareciendo.

- "Así es mejor. A la tierra ningún provecho le causó la llegada de estos extraños vehículos, desde 1945 en adelante; muchas extrañas historias se contaron sobre ellos; algunas eran como para erizar los cabellos de la nuca."- Comentó Lorenzo Rivas.

- "¡ Cierto! Yo leí aventuras en los diarios.- Agregó Salustio Vargas, nervioso.

- "Para nosotros, que vivimos tan alejados , no nos conviene andar asustados trabajando.- Aseveró Mario Silva.

Aseguraron con tablas extras ventanas y puertas; cegaron tragaluces y ya no hicieron labores nocturnas.

Así se trataron de proteger de lo desconocido...

Diez años pasaron allí, siendo los únicos pensantes de la llanura. Dos expediciones organizaron, abarcando mil kilómetros hacia el norte, hallando dos inmensos ríos y un lago; sin embargo, regresaron a la cabaña y sembradíos , a sus bodegas y cercados con animales.

Sentados en el salón de la espaciosa cabaña, Salustio Vargas dijo:- "Parece mentira este vivir con la naturaleza. Olvidados están los Computadores, el video, la máquina de escribir, el teléfono, la juguera, el refrigerador y tanto aparato que había ."

- Ahora deben haber más.- Opinó Silvestre Gatica.

-" Existirá nuestra raza? Al no verlos por tanto tiempo, es de duda de tanta maravilla.- Comentó Mario Silva.

-" Al parecer, aquí nos haremos viejos y moriremos.- Dijo Salustio Vargas.

Zumbó algo en la atmósfera exterior. Entró Lorenzo Rivas, avisando:- "Muchachos: cayó algo aquí en frente."

Salieron de la cabaña, llevando antorchas encendidas. Vieron un objeto lenticular, semi - enterrado en el camino que daba a las plantaciones.

Medía un metro de ancho, por tres de largo, color oscuro.

-" Parece una bomba - Dijo Mario Silva.

Algo resonó dentro del aparato o

ooqqoqoqoo y comenzó a destornillar , quedando abierto en dos partes iguales. Los terrestres lo separaron y del interior sacaron numerosas bolsas, que contenían objetos de clara manufactura humana.

- "¡ Qué cosa más extraña! Es como recibir una encomienda.- Aseveró Mario Silva, riendo.

En la gran mesa de comedor fueron abriendo los paquetes. Eran doce. En el primero se hallaron revistas y diarios chilenos. En el segundo se halló papel y lápices de escribir. En el tercero , azúcar y sal de cocina. En el cuarto , pantalones. En el quinto, camisas...en fin , que en los demás venían todas las pequeñas cosas de la vida civilizada.

Venía un catálogo detallando lo allí presente, que comenzaba así:

"ENVIÓ DE MERCADERÍA BÁSICA AS. 7791.

DE = COMUNIDAD 345

A = PLANETA R ROGERS - 01- 324. "

El efecto fue inmediato: se vistieron de pies a cabezas ; se miraban asombrados por haber tenido tan buena suerte.

- ¡ Hay de todo! Té, azúcar, ropa de civilizados, lectura...radio video, transmisor."- Enumeró Mario Silva, muy excitadoo, o

.

Encendieron el teleradio. Casi de inmediato vieron un rostro humano , hablando en castellano. Decía:

" ...Y la población ha visto con estupor el hecho de que un miembro del gobierno deje sus obligaciones, para huir a pasar un os días en la Playa de las Salinas, con el amor recién descubierto de una funcionaria bajo su mando..."

- "¡ Horror!"- Dijo Mario Silva, bajando el volumen del audio.

- "Parece que ya están aquí.- Murmuró Silvestre Gatica.

- "Aparentemente, sí.- Aceptó el hecho Salustio Vargas.

En los días siguientes pudieron ver programas de televisión . No paraban a ninguna hora, y provenían de un solo canal, el Nº 13, bautizado como Canal Nacional. A esto, se agregaban los siguientes hechos: La civilización terrestre habría llegado al planeta "Alessandri" hacía ya siete años, procedente de Chile, de Tierra.

Vieron el Cosmódromo " Pablo Neruda" , con seis o siete naves fusiformes. Oyeron decir cómo había un trafico regular entre Chile y "Manzanares" , ciudad en construcción , en la cual habitaban los colonos, sede del gobierno , punto en el cual estaba inserto el canal de la televisión.

A la semana de ver programas , ya sabían de la ubicación geográfica de esa ciudad: en el continente en el cual estaban, pero al otro lado del ecuador, y en el costado oriental, no en el occidental...

- "Por eso es que no los hemos visto llegar: probablemente estaríamos ya en un departamento , trabajando para ellos, si nos hubieran descubierto."- Comentó Mario Silva.

- "Podemos ser una alternativa de excursión, para ellos: un hotel, habitaciones con baño privado, piscina, sectores de camping, pic nic, cafetería, canchas de tenis, racketball, squash..."- Rió Silvestre Gatica.

- "No somos alternativa, por ahora, de turismo. Tenemos una cabaña, animales en el cercado, plantaciones de batatas..., el arroyo podría servir de piscina.... y eso es todo.- Comentó Salustio Vargas.

- "Y no hay energía eléctrica. Nos alumbramos con velas de sebo.- Agregó Mario Silva.

- "Y ya vamos para ancianos. Pensé , alguna vez, dejar descendencia. Ahora nuestras edades están , en promedio, en los sesenta años.
"- Habló Silvestre Gatica.

- "Van a investigar el desaparecimiento de este contenedor - Dijo Salustio Vargas.

- "No tiene nombre de destinatario. "- Se defendió Lorenzo Rivas.

En los días siguientes, calzados bien, tomando té en las "once", les dió energía y ganas de hacer algo más pintoresco. Por ello, pusieron bancas en los rincones arbolados; con troncos formaron un cerco al arroyo, en una longitud de treinta metros, camarines y casetas, mesas y bancas para sentarse a merendar.

- "Estamos listos para que nos descubran." - Rió Mario Silva, al terminar los trabajos, un mes después.

Llegó el invierno y con las lluvias todos los proyectos fueron pospuestos. Se dedicaron a dar forraje a los animales, a cuidarlos del intenso frío.

En el otoño cayó otro container y, al abrirlo, buscaron el nombre del destinatario.

Nada había.

Las bolsas portaban lo mismo que la vez anterior, excepción hecha de los zapatos para mujer, todo el resto les era terriblemente útil.

-"Es un regalo de Jehova Dios."- Comentó Salustio Vargas, sonriendo.

Ya se habían vuelto a interesar en el contacto con la civilización...uno de los acicates era el poder tomar té...

Por la televisión , que veían todos los días, estaban al corriente de las necesidades y esperanzas de la naciente colonia humana en el planeta.

- "Hay varias expediciones , que pasarán cerca de nosotros.- Dijo Mario Silva.

-" Ya les dije: cuando nos descubran , trataremos de ser alternativa turística. Lo peor que nos podría suceder es que quiera fundar una ciudad acá; se acabaría la privacidad."- Comentó Salustio Vargas.

-" Podríamos pedir un préstamo para comprar camas, vajilla , arreglar baños y cocinas. Un generador de energía eléctrica y un título de dominio por todo este sector.- Opinó Mario Silva.

-"¡ Cierto! Imagínense que quedaríamos sin saberlo, dentro del fundo de algún político. ¡ Quedaríamos sin nada !- Se alarmó Salustio Vargas.

-" No creo que sea para tanto. Van muy atrasados aún, para llegar acá con las apropiaciones de terrenos.- Dijo Lorenzo Rivas.

-" No nos preocupemos. Y oigamos la voz de Jehová Dios, compañeros.- Dijo Mario Silva - Venía una Biblia en este cargamento, y les leeré al azar..." Hay Uno que mora por encima del círculo de la Tierra , los moradores de la cual son como saltamontes.

"Aquel que está extendiendo los cielos justamente como una gasa fina , que los despliega como una tienda en la cual morar. Aquel que está reduciendo a los funcionarios encumbrados a la nada, que ha hecho a los mismísimos jueces de la tierra como una simple irrealidad."-

- "Dios Jehová nos tiene en su mano.- Opinó Silvestre Gatica.

- "No han sido plantados siquiera; no han sido sembrados siquiera; no ha siquiera echado raíces en la tierra su tocón. Y solo tiene uno que soplar sobre ellos y se secan; y como rastrojo se los llevará el mismísimo viento de tempestad.- Leyó Mario Silva, en un silencio respetuoso.

- "Es maravilloso oír a Jehová.- Comentó Salustio Vargas.

Afuera, los animales comenzaron a mugir. Salieron Mario Silva y Lorenzo Rivas; vieron una luz por sobre el rebaño.

- "Son ellos, otra vez.- Dijo Mario Silva, indicando la luz.

Esperaron unos instantes y vieron cómo el aparato luminoso deambulaba por el sector, sin tocar tierra. A los doce minutos de estar sobrevolando, el artilugio chisporroteó y salió disparado hacia el cenit.

- "No creo que sean los chilenos.- Dijo Lorenzo Rivas.

Entraron a la casa y cerraron muy bien la puerta. Informaron a los demás, que seguían sentados a la mesa, leyendo diarios o revistas.

