Viaje al Sol

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

" Viaje al Sol."

Cuento de ciencia - ficción

por :

Alfredo Francisco Humberto

Juillet Frascara.

1993.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dramatis Personae :

Alfredonius Lorenzo Rivas

Larry Salustio Vargas

Moe Mario Silva

Curly Silvestre Gatica

Chemp

El duque Arabio

Aurora

 

 

 

Caputs de la obra :

I EL VIAJE AL SOL.

II PROYECTO HELIO

III EL DUQUE ARABIO.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CAPUT I.

VIAJE AL SOL.

ALFREDONIUS, caminando hacia la casa de Chemp, sentía el dolor en su pie izquierdo, lo cual le hacía ir despacio. Había mandado a hacer esos zapatos como zapatillas de gimnasia y habíase dado cuenta de que eran mucho más cómodos que los corrientes.

Pero ahora no podía apurar el paso e ir ligero.

Como todo en la vida, por fin llegó ante la casa de Chemp; una casa de dos pisos , con cuatro piezas en total.

Golpeó la reja metálica y pronto salió él, saludándole y haciéndole pasar.

Le sirvió una Coca Cola fría...

- ¿Cómo le vá, Don Alfredonius?

- Bien, gracias, hombre. Y tú, ¿Cómo estás?"

- Gracias a Dios Jehová y a Ud., muy bien.- Sonrió Chemp.

- ¿Te queda dinero?

- ¿Dice Ud. de los diamantes? ¡Sí! Fue bueno, de su parte, repartir el dinero en billetes, tras vender las piedras."

- Tenía que ser así, hombre, si no, cómo íbamos a repartir tanta piedra de diverso tamaño, en forma equitativa?

- Claro.

La claridad del día les llegaba por una ventana trasera. En alguna parte una radio sonaba, y un bus pasó por la calle, con un bufido pesado y un rodar de ruedas.

-¿Has visto al resto?

- Sí, ayer estuve en casa de Larry; estaban allí todos reunidos."

- Espero que tranquilos.

- ¡Sí ; ayer estuve en casa de Larry; estaban todos."

- Espero que tranquilos.

-¡Sí, mucho! Se cuidan , ven televisión, salen a comprar juntos, en esta época de tanto asalto.

- ¿ Y tú , por qué no estás con ellos?

- Es que soy independiente. Bien que salgamos juntos, al ir a trabajarle a alguna aventura. Pero en casa , me gusta la soledad."

- ¿Y las mujeres?

- Ud. dice , ¿ la necesidad de ellas? Claro que todavía me atraen , por la misma necesidad que tiene el hombre metida adentro. Tuve una esposa , alguna vez, y ya no quiero vivir esa experiencia otra vez. Yo espero , me sale un romance, y cuento al tiro que no soy casado; a veces el romance dura un tiempo, otras, se acaba ese mismo día."

- A las mujeres les gusta vivir con un hombre.

- Claro; no es malo, por un tiempo. Yo ya prefiero la tranquilidad.

- Y yo que venía a ofrecerte otra aventura !"

- ¡ Y yo que me lo esperaba! Pero, con Ud. da gusto andar; se ven cosas nuevas y al final se regresa a casa."

- Mira : tengo un invento ya perfeccionado, que nos hará ir al Sol."

- Bromea.

- No bromeo. Y es posible ir."

- ¡ El tremendo calorcito! Nos haríamos pavesas.

- Claro. Pero, no iremos con los cuerpos.

- ¿De espíritus? ¿Muertos?

- No, Chemp, Muertos no. El cuerpo lo dejamos acá, cuidado por una enfermera: ella lo lava, le da alimentos. Al regresar, reintegramos el espíritu a su lugar, nos levantamos y ya !"

- Increíble! Un genio, sería Ud., de hacer lo que dice.

- Nunca tanto.

Chemp lo miró, comprendiendo. Y dijo:- Estoy dispuesto. ¿Cuándo partimos? "

- Todavía no. Voy a reunirlos a todos en Asamblea General, en mi casa."

- ¿ Todavía vive Ud. en la calle Santos Dumont?

- Claro . Y no es mucho tiempo, que llevo allí; estoy cumpliendo el primer año.

- ¿Y le ha ido bien?

- No me quejo . La casa es aireada, de muros altos, fresca, con dos patios, árboles.

- ¿Y los vecinos?

- A mi izquierda no hay nadie ; el dueño vive en otro parte. A mi derecha , unos coreanos."

- ¡Tanto chino que ha llegado!

- ¡Claro! ¿Qué le puede hacer uno?

- Nada.

- Lo malo es que tienen una fábrica de zapatillas plásticas.

- Mucho ruido de máquinas.

- ¡ Nada! Y eso que son inmensas. No. no es ruido lo molesto: es el maldito olor al plástico, que llega por el aire y parece que uno se lo tragara.

- Reclame.

- ¿Qué saco? Es un olor leve, y no es siempre, ¿entiendes? Si reclamo , el Inspector de seguros hallará de que cumplen con los requisitos mínimos, y yo perdería.

- En Chile casi todo está permitido, pero vaya Ud. a hacer algo y pareciera que ahí todo es imposible."

- Eso sí.

- Yo veo televisión y video, ahora que tengo plata. Por vivir en Renca, no tengo derecho a ver T.V. Cable."

- Después del Viaje al Sol, creo yo, podrás mudarte. ¿Adónde te gustaría vivir?

- ¡ La preguntita! En las Condes, por supuesto; con los de plata. Allá todo es bello, no hay tanto canalla, y los adelantos están presentes.

- Bien. A veces pienso que sería bueno comprar en un condominio ; viviríamos todos juntos.

- O sea, cerca.

- Claro.

- ¿Y Ud. cree que eso es bueno? A veces, por verse mucho, se acaban las amistades."- Opinó Chemp.

Cinco días después, ubicados en el salón de la casa de Alfredonius, se encontraban el dueño de casa, Chemp, Curly, Moe y Larry.

- ¡ Bonitos los muebles!" - Comentó Chemp

- Los mandé a tapizar de nuevo. Me costó $110.000, a 404 cada dólar."

- ¿Reliquia familiar? - Interrogó Larry.

- ¡Claro! Fue el primer sofá y dos sillones de mi padre. Cuenta mi madre que los mandó a hacer como obra gruesa, luego le pusieron una funda y cojines. Más tarde, los mandó a tapizar una vez, con una tela gruesa, rojiza, y yo me acuerdo la llegada de la segunda tapizada, de color verde."

- ¡ Y ahora son azules!" - Notó Chemp.

- A mi gusto. Mi mujer, Carmen Gloria, dejó a mi elección el tapiz.

- Raro. Siempre las mujeres meten la nariz en todo. - Comentó Moe.

- Ella es una mujer especial.

- Inteligente.- Afirmó Moe.

- Eso.

- ¿Y adónde está, ahora? - Preguntó Larry .

- Anda comprando, en el Supermercado.

- ¡Ah!

- Bien, muchachos : éste es mi plan : como es imposible , para la materia, permanecer en el Sol, iremos en espíritu . Nuestros cuerpos serán alimentados por enfermeras hasta el regreso, usando los impulsos del cerebro, yendo sólo con el impulso cerebral al astro.

- Quisiera ver cómo lo logra.- Dijo Moe.

- Extrayendo el funcionamiento , adjuntándolo a etéreos sensores de actividades externas. Lanzando nuestros propios seres incorpóreos, encerrados en cápsulas articuladas, sujetas con fibras de ideas puras, motorizados a través de la luz , usando voluntades magnetizadas, trasladantes según mayor o menor intensidad, ejercidas sobre motores - rodamiento, que ruedan sobre líneas - rieles de vigor proyectadas por láseres - cohetes en órbita al Sol."- Explicó Alfredonius.

- ¿Quién guía los satélites? - Preguntó Larry

- Es robot : guiable por nosotros, cual un trineo.

- Parece imposible.- Comentó Moe.

-Lo probé.

- ¿Cómo ? ¡ No puede ser! - Se asombró Larry

- Lo es : viajé hace dos semanas y probé el equipo. ¡ Y me ven: no me falta nada ! - Afirmó Alfredonius.

- El pelo.- Dijo Moe.

