Bitácora de UBIK

Sobre UBIK, la vida, el Universo y otras banalidades.


27-05-2005: ¡Tertuliaaaaaaaaaaaaaaaaa!

Tertuliano: palabra innominable que yace insepulta en las páginas del diccionario de la Real Academia Española. Lo peor es que todos los asistentes a la tertulia pasamos por quedar empegostados con esa etiqueta, como se empecinó en hacérmelo notar Jorge Gómez (conocido en los bajos fondos como JorgeLetralia, uno de los pocos seres humanos que tiene la ventaja evolutiva de llamarse Jorge). Menos mal que la palabra contertulio viene al rescate y nos saca la pata del barro, sucia pero completa. Aquel día viernes había conseguido equilibrar las fuerzas dispares del cosmos que podrían haber atentado contra mi presencia en la primera tertulia caraqueña de Ciencia Ficción, Fantasía y Terror convocada por Susana Sussmann hacía sopotomil horas. Las fuerzas se lograron desequilibrar pero me las arreglé para llegar a la cita una hora antes, con un incipiente dolor de garganta y sin haber visto aún Star Wars con venganza de los Sith y todo. Evidentemente estaba bastante susceptible ese día de caer bajo el poder del lado obscuro de la fuerza, pero me arriesgué de todas formas... no fuera a ser que en los libros de historia mi nombre no apareciera entre los signatarios de la primera tertulia. Lo cierto es cuando salí del laboratorio, de ese sótano al que no llega la luz y menos aún las señales de microondas, recibí el mensaje de Jorge Gómez. No podría asistir... era la primera baja conocida.
Salir temprano del trabajo es una bendición, te esquivas las peores colas de automóviles de Caracas, pero ese viernes salir temprano equivalía a llegar con demasiada anticipación a la tertulia. Decidí estacionar en Paseo Las Mercedes y darme una vuelta por el centro comercial, actividad que no me es especialmente atractiva... a menos que acompañe a mi esposa quien si lo considera una actividad loable del espíritu humano. Recorrí el centro comercial de arriba a abajo, bebí seiscientas tazas de café en todas las cafeterías, pastelería, automercados, panaderías y taguaras que se me atravesaron y aún así llegué a Read Books a las cinco de la tarde. Como obviamente no tenía nada mejor qué hacer llamé a Víctor Pineda, para ver dónde estaba... el muy muérgano apenas estaba saliendo del trabajo, iba a buscar la torta de UBIK y luego, ¡y luego!, saldría para la librería. La resignación comenzó a cubrirme con su manto espeso y asfixiante. ¡Hasta Susana Sussmann, ¡la convocante!, estaba a varios parsecs de distancia! ¡Pero cómo puede ser!, exclamé desolado... ¡quiere decir que no hay consuelo para mi alma durante toda esta interminable media hora! Resignado entré a Read Books, resuelto a esperar entre los anaqueles.
La espera entre libros suele ser provechosa para el hambre intelectual, pero en este caso no lo fue... Algo en la disposición de los volúmenes sugería una ominosa geometría. Los lomos, sus colores, sus tamaños, emanaban un efluvio abominable, de ajenidad a este mundo, de oprobiosos ritos obscuros. Caminé por los pasillos y salones hasta que me sentí desorientado, las palabras perdieron su sentido y abjuraron el orden del universo material que conocemos. Lentamente me deslicé hacia la locura, busqué desesperado una sección de Ciencia Ficción, agité los libros, los lancé al suelo o contra las paredes, revolví hasta el último rincón y despacio me deslicé hasta el suelo donde reposé mi cabeza, aturdido. No había una sección decente de Ciencia Ficción... ni una sola serie de seis títulos que pudiera llamar Ciencia Ficción sin sentir que traicionaba al género y a mí mismo. Afortunadamente eran las 5:30 y comenzó la reunión.
La reunión fue bastante caótica, algo que extrañaba desde los tiempos de UBIK en la USB. Nos desplazamos desde una zona poco idónea de la librería a otra que era peor, pero allí comenzó el verdadero intercambio de palabras entre los presentes. En el fondo, moviéndose y gesticulando contra una pared repleta de libros estaba la gente del grupo Umbral, llenos de planes y proyectos para el futuro, como UBIK hacía casi dos décadas... ¿Ciclicidad de la historia? Como contrapeso a la atracción gravitatoria de Umbral, Olaf Ilzins, Víctor Pineda y yo, comenzamos a rememorar los buenos viejos tiempos del UBIK universitario. A Olaf no lo conocía de presencia, pero como casi todos los sucesos históricos del reino de Ubikness, su nombre estaba registrado en las crónicas y encontrarlo en persona fue uno de los eventos más importantes de la velada (¡Claro que hablo a tono personal!, ¿pero qué piensan que es esta bitácora?). Fue casi como contemplar un pedazo de historia de UBIK que no había podido vivir. Lentamente aquellos episodios posteriores a mi paso a la dimensión fantasmal, quedaron develados y supe que el UBIK universitario se encontraba en criogenia, conocimiento vital que atesoraba Olaf y entregaba, como enseña la tradición, a otros caballeros del reino de Ubikness. Mientras se prolongaba la conversa interminable, fructífero intercambio de datos y sucesos, Juan Raffo interactuaba con varios grupos a la vez en una suerte de multitarea de la que al final iba a quedar derruido... como lo puso en evidencia su virtual inapetencia por los productos de las chicas Polar.
Debo romper lanzas a favor de la anfitriona de la tertulia (que no era la dueña de la librería, ni mucho menos), quien se acercaba a un grupo y a otro intentando conservar el equilibrio y la justicia en un ambiente donde la entropía hacía horas que se enseñoreaba. Esta de más decir que fracasó miserablemente en su tarea, pues los grupos sigueiron agrupados como les dio la gana y los entes que no se pegaron a ningún molécula grande quedaron derivando como antimateria a un paso de quedar desintegrados. Susana con perspicacia notó la torta que había puesto UBIK... en una de las mesas y viendo que el tiempo y el espacio se corrían infinitamente al rojo, decidió intervenir y recordarnos que lamentablemente a las siete de la noche la librería cerraba y si no cantábamos el feliz cumpleaños, cortábamos la torta y nos la comíamos como subproducto al procedimiento de división de la torta, tendríamos que irnos con la torta a cuestas... aquello significaría que UBIK habría puesto la torta de nuevo... dos veces en la misma noche. Víctor ni corto ni perezoso colocó tres velitas de Ciencia Ficción sobre la torta que más bien parecían banderillas sobre el castigado lomo de UBIK. Se improvisó un discurso que no fue tal y se cantó un feliz cumpleaños que tampoco fue tal, lo único que fue igual a como aparentaba fue la tragazón de torta... total los 21 años de UBIK le cayeron muy bien al estómago de todos los presentes. Punto aparte: los 21 años de UBIK fueron de chocolate. Yamil, para variar fue el último en llegar, supongo que fue el llamado de la torta. A esa hora, con los estómagos llenos y la librería a punto de cerrar, decidimos aceptar la propuesta de Susana y las mables insinuaciones de los desesperados dueños de la librería y nos mudamos a Paseo Las Mercedes, el centro comercial que quedaba a unas tres cuadras. Allí la velada prosiguió por unas dos horas más, cervezas, limonadas y pizzas acompañaron a los contertulios hasta el final de la reunión. Ya nuestra anfitriona se había retirado, tal vez escandalizada por nuestra incansable producción de paja seudointelectual o simple paja flagrante, sin atenuantes. Los demás decidimos a eso de las nueve que podíamos dar por concluida la portentosa catarsis de la realidad y nos separamos, no sin antes hacer votos porque la oportunidad se presentara de nuevo.
Poco hay que agregar, salvo que recorrí el estacionamiento en un par de ocasiones buscando mi carro, pues el muy ladino tiene la mala costumbre de cambiarse de lugar con el fin de hacerme caminar de un lado a otro. Cosas de la imaginación.