- "Mientras no nos hagan daño, no tenemos motivo para preocuparnos , realmente. "- Opinó Mario Silva.

- "A veces pienso en llamar por radio a la colonia y ponerle fin a este ostracismo voluntario en el cual nos hallamos. No vaya a ser cosa de que nos pase algo, con respecto a esos OVNIS !- Opinó Salustio Vargas.

- "¡ Por mí, puedes llamar!- Bufó Mario Silva.

- "¡ Hagamos una votación!- Pidió Lorenzo Rivas - " Los que estén por llamar a los colonos, levanten la mano!"-

Nadie la levantó.

- "Somos hijos de Jehová Dios. Confiemos en El.- Comentó Lorenzo Rivas.

Al día siguiente, Mario Silva y Salustio Vargas caminaron hasta el segundo arroyo, distante tres kilómetros. Pescaron durante buena parte y cogieron más de dos docenas de peces cada uno.

Atardecía ya cuando iniciaron el regreso a la cabaña. El astro alumbraba sin fuerzas, siendo invierno, pero no hacía demasiado frío.

- "Y pensar de que antes no me podía pasar sin mujer.- Confidenciaba Mario Silva.

- "Y ahora vives como un eunuco.- Rió Salustio Vargas.

- "A todo se acostumbra uno. Eso del sexo es tan fuerte, que le daña a uno el cerebro. Tanta palabrería que se usa para conquistar a la mujer. Ella siempre muestra reluctancia a la aceptación, y al final ella es la más cerebral."- Afirmó Mario Silva.

- "Los hijos son los que sufren , si la pareja se desune...Recuerdo el caso de una mujer que fue con el chico de dos años al Supermercado; pues el chico se le desprendió de la mano, se perdió y una pareja de niños mayores se lo llevó y lo asesinó, dejándolo después sobre los rieles de ferrocarril.

" El tren lo despedazó y otros chicos hallaron el cadáver."- Terminó diciendo Salustio Vargas.

-"¡ Horroroso! Malditos cabros. ¿Eran chilenos?"-

-"Eran Estado Unidense. En Estados Unidos tanto que los evangélicos predican y pasa cada atrocidad que da pánico."- Habló Salustio Vargas.

- "En donde hay mucha gente la maldad florece con mayor facilidad.-

- "No lo sé. Se meten las ideas en la cabeza, y como que el demonio manda. Y cuando se es joven, se es peor."- Afirmó Salustio Vargas.

- "A veces me pregunto para qué vivimos."

- "Nadie lo sabe. Habría que preguntárselo a Dios Jehová; en la Biblia he tratado de hallar la respuesta, pero no la he hallado. Los monjes católicos dicen que es para reemplazar a los ángeles caídos...¡Segurito! Ya veo un hombre reemplazando a un ángel. Pienso que por cada error y maldad angélicas, el hombre haría incontables."- Suspiró Salustio Vargas.

Pasaron por un sector de arbustos, y luego vislumbraron la cabaña.

Lorenzo Rivas escuchaba la radio, en su pieza, y Silvestre Gatica estaba en el establo, aseando a los animales.

-¡ Albricias! Veo que traen pescado para la cena.- Saludó Silvestre Gatica.

Al anochecer, toda la cabaña olía a fritanga de pescado. Los platos de madera fueron colocados en la mesa, con su correspondientes presas.

- ¡ Hay más!- Avisó Mario Silva, desde la cercana cocina. El era el cocinero , ya que cocinaba mejor que el resto.

Varios tiestos con ensaladas y batatas cocidas, frutas. Todos reían, alegres. Comentaban el paseo al arroyo y de cómo habían picado prontamente los peces, al usar gusanos bien ensartados en los anzuelos que se habían hecho usando los tarros de conserva vacíos.

- "¡ No hay caso! Mujeres, aquí, sólo enturbiarían la camaradería entre nosotros, con sus celos y sus cuentos."- Comentó Salustio Vargas.

- "Las mujeres son útiles para procrear."- Comentó Lorenzo Rivas, paladeando las blancas carnes de un bien frito pescado.

- "¡ Que procreen otros!- Rió Mario Silva.

Acabada la cena, Mario Silva y Salustio Vargas lavaron los platos y el servicio.

- "Sobraron doce pescados. No puedo meterlos al refrigerador, porque no hay.-" Se lamentó Mario Silva.

- "Haz un caldillo con ellos."- Comentó Salustio Vargas.- "Así no se echarán a perder."

Mario Silva los preparó, los echó a la olla, conjuntamente con verduras y aliños.

- ¿Qué, más comida?- Preguntó Lorenzo Rivas, entrando al cuarto de cocina.

- Justamente: hago un caldillo para mañana.- Avisó Mario Silva.

- Menos mal que acá no existen las hormigas.- Se felicitó Lorenzo Rivas.

Cerraron las puertas y se acostaron a dormir.

Lorenzo Rivas soñó con estar en una casa muy grande, con un patio con pasto y una tinaja roja. Una mujer daba pecho a un niño rubio. Se oían pasar automóviles, allá afuera, y un perro roía un hueso, en alguna parte.

Era de noche, una noche que se metía en los huesos, que venía del cielo estrellado, que tenía nidos entre las ramas de los grandes árboles , que estaba al acecho , debajo de las camas y en las piezas oscuras. Era una noche oscura, una sopa cálida, aterrante, ajena.

Un temor palpable, un hilo de miedo, entre la noche, la oscuridad y la mujer, que a veces se ponía ruda con el niño; había que ir, estar allí, soportarlo todo, y todo, así, volvía a ser normal, pero quitándole algo, quizás el tiempo gastado, quizás la oportunidad de una risa relajada y feliz.

Despertó y en alguna parte mugía un venado, o quizás fuera el viento.

Se levantó, fue a la cocina, y bebió agua en un vaso. El aire estaba quieto, con olores a fritanga. Meditó en qué lo había llevado a estar allí, en ese planeta lejano, en vez de en su ciudad natal, tranquilo en lo rutinario.

Todo se había encadenado de ese modo; no había tenido más que dar un paso y como por un tobogán , ya no podía dar marcha atrás y volver al pasado.

- " El tiempo se acaba.- Susurró.

El tiempo se le hacía corto. Tenía ya 68 años. Pronto el delicado mecanismo que le había mantenido en pie por tantos lustros se detendría, desencajado algún eje de su alvéolo, gastado por el uso constante.

Como un reloj a cuerda. Nada sería capaz de volverlo a echar a andar. Se pudrirían sus venas, se licuaría el cerebro. El agua, un agua hedionda, malsana, correría hacia afuera.

Ciertos animalillos se darían un festín con su lavado cuerpo. Ellos serían los vengadores de tanto animal paladeado en fuentes de loza, en platos de acero, en vasijas de greda.

Buscó el ejemplar de la Biblia y leyó: "Oigan . ¡ oh cielos!, y presta oído, oh tierra, porque Jehová mismo ha hablado: "Hijos he criado y educado, pero ellos mismos se han sublevado contra mí. Un toro conoce bien a su comprador , y el asno el pesebre de su dueño; Israel mismo no ha conocido , mi propio pueblo no se ha portado de manera inteligente."

Dejó el escrito y se dijo:- " ¿Cómo se han sublevado los hijos de Dios? Haciendo maldades, practicando lo contrario de lo que Jehová ha enseñado...."

Se fue a acostar, sintiendo pesar la noche sobre su corazón.

Al día siguiente, cada cual se aseaba y partía a sus labores preasignadas Mario Silva a la cocina, Salustio Vargas y Lorenzo Rivas al ganado, Silvestre Gatica y Marbelo a la chacra.

Un silbido, a mediodía, y una nave plateada se posó a trescientos metros de la cabaña, en la ribera del río. De su interior salieron tres figuras, que se atarearon sacando agua por medio de una gruesa manguera , que succionaba el líquido elemento.

La nave medía cien metros de largo por diez de ancho. Era un cilindro desprovistos de alas.

- ¡ Miren, aterrizaron!- Gritó Silvestre Gatica.

- ¡ Cuidado! Que no nos vean.- Recomendó Mario Silva.

Reptaron hasta llegar lo suficientemente cerca del artefacto, para ver lo que sucedía.

Primeramente, los seres eran enanos de cabeza desproporcionada mente grande. Sus ojillos eran rasgados y negros.

- ¡ Enanos! - Se asustó Marbelo.

- De piel amarilla!

Tras diez minutos de estar sacando agua , recogieron los tripulantes de aquel bajel su manguera del río, entrando en la nave apresuradamente. Esta zumbo , se balanceó ligeramente y salió disparada rumbo al cenit, perdiéndose de vista tras unas nubes.

- ¡ SERES extraterrestres!- Gritó Mario Silva.

- Lo más lógico , a pesar de que nunca se habían visto antes.- Opinó Salustio Vargas.

Fueron al lugar , al día siguiente, y hallaron las depresiones en el suelo, de las tres patas sustentadoras del artilugio.

-"Capaz que haya radiación , acá . No conviene estar mucho rato , muchachos."- Recomendó Salustio Vargas.