- ¡Bromeas! Siempre he sido entrado de frente."

- ¡ Nos convenció! Si está probado, vamos. Supongo que esta vez no hay equipo que llevar.- Dijo Larry .-

- ¡ Sólo nuestras ideas! Ya verán que reemplazarán nuestras extremidades."- Afirmó el inventor.

- Cual ángeles. - Comentó Moe.

- ¿Quién sabe? Partiremos en dos días.- Decidió Alfredonius.

- ¿Desde adónde ?- Quiso saber Moe.

- Hay que ir a la Clínica Araucana. Allí, el profesor Aaron David nos mantendrá en estado latente ; él y su equipo.

- ¿Y los satélites? - Interrogó Moe.

- Ya están los tres en órbita, pasada la de Mercurio. Nosotros viajamos vía Microondas.

- ¡Increíble!"- Repitió Larry.

- Así es la ciencia para el profano.- Sonrió pacíficamente Alfredonius.

Al día siguiente, que era un jueves, Alfredonius lo pasó ordenando sus libros y papeles. En la tarde fue al cine, y vio el film "Martes 13 Nº 8 ". Luego, fue con Carmen a comer callos a la madrileña.

- ¡Hace tiempo que no veníamos!"- Comentó ella.

- Sí."

El local estaba a la vera de Providencia, y unos cuadros españoles mostraban toros, lidias y dichos españoles. Muy tranquilo ambiente; el vino blanco, helado, y en jarras pequeñas de vidrio.

Regresaron a casa. Wilfredo, su hijo, jugaba solitario en el salón.

- ¡Hola, padres! ¿Se vá mañana, padre?"

- ¡Hola! Sí, hijo. Voy al Sol."

- Mucho calor allá, ¿No cree, padre?

- Seguro. Pero tengo mi sistema. No falla."

- Ya lo creo. Si no, no iría."

- ¿Y tú, ¿Aún no te acuestas? Son las once de la noche."

- No, padre. Estudié y, para relajarme, juego naipe. ¿Una partidita?"

- ¡Claro! Póker, eso sí."

- El único que te gusta... ¿Madre, vá Ud. a jugar?

- Con todo gusto.- Dijo Carmen, y se sentó a la mesa.

Los tres jugaron hasta las doce, pequeñas cantidades de dinero ; ganó Carmen, empató Wilfredo y perdió Alfredonius, como se lo había propuesto, ya que le gustaba verlos ganar y ponerse felices.

Carmen dijo : - " Tome la mitad de lo que gané, hijo. Lo necesitará mañana en su Universidad."

- Gracias , madre. Hay unos libros que deseaba comprar."

Se fueron a acostar a sus camas, tras tomar té.

Al día siguiente , amaneció enfermo del estómago, eufemismo que significa estar con diarrea y retorcijones de guata.

- Estás nervioso. Tómate algo. - Le recomendó Carmen.

Varias veces llamó a sus asociados, a fin de instarlos a estar a las nueve de la mañana del día siguiente, en la Clínica Araucana.

Él mismo llegó a las 09:40 hrs., con una diarrea que lo tenía débil.

- Son los nervios . - Explicó Carmen al doctor, enfermeras y asociados.

Les acostaron, ajustaron cables a sus cuerpos y seis horas después, estaban en viaje etéreo.

Los pensamientos , traducidos a impulsos magnéticos, eran captados por todos a la vez, al hallarse en un radio de diez metros.

El problema fue que los pensamientos producían un rumor de fondo, al que se fueron acostumbrando, eligiendo "oír" los mensajes y "no oír" los pensamientos del otro.

El sol está a 149.7 millones de kilómetros de la Tierra. Su luz tarda 8 minutos 18 segundos en llegar a la Tierra.

Ellos demoraron 20 minutos...

- ¡ Oh!"- Exclamaron.

La vista era increíble : a medida que se habían ido acercando , el Sol había brillado en todos los tonos del arco iris.

Ahora era clarísimo, amarillos y rosados, rojas vetas, de pronto. Y siempre en constante y rapidísimo cambio.

Una atmósfera de gases muy ionizados y rarificados fue quedando alrededor de ellos, al ir adentrándose paulatinamente en el Sol.

- ¡Es hermoso!"

- Es la atmósfera.- Explicó Alfredonius.

Pasaron a la cromosfera, formada por hidrógeno, helio y vapores de calcio; la presión de las capas inferiores producía globos inmensos, océanos radiantes de energía cromatizada, que batía sus olas contra sus muy volátiles envolturas.

- Igual que en la playa.- Reía Larry.

- Algo para compartir. Podríamos cobrar un pasaje, para ir de vacaciones al sol.- Bufoneó Moe.

Pronto llegaron más al interior, una capa inversora formada por gases ionizados y vapores metálicos; esto les pareció la arena del desierto soplada por la tormenta; no se veía a diez pasos ; brumoso y terrible fue el paso por ese sector.

De pronto, y al seguir bajando, vieron la superficie tachonada de manchas, fáculas y flóculos.

Era un mar anaranjado, muy esplendente, un espejo de luz, con manchas oscuras, naciendo y muriendo en cualquier parte.

Por sobre esta superficie caminaron; no siguieron adelante, ya que sus cuerpos, aunque etéreos, no lo eran tanto como para traspasar esa barrera.

De pie, sentían temblar la superficie, que se agitaba; de pronto, volcanes nacientes, que elevaban sus laderas cientos de metros, vomitando energía, que luego caía cual pesada cascada sobre ellos, sin hacerles daño.

- ¡Muy hermoso!"- Repetía Curly, aterrado.

Por horas deambularon por sobre esa superficie. Era una danza de fuegos y materia quebradiza. Cual un espejo, se rompía, se trizaba; cráteres y hondonadas nacían a cada rato.

Optaron por marcharse.

- Es muy hermoso, pero capaz que sea mortal. Hemos tenido suerte : no hemos estado sobre un volcán naciente, o una quebradura en el suelo; pero démosle tiempo a la oportunidad y puede que esa materia , que es más densa, nos atrape."- Opinó Alfredonius.

- ¡ Voto por irnos!"- Habló Larry, y los demás le corearon.

Se elevaron, tirados por los rayos de fuerza de los satélites orbitales. Pronto, eran reexpedidos hacia la Tierra.

- ¡ Regresan!"- Avisó una enfermera al doctor, quien les asistió en el reencuentro con sus cuerpos.

Al amanecer fueron dados de alta, y en un taxi se dirigieron al domicilio de Alfredonius.

En el salón, tomando té con panecillos, asistidos por Carmen Gloria, conversaron animadamente.

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Caput II.

"Proyecto Helio".

- Fue una experiencia electrizante. Algo jamás visto.- Expresó Moe.

- Venderé el invento a Chile. Dicen que pueden usarlo para fines comerciales. Darán 2.500 millones de pesos.- Expresó Alfredonius.

Pocos días después, disponía del dinero; por dos meses estuvo dirigiendo al grupo encargado. Hicieron dos viajes más al Sol, Alfredonius y un equipo de ingenieros del "Proyecto Helio". Luego, se retiró a descansar.

Fue entonces que le fueron a visitar tres personas, en la noche del 7 de abril de ese año.

- Somos exploradores espaciales. Estamos interesados en uno de sus inventos.- Le dijeron.

- Pasen, Señores.- Invitóles Alfredonius.

Pasaron; Carmen Gloria, siempre tan solícita, les sirvió bebidas.

- Uds. dirán, caballeros.- Urgió Alfredonius.

- Yo soy Ulk Kimandyan; ellos son Ugo Tognazi, Rory Lockwood y Farfán Farfanegro. Estamos interesados en la explotación de unas minas, en los Mundos Lejanos."

- ¡Ah! Los siete planetas del Sistema Delta de Ofiuco. Me han dicho que se ha hallado Rubiñita; el material radioactivo, útil para los hiper - motores actualmente de moda."- Farfulló Alfredonius.

- En Pivonia , para ser más exacto : en el continente Leibnitz, hemos hallado rubiñita. El problema es el transporte al Sistema Solar; las naves , a toda velocidad, demoran cuatro años.- " Explicó Ulk.

- Comprendo. Uds. desean saber si yo poseo algún modo de proporcionar motores más rápidos.- Sonrió Alfredonius.

