Rey de los infiernos, poderoso señor a
quien el mundo rinde culto.
Tu que dominas desde los antros tenebrosos del
infierno hasta la superficie de la tierra y sobre las aguas del mar.
Tu espiritu infernal todo lo puede. Yo te adoro,
te invoco, te pido y exijo, después de entregarte mi alma para que
de ella dispongas, que abandones las regiones infernales y te presentes
aquí dispuesto a concederme lo que te pida.
Rey de los infiernos, de todo corazón
y con el alma condenada te entrego mis tesoros, mi dicha entera sí
accedes a mis ruegos.
Ven a mi, rey y señor, soy tu siervo,
ninguna imagen o objeto religioso hay en mi casa.
Rey de los infiernos, preséntate sin temor
a ser desobedecido, desciende, penetrame con tu luz, lanza tu sombra majestuosa
sobre tu esclavo.
Maldito, maldito, maldito sea el dia en que sobre
mi cabeza derramaron agua bendita.
Satán mi rey, Satán rey de los
reyes, soy tuyo y quiero ser tu esclavo.
Satán, mi rey y señor, invoco tu
presencia ante mi
Concluida esta invocación se traza con el tridente un triangulo
en el aire y el diablo aparece dentro de las tres líneas sobre un
foco de luz.
En este intante, échate en el suelo boca abajo y mientras la
sombra diabólica te cubre, pide en voz alta lo que desees y se te
concederá.
Debes ser prudente y tener mucho valor. Si oyes ruidos espantosos no
te amedrentes y sí el señor de los infiernos te habla no
contestes en voz alta, sino mentalmente y con profundo respeto.
Se ha de tener especial cuidado en no mirar el foco de luz.