- Parece increíble . En la Tierra , que está tan lejos, estos caballeros hacían lo mismo: sacaban agua de ríos y lagunas. Yo mismo creo que es una raza de acomplejados y que por ello no quieren tomar contacto con el ser humano."- Dijo Lorenzo Rivas.

- "No cabe otra explicación.- Aceptó Silvestre Gatica.

- "¿Sabrán que tenemos la casa cerca?- Preguntó Mario Silva.

- "Es de lo más posible. Si son civilizados en un grado similar al ser humano, tendrían sensores infrarrojos. Con ellos deben notar nuestros cuerpos desde lo alto, y también nuestras fogatas.". Dijo Lorenzo Rivas.

- "¿ Y no querrán perjudicarnos?- Se inquietó Mario Silva.

- "No lo creo. Son independientes, una raza de pequeños chinos: trabajadores y que nunca han invadido a nadie. Son un mundo cerrado, en el que aborrecen tener a extranjeros."- Repuso Lorenzo Rivas.

- "Mentalidad de anacoretas.- Bufó Salustio Vargas.

- "Razones deben poseer , para vivir así. ¿ Quién te dice que, en un comienzo, no convivieran afablemente con alguna otra raza, que los diezmó y destruyó, casi? Una raza que haya sufrido tal como, por poner un ejemplo, los israelitas en la Alemania Nazi, no van a tener deseos de repetir la experiencia, ni locos."- Dijo Lorenzo Rivas.

- "Tú le buscas justificación a todo.- Bufó Salustio Vargas.

- "Es que hay que buscarle la lógica. Nadie es malo o bueno sólo porque sí. Siempre hay varias causas de peso. ". Opinó Lorenzo Rivas.

Regresaron a sus menesteres, meditando en la teoría de Lorenzo Rivas.

Éste, en los días siguientes, se dedicó a un jardín de flores. Transplantó almácigos y regaba todos los días , ya que el agua le llegaba por un sistema de canales, desde el cercano río.

Con el tiempo, los brotes salieron, verdes lenguas vegetales, a beber del astro y del aire su sustento diario.

-" Vas a tener una buena cosecha de flores.- Avisó Mario Silva, quien era a perito en ver crecer los vegetales, y ya sabía, al analizar los tallos incipientes, el devenir de ellos.

- "Quiera Dios Jehová.- Respondió Lorenzo Rivas.

Cuando florecieron sus flores, un mar de colores alegraba la vista desde lejos. Perfumaban el ambiente ...

- "Una labor feminoide.- Catalogó Mario Silva.

- "Pero bella.- Arguyó Salustio Vargas.

Al cuarto día de esta conversación, un rectángulo volador descendió verticalmente frente a la cabaña, bajando del aparato cinco uniformados.

- "¡Son humanos como nosotros!- Exclamó uno de esos seres, al verles laborando cerca de la casa.

- "¡ Pues claro que lo somos! ¿ O quería ver a un enano cabezón? - Replicó Mario Silva.

- ¿Son Uds. de la Tierra? ¿Cómo es que viven tan lejos de las colonias?- Preguntó uno de los recién llegados.

- Llegamos en una nave privada.- Explicó Lorenzo Rivas.

- ¡ Pero eso debe haber sido hace muchos años! Uds. son mayores..."

- Viejos, querrá decir."

- Bueno, díganme si conocen el plan de colonización, o algo de nosotros."

- Nada.

- ¿ Y esa cabaña, ¿la hicieron Uds.? Y las flores...muy hermoso.- Dijo uno de los uniformados, que era mujer.

- Las planté por si podía venderlas. ¿Aún existe la moneda para hacer trueques?- Inquirió, sonriente, Lorenzo Rivas.

- Sí.

- ¡Mejor! ¿Son Uds. del Ejército?

- ¿ Lo pregunta por los uniformes? Son del grupo Expedicionario , entidad civil, con capitales privados. Exploramos los continentes, a ver si damos con rarezas, y ésta vez sí que hemos hallado una ! - Rió argentina mente la mujer.

- ¡ Qué bueno! La verdad es que hemos vivido aislados desde hace ya 10 u 11 años ...Queremos algo de acción. Ojalá nos transformemos en un lugar turístico."- Dijo Lorenzo Rivas.

- "Avisaremos de vuestra permanencia acá.

-" ¡ Pero pasen a la cabaña! Les serviremos algo, para que conozcan la cabaña, los animales..."- Invitó Mario Silva.

Los recién llegados se presentaron: el piloto de la nave se llamaba Francisco Figueras, el copiloto era Manuel Urtubia, y el fotógrafo era Rules Vásquez. Las enfermeras se llamaban Rita González y Aída Gómez Espíndola.

Como les encantaba el lugar, se decidieron a pasar allí la noche. Informaron de todo, por la radio emisora, al campamento Base, sito a 500 kilómetros al norte de allí.

En dicho campamento habían otros aparatos voladores, más ocho en vuelo de exploración. Les avisaron de que despacharían tres autoflights al lugar...

-" Vendrán hacia acá de inmediato. Llegarán en cinco horas más. - Dijo Rules.

-"¡ Atiza!

-" Les haremos fácil la ubicación :desde nuestra nave saldrá una emisión de guía. Así, se vendrán cual flechas al blanco."-

- "¿Qué les ha parecido nuestra labor acá?- Preguntó Silvestre Gatica.

- ¡ Al estilo Robinson Crusoe! Y muy buena, por lo demás. Mucha labor manual, ningún avance científico.- Dijo Rules.

- ¿Avance científico? ¿Y cómo?- Se amoscó Mario Silva.

- Por eso. Vegetaron aquí, no más, amigo."- Sonrió Rules.

- "¿Y no hacen lo mismo Uds., todos? Son sólo los sabios los que inventan, y las grandes empresas son las que innovan; por plata."- Dijo Mario Silva.

- "¡ Ah, claro! Por dinero, siempre. Y es que con dinero se come, se compra, se salva uno de casi todo."- Se encogió de hombros Rules.

Pasaron el resto de la tarde mirando los sembradíos ; al atardecer , un rumor de motores, y pronto tres vehículos se posaron al lado del primero que llegara y bajaron de los "Autoflights" sus ocupantes: de a cinco por nave, quince nuevas personas.

Pronto los gritos y las carreras eran normales: todos deseaban verlo todo antes de que se oscureciera.

Y oscureció pronto.

Entraron a la cabaña. Ya desde temprano Mario Silva se atareaba en cocinar dos venados al horno, y así pudo servir, a la hora de la cena, esas carnes adobadas y calientes, en platos rebosantes de verduras.

- "¡ Lástima de que no pudimos hacer vino!"- Se lamentó Mario Silva.

Pero bebieron jugos de frutas, y conversaron animadamente hasta bien entrada la noche. Durmieron algunos en la cabaña y el resto en los vehículos, que ya venían preparados para eso.

Al día siguiente se comunicaron con la Base. Desde allá les informaron que dos vehículos habían regresado se sus exploraciones asignadas. Les propusieron regresaran durante el día.

- "¡ Perfecto! Los habitantes de esta región son terrestres chilenos, llegados hace diez años, por medio de una nave privada."

- ¿Está dicha nave a la vista?

-Nos han dicho que se hundió en el mar.

-!¡Ahí! ¡Qué mala suerte! Invítenlos a regresar con Uds.; serán Bienvenidos."

- Lo haré. Cambio y fuera.

Les preguntaron a Salustio Vargas y sus amigos; éstos n el resto de la tarde mirandoon accedieron, más que nada, por volar en esos aparatos , que eran novedad para ellos, ya que volaban sin sustentarse en el aire por medio de alas, como había sido antiguamente la norma.

Cerraron bien la cabaña, dieron doble ración a los animales, subieron a las naves.

- Son las 10:00 horas."- Comentó Marbelo.

- En cinco horas estaremos allá.- Dijo el piloto.

-"Encuentro esto muy excitante.- Rió nerviosamente Salustio Vargas.

Se elevaron casi sin sentir ruidos dentro de la cabina. Dentro de las naves hacía calor; abrieron ventanillas y a mil pies de altura ,a avanzando raudamente por sobre pastizales y bosques. Pasaron por sobre los ríos ya vistos por los amigos, luego siguieron varios bosques y una región pantanosa. En una meseta elevada , sobre los contrafuertes de la cordillera, estaba la nave madre, junto a cuatro Autoflights.

- ¡ Llegamos!"- Avisó Rules.

- Ni se notaron las cuatro horas. Todo muy hermoso.- Acotó Salustio Vargas, bajando del aparato.

Un nutrido grupo les aguardaba. Les presentaron a Martín Varegas, un tipo alto, grueso, de lentes, quien les invitó a una de las amplias carpas allí extendidas. Les sirvieron almuerzo, vino, postres.

- Soy el comandante Varegas. Es un honor para nosotros el haberlos hallado. ¿Hace mucho que viven aquí?

- Desde hace diez años - Dijo Salustio Vargas.

- ¿ Y hay nativos, gente?- Inquirió el Comandante.

- No hemos visto a nadie.- Repuso Mario Silva.

- ¿Ni un ser inteligente?