- Exactamente.- Dijo Ugo.

- Lo tengo. Naves, que pueden ser construidas fácilmente por Uds. de un material cristalino.- Afirmó Alfredonius.

- ¡ Increíble!"- Dijeron los tres visitantes.

- Son las famosas naves triangulares, dadas al Gobierno Chileno hace ya algún tiempo. ( VER CUENTO "ALFREDONIUS") Yo me asigné copias de los planos; puedo armar las que desee."

- ¡Con una flotilla de esas naves nos haríamos multimillonarios!"- Dijo Ugo.

- Ya lo somos.- Refutó Farfán.

- "El trato es simple: cada nave llevará un mecanismo de autodestrucción , si una vez armados sus motores ciertas partes son desarmadas, para re - copiar sus secretos, por algún país, o entidad, enemigas."- Condicionó Alfredonius.

- ¡ Délo por hecho! No nos interesan las naves, para venderlas. "- Afirmó seriamente Rory Lockwood.

- Perfecto. Quiero cinco mil millones de pesos por nave que se arme. "- Pidió Alfredonius.

- ¡ Nunca podríamos pagarle tanto!"- Bufó Ulk Kimandyian.

- No se los pido todos ahora; acepto de a parcialidades."- Puntualizó Alfredonius.

- ¡ Ni así nos conviene!"- Gritó Ugo, poniéndose de pie.

- ¡Píenselo!"- Dijo Alfredonius.

Se retiraron las visitas comerciales. Alfredonius cerró la puerta y activó su robot guardián. No quería que lo que los visitantes no pudieran haberse llevado a la buena voluntad suya, se lo llevaran a la mala voluntad de ellos...

Se dirigió hasta su sala de proyecciones. Puso un carrete de film 16 Mm. sonoro en su máquina proyectora y vio el viejo noticiario alemán.

Su mente ya había relegado al olvido el incidente.

Más tarde, aburrido ya , fue a poner los rollos ya vistos en el mueble que él mismo había hecho para ello. Disponía de cuatro divisiones. Alineados, se veían los envases con sus títulos escritos a máquina.

Más abajo, cientos de videos V.H.S. se alineaban en correcta formación; habían películas de aventuras, de ciencia ficción, de hazañas bélicas, dibujos animados...

Era un aficionado al cine.

Tenía, también, el hobby de la fotografía. En su anterior casa había dejado cerca de 1.000 fotografías puestas cronológicamente en 27 álbumes.

Ahora prefería dejarlas sueltas, en los mismos grandes sobres en que se las entregaban del Taller Fotográfico.

Entró su mujer, diciéndole:- Tus tres amigos te buscan."

- ¡Hazlos pasar a los huevos! Iré enseguida.- Avisó él, cerrando con llave sus tesoros.

Los huevos eran sillones de metal y mimbre, que adoptaban ese diseño.

Los visitantes eran Larry, Moe y Curly.

- ¡Buenas tardes!"- Le saludaron.

- ¡Hola! ¿Cómo están!"- Rió Alfredonius.

- Bien. Su señora dice que vinieron unos tipos a molestarle. ¿Necesita ayuda?"- Preguntó Curly.

- No por ahora, muchachos; pero sería bueno que Uds. permanecieran por los alrededores. ¡ Uno nunca sabe!"- Vaticinó Alfredonius, y pasó a contar lo sucedido.

Una vez hecho esto, Larry dijo:

- ¡Ah, un asunto sin importancia! ¿Para qué quiere Ud. más plata ?"

- Para llevar a cabo mis sueños.- Dijo el dueño de la casa.

- ¡Ud. no necesita dinero para soñar! Le basta un papel y un lápiz.- Sonrió Moe.

- A veces.- Concedió Alfredonius.

- A nosotros nos gustó el viaje al Sol : mientras duró el viaje, no tuvimos ni un dolor físico. Yo, ni un dolor de callos.- Rió Moe.

- ¡ Me alegro! - Concedió Alfredonius.

- Hemos ido a los confines del espacio ; hemos ayudado a explorar. Hemos podido vivir ; a veces, creo que le hemos ayudado a Ud. a existir. " - Dijo Curly a Alfredonius.

- Es verdad. Uds. saben, con Carmen he comenzado una nueva etapa en mi vida. Yo he copiado esa frase, "comenzado", ya que realmente pienso que no he comenzado nada. Sólo he cambiado una persona por otra y apresuradamente, con todos los errores de algo impensado."

- ¿Cómo es así?"

- No saqué gran cosa del pasado: de tanto artículo atesorado, me llevé lo de sin valor. Mis herramientas , mis colecciones, mis muebles, trabajos, tanto trabajo dejado en la casa en que vivía...¿Y para qué? Para dejárselo a una traicionera , vengativa, que botó, vendió o aún tiene mis cosas."- Dijo Alfredonius.

- Así es el matrimonio : el mejor negocio para la mujer, y el peor para el hombre."- Declaró Moe.

- Pero, Ud. no puede vivir rememorando eso."- Acotó Larry.

- Claro que no. Pero el hecho es que debo ir a ver a mi hijo allá; lo saco, vuelvo a dejarlo. Y al hablar con él, rememoro todo."- dijo Alfredonius.

- Malo. Debiera llevarlo a pasear en donde se diviertan ambos."

- "Lo llevo a visitar cacharros."

- ¡Impulsándolo a gastador! ¡No! Llévelo a un cine. Allí se relaja Ud. ; se desentiende de él, y a la salida, una bebida gaseosa." - Propuso Larry.

- Buena idea.- Sonrió Alfredonius.

- ¡ Tiene que hacerlo así! No sufra por otros; Ud. es el mayor, el padre. Ud. lo ayuda. Debe relajarse o vivirá mal.- Predijo Larry.

- Vivo relajado. Si fuera peleador, capaz que tuviera el triple."

- O quizás lo hubiera perdido todo, ¿verdad?"- Inquirió Moe.

- Sí. Esa idea es la que me ha hecho siempre ser un timorato. Temer a las consecuencias.- Habló Alfredonius.

Entró Carmen Gloria y se sentó cerca de Alfredonius. Dijo : - " Bueno, ¿ ya han pensado adónde ir esta vez ?"

- No. - Dijo Moe.

Poco después, se retiraban.

- Tus amigos comen mucho y no aportan nada.- Dijo ella.

- Tuvieron la gentileza de venir a verme y ofrecer su ayuda."- Opinó él.

- ¡ Ja, ja ! ¡ Qué ayuda , esos vagos ! Nunca ganas nada con ellos ; se enriquecen a través de ti." - Carmen dijo sarcástica.

- Tú no entiendes.

- ¡ Claro que entiendo ! ¡ Yo soy la que se queda acá rompiéndome la espalda, planchando, lavando, fregando las ollas todo el día ! ¡ Y el bacán se queda echado , pensando con el lápiz en alto ! ¡ Nunca has vendido nada ! ¡ Dime si has vendido uno solo de tus libros !"- Desafió ella.

- Nunca. Aunque una vez me saqué un premio literario, en Preparatoria ! " - Reveló él.

- ¡ Ni un peso ! Mejor te fueras a ganar plata ! - Avisó ella.

Alfredonius quedó solo, en el salón refaccionado.

- ¿ De queme sirve luchar, si es para ellos ?"- Se preguntó.

Pasó un bus, estremeciendo la casa. Su bufido se perdió en la distancia. Era como una ola de bulla llevándose sus problemas lejos.

Lloraba una guagua, en algún lado. El sordo rumor de la ciudad motorizada era como un viento en el monte : lejano, imparable, insoportable, invisible, insufrible.

- ¿Y cómo arreglo esto? - Se preguntó en voz alta.

Su esposa, una mujer que lo había mantenido en un frasco de cristal, ajeno a su verdadera vida amatoria.

Y la pichona, que lo dejaba solo para ir a volar de noche. Solo con sus problemas y sus esperanzas.

Más tarde y como se quedó en casa, Carmen trajo a sus dos hijas cotorras, peleadoras, fijonas. La menor fue la peor y se parecía en eso a la propia madre.

- Una pesadilla.- comentóse Alfredonius.