26-02-2005: Barquisimeto en Caracas.

Por fin una que se da.  Desde la reunión de 2002, UBIK no lograba concertar un avistamiento cercano de ubikuos... y eso que en 2002 la concordancia fue por partida doble. Como en UBIK las situaciones se presentan por duplicado, es probable que se consiga una reunión en mayo para celebrar los 21 años de UBIK. Lástima que en los veinte años no hubo oportunidad, pero al menos en este caso nos inventaremos la excusa de que 21 es tres veces siete... y celebraremos jubilosos como si la cosa fuera importante. La reunión de este sábado en cuestión se produjo por fraccionamiento, cuando Vladimir, Ennodio y compañía (lo siento, lo siento, mi memoria es muy débil y por alguna extraña razón se hace más débil con cada año que pasa) se vieron forzados a encontrarse con Juan Raffo en dos oportunidades y con el fantasma Jorge De Abreu en otra... por accidente estocástico las entidades Raffo y De Abreu no pudieron verse por cuestión de milésimas de nanosegundo... algunos piensan que son materia y antimateria, lo que salvó la vida de cuatro barquisimetanos cuasivirtuales. Lo cierto es que el encuentro fue muy interesante y el fantasma Jorge, además de conocer a los susodichos y contrastar su imagen mental con la imagen real (o la que parece real, aparentemente) tuvo la oportunidad de conocer los principios de un juego muy interesante, pero que para su economía de padre de familia podría resultar oneroso y precipitarlo a los abismos del vicio y la disolución marital con la consecuente ruptura y entrega de anillos. La maravilla terminó prematuramente debido a una fiesta infantil previamente programada y no es que el distinguido fantasma Jorge sea un infante neonato, su cuerpo no lo es, aunque hay muchos que dudan en lo referente a su mente. Vladimir prometió una nueva visita y Ennodio no dijo nada, aunque a lo mejor se debía a que disertaba sobre la obra de Asimov, por lo que se le disculpa el desliz... el de Asimov, desde luego.


25-02-2005: Ya son seis mil.

Lentamente subimos la cuesta de la población del reino de Ubikness... es mejor así, los riesgos de la sobrepoblación son inmensos y han hecho colapsar a grandes imperios. Dada la tasa de crecimiento, todo hace augurar que el odómetro marcará siete mil mucho antes de que termine el año.


La Eras Pasadas.

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