- Si exceptuamos a los enanos cabezones, no.- Habló Silvestre Gatica. -" ¿Enanos cabezones?- Se inquietó Vargas.

-" Exactamente. A los tripulantes de los platillos voladores, gente arisca. Vienen y van; no son amigables.- Agregó Lorenzo Rivas.

- No los hemos detectado. Ni aún con los ultra - radares.!-- Bufó Varegas.

- Bueno, quizás no hallan venido por estos pagos.- Dijo Mario Silva.

- Muy posible.- Sonrió Varegas.- Estamos terminando nuestra labor aquí. Faltan algunas naves exploradoras ; apenas regresen, podremos irnos. A Uds. nos gustaría llevarlos, sería la sensación, para una colonia tan bucólica como la nuestra.- Dijo el comandante.

- Tenemos animales a quienes cuidar, no podemos irnos así.- Informó Mario Silva.

- Cierto, cierto, pero uno de Uds. podría acompañarnos. De seguro regresarían , pues la gente pediría más antecedentes de vuestro vivir en este planeta, que ha sido, ¡ perdónenme Uds.! una proeza.

" En otros planetas se han intentado fundar colonias pequeñas, pero se han extinguido, faltos del apoyo en víveres, medicinas, de la Tierra. Y Uds., lo más bien que se les han dado las cosas, si ayuda de ninguna especie..!"- Habló Vargas.

- ¡ Pero si...!"- Alcanzó a decir Mario Silva.

- ¡ Calla! No seas modesto."- Dijo Salustio Vargas, haciéndolo callar, de este modo, el hecho de haber recibido vituallas por error, en los últimos meses. Cosa que no les quitaba mérito alguno, por lo demás, ya que en 10 años nunca habían recibido ayuda antes, exceptuando la que a todos les brinda , con generosidad, Jehová Dios.

- Bueno, estarán Uds. cansados. Pueden recorrer la nave, si lo desean. Se les dará alojamiento en una de las tiendas de campaña .- Les despidió Vargas.

No les faltó quienes les sirvieron de cicerones; visitando la inmensa nave, que daba albergue a los Autoflights en sus inmensos hangares.

- ¿ Y no hay robots?- Preguntó Mario Silva.

-- ¿ Robots?- Se asombró Juan Palacios, director de vuelos.

- ¡ Claro! En las películas de ciencia ficción siempre aparecían robots mecánicos , con luces y haciendo las labores rudas.- Informó Mario Silva.

- ¡ Ah, no! La verdad, no se hizo eso. Lo que se han hecho son clones. Más fácil, más barato, muchísimo más perfecto.- Sonrió Lucía Moro, piloto de Auto Flight.

Mario Silva suspiró, desilusionado. Recordaba los filmes de ciencia ficción como Terminator, Los Piratas del Hielo, Robby de Robot,, STAR WARs...

El gran navío usaba la energía atómica para movilizarse, con suspensores antigravitatorios.

Cenaron comida chilena: porotos, tomates, ají, duraznos , vino. Alegraron el ambiente las cuecas.

Al día siguiente , declinaron viajar a la ciudad "Manzanares", alegando el asunto de sus animales y aves domésticas.

- Como Uds. deseen. Pueden comunicarse , ahora, con nosotros. Les dejaré un muy buen equipo de radio.- Dijo el Comandante Varegas.

- Muy agradecidos.- Habló Salustio Vargas.

- Déjennos azúcar, té y algo de esos muy sabrosos porotos.- Le pidió Mario Silva.- Les pagaremos con animales."

- ¡Muy bien!- Rió Vargas.

Poco después, en tres autoflights, viajaron a su hogar. Al llegar , les dejaron tres toneladas en alimentos, la radio transmisora, y muchos pequeños objetos prácticos, tales como una cocinilla con balones de gas butano, remedios, útiles de labranza.

Estas vez los autoflights se elevaron a las dos horas de llegados, pues el Comandante Varegas les había pedido rapidez: deseaba volver a la ciudad Manzanares pronto.

Por las noticias televisadas de esa ciudad, Salustio Vargas y sus compañeros escucharon cómo se informó , al llegar a ésa la supernave del Comandante Varegas, del descubrimiento de ellos mismos. Filmaciones insospechadas , tanto de su viaje por la nave madre, como de las conversaciones con el comandante y también vistas de la cabaña , y ganado.

- ¿ Estos tipos nos estuvieron filmando todo el tiempo! ¿Y no nos dimos cuenta de nada!- Se asombró Silvestre Gatica.

- Se pasaron! También salen los venados y las aves con que les pagamos las tres toneladas de suministros!- Dijo Mario Silva.

- Era de esperar.- Filosofó Salustio Vargas.

Sintieron un estrépito, afuera, y al salir, vieron otro cilindro de aquellos con vituallas.

- ¡Esto ya me empieza a preocupar!- Dijo Mario Silva.

- ¿ Por qué, muchacho? ¿Temes que te pasen la cuenta? - Preguntó Silvestre Gatica.

- ¡ Claro!- Dijo el gordo.

- No te preocupes. Ahora somos gente famosa y no nos harán nada.- Fantaseó Salustio Vargas.

Abrieron el dichoso cilindro, y hallaron los mismos ítems que en las veces anteriores. Almacenaron todo en la cabaña, que ya estaba repleta con las tres toneladas de ayuda que les dieran los de la colonia chilena.

- Estamos a 14.000 kilómetros de Manzanares.- Dijo Salustio Vargas.

- Así dijeron los del Comandante Vargas. - Recordó Lorenzo Rivas.-

- Dicen que hay una gran cordillera entre nosotros y ellos. La nombraron Cordillera Claudio Gay.- Recordó Salustio Vargas.

- En honor a aquel buen naturalista y dibujante.- Habló Mario Silva.

- Ahora veremos si vienen turistas. Fue lo que más recalqué a los de los autoflights. Me gustaría atender a esa gente , venderles flores, verlos hacer pic nic bajo los árboles, servirles almuerzos calientes.- Barbotó Mario Silva.

- Un maldito Mozo.- Comentó Mario Silva.

- Cosa tuya. Yo ya me estoy aburriendo de estar en este lugar . Tanto batallar contra los elementos; que viene el frío, que viene el calor; mejor vivir en sociedad y me imagino que en algo habrán perfeccionado todas las cosas. Mayores comodidades.- Habló Salustio Vargas.

-" Ubícate! ¿Cómo vas a pagar todo eso? A todos nos gustaría, por ejemplo, vivir en un Hotel. Te levantas, sales a dar un paseo y te hacen la cama, el aseo general. Vuelves a sentarte al comedor y te dan el almuerzo. Se llevan los platos y los lavan; tú no tienes nada que ver con eso.

" Y siguen las once, la cena, en fin, la comodidad total. Pero, y en todos los sueños hay un pero, hay que pagar por todo ello. No lo que cuesta, sino que el doble, porque ahí vá incluido el trabajo del personal, la mantención del edificio y tanta otra cosa.- Aclaró Mario Silva.

- "¡ Hay que ser un condenado millonario!- Se molestó Salustio Vargas.

- "O un funcionario importante; volvemos a lo mismo: hoy podremos ser la noticia para ese pueblo. El día de mañana algún otro será noticia y nos olvidarán, porque aparte de contarles nuestras campesinas aventuras , nada más podemos entregarles. Y eso vale bien poco.- Explicó Lorenzo Rivas.

Un pesado silencio siguió a estas palabras.

- "Pero, aclaremos algo: Salustio Vargas, ¿deseas vivir en esa ciudad?

- ¡ Claro! Ya me entró el bichito de la curiosidad."

- ¿ Y tú, Mario Silva.?

- Yo me quedo acá, pero podría ser con algunas visitas a la ciudad Manzanar.

- ¿Silvestre Gatica?

- ¿Qué?

- ¡ Hombre, despierta! ¿ Quieres seguir acá, o ir a esa ciudad?

- Ir a ver lo que haya, y ahí veo qué hago. La vida tiene que continuar. No puede ser que me quede aquí como un robot, con las mismas obligaciones día tras día.- Opinó Silvestre Gatica.

-"¿ Y tú. Marbelo?"

- "Me da lo mismo, aunque hecho de menos una mujer...!"- Se relamió el artista.

- Está dicho. cuando lleguen turistas y haya la posibilidad de que los lleven, se van a esa ciudad , a turistear. Yo atiendo los animales.- Cortó Lorenzo Rivas.

Fueron pasando los días . Y ya pronto nadie comentaba sobre ellos, en los programas de televisión. Pasaron dos meses: Enero y febrero

- Hace un calor terrible - Se quejó Salustio Vargas, a la hora del almuerzo.

- No hay nada que hacerle, excepto si nos fuéramos más hacia el sur.- Comentó Mario Silva.

- ¿Y dejar que lleguen los turistas y dejar que nos roben todo? Se quejó Mario Silva.

En ese momento, se sintió un ruido de motores. Salieron y justo vieron tocar tierra, en la explanada norte, a dos hermosos vehículos aéreos, pintados de rojo y azul, lustrosos, grandes de veinte metros, con dos hileras de ventanillas a cada lado del fuselaje.

De ellos comenzaron a bajar las personas , ataviadas con sombrillas ; las mujeres con amplios sombreros , sonrientes. Los varones vestidos con camisas de variados colores, pantalones claros.