- ¡ Ándate entonces!"- Le recomendó ella, entrando en el salón.

- No , porque te quiero.- Repuso él.

A eso se reducían sus críticas : a refunfuñar, nada más...

Al día siguiente llovió y sus trámites ya hechos le hicieron sentirse cómodo.

Llamó por teléfono a Moe.

- He pensado partir para Nueva Zoria. Prepara a los muchachos."- Dijo.

- ¡ A la orden, jefe !"- Respondió Moe.

- ¡ Yo voy contigo!"- Dijo Carmen.

- Vaya.- Dijo él.

- ¿Y los hijos ?

- ¿Llevaremos hijos? No. Los dejaremos acá, creo yo. "

- Llevémoslos. Yo me encargo de que no molesten. - Dijo la mujer.

- ¿Para qué preguntas, entonces, si vas a decidir tú ?"

- ¡ Je, je !"- Repuso ella.

Alfredonius llamó al comandante Paulus, tío suyo.

- ¡ Tío : habla Alfredonius. ¿Cómo se encuentra ?"

- ¡Ah, hola, hijo! Bien, bien. ¿ Y tú ? "

- Quiero ir a explorar otra vez, tío. Había pensado pedirle prestado el "Condorito "; se lo devolvería en un mes más."- Pidió Alfredonius.

- ¡ Ah, no vá a poder ser, sobrino! Está en reparaciones : le estoy instalando un nuevo deflector de meteoritos; en 25 días más me lo tendrán listo. "

- ¡ Qué lástima, tío! Bueno, algo le quedará en Bodega. "

- Claro! En órbita tengo varios cacharros. Uno de ellos, el "Dark Star IV, está listo para partir . Te lo puedo arrendar barato.- Bufó Paulus Frascara.

- ¡ Perfecto! ¿Cuándo puedo pasar a buscar los documentos y las claves ?"

- Ahora mismo, si quieres . Mañana parto en gira de Inspección al Cinturón de Asteroides. Como sabes, Chile obtuvo un 15 % del Cinturón, según acuerdo unánime en las Naciones Unidas. ..

"De paso, ¿Por qué no te vienes conmigo? Explorarías algo más útil, sin gastar un peso tuyo. "- Propuso el Comandante.

- Bueno.- Dijo Alfredonius.

- ¡ Sobrino! Preséntate en el sitio XXI, mañana temprano."

- ¿Puedo llevar a unos amigos?

- ¡ Ah, esos amigos tuyos, tan bien peinados! Perfecto, sobrino, adiós.- Se despidió el caballero.

- Hasta la vista, tío.- Sonrió Alfredonius.

Comunicó el cambio de planes a su mujer; ésta pidió ir con sus niños ; Alfredonius accedió.

Prepararon las maletas con premura; Alfredonius fue a buscar a Larry, Moe, Curly y Chemp en su automóvil; durmieron en los sillones esa noche.

Al amanecer , en dos autoflights, viajaron al Aeródromo.

- ¡ Ahí está tu tío !"- Avisó Carmen.

El alto oficial, rodeado de subalternos, les vio y se aproximó a ellos.

- ¡Hola sobrino! ¡ Hola, Carmen! ¡ Buenos dais, Señores! Partiremos , ya que llegaron. Enlazaremos en órbita. "- Avisó.

Poco después, en una nave lanzadera, subieron a la órbita R - 300; trasladáronse a un crucero espacial chileno, el "Libertador Bernardo O'Higgins".

Era una nave de 500 metros de longitud. En ella, iban los reemplazantes de las tripulaciones de la flota que Chile tenía emplazadas en el Cinturón de Asteroides.

A las cuatro horas de arribados al crucero, éste se puso en movimiento uniformemente acelerado.

- Estaremos seis horas acelerando y otras seis frenando. Y cuatro días de vuelo.- Explicó el Comandante Paulus.

- Estaremos muy cómodos. Muy bellos los aposentos.- Dijo Carmen sonriendo.

- ¡Qué bueno! Si necesitamos algo especial, pídanselo al oficial Legrando ; es mi hombre de confianza.- Explicó el Comandante.

Las horas fueron pasando lentamente. Alfredonius y su comitiva , en un salón con vista a las estrellas, , jugaban a los naipes y al ajedrez. Los niños Wilfredo, Moisés y sus dos hermanas jugaban o miraban ña televisión.

Las comidas de a bordo eran muy sabrosas y siempre servidas puntualmente.

- Este viaje es de placer.- Opinó Curly.

- ¡Claro! Vacaciones en el espacio,- Vaticinó Moe, mientras jugaban póker.

El crucero efectuaba diversos trabajos, mientras se movía por el espacio: servía de enlace radiotelefónico, entre naves en viaje; rescató a unos náufragos desde una goleta de placer; también se probaron algunos módulos experimentales de salvataje.

Larry piloteó uno de estos módulos experimentales de salvamento por espacio de dos horas. Regresó entusiasmado ; deseaba proseguir ayudando, pero pronto el crucero compensó a decelerar, y ya no se hicieron esos ensayos.

Curly la pasaba bien en la Sala de Radio; ayudaba en el envío de mensajes a la Tierra y gustaba de hablar por el micrófono todo el día.

Alfredonius conversaba con Carmen.

- ¿Recuerdas cuando atendía ese localcito, en la parte trasera de otro negocio? Me iba a las once de la mañana, y regresaba a las tres de la tarde, a almorzar. Volvía a lasa siete p.m. y ,e iba a comer, a las ocho p.m."

- ¡Una vergüenza! ¿Cómo se habrán burlado los del otro local ? Te tenían ojeriza . Yo te decía que te fueras a las diez, y regresaras a las catorce; almuerzo entre catorce y dieciséis; de dieciséis a veinte horas.

" También, ¡ a qué ir a helarse, allá! No se, no me gustaba opinar; tú alegabas por ello."

- Claro, pero es que tan lejos lo que hacía de lo que había meditado en hacer ! Yo creía que , al quedarme con el local, iba a trabajar y en forma metódica. pero, nada. ¡Tan diferente que fue! Demostré lo poco que me importaba."- Se explicó Alfredonius.

- ¡A qué hablar de eso! Si ya no se hizo. Para que, más adelante, no vengas a repetir la experiencia; de nada valdría ; tiempo perdido, pérdida de dinero."- Opinó la mujer.

- Quizás lo que uno inventa no siempre es la mejor idea. A veces hasta el descanso trae a la Muerte. Ahí tienes a Vicente Huidobro : en vacaciones , el 2 de enero de 1948, subiendo a su fundo, ubicado en un cerro de Cartagena, desde la Playa chica, se murió de un ataque al corazón."

- ¡Ah, sí ! Yo vi su tumba, sobre el monte ; un túmulo de cemento, que dice: "Si abres la tumba, verás en el fondo el mar."

"Y yo era pequeña y creía que había allí un pozo, pero, ¡ qué raro ! me imaginaba un rectángulo azul, allá abajo; el mensaje poético me llegaba, a pesar de mis pocos años de existencia."- Recordó Carmen.

- ¡Justo lo que a mí me pasaba! Tus recuerdos son mis recuerdos."- Bufó Alfredonius.

- ¡Somos tan iguales para pensar!"- Dijo ella, abrazándole nerviosamente.

- ¡Ah, ya, ya! ¡No me muevas la cabeza!- Se quejó él.

Más tarde, se durmieron.

Al fin, llegaron al Cinturón de Asteroides.

- ¡Helos allí, muchachos! Trescientos mil pequeños satélites y todos son de Chile!"- Anunció el Comandante Paulus, indicando un sector del amplísimo círculo que, cual difuminado anillo, rodea al Sol, tras la órbita de Marte.

- ¿Y quiénes serán nuestros vecinos? - Interrogó Alfredonius.

- Por la derecha, los Argentinos, y por la izquierda, los Colombianos. ¡ Pero no os preocupéis, muchachos! No han llegado acá, todavía: ni lo harán, por algún tiempo.- Informó Paulus.

. Mejor , pues los argentinos ya se las arreglarían para quitarnos unos cuantos pedruscos.- Se quejó Carmen Gloria.

En uno de los más voluminosos asteroides, Chile había construido siete domos. Hasta allí se dirigieron, y entraron al mayor de ellos.

