Yedrath |
El Dios-Árbol de los Pictos |
![]() El capitán cimmerio partió hacia los bosques con sus trescientos hombres, además de otros tantos caballos y sesenta bueyes que transportarían la madera. El contingente hizo un alto para descansar a orillas de un afluente del Río Negro, aprovechando que debían esperar a la pequeña compañía que los precedió para informar acerca de las fuerzas pictas en las cercanías. Dicha compañía estaba al mando del nemedio Madoc. Mientras los más jóvenes se relajaban jugueteando en las aguas, improvisamente de entre los árboles surgió una salvaje turba de Pictos. El primero en caer fue el joven Gorthas, y luego se desató una feroz carnicería sobre el ejército zingaro. Sólo quedaron trece sobrevivientes, que se salvaron arrojándose al río y dejándose arrastrar por la corriente, hacia el Río Negro. El Capitán Conan, exhausto y a punto de ahogarse se aferró a una mano que se extendía ante él desde la rama de un árbol. Era Madoc, el soldado nemedio que debía encontrar a los trescientos hombres en el bosque, acompañado por un pequeño niño esclavo. Madoc explicó que habían llegado hasta Thakla, donde vieron levantarse a los Pictos de la montaña y atacar una caravana que se dirigía al Fuerte Trueno. Los soldados se lanzaron sobre los pictos, pero sólo salió vivo Madoc, que pudo rescatar al pequeño esclavo negro Sudra. Conan montó en cólera al escuchar el relato del nemedio, y tuvo que ser tranquilizado por sus compañeros. |
![]() El pequeño ejército zingaro llegó a las cercanías de las Cascadas del Trueno, desde donde pudieron contemplar al majestuoso dios.
|
Conan se acercó sigilosamente al guardián de la aldea, matándolo instantáneamente. Bajo la luz de la luna, los guerreros empezaron a hachar el impresionante tronco del árbol por un lado, y a aserrarlo por el otro. La misión parecía imposible de lograr. Una vez que has hachas hubieron dejado una muesca considerable, colocaron estacas dentro de la corteza herida, y les prendieron fuego para debilitarla. |
![]() Trepando al monstruoso tronco caído, Conan y su pequeña guarnición lograron escapar. Madoc y el niño explicaron al cimmerio que el grito de los pictos quería decir "Asesino del Dios". |
El inmenso tronco fue arrastrado por la corriente hasta que cayó por las Cataratas del Trueno, llevando consigo a los únicos sobrevivientes de la extraña incursión: Conan, Madoc y el pequeño Sudra. La admiración de Madoc por el cimmerio era evidente. Gracias al plan de Conan, la Nación Picta estaría desmoralizada por años por haber perdido a su deidad protectora. |
El pequeño Sudra guió a los dos guerreros hacia la frontera. |
![]() |
e-mail: italtac@viabcp.com |