Seis uniformados se apresuraron a acercárseles, para decir:- Somos Luis Gómez, Juan Eyzaguirre, y Felipe Huneus. Somos accionistas de " Vista Buena", una empresa turística de Manzanar.

- Mucho gusto.- Habló Salustio Vargas, por todos.

- Deseamos rogar a Uds. darnos la mejor de las hospitalidad, a fin de tener un mutuo beneficio: nosotros , brindando a nuestros turistas una estadía en un lugar exótico, y Uds., vendiéndonos alimentos naturales y cobrándonos por vuestros servicios."

- Un poco tarde viene a proponer negocios, amigo Luis..., con turistas y todo."- Recriminó Mario Silva.

- Disculpe Ud., pero no me fue posible venir antes. En todo caso, nuestra estadía acá será por sólo dos días. Pasado mañana seguimos nuestro tour hacia el sur. Note Ud. que es la primera vez que nos desviamos tanto hacia el oeste, sólo para arribar acá.- Aclaró Luis Gómez, un tipo gordo y bajo, de ojos azules y mediana edad.

- ¡ Muy bien! Cobraremos lo justo por las hortalizas y las carnes...nos enteramos de los precios que tienen Uds. por allá en Manzanares"- Sonrió Mario Silva, ya que la televisión les mantenía informados.

Pasearon a los abonados del "Vista Buena" por el sector. Los turistas se habían congregado en los corrales , admirando los numerosos animales allí congregados.

Por la tarde , la empresa "Vista Buena" les compró ocho venados y varios sacos de legumbres; prepararon barbacoas, en que se asaron los animales, esparciéndose por todos lados el buen aroma.

Sirvieron la cena bajo los árboles, con un conjunto musical, luces provistas por las naves...

- Mañana ofreceremos desayuno con huevos, y por ello deseamos comprarles algunas docenas.- Sonrió el encargado de compras , Luis Gómez.

- Cien pesos cada uno.- Declaró Lorenzo Rivas.

- Con doscientos huevos yo creo que tendremos..."- Meditó Gómez.

- Son $20.000.-- Dijo Lorenzo Rivas, tras hacer el cálculo mental.

Al día siguiente pudieron entregar setenta, juntando los de días anteriores. Recibieron diecisiete mil pesos, más ochocientos mil por los venados faenados.

- Ahora, os rogamos tener más paciencia, y vendernos otros diez venados faenados. La mitad la serviremos hoy en el almuerzo y la cena, y el resto lo llevaremos con nosotros, en los refrigeradores de las naves Autoflight, ya que el tour continúa, pero ya en dirección sur - oeste.". Dijo el Señor Gómez.

- ¡ Perfecto! Vamos a elegir sus venados.- Dijo Salustio Vargas.

Tras el trabajo les cancelaron una importante suma de dinero, por lo que Lorenzo Rivas preguntó a Felipe Huneus:- Dígame, Señor, ¿ Qué podemos comprarles con el dinero recibido? Porque en estas latitudes no hay local comercial a quien recurrir."

- ¿Sabe , amigo? A Uds. les falta un vehículo que les transporte hasta Manzanares...,o al poblado de Mendoza, que les queda algo más cerca.- Replicó el mencionado.

- ¿Y a cuántos kilómetros está Mendoza de acá?

- A ocho mil kilómetros.- Informó Gómez.- "Nosotros volamos generalmente a ochocientos kilómetros por hora, porque somos una empresa turística, y a los pasajeros hay que darles comodidad y franquicias para observar lo que vá sobrevolando, ya que ir a mil quinientos Km. p. hrs. ( que sería el máximo ) capaz que les provocara molestias."

- Muy prudente. ¿Y qué combustible usan los Autoflight?

- Combustible derivado del alcohol, enriquecido. Se le llama Depón; vale $300 el litro. El estanque tiene capacidad para quinientos litros, y consume un litro por cada 180 Km."- Dijo Gómez, bostezando.

- Poco lo que consume, menos mal - Comentó Lorenzo Rivas.

- Por ahora. Más adelante llegarán Autoflights Autolights, que son más económicos, pero también más caros."- Sonrió Gómez.

- ¿Pueden Uds. vendernos un Autoflight?

- No. Tienen Uds. que ir, primero, a Manzanares e inscribirse como ciudadanos, ya que por ahora Uds. no lo son. Después , con sus Carnets de Identidad, más el suficiente dinero, comprar un Autoflight."

- ¿ Cuánto vale uno?- preguntó Marbelo.

- Cinco millones los usados. Ocho, los nuevos."

- ¡Caray!"- Se asustó el artista.

- Son caros, sí.- Dijo Gómez.

Al día siguiente, las naves de turismo despegaron suavemente; cada turista felicitó a los amigos de la cabaña, muchos dejaron propinas , otros les dejaron recuerdos, y por varios días hallaron cosas útiles por los alrededores, botadas, o extraviadas, por los visitantes.

- Nos dijeron que volverían en un mes más. Que les tuviéramos lo mismo que nos requirieron esta vez..."- Reía Salustio Vargas.

- Recibimos un millón ochocientos diecisiete mil pesos. Ni los esperábamos.- Sonrió Salustio Vargas.

- ¿Cuántos venados les vendimos?

- Dieciocho.- Replicó Marbelo

- ¿Cuántos nos quedan?

- Teníamos setenta. Recuerda que en el invierno hay que darles pienso, que si no..."- No quiso terminar el artista.

- ¿Cuántos quedan?

- Cincuenta y dos. Veinte son muy jóvenes, aún."

- O sea, hay 32 vendibles.

- Menos. Hay que dejar hembras, para la crianza.- Recordó Marbelo.

- ¡ Ah! ¿Y si tratamos de cazar nos cuantos?- Propuso Mario Silva.

- Sería muy bueno. Y posible.

- ¡Claro! Pero cazaremos sólo lo que vendimos : dieciocho. No confío en gente recién conocida. - Propuso Salustio Vargas, creyendo que los turistas podían no regresar...

Como los prados en que existían los venados quedaba a dos días de marcha, se prepararon varios días en llevar trampas y cordaje. Quedaría en la nave Lorenzo Rivas y Marbelo.

- ¡ Cuídense, muchachos! Recuerden que al venado le acechan fieras feroces."- Les recomendó Marbelo.

- Llevamos armas y buena puntería.- Rió Mario Silva, mostrando su pistola.

Era una de las recibidas por las encomiendas equivocadas.

Lorenzo Rivas quedó con bastante trabajo, que terminaba justo al amanecer de cada día. Que fueron pasando uno a uno , hasta llegar a quince.

Ese día, se sintió un temblor de tierra, bastante fuerte. Dos horas después, llegaron Salustio Vargas, Silvestre Gatica y Mario Silva, con veinte venados jóvenes y diez adultos.

- Habríamos llegado antes, pero hubo que curar a algunos heridos al cazarlos."- Dijo Mario Silva.

- ¿Y cuántos se comieron?

- Dos, que resultaron muy dañados como para viajar. No vimos más que a dos fieras, y los ahuyentamos a balazos."- Sonrió Silvestre Gatica.

Entraron los venados a los corrales. Los más jóvenes daban contra la cerca, que no cedió, por estar constituida por gruesos pilotes de madera.

En la cena, Silvestre Gatica dijo: - Nos vamos a poner a juntar huevos antes de la llegada de los clientes. Arreglaremos los lugares de Camping. Faltaban bancas, mesas, y cobraremos por entrar al lugar, con una cerca alrededor.

- Sería bueno hacer otro camping al lado del arroyo. Servir comidas caseras a quienes lo deseen."

- Pero necesitaremos personal. Mozos, cocineras."- recordó Marbelo, a quien le encantaba organizar eventos.

- Deberíamos ir a Manzanares. Allí sacar documentos y regresar con gente . Eso, o nos iremos para abajo. Piensen : es cosas de que se nos haga la competencia y ya perderíamos todo."- Recordó Silvestre.

- También legalizar la tenencia de la tierra. O un ciudadano cualquiera lo hará, y luego vendrá a echarnos, como lo hacían con los araucanos."

- Momento. Acá estamos en un gran continente. ¿Pero es un país?- preguntó Marbelo.

- "Yo creo que todavía no. Sólo un par de pueblos, de ciudades nacientes. Sin ejército, ni políticos haciendo leyes, sin guardias fronterizos. Cien años, y aún estarán ocupados en organizarse, en llegar a formar marina, aviación."

- Hasta podríamos formar otro país, ¿no? La República Anárquica Renaciente. O algo así, rimbombante."- Insinuó Marbelo.

- Reino de Trapisonda. Yo, el Rey Salustio Vargas Primero, y Uds. mis súbditos."- Rió Salustio Vargas.

En los días siguientes, sobre - alimentaron a los venados . Luego, repararon el Camping, agregándole algunas pérgolas y matorrales ornamentales.

Al mes, aparecieron nuevamente las naves de " Vista Buena", dos lustrosos navíos, con los colores rojo y azul, largos de veinte metros, con dos hileras de ventanillas a cada lado.