- ¡Cien millones de metros cúbicos de aire respirable, muchachos!"- Dijo Paulus y les acomodó en camarotes amplios, con salitas, oficinas, y baños privados.

La falta de gravedad era notoria, y se usaban lengüetas, que se adherían al piso a cada paso, numerosos pasillos lo comunicaban todo.

Se acostaron a dormir, puesto que se regían por el reloj: esperar el anochecer era ilusorio : allí no había giro que llevara el día y la noche; los asteroides viajaban estáticos, mostrando siempre el mismo lado al distante y atenuado Sol.

Las camas tenían redes, que impedían que sus ocupantes salieran inadvertidamente flotando por el aire.

Wilfredito y Moisés nadaban cual peces en sus dormitorios, antes de dormirse, mientras Carmen y alfredonius reían de sus gracias a más no poder.

las dos hijas de Carmen, tenidas en un matrimonio ya anulado, dormían en una pieza aledaña, con sus negras cabelleras destacando por sobre las albas fundas de las almohadas...

Curly y el resto ya dormían, absortos en sus curiosos sueños. Fuera, las estrellas brillaban furiosamente, mientras que los grandes asteroides avanzaban en su paciente órbita alrededor de Sol.

Paulus no dormía aún : leía en un libro la historia de los asteroides, que fueran, originalmente, un gran planeta, destruido posteriormente por las presiones ejercidas por la vecina gran masa de Júpiter, el gigante de los planetas del Sistema Solar.

Rota su cohesión molecular, reventó en pedazos, que pronto siguieron, en su mayor parte, la misma órbita que habían seguido al ser planeta.

Así se formó el Cinturón de Asteroides...

Los metales eran los mismos que se encontraban en Marte, aunque en menor proporción. Igualmente, era rentable. en donde se debía horadar la roca por incontables metros, acá las vetas se hallaban en la superficie.

Oro, plata, cobre, molibdeno, hierro, estaño...; se hallaban meteoros compuestos, a veces , de un solo metal: se metían dentro de las chancadoras y se expedían a las usinas de la Luna, sin problemas.

Paulus anotó algunas directrices, para ordenar a sus subalternos al día siguiente, y se retiró a dormir, no sin antes pasar a dar las buenas noches a su sobrino Alfredonius.

Al día siguiente , en una nave para treinta pasajeros, viajaron hasta el asteroide Ch - 303, el cual estaba siendo explotado.

- Cuidado ahora, sobrino: resulta que, si no vamos atados, derivaremos hacia el espacio y podríamos perdernos. ¡Ojo con la soga, entonces, muchachos! - Avisó y, al bajar. iban todos unidos a la soga, que estaba atada a un poste en el terreno. Con las argollas, la soga no era ningún impedimento.

Grandes máquinas horadaban la tierra y succionadores cargaban el mineral en grandes estanques metálicos; éstos eran transportados a la órbita lunar y bajados a las usinas mediante naves ad hoc.

Todos debían usar escafandras y trajes presurizados color azul brillante.

Conversaban mediante radiotransmisores.

Moe exclamó, a los pocos pasos: - ¡ Miren: cristales nativos!"

Recogió algunas que había entre las piedras del sector.

- Cuarzo. - Anunció el comandante Paulus, tras darle una somera mirada.

- ¿Vale algo?"- Inquirió Moe, echándolas a una bolsa.

- Poco, pero son lindas como adorno, muchacho."- Sonrió el Comandante, detrás de su máscara del traje.

Carmen buscó para sí, y hallándolas color rosado, gritaba de alegría.

- ¡Las pondré en el salón !"- Reía ella.

Por horas miraron trabajar. Había un pequeño destacamento militar, en un refugio. Habían misiles emplazados, resguardando la entrada y salida de naves cargueras.

- ¡Cada cargamento vale cientos de millones de pesos !"- Anunció el Comandante, por la radio de su traje espacial.

El mineral era cobre. En la Tierra había que harnear cerros enteros, para obtener magra carga. Ch - 303 era un inmenso trozo de cobre, a la deriva en el espacio, con la normal cantidad de escoria, oro y otros minerales.

- ¿Oro, verdadero oro?- Preguntaba la hermosa Carmen y le brillaban sus enormes ojazos negros , y sus finos y delicados labios esbozaban atrayente sonrisa.

Y era porque el oro era su metal preferido. Alfredonius le regalaba siempre (para su cumpleaños o festividades especiales) joyas de oro. Así, tenía anillos y pulseras de oro.

- ¡El oro es siempre bello!"- Repetía ella.

Sus finas manos se enriquecían en delicadeza al lucir las joyas con sus piedras rojas o transparentes : no le gustaban los anillos con perlas.

Esa noche el Comandante les dijo, en la cena en común:- Muchachos, deberé ausentarme, en una gira de inspección. He hablado con el jefe de la Compañía Cuprera, y me dice que necesita operarios. ¿Tendrían Uds. inconvenientes en laborar con él, en la extracción ? Estaría bueno, al menos, económicamente: pagan muy bien."- Ofreció.

Curly y Chemp accedieron; trabajarían quince días; los mismos que tenían para pasar allí, antes de regresar a la Tierra, con el Comandante.

- ¡Bien, muchachos: el resto, si quiere, se queda aquí o me acompaña . Veremos cientos de asteroides; hay un puñado de ellos ya con mineros, pues el resto está a medio explorar.- Dijo Paulus.

Durante quince días recorrieron la región sin problemas. Las vistas del sol y las estrellas eran algo maravilloso, que les hacía recordar a Dios Jehová, el magnífico creador, ingeniero sublime, artista sin igual.

Volvieron a CH - 303 con Wilfredito y Moisés felices jugando con los cristales acumulados.

- ¡Nos trampearon el sueldo : cobran un ojo de la cara por alojar y comer !"- Avisó Curly, nada más bajaron del navío Alfredonius y sus acompañantes.

- ¡Descontaron el 60 % del sueldo!"- Lloriqueó Chemp.

- ¡Arreglaré esto!"- Avisó el Comandante Paulus y se fue a hablarle al Jefe de Obras. Poco después, les pagaban el sueldo completo.

Al día siguiente comenzaron el retorno a la Tierra. En el camino podían ver a las grandes y desgarbadas naves transportando el cobre a la Luna.

- ¡Chile volverá a ser el primer productor de cobre del mundo!"- Dijo Paulus.

- Yo creía que Estados Unidos de N. A. había sido el primer productor de cobre. - Murmuró Chemp.

- ¡No siempre !"- Bufó el comandante Paulus , a quien gustaba de poner a Chile primero en todo...

Días después bajaron al espacio puerto de Lampa, y volvieron a sus respectivas casas; lo únicos con dinero eran Chemp y Curly, quienes solventaron un alegre asado, en casa de Alfredonius ; invitaron al Comandante, quien llegó con tres Coroneles y dos oficiales femeninas.

- ¡Qué rico el asado , muchacho! ¡Pásenme más vino! ¡Bueno, bueno : Gato Blanco, mi marca preferida! Sobrino, Ud. me sabe los gustos, je, je, je !"- Se reía el Comandante, sentado en un vetusto sillón, en el patio de la casona de su pariente.

Carmen invitó a su madre y mostraba los "cristales espaciales" ; ya pensaba en venderlos como una novedad.

Alfredonius vigilaba el asado ; correteaba a sus gatos Schwarzenegger , Rambo y Lula, y a sus perros Cindy y Dolfo. Este último era camorrero y comíasse lo que le tiraban a los demás animales.

Wilfredito deambulaba por todos lados y hacía reír con sus divertidas ocurrencias.

Curly mostraba al que quisiera verlo, su nuevo reloj, enchapado en oro, con sistema parlante.

Chemp se había comprado , para esta ocasión, un terno claro, a cuadros, con zapatos en dos colores; una corbata muy ancha, con un paisaje hawaiano. Había invitado a tres chicas , que lucían trajes muy ajustados, y que reían por todo, libando vino sin control. Larry les contaba anécdotas de su vida de farándula, pero Moe las aportillaba, ganándose frecuentes coscorrones en su pelada cabeza.

- ¡Cabeza de chorlito! - Le recriminaba el ajisado Larry, provocando explosiones de risa escandalosa en las tres féminas.