Bajaron los turistas lentamente, y entre ellos venían Juan Eyzaguirre y Felipe Huneus.

- ¡ Buenos días! Cumplimos con volver, eh? ".- Saludó Juan Eyzaguirre.

- ¡ Bienvenidos! ¿Cómo les fue en el viaje? Veo que no viene el amigo Luis Gómez.- Hizo notar Salustio Vargas.

- ¡ Ah! El tuvo que quedarse, por la organización de la empresa, en Manzanares. ¡Pero vinimos nosotros !- Rió Felipe Huneus.

- ¡ Pasen a la cabaña!- Invitó Salustio Vargas.

Una vez sentados en los rústicos sillones, Lorenzo Rivas tomó la palabra, para decir:- ¿Saben Uds.? Tenemos una inquietud, y es la tenencia de la tierra. ¿Puede ser que , en el futuro, llegue alguien acá, con una escritura de propiedad, autorizada por vuestro gobierno?

- ¡ No lo creo! Este es un planeta nuevo, hay terreno de sobra...En Manzanares mismo las propiedades sólo están inscritas en un 50 %.... Hay mucha tierra, suficiente para millones más...Además, Uds. están muy lejos de los pueblos nuestros, quince mil kilómetros de bosques, cerros, y llanuras sin un alma !"-

- ¡ Ah, nos saca Ud. un peso de encima!"- Comentó Mario Silva.

- En todo caso, amigos, pueden anotar estas tierras a su nombre, en un registro de propiedad provisoria, que existe en Manzanares...¡Así pueden estar tranquilos de que nadie se vá a aprovechar de su trabajo!"

- ¿Podría ir uno de nosotros con Uds.?"- Inquirió Marbelo.

- ¡ Con el mayor gusto! Y lo traeríamos de vuelta , por supuesto. ¿ Ha sido todo un éxito el pasar por acá! Todos están anhelantes por conocerles, y saber de vuestro viaje particular al planeta, desde la lejana tierra!

- ¿Entrevistas?"-

- ¡Claro! Pero, no se asusten: nosotros traemos un par de periodistas especializados, que les ayudarán a dar una conferencia a nuestros turistas . Les pagaremos por ello, por supuesto.!- Aclaró Huneus.

Acto seguido, Juan Eyzaguirre sacó una lista de pedidos : necesitaban 30 venados, doscientos huevos y varios sacos de batatas y otras legumbres.

El valor de todo ello fue de $2.600.000, que pagaron al contado. Por la entrevista $15.000 , que duró una hora y que fue muy alegre, pues ése era el motivo : alegrar a los turistas.

Dos días después, Lorenzo Rivas acompañaba a los turistas en el navío, rumbo a Manzanares.

Sólo que la nave bajó en dos otros sitios antes: en el cabo Magallanes, al extremo sur del continente, y en una playa, a mitad de camino entre el Cabo y Manzanar.

Para Lorenzo Rivas , que no viajaba hacía años de turista, fue todo un deleite. Desde la partida , en la cual fue viendo empequeñecerse la cabaña y el ganado...,luego bosques y llanuras, una gran cordillera y luego el mar, perdiéndose en un atardecer luminoso, con reflejos plateados, un mar de olas encrespadas.

Allí, en el cabo Magallanes, estaban las dos construcciones de madera, galpones en los cuales se sirvió una cena, con el rumor del oleaje por fondo sonoro.

Tras la cena, los turistas y él mismo pudieron caminar por sobre la arena, sintiendo la brisa marina y departir alrededor de fogatas, con la orquesta tocando alegres canciones, que los más jóvenes bailaban.

Varios días de vuelo, y llegaron a otro refugio similar, también en la costa. El servicio de comidas era muy bueno: el venado se prodigaba poco, ya que lo más corriente era el pescado, que parecía abundar en los refrigeradores de las naves.

Al fin, llegaron a la llanura en que crecía la primer ciudad humana del planeta Alessandri.

- ¡ Oh!.- Exclamó Lorenzo Rivas , al verla aparecer en el ámbito visual, desde su ventanilla de proa.

Relucía bajo la luz del astro, siendo de cristal y acero. Multitud de plazas y avenidas arboladas, por el centro pasaba un ancho río , de ochocientos metros de ancho, cruzado ya por tres puentes.

Por sobre las calles , un tráfico escalonado de naves aéreas ( Autoflights) .

El río corría hacia el mar , espejo distante, que brillaba aquí y allá, con sus olas transparentes.

Descendieron sobre una gran explanada, en las afueras de la ciudad. Era el Cosmódromo Nº1. Era un perímetro de 10 Km. por lado, una inmensa sábana de cemento reforzado. Sobre ella, diez navíos inmensos: eran las "Galactonaves" , capaces de velocidades cercanas a la de la luz, que iban y venían desde el Sistema Solar , a muchos parsecs de distancia.

También habían del tipo "Interplaneta", de varios modelos y tamaños , para el cabotaje interplanetario .

- ¿Y los navíos atómicos?- Preguntó Lorenzo.

- ¿Cuáles?- Quiso que se le especificara Huneus.

- Una vez nos visitaron en una nave madre, que portaba Autoflights, del Grupo Expedicionario."

- ¡Ah, sí! Tienen tres naves , pero parece que, en esta momento, andan en exploración."- Dijo Huneus.

- ¿ Iremos a la ciudad?- Se entusiasmó Lorenzo.

- ¡ Claro! Tenemos un Hotel allá, el "Brillón." Podría hospedarse allá, estaríamos cerca, para cualquier cosa."

- "Muy amable.- Dijo y aceptó Lorenzo.

Viajaron en Autoflight al hotel. Allí, le asignaron una suite en el tercer piso, con vista a una avenida.

- Me vá a perdonar, pero estaré ocupado.. El personal le atenderá en lo que Ud. solicite; adiós."- Dijo Huneus.

Lorenzo Rivas dejó su maltratada bolsa en el suelo, y contó el dinero que había traído.

Le habían dado un millón de pesos, sus amigos de la cabaña. ¡ Qué lejano ya le parecía eso! Y qué primitivo, a pesar de los esfuerzos que habían hecho! Esto, al compararlo con el lujo funcional del mobiliario del Hotel.

Almorzó en el comedor principal, en una mesa individual. Todo estaba alfombrado , el techo estaba recubierto con espejos.

Le sirvieron entrada de pescado con lechugas ; de segundo plato venían porotos con tallarines; postre fue duraznos en conserva y crema.

Pidió la dirección de Registro Civil le dieron la dirección. tomó un taxi - un Autoflight diminuto - y fue llevado raudamente al lugar.

Allí debió ponerse atrás de una fila de personas que avanzaban lentamente, a medida de que las iban atendiendo. Una empleada despeinada terminó preguntándole:- ¿Diga?

- Deseo sacar Carnet de Identidad."- Le reveló a aquella funcionaria.

- ¿Por primera vez?

- Sí.

- Son dos mil seiscientos.

Los pagó; recibió un boleto y la mujer aclaró:- ¡ Ventanilla cuatro!"

Frente a esa ventanilla había un reguero de gentes esperando. Miró hacia la puerta de salida, y un tipo le dijo:- ¡ No se vaya , compadre ! Mañana vá a ser igual. Yo estoy viniendo hace tres días , pero esta vez me traje una revista, para esperar leyendo."

Lorenzo Rivas se resignó; ya se le había olvidado lo odioso que eran los trámites fiscales en Chile.

Cincuenta y cinco minutos perdió en que le tomaran los datos, además de que le sacaran una fotografía - Luego, un nuevo recibo: debía pasar a retirar el Carnet de Identidad dentro de seis días más.

Salió, mareado y con sed del moderno y repleto edificio, que ya había cerrado sus puertas de acceso. Todos los que salían iban con la misma expresión facial: hastío.

Caminó varias cuadras , admirando los escaparates de los locales comerciales. Muchos eran tiendas en que se fotografiaban y revelaban fotos. Estas fotos eran tridimensionales , con aromas a elección.

Entró en una de esos locales, en que se anunciaba que en un minuto se le entregaba el original y una copia, por doscientos cincuenta .

Esperó 5 minutos...

Luego caminó algo más y entró en una Fuente de Soda. Un cajero automático expendía fichas , introdujo un billete de mil pesos y seleccionó una bebida Coca Cola y un emparedado de pavo.

Obtuvo el vuelto y luego el pedido. Lo sacó de la máquina, se fue a sentar en una silla, enfrente de una mesa delgada y frente a un espejo en que se reflejaban los que iban entrando y saliendo.

Su ropa contrastaba vívidamente , en relación a la del resto. Era ropa vieja, la suya, hecha de remiendos de cuero.

Después de efectuada la deglutición, caminó sin rumbo, hallándose en un sector en que se expendía ropa de hombre.

Al entrar, debía pasar por una caja de plástico. Se encendieron ciertas luces y una tarjeta brotó de una cajita, mientras una voz decía:- Bienvenido , Señor cliente. Retire la tarjeta al costado izquierdo suyo, pues lleva impresas sus actuales medidas."

- Gracias.- Dijo, azorado, Lorenzo Rivas, haciendo lo indicado.

Por un iluminado y alfombrado pasillo fue mirando las prendas de vestir que estaban de moda. Los precios estaban indicados en una tarjeta que colgaba de las mangas.