- ¿Vas a ingresar a la Comunidad judía? - Inquirió el Comandante Paulus a su sobrino, mientras hincaba el diente a un buen trozo de carne de vacuno, sazonada magistralmente por Carmen Gloria.

- ¡Sí, tío! Me piden que haga mi Biografía y luego las razones debo explicar del por qué deseo ser judío.- Respondió Alfredonius.

-" Resuma eso, para mi entretención.- Sonrió Paulus.

- Tuve hijos que se alejaron al separarme de aquella mujer que me traicionó; conocí a Carmen Gloria y mi vida se llenó de flores y , a veces, de peloteras. Tuve dos hijos con ella ,que son dos soles que ponen felicidad al jardín de mis actuales días.- Respondió alfredonius.

- ¿Y aquello de ser judío?- Insistió en saber el Coronel Ferdinando Lamar.

- Mis críticas a la religión católica coinciden con la milenaria postura judía. lo ilógico de la iglesia católica no está presente en la religión judía.

·Es muy simple mi elección : me veo a mí mismo creyendo en Jehová Dios, entendiendo lo que él pidió al hombre. Luego, miro a mi alrededor, por si veo mis ideas en alguna secta o grupo: las veo en el judaísmo que es, a no dudarlo , el depositario de la palabra de Dios Jehová. No por nada impacta el saber que obedecen lo que Jehová les pidió hace ya cerca de 4.500 años! - Terminó diciendo alfredonius.

Un grupo de folkloristas , contratados expresamente por el dueño de casa, comenzaron a tocar guitarra y a cantar tonadas y cuecas. La vieja casona pareció salir de su letargo de décadas ; cayeron algunas hojas del viejo naranjo, cual si fueran lágrimas de románticos sentimientos vegetales...

Una pareja, formada por un Coronel y una dama oficial, salieron a bailar la cueca, baile nacional, y el remedar de la gallina y el gallo puso la picardía que allí había estado ausente.

Horas después de esta y otras ocurrencias, los invitados se retiraron del hogar de Alfredonius, muy contentos de cuerpo y alma.

- Gracias a Jehová Dios , que me `permite ser y hacer feliz a los demás.- Murmuró Alfredonius a Carmen, mientras veían alejarse, hacia oriente, al último vehículo con amigos.

Carmen comentó:- ¿Estuvo bonita la fiesta, verdad? Wilfredito se lució, bailando cueca con su hermana. ¡Cómo meneaba el pañuelo en el aire ! Con mucha gracia, y todos le aplaudieron al terminar la cueca."

Alfredonius sonrió, al recordar la escena, y se sentía orgulloso de su hijo mayor, y agradecido al Creador por habérselo dado.

Cerrando bien las puertas, los perros en el patio trasero, los gatos en el delantero, con dos luces prendidas : una en la puerta de calle y otra en el portón trasero, que daba al patio cercado y amurallado, se fueron a acostar, después de asearse, como lo tenían por costumbre.

Ya dormían sus hijos. Pronto les acompañarían en aquel ritual misterioso y nocturno, en aquel dejar la vida por 8 o más horas, y sin embargo, renacer, al día siguiente, frescos, animosos, optimistas...

Al clarear el nuevo día, Alfredonius dijo a Carmen:

- ¿Sabes lo que es un bargueño?

- No.

- Es un mueble de madera con muchos cajoncitos y gavetas, con adornos de talla o taracea, a veces dorados o de colores vivos. Algunos tienen pie, y otros se colocan sobre un mueble bajo. Son oriundos de Toledo.

- ¿Y de qué año?- Rió ella.

- Viejos, del siglo XVI y XVII , en color beige, blanco, verde, . Todo muy lleno de dibujos geométricos, enmarcando temas mitológicos. En el centro lleva un cajón con columnas. La parte que sirve para escribir es la tapa abierta y es una delicia de arabismos verdes, rojos, amarillos. Lleva llave la puerta cubierta y los dos cajones laterales. ..."

- Muy completa.

- Y lleva asas o manillas a los lados , que también van taraceados con arabescos o figuras.

" La cualidad de este mueble es mucha, ya que transforma en escritorio a cualquier mueble y se puede portar con uno adonde quiera. Es un objeto lindísimo de arte , una joya en madera y taraceado."- Dijo Alfredonius.

- Tú siempre pensando en cosas antiguas, cuando hoy hay computadoras, los microfilms, las memorias incorporadas, los audiocasetes, los video casetes, en fin, tanta cosa eléctrica. Más fácil que un lápiz y un papel; porque a eso se reduce tu bargueño.- Murmuró ella, mirando la luz del techo del dormitorio.

- ¡Tenéis razón, Madame! Pero me gusta escribir y no teclear, ni ver mis letras en titilantes pantallas que, si falla la electricidad, no se puede leer. El papel basta con que se tenga, ; se hojea y ya !"- Defendió él.

Ella no discutió más. ¿A qué? En cuestión de gustos, no hay más que decir.

Se levantaron y ella preparó el desayuno. Él deambuló, ordenando sus cosas; se dió un baño, se sirvió el desayuno. Mas tarde, salió a comprar al centro de la ciudad.

Halló algunas bellas lapiceras, y compró para sí y para su mujer.

- ¡Qué lindas !"- Alabó ella, y las usaba, con cuidados femeninos...

&&&&&&&&

Caput III

El Duque Arabio.

A media tarde tocaron el timbre y se anunció Laurence Lorit; como no le conociera, le atendieron en la calle.

Era un hombre alto, delgado, tez blanca. Vestía un traje oscuro .

- ¡ Buenas tardes! Soy el Profesor Lorit, de la Universidad de Chile. ¿Es Ud. el explorador Alfredonius? "- Inquirió la visita.

- Ciertamente.- Contestó éste.

- Tengo cierto negocio que ofrecerle a Ud.: ganará un pequeño tesoro, se lo aseguro.- Dijo el profesor, con cascada voz.

Le hizo pasar. En el salón. el recién llegado dijo:- Lo diré en pocas palabras: soy el duque Arabio, del planeta Shulam, Sistema Alfa del Cefeo. Unos traidores han raptado a mi hija, Aurora. Deseo que Ud. me lleve a mi planeta en forma rápida, y le pagaré su propio peso en oro."- Ofreció el visitante.

- Peso 74 kilos.- Sonrió Alfredonius.

- Sea, son setenta y cuatro kilogramos en oro.- Afirmó el Duque.

- Me apena decirle que no poseo nave ; vendí mis inventos.-"

- Tengo mi propia nave. Mis ayudantes desertaron.- Confidenció el Duque Arabio.

- ¡ Necesito ver esa nave! Y también a algo de dinero, digamos que un anticipo."- Pidió Alfredonius.

Arabio firmó un cheque, diciendo:- " Sitio A - 130, Cosmódromo Limache. Allí le esperaré. Dése prisa."

Se retiró.

Carmen dijo:- ¿Y por cuánto hizo el cheque?"

- Por cien millones de pesos chilenos....Te dejaré cincuenta; con el resto pagaré a mis muchachos."

Acto seguido, llamó por teléfono a sus ayudantes, informándoles de lo tratado con el Aristócrata de Shulam.

- ¡ Claro que le acompañaremos !"- Dijo Moe, tras confirmar con sus amigos.

A las ocho de la noche, todos estaban reunidos, comiendo garbanzos, preparados por Carmen.

Alfredonius les dió un sobre con dinero, a cada cual.

-¡ Éste es el pago! Son ocho millones para cada uno de Uds. seis. Puede que haya más, al terminar el trabajo. Este consiste en llevar una nave y su dueño a su planeta de origen, en Alfa del Cefeo.

- ¡Super lejos!"- Bufó Moe.

- Super lejos, ¡ qué le vamos a hacer! Hay que ir y volver en una pieza. Mañana iremos a ver la nave; los quiero acá a las siete de la mañana. ¿Estamos de acuerdo?"- Preguntó Alfredonius.

- Perfecto.- Dijo Larry.

Continuó la velada, entre platos y anécdotas. variadas.

Al día siguiente, se reunieron en la casa de Alfredonius; en dos taxis viajaron al cosmocentro, y ubicaron el sitio A -130. Allí una gran nave verde les esperaba. Era la "Artalux", nave hiper - lumínica.

- ¡Veo que llega temprano, son las once de la mañana !"- Bufó el duque Arabio , bajando de la nave, merced a un ascensor .

- Estos son mis ayudantes. Queremos ver los motores .- Explicó Alfredonius.

Subieron a la moderna nave; cien motores en línea le daban el empuje ; la mitad de la nave estaba ocupada por maquinaria y salas llenas de cablería.

- Para deleite de un ingeniero; pesadilla de mecánicos !"- Anunció Moe, al ver aquello.

- ¿Cuándo partimos?- Preguntó el Duque Arabio.

- Apenas aprenda a manejar este monstruo.- Reclamó Alfredonius.

Cinco días más tarde , éste se despidió de Carmen Gloria, y se embarcó en el "Artalux" . Horas después zarpaban ; llegaron rápidamente a la órbita terrestre; la autorización de vía libre se las dieron cinco horas después.

Aceleraron la nave, que se hundió cual balazo en el abismo del espacio.

Las hábiles manos de Alfredonius fueron corrigiendo el rumbo , alcanzando por mientras la nave 3 / 4 de velocidad lumínica.

- ¿Por qué no seguimos acelerando?- Inquirió Curly.

- La luz es una onda en movimiento, es un medio uniforme, la luz viaja en líneas rectas radialmente, desde una fuente muy pequeña. En el aire tiene velocidades de 90.000 veces superiores a las del sonido, que es de unos 332 Km. por segundo en el aire seco, a una temperatura de 0 º C y aumenta al subir la temperatura."- Explicó alfredonius.

- Yo creí que ya habían naves con velocidades superiores a la de la luz.- Comentó Moe.

- No. La luz viaja a 299.792 Km. por segundo. Un año luz es de 9.7 millones de Km.; si aceleramos , nos transformamos en luz.- Hizo notar Alfredonius.

- ¿Y a cuántos años luz estamos ahora?- Inquirió Larry.

Alfredonius fue hasta una consola y consultó un instrumento, regresando al punto con la respuesta:- A 2.7 parsecs."

- ¿Y qué es eso? - Preguntó Chemp, rascándose la cabeza , cual un chimpancé.

- Es una unidad de medida del espacio ínter estelar, igual a 2,2612 años luz, o a 30.9 billones de Km."- Informó Moe, en un arranque de erudición.

- ¿Y a cuánto vamos?"- Inquirió Chemp.

- A ciento noventa y nueve mil ochocientos sesenta y un Km. por segundo.- "- Expresó Alfredonius.

- ¿Y por hora?- Preguntó Chemp.

- A setecientos diecinueve millones quinientos mil kilómetros por hora."

- ¡ Ah, entonces llegaremos luego!"- Se alivió Chemp.

- Sí. En nueve millones de años más."- Informó Alfredonius.

Un silencio de tumba siguió a sus increíbles palabras.

- ¡Pero no llegaremos jamás vivos!"- Se horrorizó Moe.

- Claro que sí. Nos saltaremos esos millones de kilómetros, al entrar a la cuarta dimensión; esta nos rechazará y los computadores , más los motores en funcionamiento de la nave, harán que seamos escupidos por dicha dimensión, justo enfrente a Alfa del Cefeo.- Dijo Alfredonius, en forma triunfante.

Sucedió cual lo dijera: en dos semanas entraban a la atmósfera del quinto planeta de alfa de Cefeo, Shulam.

- "Quinto continente: el polar antártico. Yo tengo una señal de radio faro funcionando.- "- Anunció el alegre y barbudo Duque Arabio.

Manipuló en ciertos controles; la nave descendió guiándose por el radiofaro y usando ingentes cantidades de combustible. Se notaba que el duque derrochaba su dinero; podría haber dejado a la nave orbitando , y haber bajado en una de las tres pequeñas naves atmosféricas disponibles.

- Se preguntará Ud. por qué prefiero descender en el "Artalux". Es porque no tengo personal, aparte de Uds., para que lo cuide en órbita. Aunque me sale oneroso, salgo ganando al descender así, ya que lo dejo en mi feudo y a buen recaudo. Es una millonaria inversión."- Se pavoneó el Duque Arabio ante su tripulación terrestre.

- Problema suyo. No vi satélites orbitales.- Comentó Alfredonius.

- No los hay. El gobierno del Rey Verjas es pobre; es un planeta agrícola; yo tengo industrias en Chile, o si no , sería cual un siervo de la gleba. "- Resopló el Duque.

Se poso la nave al costado de un único hangar, en una planicie helada, lejos del mar. De la construcción brotaron algunas personas; pronto estuvieron a bordo: dos gigantones , cuatro hombres de trajes térmicos color azul, y un enano.

- ¡Bienvenido, Jefe! ¿Todo sin novedades?"- Saludó el enano, mirándolo todo, con suspicacia...sobre todo a los terrestres.

- Bien. Háganse cargo de la nave. Remólquenla con los Bulldozers dentro del hangar. "- Dijo el duque a sus hombres, y a los terrestres les pidió le siguieran.

Tras ponerse ropa adecuada para el frío, bajaron en el ascensor a la superficie planetaria. Un aire muy helado , nieve muy alba, iluminada por un astro lejano, casi en el borde del horizonte.

- Alfa pronto se esconderá y llegará la noche antártica . Estaremos en oscuridad ; por ello , no hay tiempo que perder.- Anunció el duque.

Entraron al hangar; un ascensor les llevó a varias decenas de metros bajo el hielo; un corredor amplio deba a varias salas.

- ¡Acá tengo mi cuartel general! Nadie viene , nadie me molesta. Dormiremos, descansaremos; mañana nos iremos al Continente Dos; allí tienen a mi pobre hija."- Avisó el duque Arabio.

Les indicó sus respectivas habitaciones : Una cama, un velador y una ampolleta por pieza. Durmieron poco y mal.

- El silencio de este lugar me crispa los nervios.- Dijo Moe, al día siguiente.

Caminaban a través de la explanada helada; subieron a un Gravitor CT- 30, de cabinas dobles; rugieron los generadores y el aparato voló en dirección norte.

- Iremos enseguida al Continente Dos; serán seis horas de viaje, sin paradas.- Avisó el duque, que piloteaba el aparato, y que parecía de mal humos.

En esas seis horas, en que vieron el océano, azul y tempestuoso; luego el continente, al llevar ya cinco horas de viaje. Las playas pasaron cual un relámpago ; luego terrazas sobrepuestas, montes, y en un recodo de un río, un poblado, dominado en altura por un pétreo castillo.

Bajaron cerca del poblado.

- Espérenme aquí: debo atender algo primero.- Dijo el Duque.

- ¡Vaya no más!"- Replicó, por todos, Moe.

El Duque se fue, acompañado del enano y los dos gigantones. Al poco rato regresó. acompañado de tres montañeses de edad madura, hediondos y chascones.

- ¡Nos vamos!"- Dijo el Duque. Se arrellanaron en los sillones de la nave; ésta se elevó y aterrizó cerca del castillo.

- Ahora vamos todos. He aquí las armas."- Agregó y repartió fusiles y pistolas.

- ¿Nos transformamos en rescatadores?"- Inquirió Moe.

- Ud. lo ha dicho, Señor. Sigan mis instrucciones; está todo planeado.- Afirmó el Duque.

A pie, bajaron por el camino principal, atravesaron el pueblo , salieron a la campiña. Estaba oscuro, no había luna que iluminara el lugar.

Luego, tras los árboles, la inmensa silueta del castillo.

Con precauciones, llegaron hasta el foso. Los ayudantes del profesor colocaron en el suelo un trípode y luego de armar un artefacto , dispararon un arpón hacia la muralla . Se escuchó el sonido metálico; tiraron del cable; éste no cedió.

Había quedado firmemente enganchado en un almena.

El profesor repartió unos gruesos cinturones , que fueron afianzados , con una cremallera, al cable.

- Se aprieta este botón , caballeros, y el motor los llevará a lo alto.- Dijo, así lo hizo, y se elevó en el aire tirado por las ruedas del artefacto inserto en el cinturón.