Fue comprando lo necesario: dos ternos, un terno, dos pantalones claros, seis pares de calcetines, tres corbatas , seis pañuelos , un cinturón , dos pares de zapatos, seis calzoncillos amplios.

Total, ciento dos mil pesos.

Salió con las bolsas al exterior, tomó un Autoflight y llegó a su hotel, con sus paquetes.

A la hora de la cena era otra persona la que se sentaba al comedor. Se fijó en el pelo, demasiado largo, y decidió cortárselo al día siguiente.

Se fue a acostar, tras tomar un buen baño de tina. Miró programas de T.V.; eran los mismos que se recibían en la cabaña, retransmitidos por un satélite en órbita.

Se quedó dormido, cansado. Al día siguiente, salió y se cortó el cabello a la moda: corto y escalonado.

Buscó una Ferretería y se deleitó en ver los utensilios de labranza, pero en su pecho anidaba el terrible demonio de la desilusion. Veía cómo el ser humano había logrado maquinizar todos los trabajos humanos.

No que no lo hubiera visto antes, pero en este preciso año del avance del ser humano las cosas habían cambiado mucho. Los horarios de trabajo eran 5 horas, por cinco días. La mayoría eran labores de supervisión de trabajos mecánicos.

Las Peluquerías eran salas pequeñas : se elegía , mediante pulsación de botones, el corte preferido. Se introducía la cabeza dentro de una caja; en pocos segundos , sensibles varillas medían el cráneo . Luego, actuaba el rayo láser.

En la pantalla de televisión había visto, ya en la cabaña, la rotulación de la tierra mediante máquinas automáticas. Araban, sembraban, abonaban, aporcaban, ahuyentaban las bandadas de pájaros, los roedores....

Cosechaban , limpiaban mediante ondas sónicas, encajonaban tras seleccionar por calibres.

Almacenaban y expedían a los
Supermercados. Allí, vendían las máquinas expendedoras...

Las labores manuales antiguas no existían. Los animales para la alimentación humana eran cuidadas en granjas automáticas : salían desde allí en camiones refrigerados hacia los supermercados o hacia el Cosmódromo.

¡ Y en siete años tan firme producción! ¿Qué sucedería en diez años? Se decía que ya habían dos millones de seres humanos en el planeta Alessandri, se esperaban muchos más, provenientes de Chile, de la Tierra. Cada país recibía un sistema planetario; sobraban estrellas en el cosmos para los países terrestres , máxime que existían menos que en el siglo veinte, al unirse Europa y dividirse la marxista U.R.S.S.

Entró a un bar. Un tipo le dijo: - Compadre, convídeme un trago.

Se lo convidó. El hombre entonces le preguntó:- ¿ Viene Ud. llegando a Manzanares?

- Así es.

- Se le nota, o ya a esta hora ya estaría trabajando en alguna fábrica. Yo trabajé tres años; fui de los primeros en llegar a Alessandri.

- De adónde viene Ud?

-¿ En la Tierra?¡ De Chile, pues!

- No, digo de qué ciudad.

- ¡Ah! De Santiago. Allá ya no se puede vivir; mucha gente, mucho humo, muchas leyes prohibiéndolo todo.

- ¿Y trabajaba Ud. allá?

- ¡ No! ¿ No ve que casi nadie lo hace, y el gobierno da el alimento? Por eso, todos están emigrando a los doce planetas.

- ¿Eso es acá?

- ¡ Claro! Alessandri es el mejor de todos, con atmósfera respirable. En otros, hay que usar casco protector y balón de oxígeno.

- Interesante.

- ¿ Me convida otro trago?

- Tome.- Dijo Lorenzo Rivas. El tipo introdujo la moneda en la ranura ubicada en el borde de la mesa y del centro brotó el vaso con vino sintético, elegido por el hombre al pulsar los botones.

- ¡ Ah! No es vino Undurraga, pero es bueno.- Alegó el hombre, agregando:- "Bueno, así es la vida. A cada cual le toca una parte de alegrías y otra de sufrimientos. Yo estoy de vago; gano dinero trabajando algunas temporadas cortas...y el dinero me lo vengo a tomar acá. Soy digitador textil."

- Bien, adiós.- Se despidió Lorenzo Rivas, saliendo a la calle y aspirando el aire diáfano.

No había polución en Alessandri...

Pasaron los días, recibiendo su Carnet de Identidad; se dirigió a Bienes Raíces e inscribió a su nombre 20.000 hectáreas , en el sector en el cual estaba la cabaña.

Las coordenadas se las habían proporcionado los amigos de la Cía. " Vista Buena" y en el plano obtenido se veía nítidamente las demarcaciones sobre el plano.

Pidió hablar con Huneus ; éste le recibió en la tarde.

- Deseo partir; he comprado semillas de hortalizas y algunas aves ."

- No olvide que nuestras naves son de turismo; tenemos prohibición de llevar animales a bordo.

- Son conejos, gallinas, patos.

- ¡Ah! Eso sí podemos llevarlos...¿Cuándo desea Ud. partir?

- Lo antes posible, ya que mi misión primordial era poner a nuestro nombre aquellas tierras, y eso ya lo he conseguido, gracias a Dios Jehová.

- Deberá tener algo de paciencia, Don Lorenzo Rivas, ya que nuestra próxima excursión partirá en 32 días más. Esto, porque ya la época de Vacaciones pasó.

"En la fecha en que iremos existe un feriado legal , que este año será de 6 días. Y ya hemos recibido algunas reservaciones."

- "Me alegro. Bueno, tendré que esperar."

- Don Lorenzo Rivas: estoy para servirle; si tiene alguna otra inquietud, hágamela saber de inmediato.- Ofreció Huneus.

Lorenzo Rivas salió de allí muy contento. ¡ Tenía 32 días más de ocio y de ser atendido como a un turista adinerado!

Hizo la rutina de levantarse temprano, desayunar en el comedor, luego leer el CD Diario en las pantallas del Recibo, recorrer la ciudad en su parte comercial, regresar al Hotel y almorzar.

Tomaba una siesta de 14:00 a 17:00 horas, se servía las onces ( pan y tostadas) en el Casino, y salía a pasear hasta las 20:00 horas, para regresar , bañarse y mirar programas de entretención en su visor de la suite.

Acumulaba CD Diarios, revistas, y cuanta curiosidad veía en sus paseos, siempre pensando en sus compañeros campesinos...

Cuando llegó el día del vuelo, su equipaje era el más voluminoso de todos, pero nadie le puso reparos.

Viajaba en una de las tres naves, todas con pasaje completo. Dirigiendo la expedición iba Juan Eyzaguirre, sus socios se quedaban en Manzanares, atendiendo sus otros negocios.

- ¡ Espero que lo haya pasado bien acá, Don Lorenzo Rivas!- Le saludó Juan Eyzaguirre, al distinguirlo entre los pasajeros.

- ¡ Oh, si! Y gracias a Uds. , que han sido tan generosos conmigo.- Agradeció Lorenzo Rivas.

- Pararemos tres veces antes de llegar a su cabaña: la primera en Agua Santa, un lugar de vertientes y arroyos; a un costado de un bosque de árboles añosos. Luego, en Alma Mater, un lago en que abunda la pesca; hay allí una familia de cuidadores; hay botes para salir a pescar.

"La tercera parada es en Paraamount; es un alto cerro, con su cúspide plana; tenemos allí un observatorio modesto, desde el cual los turistas pueden mirar hacia las estrellas, cosa que les entretiene mucho, ya que el hallar a Sol entre tanta lucecita titileante es un trabajo que necesita paciencia."

- ¿ Y cómo promocionan a nuestro fundo?- Preguntó Lorenzo

- ¡ Como "el Rancho Feliz"! Allí estaremos dos días, en donde haremos excursiones al río, paseos en lanchas inflables, además de las comidas típicas..."- Rió Eyzaguirre.

- Suena bien.-

- ¡Así es! Por eso, Don Lorenzo Rivas, queremos ampliar las comodidades hacia nuestros clientes: pensamos en edificar un hotel en sus terrenos, que serviría maravillosamente bien paras todo aquel turista que desea , por un lado, olvidar el maquinismo de nuestra era, y por el otro, disfrutar de todas las comodidades modernas."

- Tendría que consultar ese permiso con mis socios..."- Murmuró Lorenzo Rivas.

- ¡ Por supuesto! Pero quisiera que Ud. estuviera de nuestro lado. El dinero para la construcción del edificio y sus anexos sería nuestra obligación. Al empezar a funcionar, iríamos pagando el valor del terreno con las ganancias que vayamos teniendo."

- ¿ Y si falla?- Se inquietó Lorenzo Rivas.

- ¡ Nos llevamos todo! Pero, no vá a fallar; hemos tenido un auge espectacular , con la ayuda que los medios de comunicación nos brinda en la tierra, y aquí mismo en Manzanares. Somos la única Cía. turística importante del planeta y pensamos continuar brindando lo que nos ha hecho triunfar: viajes largos a través del continente, en aeronaves de lujo último modelo, y atención esmerada."- Sonrió Eyzaguirre, dando a Lorenzo Rivas la lectura propagandística que estaba acostumbrado a repetir....