Pronto, todos habían subido a la torre y zafados del cable, el duque Arabio les dijo:

- Está a pocos pasos de aquí. sigamos a nuestros fieles guías. Ellos nos llevaran a la meta. "

Los campesinos les llevaron, a través de escalinatas y pasillos desiertos y oscuros; se iluminaban con delgadas linternas, que arrojaban pequeños puntos de luz.

Así, no fue raro que Chemp se diera un golpe en la cara, contra un pilar ; que Curly se cayera aparatosamente por una escalera, que Larry se extraviara y hubiera que buscarlo, y que Moe y Alfredonius se dieran golpes surtidos, en contra de pilares, esquinas, y pasamanos pétreos.

Al fin, llegaron a la parte iluminada. La luz provenía de lámparas con mecha encendida, muy anticuado.

Varios guardias , mal trajeados y con anticuadas lanzas, fueron aporreados por los gigantones del duque Arabio, quedando aturdidos en el pavimento.

El duque hizo muchas señas , al llegar a un portón de madera y hierro; éste estaba cerrado.

- ¡Condenación! ¿No me dijeron Uds. de que iba a estar abierta la puerta? - Preguntó a sus siervos.

- ¡Así es! Pero ahora, alguien la cerró . ¿Habrán oído algo?- Farfulló uno de los campesinos.

- ¡Bah! ¡Fundiré un boquete y entraremos!".- Ladró el duque , desenfundó una pistola Laser y comenzó a quemar la madera.

Ésta humeaba y crepitaba, el grosor era mucho y el lugar se hizo irrespirable; se ahogó el duque y cayó al suelo.

- ¡ Se murió !"- Dijo Moe.

Larry puso su oído al pecho del duque, y dijo:- ¡No, idiota! Está vivo . Llévenselo a tomar el aire.- Comentó y los gigantones lo sacaron de allí.

- ¡Abriré esa puerta! - Bufó Moe, y dió un cabezazo fuete a la puerta, al querer empujarla.

El portón se entreabrió.

-¡ Ja, ja! Lo que no pudo hacer un rayo láser, lo hace este cabeza dura !- Rió Larry.

Pasaron al otro lado del portón.

Un largo pasillo se extendía ante ellos; les llevó un suavísimo canto de mujer.

- ¡¡A cogerla!"- Aulló Moe; la tomaron y salieron de la sala, corriendo.

Como un una buena pesadilla, corrían por los corredores, siendo guiados por los campesinos; caían, a veces, por las escaleras; otras, perdía el rumbo y llovían los improperios y los golpes sobre los campesinos. Se sentían sonar cornetas y gritos en todo el castillo.

- ¡Estamos cagados! ¡Estos huevones no saben hallar el camino de vuelta!"- Moe gritó muy aterrado, perdiendo la compostura y el respeto.

Alfredonius dijo:- Bajemos y salgamos por la puerta de entrada."

-¡No! ¡YA me ubiqué, Señor! ¡Háganme el servicio de confiar nuevamente en mí!"- Bufó, azorado, un campesino.

Le siguieron. Esta vez llegaron hasta el cable. Allí estaban el Duque Arabio, despierto y dando órdenes. La joven , que se defendía, fue atada, provista de un cinturón y bajada por el enano...

Le siguieron todos; algún problema tuvieron los últimos, ya que los servidores de la joven les había descubierto y trataban de impedirles la huida ; no lo lograron , ya que los últimos fueron los gorilones del duque Arabio.

Con la chica en sus manos, corrían hacia el pueblo. Del castillo comenzaron a bajar el puente levadizo; esto tomó tiempo; rechinaban las cadenas, al descender la pesada rampa.

Comenzaron a caerles flechas desde lo alto.

-¡ Apresúrense!- Gritaban los campesinos. Uno de ellos , que era viejo, quedó muy atrás, y fue apresado por los guerreros del castillo.

Cruzaron el pueblo, llegaron a las naves aéreas, saltaron dentro de ellas y se elevaron en el aire, yéndose de aquel lugar.

Alfredonius respiraba como ahogándose. Los demás se sacaban las ropas, acaloradísimos después de tan agitada carrera...

Guiando la primera nave el duque, viajaron velozmente de regreso a su refugio en la llanura del polo sur. En los subterráneos de su Base, agotados, los expedicionarios pudieron ducharse e irse a dormir.

Al día siguiente, Moe dijo:- " Muchachos>: a la joven la tienen presa en su cuarto; no es la hija del duque."

- ¡No te puedo creer!"- Dijo Larry.

-¡ Es verdad! ¡Sí! La vi ; hablaba airadamente con el duque. Le dijo "Viejo lascivo, degenerado, caliente!"- Repitió Moe.

- ¡Habla como rota!"- Bufó Alfredonius.

Fueron a ver; el duque estaba aún e el cuarto de ella; un gigantón montaba guardia, frente a la abierta puerta del cuarto de la joven. Se oían sus voces; a veces, se veían sus cuerpos, pasando por la abertura.

- ¡Soy quien debe ser tu marido! ¡Soy rico y poderoso !"- Gritaba el Duque.

- ¡No te amo! ¡Podrías ser mi abuelito! ¡Canalla y raptor!"- Gritó ella.

- ¡Aurora! ¡No me trates tan mal! ¡Yo lo hice por amor!"

- ¡Amor! ¿Qué sabes tú de esa palabra, viejo chivo? ¿Crees que vas a meterte entre mis piernas cálidas, suaves y blancas? ¿Tú , un viejo sapo venenoso? ¡Déjame ir!"- Bramaba la bella.

- ¡No, no, no y no ! Ya te tengo y no te dejaré ir, ahora! ¡Te poseeré!"- Aulló, ahora con voz de falsete, Arabio.

- ¡Viejo verde y asqueroso, boca de retrete! ¡Ya te van a pillar, y te van a encerrar en una mazmorra!- Silbó la bella Aurora.

El duque salió disparado de allí, diciendo al guardia:- ¡ No la dejes salir!"- Y pasó por entre los curiosos , sin verlos.

Alfredonius dijo:- " ¡ Puchas el gallo mentiroso! Nos engañó-"

Le siguieron; hablaron al duque en una de las salas; se tomaba un vaso lleno de licor.

- ¡Oiga, Ud. nos engañó, al decirnos que era el padre de la mujer! ¡Ahora es un secuestrador y nosotros somos sus cómplices! Bien, nos vamos. Páguenos."- Dijo Larry.

El duque sacó un cheque de un bolsillo de su ropa, y se lo dió.

- ¡Váyanse!"- Bufó.

- ¿Cómo? - Inquirió Moe.

- ¡Ah, no sé! Yo no viajaré hasta conseguir enamorar a Aurora.- Dijo el Duque , bebiéndose el resto del licor.

Le brillaban los ojos y sus manos le tiritaban. Partió, otra vez, al camarote de Aurora.

Lo siguieron; apenas entró a la pieza, Aurora le dió con una bacinica en la cabeza.

¡ BONG!

Y el viejo Duque cayó al suelo, inconsciente.

Entraron todos a la pieza. Aurora dijo:- ¡Un millón de pesos para cada uno, si me devuelven al castillo!"

- ¡Hecho !"- Dijeron todos, en coro.

- ¿Y quien maneja?- Inquirió Alfredonius.

- ¡ Yo manejo!" - Aulló la joven. La siguieron a la nave Artalux; se elevó en un periquete; como relámpago, cruzó nieves y océano; llegó al continente, refrenando su carrera; vino a detenerse minutos después , cerca del foso del castillo.

- ¡ Llegamos!"- Rió Aurora.

Bajaron, fueron apresados por rapto e intento de violación; ella, Aurora, les pagó los dineros ofrecidos, en las frías mazmorras del castillo.

" Lo ofrecido es deuda. Yo siempre cumplo lo prometido." - Afirmó Aurora.

Con ese dinero, obtuvieron rebaja por la condena : en vez de morir en el potro, fueron condenados a galeras de por vida.

- ¡ Qué mala pata!"- Gritó Moe, en el juicio, al saber la condena.

&&&&&&&&&&&&&

FIN.

Pasada al limpio al 30 de diciembre de 1995.

Alfredo Francisco Humberto Juillet Frascara.

Santos Dumont 730. Santiago.


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