- ¡Cuente conmigo!- Declaró Lorenzo Rivas.

- ¡Perfecto! Verá que somos honestos y que el futuro será glorioso."

- Tiene Ud. confianza en sus planes...le felicito.- Afirmó Lorenzo Rivas.

- ¡Debo tenerla! Sin confianza se llega, más temprano que tarde, a la mesa de un bar, a pedir un trago de limosna, y a olvidar el futuro en el fondo de un vaso de cantina."- Filosofó el empresario de turismo.

El viaje continuó. Bajaron en los lugares indicados. En Agua Santa, el espectáculo de las vertientes era maravilloso , ya que el agua brotaba caliente, para irse enfriando y dando vida a innumerables especies exóticas de plantas y arboles. La Compañía había construido un embalse, aprovechando las aguas, y formado una laguna en que podían estar y bañarse los turistas.

Volaron hasta Alma Mater: el lago era muy hermoso, a lo lejos se veían montañas, que al atardecer se bañaban de luz, destellando con reflejos rojos.

Alrededor de las aguas existía un inmenso bosque muy tupido; apenas si se podía avanzar , debido a las trabazones de ramas y arbustos.

El agua del lago contenía a muchos peces grandes , que saltaban esporádicamente del agua, provocando gritos de asombro de los turistas.

Lorenzo Rivas aprovechó de salir a pescar durante los cinco días que pasaron allí: los técnicos revisaron y repararon , mientras tanto, los tres navíos.

Cuando re emprendieron el viaje, la camaradería había nacido ya entre los miembros de la expedición. Esta vez viajaron por sobre caudalosos ríos, cruzaron por sobre altas montañas.

Sobre una de ellas descendieron: Paraamount. La vista panorámica era muy espectacular; al anochecer las estrellas parecían estar al alcance de las manos.

Todos fueron pasando ante los lentes del telescopio mayor; habían otros aparatos menores que podían usase sin restricción de tiempo.

Al día siguiente, continuaron vuelo. Atravesaron llanuras, dos grandes ríos, bosques. Llegaron a la explanada , sita al norte de la cabaña.

Eran las dieciséis horas. El astro del sistema bañaba los árboles con sus rayos; se veía la cabaña casi mimetizada entre las matas , árboles y enredaderas. Más cerca, el cercado de los animales; al otro costado, entre frondosos árboles, el camping con sus mesas y banquetas rústicas.

Desde la cabaña, salieron los amigos: Marbelo, Salustio Vargas, Mario Silva y Silvestre Gatica. Se saludaron efusivamente con Lorenzo Rivas.

-" ¡Qué alegría!- Dijo éste.

Bajaron las cajas y maletas. Juan Eyzaguirre departió con ellos durante los tres días que pasaron allí.

Al irse, les dejó gran cantidad de vituallas.

A cambio, recibió la autorización para la construcción de su complejo turístico.

Sentados a la orilla del arroyo, dos días después de la partida de los turistas, los amigos departían el almuerzo , mientras pescaban.

-" Fue bueno ir.- Dijo Lorenzo Rivas.

- "Trajiste semillas y gallinas. Esa fue una buen idea.- Dijo Mario Silva.

- "Pero tú no comprendes aun! Nuestra vida de Robinsones se ha acabado! '¡Hemos sido alcanzados nuevamente por la Civilización! Tendremos aquí "Bulldozers", máquinas mezcladoras de cemento, camiones acarreando la arena de este mismo arroyo, cabañas de latón para los operarios, la bulla de los soldadores. Un mar de cemento, extendiéndose como un manto de lava, cubriéndolo todo.

- "¡Exageraciones! Yo creo que vá a quedar bonito. ¿No has visto las fotografías de Hawai, Haití? Se trae el confort moderno y se combina con la naturaleza..."

- "Nuestra vida de granjeros mínimos se ha ido a las pailas. Unos meses más, y seremos una curiosidad.

- "¡Vayámonos! Porque sólo nos queda ver elevarse los edificios, ver llegar naves llenas de turistas adinerados. Quedaremos viviendo como vagos, en una cabaña.

- ¡Ah, Uds. aún no visualizan bien!- "Dijo Lorenzo Rivas.-" Piensen que esto aún tiene futuro. Una vida regalada; socios de una empresa poderosa. ¡Pueden irse a vacaciones adonde deseen, por mientras se construye acá!- Sonrió Lorenzo Rivas,

- ¿Con cerca de 69 años? Ya estamos muy viejos."

No llegaron a acuerdos. y continuaron pescando.

Pasaron algunos meses, volviendo Lorenzo Rivas así la rutina de ayudar en los trabajos de la granja.

Aparecieron algunas naves grises: eran de la Empresa Constructora Orión. Junto con ellos venía una nave deportiva, de líneas estilizadas: bajaron de ella Luis Gómez, Juan Eyzaguirre y Felipe Huneus.

- "Bienvenidos!"- Les saludó Salustio Vargas.

Entraron a la cabaña y se les sirvió un carnudo almuerzo, regado con vino sintético, aporte de los empresarios.

- Hemos traído los Contratos. Pueden leerlos con calma. - Dijo Felipe Huneus.

- Confiamos en Uds. y por eso mismo les vamos a rogar que nos hagan un gran servicio.-"- Pidió Lorenzo Rivas.

- ¿Qué será?- Preguntó, inquieto, Huneus.

- Pasajes hacia la vieja Tierra , para nosotros. Tenemos muchos deseos de ir a ver qué es de nuestro viejo planeta natal."- Comentó Mario Silva.

Los tres empresarios rieron.

- ¿Es una broma? ¡ Acá es más bello que allá!"- Exclamó Eyzaguirre. - No nos importa. Es un deseo muy fuerte, que nos ha nacido de tanto estar en estas soledades.- Dijo Salustio Vargas.-

- Ningún problema. Lo harán, eso sí, cuando hallemos gente que se quede cuidando los venados; sin ellos se acaba lo atractivo del lugar. También los boletos a la Tierra no son cosa de llegar y comprar; hay listas de espera.- Comentó Huneus.

- Será cosa de uno o dos meses.- Aclaró Juan Eyzaguirre.

Firmaron los contratos.

- Bien socios: Brindemos por Jehová Dios , y su gran ayuda!"- Dijo Huneus, sirviendo los tragos de licor .

Bebieron.

Cuando se retiraron los Empresarios, Mario Silva dijo:- " ¡ Es de esperar que cumplan!"

Dos meses después, volvió Juan Eyzaguirre, en la nave deportiva.

- ¡Bienvenido!"- Le saludó Mario Silva, quien estaba en la cabaña ese día .-

- ¡Hola! Les traigo sus boletos. Los reemplazantes vienen en la nave...Nos podemos ir en el crucero de placer ahora; el Supergaláctico "Dark Star" zarpa en dos días más."- Anunció Eyzaguirre.

Mario Silva fue corriendo a buscar a sus socios, que estaban en plena faena. Se reunieron en el comedor de la nave deportiva, en la cual Eyzaguirre les repitió lo dicho, presentándoles al equipo humano que se haría cargo de la supervisión de la granja y de los trabajos de construcción.

- No se preocupen de nada; les cuidaremos la granja lo mejor posible. - Dijo Fernando Caldera, el jefe del equipo.

- Así lo esperamos.- Sonrió Salustio Vargas.

- ¡Vayan a llenar sus maletas! Cada minuto que pasa cuenta.- Apuró Eyzaguirre.

Mientras los amigos corrían de un lado a otro, buscando las cosas más preciadas que llevarse, Eyzaguirre hacía bajar de la nave todos los efectos personales y materiales de los reemplazantes.

Salustio Vargas y sus amigos subieron a la nave deportiva con una maleta en cada mano; llevaban lo indispensable para el viaje.

Eyzaguirre indicó al piloto que emprendiera el viaje de regreso a Manzanares, por lo que pronto volaban raudamente por sobre las praderas de Alessandri.

El viaje fue tranquilo; volaban a una altura de 5.000 pies. En dos días llegaron al Cosmódromo; Eyzaguirre les ayudó a embarcar, ahorrándoles trámites aduaneros, gracias a su influencia con los jefes.

- Bien, señores, he cumplido con embarcarles hacia la Tierra. Que les vaya bien; que disfruten su estadía."- Deseó Eyzaguirre.

- Muchas gracias por todo.- Dijo Alfredonius.

Minutos más tarde, la "Dark Star" , navío de carga y pasajeros, con destino a la Tierra, se elevó con un rugido , haciendo funcionar el sistema anti gravitatorio y los chorros de gases.

- ¡Allá vamos, vieja Tierra!- Gritó, exultante, Mario Silva.

-¡ Mujeres, por fin!- Reía _Marbelo.

La nave se perdió entre las nubes, mientras Juan Eyzaguirre ,mirándola irse, murmuraba:- Adiós, y no veo cómo van a regresar, sin los millones que les van a pedir por traerlos de vuelta."

FIN.

 

Pasada en limpio al miércoles 13 de diciembre de 1995.

12:26 hrs., Alfredo Francisco Humberto Juillet Frascara

32.473 palabras.


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